ESCRUTINIO
Lucy y el mito del cerebro desaprovechado[1]
Juan José Morales
Ignoro dónde, cuándo y cómo surgió el mito de que el ser humano sólo usa el diez por ciento de la capacidad de su cerebro. No está basado en ninguna investigación. Tampoco lo ha avalado algún científico famoso. Pero de tanto repetirse ha adquirido vida propia y mucha gente lo acepta como una verdad probada y comprobada.
Ahora tenemos ese mito en las pantallas cinematográficas, en la película Lucy, sobre una mujer que logra utilizar al 100% su capacidad cerebral y ello le permite realizar hazañas prodigiosas, como poder arrojar objetos y vapulear gente con la pura fuerza del pensamiento.
Cartel publicitario de la película. Lo que ahí se afirma es falso. La realidad es que el ser humano utiliza todo su cerebro. Si en verdad sólo necesitáramos la décima parte para vivir normalmente, la ventaja evolutiva la tendrían las personas con menor capacidad cerebral, puesto que consumirían menos energía, y por lo tanto tendríamos un cerebro mucho menor.
Que haya películas como esta no tiene nada de extraordinario. En México padecimos, por ejemplo, aquella interminable serie de cintas de El Santo contra las mujeres vampiro o contra las momias de Guanajuato. Lo malo es cuando se pretende darles un cariz científico del cual carecen, y este es el caso de Lucy, para cuya realización el director, Luc Besson, supuestamente «”según la publicidad»” consultó a renombrados hombres de ciencia, inclusive varios premios Nobel, cuyos nombres sin embargo no se mencionan.
Si efectivamente fueron consultados, su anonimato es explicable. A ningún investigador serio le gustaría ver su nombre ligado a una afirmación carente de toda lógica y que incluso contradice los conocimientos científicos actuales.
En efecto, como decíamos al principio, la aseveración de que el ser humano utiliza sólo el diez por ciento de la capacidad de su cerebro es un mito. No existe un solo estudio neurológico que lo respalde. Por lo demás, es una idea que va contra el sentido común. El cerebro humano pesa en promedio 1 400 gramos. Es, proporcionalmente al tamaño del cuerpo, uno de los mayores de cualquier especie animal. Y llegó a tales dimensiones a lo largo de millones de años de evolución. De ser cierto que con la décima parte de esa masa cerebral, con sólo 140 gramos, que es el tamaño del cerebro de una oveja, nos basta y nos sobra para la vida cotidiana «”e incluso para hacer inventos y descubrimientos y crear maravillosas obras de arte»”, uno se preguntaría para qué andamos entonces cargando los otros 1 260 gramos sobre los hombros.
Resulta totalmente absurdo suponer que fuimos desarrollando un cerebro cada vez más grande y complejo, sólo para no utilizarlo. Sobre todo si se considera que el cerebro es el órgano que más energía utiliza. Mucho más que cualquier otro. Y eso lo hace estemos despiertos o dormidos, inactivos mentalmente o pensando furiosamente. Hasta ahora en ningún estudio se ha encontrado que haya sectores del cerebro que no se utilicen, o que permanezcan inactivos en condiciones normales.
Por lo demás, si fuera cierto el mito del 10% útil, el cerebro no sería tan vulnerable. Las lesiones cerebrales no tendrían mayores consecuencias, pues las posibilidades de que resultara afectada un área crucial serían muy pequeñas. Pero bien se sabe que no es así. Incluso la destrucción de pequeñas áreas del cerebro puede ocasionar graves alteraciones en su funcionamiento, y por eso la neurocirugía es tan difícil y requiere de una preparación tan minuciosa y una realización tan precisa, so pena de causar daños irreversibles.
Lo que en el fondo hay detrás de este mito es la idea «”que de hecho se maneja en la película»” de que ese poderío cerebral desaprovechado, es la clave para que ciertos seres humanos puedan lograr hazañas portentosas, como la telepatía, la telekinesis «”o sea la capacidad de mover objetos con la fuerza del pensamiento»” y la percepción extrasensorial, cuestiones todas ellas ampliamente explotadas por charlatanes del tipo de Uri Geller. Y, desde luego, no faltan los embaucadores que utilizan el mito para convencer a los ingenuos de que a cambio de unos pesos, podrán enseñarlos a utilizar ese 90% de su cerebro que nada más les sirve de lastre, y convertirlos en verdaderos genios.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 25 de septiembre 2014