IMPACTO AMBIENTAL
La cara amable de los mosquitos[1]
Juan José Morales
Varias veces durante los últimos tiempos nos hemos referido en esta columna a los mosquitos, pero casi siempre desde el punto de vista negativo. Esto es, su papel como transmisores del paludismo, el dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis, el chikungunya y otras enfermedades. Pero esos insectos también tienen su lado positivo.
Hay que recordar que no todos los mosquitos chupan sangre sino únicamente las hembras, y lo hacen porque para producir sus huevos necesitan de cierta sustancia, llamada isoleucina, que se encuentra en la sangre de los animales. Pero sólo unas pocas especies de mosquitos buscan sangre humana. La mayoría se alimentan con la de aves, reptiles y mamíferos de todo tipo. Y si no logran conseguir su dotación de sangre, de todas maneras ponen huevos, sólo que en menor cantidad. El alimento principal de los mosquitos es néctar y jugos de plantas, y en su búsqueda de alimento actúan como polinizadores de una gran cantidad y diversidad de plantas.
A los mosquitos no hay que verlos simplemente como animales molestos, que nos acosan e impiden conciliar el sueño, pican y provocan comezón y ronchas, y que pueden ser calificados como los animales más letales del mundo ya que matan a millones de personas con las enfermedades que transmiten. Hay que considerar también el papel positivo pero a veces insospechado que desempeñan en los ecosistemas. En la foto, un mosquito alimentándose.
Igualmente, los mosquitos forman parte muy importante de las cadenas y tramas alimenticias. En su etapa de larvas, cuando viven en el agua, sirven de alimento a un gran número de peces, crustáceos, grandes insectos y otros animales acuáticos. De adultos, ya metamorfoseados y convertidos en mosquitos hechos y derechos, son el alimento básico de muchas aves y murciélagos. El vuelo aparentemente errático de las golondrinas, con sus continuos, repentinos y caprichosos cambios de dirección, por ejemplo, se debe a que atrapan mosquitos al vuelo. Se estima que una sola golondrina puede echarse al buche mil mosquitos en un solo día. Aunque, por supuesto, también comen otros insectos voladores.
Por otro lado, los mosquitos realizan un insospechado pero muy eficiente trabajo de limpieza y purificación del agua en la naturaleza. Sus larvas consumen pequeños fragmentos de materia orgánica flotante y así contribuyen a mantener clara y transparente el agua de pantanos, ciénagas y marismas.
En fin, los mosquitos están íntimamente engranados a la compleja estructura de los ecosistemas. En especial los ecosistemas tropicales. No se puede, entonces, pensar en eliminarlos masivamente, porque ello desquiciaría los sistemas ecológicos. Además, es prácticamente imposible hacerlo sin aniquilar a otros organismos. Incluso, los intentos por acabar con los mosquitos en algunos lugares han tenido exactamente el resultado opuesto: es decir, se han incrementado sus poblaciones, porque los insecticidas acabaron con otros animales que depredaban a los mosquitos o que competían con ellos por el espacio y el alimento, y les dejaron el campo libre para reproducirse desenfrenadamente.
Más que tratar de acabar con ellos, hay que aprender a convivir con los mosquitos, manteniéndolos lejos de los centros de población y fuera de los hogares, las escuelas o las oficinas. Sería absurdo tratar de evitar que haya nubes de mosquitos en las ciénagas, los pantanos y las sabanas. Pero sí es posible evitar que las haya en las ciudades. Y no a base de aplicaciones masivas de insecticidas, sino cuidando de no ofrecerles sitios de reproducción, como cacharros, llantas de desecho y hasta simples tapas de refrescos. Y los mosquitos que de todos modos haya en los centros de población «”porque inevitablemente los habrá»” pueden mantenerse fuera de las viviendas con simples mosquiteros en las ventanas.
Estos insectos «”hay que subrayarlo»” no son ni buenos ni malos. Son parte de los ecosistemas, y tienen tanto aspectos positivos como aspectos indeseables.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 11 de diciembre de 2015