A 8,000 millas por hora científico afirma que voló en platillo volante marciano[1]
Por Ben Metcalfe
The Calgary Herald
Vancouver – Cuando el primer Club de Platillos Voladores canadiense fue fundado aquí este mes hicieron las cosas a lo grande. Ellos importaron como su primer profesor a Daniel W. Fry, un técnico líder en cosas del espacio de los Estados Unidos que dice que voló en uno de esos controversiales platos interplanetarios. Durante 48 semanas del año, Dan Fry trabaja en los laboratorios bien cerrados de Crescent engineering and Research Company en El Monte, California. Él es superintendente de producción experimental, parte de lo que contribuirá al lanzamiento de Estados Unidos, en 1958, del primer satélite hecho por el hombre en dar la vuelta la estratosfera de la Tierra. En su tiempo libre el viaja por el continente contando gratis su paseo en un platillo volador operado por marcianos amistosos.
Nadie se rio
Cuando repitió su fantástica historia ante un público de 250 hombres de negocios, profesores y estudiantes universitarios de Vancouver, nadie se rio. ¿Cuántos le creyó, no viene al caso «“ El Sr. Fry está convencido de la realidad de su experiencia. Probé los «hechos» con él durante dos horas antes de su conferencia. Lo encontré increíble pero inquebrantable, de hecho un modesto científico que no tiene en la mente lo más mínimo en ser un mártir del ridículo.
Nacido en 1908 en Verdon, Minnesota, se quedó huérfano temprano y sin dinero. Tomó su primera formación científica de la biblioteca pública en Pasadena, más tarde se graduó de UCLA y entró inmediatamente a la investigación avanzada en ciencias en Estados Unidos. Innumerables controles de seguridad superiores para el trabajo muy secreto en la guerra lo han dejado prudente y tranquilo, a excepción de la polémica de los platillos volantes.
Nuevo nombre
Dan Fry – como los marcianos ahora lo llaman – no utiliza el término «platillos voladores» ni «objetos voladores no identificados». Él los llama aeroformas extraterrestres. Él dice que son reales. Dice que son operados por seres muy parecidos a nosotros mismos, aunque un poco más inteligentes. Dice que son amigos. Y, por supuesto, él dice que ha volado en uno, desde White Sands Nuevo México a Nueva York y de regreso en 30 minutos a una velocidad de 8,000 millas por hora.
¿Prueba?
«No hay tal cosa como una prueba absoluta de nada», dice, «la prueba no es más que la evidencia de una naturaleza y grado suficiente para traer convicción a la mente».
Hace seis años
Este tipo de pruebas se presentó a Dan Fry durante una noche caliente del 4 de julio 1950, mientras caminaba al desierto para escapar de un cuarto caluroso. La COSA bajó, aterrizando a unos 70 pies del científico, asustándolo, pero también excitando su curiosidad lo suficiente como para hacer que se acercara a ella y la tocara. Era de color plateado, parecía ser metálica, aunque con una superficie tan lisa para desconcertar la identificación terrenal del metal. Tenía 30 pies de diámetro y unos 16 pies de altura.
Y mientras él la estudiaba, Dan Fry escuchó la VOZ sin poder ver a nadie y no vio a nadie en toda la experiencia. Hablaba en inglés y en lenguaje de EE.UU.
Planeado para visitar
La voz se identificó como la de A-lan, un marciano, y explicó que la nave era sólo una pequeña nave de carga controlada por una nave nodriza en la estratosfera. A-lan ofreció el científico un vuelo, y agregó que el encuentro no fue de ninguna manera accidental, sino planificado por los marcianos con el fin de llegar sin alarma para notificar al hombre de la tierra.
«Parecía estar hablando en mi cabeza y no desde fuera», me dijo Dan. Dijo que se sentía un poco desconcertado de las grandes aceleraciones de la Aeroforma y que él vio la tierra en una pantalla en el interior del compartimiento pequeño de cuatro plazas.
Comentario continuo
«Nueva York se parece a un lecho de brasas desde 22 millas arriba», dijo. A-lan me dio un comentario continuo todo el camino.
Durante el viaje de regreso, A-lan le dijo que la nave fue energizada por la propulsión de campo magnético, que le reveló a Dan Fry ahora estaba bajo experimentación avanzada en los EE.UU. Sin embargo, A-lan le dijo que el hombre tendría que retractarse de toda su acercamiento a la ciencia antes que pudiera conquistar el espacio. El marciano (ilegible) que los hombres que la tierra deben aprender entendimiento político como los marcianos lo conocen, o podemos tener la certeza de la temprana aniquilación.
Dan Fry no escribió su libro – The White Sands Incident – hasta 1954. Mantuvo su secreto para todos excepto unos pocos amigos porque tenía miedo de la incredulidad y el ridículo. Pero sus sentimientos cambiaron cuando A-lan lo contactó de nuevo en 1953 – sin una nave esta vez – y lo convenció de que era su deber decirle al mundo de su experiencia.
Aterrizaje futuro
El marciano, dijo que él y su raza iban a aterrizar aquí «algún día» – cuando los hombres de la tierra significaran su deseo por eso. Naturalmente, Dan Fry está esperando ansiosamente ese día. Mientras tanto, no aceptará la sugerencia de que él soñó o alucinó toda la experiencia.
Estuvo de acuerdo en que puede ser posible que la cosa era de esta tierra y puede haber estado experimentando con las reacciones de la gente. Sin embargo, él cree que está lo suficientemente cerca de la investigación espacial de los Estados Unidos para saber lo que es aún posible y lo imposible en nuestro planeta. Esto lo deja de nuevo con la conclusión temible de que su visitante era del espacio exterior.
Sin romanticismo
«Nunca he sido famoso por romantizar en hacer fantasías», dijo. «Todo lo contrario, un poco práctico y realista. Y yo no soy un lector de ciencia ficción».
Dijo que su única lectura recreativa era compartida entre Earl Stanley Gardner y P. G. Wodehouse – «Una mezcla de lo misterioso y lo humorístico». Pero aunque admite que este negocio de los platillos voladores puede ser misterioso para algunos, no es ninguna broma para él. Le pregunté antes de ir al escenario cómo su experiencia y su insistencia en su realidad estaba afectando su trabajo con un equipo tan serio como Crescent Engineering Research. «Oh, estoy bien con ellos», dijo, con una sonrisa. «El propio presidente afirma haber visto un platillo volador».
[1] Metcalfe Ben, At 8,000 Miles An Hour Scientist Claims He Flew In Martian Flying Saucer, Calgary Herald, Vancouver, 23 July 1956, pag 1.