ESCRUTINIO
Discriminación y redes sociales[1]
Juan José Morales
A mi correo electrónico llegan con cierta frecuencia mensajes en los que se me pide adherirme a alguna petición. No siempre lo hago, pero hay algunas que firmo sin titubeos, como la de que se cancele el registro al llamado partido verde, o la que acabo de recibir, sobre el trato discriminatorio que recibió en la aerolínea Volaris Yazmith Batáz, una medallista paraolímpica a la cual se le impidió viajar argumentando que «”como se desplaza en silla de ruedas»” debía acompañarla una persona que se hiciera responsable de ella.
Yazmith Batáz, atleta paraolímpica discriminada en Volaris por su condición. No ha sido la única. Según la Conapred, esta aerolínea es la que tiene más quejas acumuladas al respecto. Apenas tres días después del incidente de Batáz «”informa Animal Político»” a Óscar Hurtado Von der Rosen, un joven con síndrome de Down, se le impidió abordar su vuelo de Mérida a México pese a que su madre había notificado que viajaría solo y por ello se le cobró un cargo adicional de 900 pesos. La empresa no le reembolsó un centavo ni le ofreció disculpas.
Cabe señalar que Yazmith lleva 20 años viajando sola en diversos medios de transporte «”avión incluido»”, tanto en México como en el extranjero, y es totalmente independiente. Esta, al parecer, fue la primera vez que se le impidió hacerlo so pretexto de su discapacidad.
Pues bien, con motivo de este incidente, comenzó a circular por Internet la petición que menciono, en la cual se pide «que Volaris haga pública una nueva política incluyente, en la que no sea requisito viajar con acompañantes si la persona es capaz de viajar de manera independiente, asegurando además que su personal esté debidamente capacitado para atender a personas con alguna discapacidad.» Y, como decía, la firmé de inmediato, pues comparto el punto de vista de la deportista en cuanto a que quienes tienen alguna discapacidad no deben por ello sufrir ningún tipo de exclusión. Por el contrario, considero que se les debe brindar atención especial.
La petición rápidamente fue respaldada por miles de firmas de internautas y dirigida al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Y resultó que Volaris había violado una disposición expresa de las autoridades correspondientes.
En efecto, en su respuesta «”que, justo es reconocerlo, fue inmediata»” la Conapred señala que, conforme a «la Circular Obligatoria CO SA-09.2/13 de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) publicada en el Diario Oficial de la Federación el 20 de noviembre de 2013», las aerolíneas están obligadas a «garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad y/o movilidad reducida a las infraestructuras aeroportuarias y al servicio de transporte aéreo, por lo que más que una solicitud es una obligación, tanto de la aerolínea antes citada como del resto que operan en México». A continuación la dependencia señala que ya se abrió un expediente de queja con motivo de este acto de presunta discriminación.
He traído a colación este asunto porque me parece que ilustra muy bien la importancia de que la opinión pública ejerza presión sobre las empresas, las autoridades, los funcionarios públicos, las dependencias gubernamentales y en general sobre todas las personas y entidades que cometen violaciones a la ley, y que para ello se utilicen los nuevos medios de comunicación y las redes sociales. Si Yazmith Batáz se hubiera limitado a quejarse ante los empleados de Volaris, nada habría logrado. Incluso, de haber decidido presentar una queja personal ante las autoridades, habría tenido que transitar por un largo, difícil y tortuoso camino burocrático, con la consiguiente pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo, y los resultados hubieran sido muy inciertos. En cambio, al ventilar el asunto en las redes sociales, pudo obtener un amplio apoyo: el pasado jueves 25 de junio, la petición ya había sido reunido más de 15 mil firmas. Ello, sin duda, fue determinante para que la Conapred atendiera el caso con premura.
Desde luego, esto no significa que todas las peticiones serán igualmente exitosas, aunque sean respaldadas masivamente. El Instituto Nacional Electoral, por ejemplo, sigue escurriendo el bulto mejor que serpiente enjabonada ante la demanda de cancelación del registro del Verde por sus numerosas, sistemáticas y graves violaciones a la ley. Pero hay que aprovechar la fuerza que puede lograrse mediante el uso de las redes sociales.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 30 de junio de 2015