IMPACTO AMBIENTAL
Volcanes, asteroides y fin de los dinosaurios[1]
Juan José Morales
Ya está generalmente aceptado «”aunque aún hay algunas discusiones al respecto»” que la extinción de los dinosaurios y del 75% de las especies de plantas y animales que entonces poblaban la Tierra, se debió a la caída de un gran asteroide en lo que ahora es el puerto de Chicxulub, en la península de Yucatán. Hasta los hallazgos geofísicos hechos en la década de los 80 del siglo pasado que llevaron a esa conclusión, una de las ideas predominantes sobre la desaparición de aquellos animales era que se debió a grandes erupciones volcánicas.
Pues bien, según recientes investigaciones, parece que ambas hipótesis son correctas: una prolongada serie de gigantescas erupciones volcánicas ocurridas en el sur del actual territorio de la India causó profundas alteraciones ambientales que fueron diezmando la flora y la fauna y preparó el escenario para que el impacto del asteroide le diera la puntilla a los dinosaurios y compañía.
Esta es la formación geológica conocida como Traps del Deccan. Obsérvese su apariencia escalonada, a la cual se debe su nombre traps, que en holandés significa escaleras. Se encuentra en el sur de la India en la meseta del Deccan. Es de origen volcánico, resultado de la más intensa y prolongada serie de erupciones ocurridas en los últimos cientos de millones de años.
De acuerdo con un estudio realizado por científicos de la universidad norteamericana de Princeton, aquellas erupciones comenzaron 250 mil años antes de la caída del asteroide y se prolongaron por medio millón de años después del impacto. Para tener una idea de su magnitud, basta decir que arrojaron en total más de medio millón de kilómetros cúbicos de lava, que cubrieron una superficie de millón y medio de kilómetros, o sea el equivalente a las tres cuartas partes del territorio mexicano.
Así se originó la gran formación geológica conocida como Traps de Deccan, nombre que muchas veces se traduce erróneamente como Trampas del Deccan. En realidad el nombre traps viene del holandés, significa escaleras y hace alusión a la forma escalonada de las acumulaciones basálticas, que en algunos puntos alcanzan hasta tres mil metros de altura. Deccan es el nombre de la gran altiplanicie donde se encuentran.
Los volcanes no sólo arrojaron esas inmensas cantidades de lava, sino también gases, polvo, cenizas y otros materiales que se extendieron sobre amplias regiones de la Tierra, bloquearon parcialmente la luz del Sol y modificaron sensiblemente la composición química de la atmósfera, a la vez que provocaban la acidificación de los océanos.
Fácil es imaginar las consecuencias que todo aquello tuvo. El plancton, que es la base de la vida en el mar, pereció por la acidez del agua, y al faltar el primer eslabón de la cadena alimenticia, resultaron diezmadas las poblaciones de prácticamente todos los animales marinos.
En tierra, las cenizas, el polvo pudieron haber matado directamente a muchos animales por asfixia, sepultado la vegetación en amplias zonas y causado el debilitamiento y muerte de las plantas al faltarles suficiente luz solar. Los gases de las erupciones, por su parte, habrían causado la muerte por envenenamiento a los animales, y el dióxido de carbono habría provocado un calentamiento global al retener el calor solar por el llamado efecto de invernadero, tal como ahora sucede con los gases resultantes de la quema de combustibles fósiles.
Ya debilitadas y diezmadas la flora y la fauna, la caída del asteroide de Chicxulub sólo significó el golpe de gracia.
La investigación de los científicos de Princeton permitió fijar con bastante exactitud cuándo comenzaron y cuándo terminaron las erupciones. Además, pudieron establecer que no fueron continuas, sino que hubo períodos en que alcanzaron gran intensidad y otros en que disminuyeron marcadamente hasta casi cesar. Y poco después del impacto de Chicxulub hubo una fuerte actividad, que agravó la destrucción causada por aquel cuerpo celeste.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 2 de enero de 2015