ESCRUTINIO
Una elección más importante de lo que parece[1]
Juan José Morales
Comentábamos ayer que la abstención, el voto en blanco o la anulación de la boleta, finalmente no influyen en el resultado de los comicios, pues para decidir quién obtuvo mayoría o cómo se distribuyen los legisladores de representación proporcional, en el conteo únicamente se toman en cuenta las boletas válidas. Es decir, aquellas marcadas en favor de algún partido o un candidato independiente. La abstención, un acto puramente pasivo, no necesariamente se interpreta como una protesta, sino puede parecer simple indiferencia del ciudadano. Las boletas anuladas pueden parecer resultado de errores del votante. Y el voto en blanco, si bien puede tener cierto carácter simbólico, no pasa de eso e incluso puede interpretarse como producto de una total indecisión.
La mentalidad presidencialista imperante en México hace olvidar a mucha gente el papel que tienen los diputados y senadores en la aprobación de leyes y medidas como las que durante los últimos años han llevado al país a la crisis y el estancamiento económico. Por ello es tan importante elegir buenos legisladores el domingo venidero.
Por eso insistimos en que si se quiere realmente expresar el repudio a una política, a un personaje político, a un partido o a una ideología, la única manera de lograrlo efectivamente es ejerciendo el voto en favor de una agrupación, una persona, una corriente o una tendencia política opuesta a aquello contra lo cual se desea manifestar rechazo.
Lo anterior, desde luego, se dificulta en el caso de las elecciones del domingo venidero, pues son del tipo que se conoce como intermedias. Es decir, las que se realizan a mitad de sexenio y en las cuales no se elige presidente de la República sino sólo diputados al Congreso de la Unión. En México, donde imperan un régimen y una mentalidad presidencialistas, la mayor parte de los ciudadanos únicamente consideran importante la elección de presidente, sobre todo porque durante mucho tiempo tuvimos una cámara de diputados dominada por un solo partido y por legisladores cuya docilidad y subordinación al presidente en turno les hizo merecedores del mote de «levantadedos».
Se pierde así de vista que los legisladores «”diputados y senadores»” no son meras figuras decorativas sino quienes aprueban las leyes que nos rigen. Fueron ellos quienes aprobaron los «gasolinazos», el incremento al IVA en las zonas fronterizas, los aumentos de impuestos, la entrega del petróleo y la electricidad a empresas extranjeras a través de la llamada reforma energética, los recortes a las partidas de gasto social y otras muchas medidas contrarias al interés popular.
Por ello, al contrario de lo que mucha gente piensa, los comicios de este domingo sí son importantes. De ellos depende que sigan teniendo mayoría aquellos partidos que aprobaron esas medidas. De aquí el gran derroche de dinero que han estado haciendo en una masiva publicidad electoral para tratar de captar el mayor número de votos. Y de ahí también la campaña en favor de la abstención o el voto nulo, con la cual se busca desalentar la participación de aquel sector del electorado más conciente y analítico. Si se logra nulificar a estos votantes, será más fácil lograr «”con una votación reducida»” alcanzar mayoría a través de los que venden su voto por una despensa o unos cientos de pesos (a cambio de hambre durante tres años más).
Es necesario, pues, no caer en el garlito de la abstención, la anulación ni el voto en blanco, y ejercer el sufragio con plena conciencia de que estamos ante una elección tanto o más importante que la de presidente de la República, pues de quienes ocupen los escaños en la Cámara de Diputados depende cómo nos irá a los mexicanos durante los próximos tres años.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 4 de junio de 2015