ESCRUTINIO
Un (nada) extraño caso de dinero desaparecido[1]
Juan José Morales
En las elecciones del próximo 7 de junio, se elegirán nuevos gobernadores para cinco estados: Sonora, Nuevo León, Colima, Michoacán y Campeche. Todos ellos actualmente gobernados por mandatarios de extracción priísta. Y a todos se les critica que dejen sus entidades gravemente endeudadas, por un total de más de 42 mil millones de pesos.
Pues bien, el gobierno de Quintana Roo no canta mal las rancheras en materia de endeudamiento. Según la calificadora internacional Fitch Ratings, su deuda rebasa los 21 mil millones de pesos. Es decir, más de la mitad de lo que deben los gobiernos de aquellos cinco estados.
Las cifras varían mes a mes, pero en términos generales dan una idea de la grave situación financiera de algunos estados, como Quintana Roo y la cantidad por la que sus gobernadores han endeudado a sus habitantes. Este cuadro publicado hace más de medio año en Reporte Ãndigo, muestra que cada habitante de Quintana Roo debe casi 17 veces más que uno de Querétaro, por ejemplo.
Aquí cabe precisar que la población sumada de esas cinco entidades llega a casi 14 millones de habitantes. Quintana Roo tiene menos de millón y medio. Esto es, casi la décima parte. Un poquito de aritmética nos lleva a la conclusión de que, proporcionalmente, la deuda del gobierno quintanarroense de Roberto Borge Angulo es más de cuatro veces y media mayor que el promedio de la de aquellos otros estados.
Lo más grave del asunto y que hace a la calificadora calificarlo de preocupante, es que la magnitud de su deuda no ha dejado de crecer. Comenzó a dispararse durante el sexenio de Joaquín Hendricks Díaz, cobró mayor velocidad en el período de su sucesor, Félix González Canto, y en los tres años que lleva al frente del gobierno Borge Angulo, según Fitch, creció en un increíble 70%. Como resultado, los habitantes de Quintana Roo tienen la nada envidiable distinción de ser los mexicanos con la segunda mayor deuda pública: casi doce mil pesos por persona, sólo ligeramente por debajo de Chihuahua.
Desde luego, la gente se pregunta dónde fueron a parar esos más de 21 mil millones de pesos que adeuda el gobierno quintanarroense. Y, por supuesto, la respuesta generalizada es «se los robaron». Obra pública, no se ve por ninguna parte, excepto el llamado Auditorio del Bienestar, que se está construyendo a toda prisa y «”según se sabe»” será concesionado a particulares para encuentros de box y otros espectáculos deportivos. En cambio, las obras del nuevo hospital general de Cancún han venido avanzando durante años a paso de tortuga mientras el actual nosocomio se encuentra saturado, en pésimas condiciones y mal abastecido de medicamentos e insumos. Y mientras se destinan millonadas a erigir ese auditorio que explotarán empresarios privados, dejan de funcionar bibliotecas públicas «”las dos más recientemente cerradas fueron las de Cozumel y Tulum»”, se rebajan los sueldos a los maestros universitarios y se recortan los presupuestos para cultura, salud y otros rubros.
Para el desmesurado crecimiento de la deuda pública, los tres últimos gobernadores priístas de Quintana Roo han contado con el apoyo de un congreso estatal que trienio tras trienio ha estado dominado por diputados del PRI y sus satélites Verde y Panal. Esa mayoría de legisladores no sólo han aprobado la incesante adquisición de más y más créditos «”a menudo con la anuencia o el apoyo del PAN y otros partidos»”, sino que también han dado su visto bueno a las cuentas del gobernador.
No sé qué pensarán mis lectores quintanarroenses, pero por lo que a mí respecta, no pienso dar mi voto a ningún candidato al congreso local postulado por los partidos que han llevado al estado a semejante situación de quiebra técnica.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 28 de mayo de 2015