Sangoma en la corte por incendiar casa de duendes

Sangoma en la corte por incendiar casa de duendes

16 de julio 2014

burning-hut-zimbabweUn autoproclamado sangoma, de la zona del Jefe Nyajena, en Masvingo, compareció ayer ante el tribunal por presuntamente haber incendiado la casa de su tío porque tenía duendes.

Mike Musiiwa de la aldea Mutadzo se declaró culpable de incendio premeditado ante el magistrado provincial de Masvingo, Sibonginkosi Mkandla.

Él permaneció en prisión preventiva hasta hoy para sentencia.

Musiiwa aprovechó la ausencia de su tío, Alick Malendele, para incendiar la casa, que resultó en la destrucción de la propiedad por valor de alrededor de $ 1,000. Él fue visto incendiando la casa con techo de paja por un paisano, Marita Raisi, quien corrió para avisar a Malendele.

Se hizo un informe a la policía de Renco, que condujo a la detención de Musiiwa y su posterior comparecencia ante el tribunal. El Magistrado Mkandla dijo que Musiiwa no tenía derecho a quemar la casa de su tío.

En su defensa, Musiiwa di jo que puso fuego a la casa porque se había demostrado que su tío lo estaba hechizando usando sus duendes.

«Yo soy un sangoma que ha ayudado a varias personas a exorcizar los malos espíritus y destruir los goblins de las brujas. Entré en una montaña y empecé a contar las piedras, que son las herramientas que uso para llevar mis deberes. Una de las piedras me ayudó a identificar mi verdugo.Mi tío había estado intentando lanzar un hechizo maligno sobre mí y otros miembros de la familia utilizando duendes que luego destruí cuando incendie su casa. Yo sabía que no había nadie en la casa que pudiese resultar perjudicado.

«Yo sólo quería destruir a sus duendes, lo que hice», dijo Musiiwa sin mostrar signos de remordimiento.

http://bulawayo24.com/index-id-news-sc-national-byo-50644.html

El Niño y la temporada de huracanes 2014

IMPACTO AMBIENTAL

El Niño y la temporada de huracanes 2014[1]

Juan José Morales

Oficialmente, la temporada de huracanes en el Atlántico «”incluidos el Caribe y el Golfo de México»” comenzó el pasado 1° de junio. Hasta ahora, sin embargo, no se ha formado ninguno en la región, y según los pronósticos del centro de predicción climática de la Agencia Norteamericana para el Océano y la Atmósfera, la NOAA, es de esperarse que la temporada sea bastante tranquila, con una cantidad de tormentas y huracanes dentro del promedio normal o por debajo de él.

La razón por la cual se prevé tal cosa es El Niño, ese fenómeno sobre el cual escribimos el pasado 12 de mayo y que consiste en una acumulación de aguas cálidas en el Pacífico oriental, frente a las costas de Sudamérica. Se estima que este año El Niño será bastante intenso, y ello afectará el desarrollo de tormentas y huracanes en el Atlántico, por dos razones principales.

clip_image002Este mapa térmico, elaborado con datos de los satélites artificiales, muestra la temperatura del océano el 30 de mayo pasado. En casi todo el Caribe, así como en amplias zonas del Golfo de México y a todo lo largo del Atlántico desde Sudamérica hasta África, estaba por encima de 27.8 grados, límite a partir del cual las aguas pueden transmitir suficiente calor a la atmósfera para incubar tormentas y huracanes. A tres semanas de iniciada formalmente la temporada de huracanes en la región, sin embargo, no se había formado ninguno, aunque sí en el Pacífico.

En primer lugar, porque puede provocar una intensificación de los vientos alisios sobre la región ecuatorial del Atlántico. Eso se traducirá en mayor estabilidad atmosférica en la región y por tanto se dificultará la evolución de los sistemas nubosos de baja presión provenientes de África, que son el germen de tormentas y huracanes.

En segundo lugar, las condiciones meteorológicas ocasionadas por El Niño se traducen en una intensificación de lo que los meteorólogos denominan cizalladura o cortante vertical de los vientos. Es decir, una acentuada diferencia en la dirección y velocidad de los vientos que se registran en las regiones bajas de la atmósfera y los que soplan en las partes altas. Cuando tal cosa ocurre, es menos probable que se forme un huracán aunque exista una baja presión.

En opinión de los geofísicos de la NOAA, hay un 50% de probabilidades de que en la presente temporada el número de perturbaciones ciclónicas «”o sea tormentas y huracanes»” sea inferior al promedio del período 1981-2010, un 40% de probabilidades de que sea igual, y sólo un 10% de que esté por encima de lo normal.

Al respecto, hay que señalar que en el período mencionado de 30 años, se registraron anualmente en promedio 12 tormentas, de las cuales seis evolucionaron hasta convertirse en huracanes «”cuando sus vientos rebasan los 120 kilómetros por hora»” y de ellos tres alcanzaron gran intensidad. Esas cifras son las que se consideran normales para una temporada.

Pero, como decíamos, las condiciones permiten suponer que este año no se llegará a tales números, debido a la influencia de El Niño. Gracias a ella esos fenómenos no podrían desarrollarse aunque haya condiciones propicias, como lo es una combinación de elevada temperatura de las aguas marinas y una gran cantidad de calor acumulado en ellas hasta gran profundidad. Esa energía térmica es la que alimenta los huracanes. Pero si el proceso de formación es alterado por factores meteorológicos, el fenómeno no llega a evolucionar y la perturbación se disipa. Eso es lo que se prevé que ocurrirá en muchos casos por efecto de El Niño.

Por supuesto, esto no significa que estemos enteramente a salvo de una tormenta o un huracán. Lo único previsible es que habrá tantos o menos como de costumbre, pero no que ninguno de ellos azotará determinada zona o ciudad. Tanto el sitio donde se forman como la trayectoria que siguen, son enteramente aleatorios y erráticos, y si de huracanes y tormentas se trata, lo único que puede decirse con toda certeza es que hay que estar preparados para soportarlos mejor.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 23 de junio de 2014

El misterio de las centellas (941)

El misterio de las centellas (941)

Anoche mi hijo de 5 meses de edad, se despertó agitado y gritando como si estuviera herido. Era cerca de la medianoche. Mi marido lo cargó, él se calmó y volvió a dormirse. Lo pusimos en su habitación. Traté de volver a la cama, pero tuve una sensación muy extraña. Cuando me acosté en la cama (con la puerta de mi habitación abierta a la cocina) vi una bola azul cruzar lentamente la pared de la cocina. Pasó a la derecha por delante de mi puerta. Era aproximadamente del tamaño de una pelota de voley, azul brillante, y un poco de blanco en el centro. O podría haber sido una bola con azul a su alrededor. No lo sé. Me levanté de inmediato y desperté a mi marido que no me prestó atención. Miré en la cocina y no vi nada. En ese momento es cuando corrí y agarré a mi bebé. No hace falta decir que durmió con nosotros el resto de la noche. Todavía estoy tratando de averiguar lo que fue. Un pasillo (sin ventanas) conduce a la cocina, por lo que la luz no podría haber llegado del interior. Tuve que hacer algunos descubrimientos y es tan extraño para mí el que muchas personas afirman haber visto la misma cosa.

Jessica

Chicago, IL USA