IMPACTO AMBIENTAL
Deforestación y atole con el dedo[1]
Juan José Morales
Si hemos de creer las cifras oficiales, en México el ritmo de deforestación ha disminuido drásticamente durante los últimos años. En ello coinciden tanto la Comisión Nacional Forestal (Conafor) como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la presidencia de la República. Pero la realidad parece ser muy distinta, a juzgar por un artículo científico publicado recientemente en la revista Madera y Bosques, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Las discrepancias entre los informes oficiales sobre deforestación y los estudios académicos son mayúsculas. Más todavía: ni siquiera las distintas dependencias de gobierno coinciden en sus cifras. Así, según la Semarnat y la FAO, anualmente se deforestan 250 mil hectáreas, la propia Semarnat, habla de más de 337 mil, y la Conafor afirma que sólo se pierden 235 mil.
El estudio, realizado por varios investigadores del propio Inecol, el INEGI, el Instituto de Geografía de la UNAM y la Facultad de Geografía de la Universidad de La Habana, señala que la tasa de deforestación sigue siendo mucho más elevada de lo que aseguran los informes oficiales. Anualmente, dicen los autores del trabajo, México pierde más de medio millón de hectáreas de selvas y bosques.
Según el optimista panorama que vienen describiendo desde hace años la Conafor y la Semarnat, la tasa anual de deforestación se redujo drásticamente en los últimos años en comparación con periodos anteriores. Así, en el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales del sexenio 2007-12 se dice que la pérdida anual de bosques y selvas fue de 260 000 hectáreas durante el periodo 2000-05. Esto representaría una considerable reducción respecto a las 348 000 hectáreas que se perdían cada año en el periodo 1990-2000.
Igualmente, en el más reciente informe sobre el particular publicado por la Presidencia de la República, se asegura que la tasa de deforestación en 2011 y 2012 fue de 155 000 hectáreas anuales en promedio.
Sin embargo, dicen los investigadores, al realizar un análisis más minucioso de los datos presentados por la Conafor y la Semarnat, se encontró que se contabiliza como selvas, bosques y otros tipos de vegetación forestal en proceso de recuperación, toda la superficie etiquetada como vegetación secundaria. El truco consiste en considerar que toda esa vegetación se halla en terrenos que habían sido deforestados y en los cuales está restableciéndose la cobertura vegetal original.
Pero no es así. Añade el artículo que «algunos estudios han mostrado que las áreas con vegetación secundaria en México, más que derivar de zonas sin vegetación aparente, agrícolas o pecuarias, son el resultado de la alteración de la vegetación primaria o de bosques secundarios, por lo que están más relacionadas con procesos de degradación de la vegetación forestal que de recuperación de la misma.»
Dicen categóricamente los autores que «la deforestación en México no ha disminuido, en contraste con lo que indican las cifras oficiales más recientes. En todo caso, se ha estabilizado alrededor de 500 000 hectáreas anuales».
Esa manipulación de cifras, señalan los autores del estudio, comenzó en 2006, con la publicación por parte de la Semarnat de La gestión ambiental en México. Desde entonces, añaden, ha sido práctica recurrente de las autoridades restar las hectáreas correspondientes a vegetación secundaria del total de las hectáreas deforestadas. Así, en un año en que se perdieron más de 523 mil hectáreas, la cifra pudo reducirse a sólo 337 mil mediante esa triquiñuela.
Otro truco aritmético es que la Conafor, dicen, contabiliza como bosques o selvas cualquier área forestal con un mínimo de 10% de cobertura vegetal. Evidentemente, se trata de una masa forestal profundamente alterada.
En fin, esta es la triste realidad de la deforestación en México. Si bien ha disminuido un poquitín, sigue siendo extremadamente grave, y las autoridades nos están dando atole con el dedo al manipular las cifras.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 19 de junio de 2015