Fecha de publicación: jueves 30 de julio de 2015
QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN
Y ahora, las Flores de Bush (pero no de George W.)
Juan José Morales
En materia de timos, fraudes y engaños con supuestas terapias florales, hay todo un ramillete de ellos. El más conocido es sin duda, el de las llamadas Flores de Bach «”ya mencionado en esta columna»”, que contra lo que muchos creen, no son extractos de flores, sino mágicas vibraciones curativas provenientes del más allá (o del más acá, no está muy claro) captadas por las gotas de agua que el rocío mañanero forma sobre los pétalos de las flores. También nos hemos referido a las Flores de Saint Germain, que «contienen la energía de los Doce Rayos Divinos, los cuales nos armonizan y nos curan». Otra estafa adornada con florecillas, es el de las Flores del Alba, que son «”dice la embaucadora que la inventó»” «esencias áureas elaboradas con técnicas alquímicas».
Pues bien, hoy toca turno a otro cuento del mismo tipo, aunque «”justo es reconocerlo»” bastante burdo y mucho menos elaborado que los anteriores: el de las Flores de Bush.
Este es el terreno cubierto de matorrales y arbustos llamado bush (arbusto en inglés) característico del interior de Australia. A las flores de las plantas que ahí crecen se les atribuyen las más disímbolas propiedades curativas, y efectos tales como «abrir el corazón, desarrollar la capacidad de introspección, dar confianza universal y brindar alegría al compartir». Sobra decir que ninguna ha sido sometida a pruebas clínicas y de laboratorio para comprobar sus supuestas propiedades.
Antes de seguir adelante, una precisión importante: las susodichas flores no tienen nada qué ver con los políticos de ese apellido, o sea George Bush padre, 41° presidente de Estados Unidos, su hijo del mismo nombre, 43° presidente, y su otro hijo, John Ellis, gobernador de Florida. No. Aunque tal vez Ian White, el homeópata y naturista que ideó este asunto de las Flores de Bush, quizá trató de aprovechar la fama de tales personajes y las bautizó así porque bush en inglés significa arbusto, y en Australia se conoce como bush a las extensas zonas desérticas cubiertas de matorrales. En buen español, entonces, deberían llamarse Flores del Bush y no de Bush.
«Las flores de Bush «”usemos las palabras de una cierta Lucía Vázquez, promotora de esta seudoterapia»” son plantas australianas con propiedades medicinales que sirven para mejorar la salud física y emocional. Son flores de arbusto y tal vez la más conocida es la llamada flor de Waratah. El tratamiento floral incluye 60 esencias florales y 15 mezclas especiales. Las flores son australianas, aunque se pueden utilizar similares en algunos casos. Este sistema fue desarrollado por Ian White, proveniente de una familia dedicada a la herbolaria por más de veinte años.»
Para que no haya confusiones y doña Lucía termine haciendo propaganda a la competencia sin proponérselo, después de ensalzar las supuestas propiedades curativas de las Flores de Bush, aclara que «Bach fue el predecesor de las terapias florales, y generó un sistema basado en prototipos de personalidad. Bush, por su parte, tiene mayor relación con el cuerpo físico, ya que las flores que se utilizan nacen en el desierto y en arbustos, no en árboles. Si bien todos los sistemas florales actúan de forma integral sobre el paciente, algunos se centran más en unas propiedades que en otras: Bush en el cuerpo físico, Bach en las emociones, y otras terapias como la de las orquídeas colombianas de Andreas Korte en el desarrollo de la conciencia y la capacidad de trabajar el camino espiritual.»
Por supuesto, como son australianas, y como nacen en arbustos del desierto y no en árboles, las Flores de Bush pueden curar todos los males imaginables e inimaginables (si usted no entendió la razón de ello, debe ser porque usted no tiene la mente privilegiada de doña Lucía). «Sirven «”afirma la dicha señora»” para tratar problemas osteoarticulares, trastornos digestivos y lesiones orgánicas, así como también a ayudar a las mujeres durante el embarazo, a los adolescentes y a las personas de tercera edad. Se pueden utilizar no solo cuando estamos enfermos físicamente, sino también para generar un estado de bienestar general: por ejemplo, para quitar pesadillas a los niños y eliminar miedos en general, para mejorar la concentración y la atención; y para aumentar la resistencia física en personas que practican deporte.»
Y, por si todo eso fuera poco, a diferencia de los medicamentos comunes y corrientes, que sólo alivian o curan, «esta terapia ataca directamente el problema, ya que resuelve los conflictos emocionales internos para sanar los problemas físicos». ¿Cómo los resuelve? Eso es un secreto celosamente guardado por doña Lucía.
Ahí están, pues, las Flores de Bush para quienes quieran tirar su dinero a la basura y engordar los bolsillos de charlatanes.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx