Amenazan con cadena perpetua a periodistas turcos

ESCRUTINIO

Amenazan con cadena perpetua a periodistas turcos[1]

Juan José Morales

El pasado 1° de diciembre, en esta columna, comentamos que la guerra civil en Siria es fomentada por el gobierno turco «”que apoya a los rebeldes del llamado Estado Islámico o EI para abreviar, aunque oficialmente dice combatirlos»” porque Bilal Erdogan, hijo del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se beneficia con un sucio negocio de venta del petróleo robado por los rebeldes musulmanes en los campos petroleros de Siria e Irak.

Pues bien, ahora el propio presidente turco ha iniciado un juicio contra dos periodistas del diario opositor Cumhuriyet, Can Dündar y Erdem Gül, quienes exhibieron un video en el cual se ve un convoy de agentes de los servicios secretos turcos transportando cargamentos de armas para los rebeldes en Siria.

clip_image001Dündar y Gül, los periodistas turcos que el presidente de su país, Recep Erdogan, pretende sentenciar a dos cadenas perpetuas consecutivas, más 30 años adicionales de cárcel (probablemente el mandatario pretende que ni sus huesos puedan salir de prisión), por haber revelado la colusión del gobierno de Erdogan con los rebeldes del llamado Estado Islámico a los que suministra armas y pertrechos

Ante la aplastante evidencia, Erdogan no tuvo más remedio que reconocer que efectivamente su gobierno estaba enviando armas y municiones a ese país, pero intentó suavizar las cosas diciendo que no estaban destinadas al EI, sino a rebeldes «moderados» que combaten tanto contra el EI como contra el régimen del presidente sirio Bashar al Assad, lo cual a fin de cuentas no deja de ser violatorio del derecho internacional y una intervención en los asuntos internos de Siria.

Enfurecido por las revelaciones, el presidente turco declaró abiertamente que los periodistas «la pagarán muy caro», presentó una acusación penal contra ambos por espionaje, terrorismo, revelar secretos de Estado, intentar derrocar al gobierno y poner en riesgo la seguridad del país, y pidió que se dicten contra cada uno de ellos dos sentencias de cadena perpetua consecutivas, más 30 años de cárcel adicionales. Fueron arrestados en noviembre del año pasado, y estuvieron en prisión hasta febrero, cuando la corte constitucional ordenó ponerlos en libertad «”aunque se mantuvieron las acusaciones contra ellos»” por considerar que se habían violado sus derechos a la libertad y la libre expresión.

Lo más grave del caso, es que el tribunal que lleva el caso decidió que el juicio se realice en secreto, con lo cual se dificultará considerablemente la defensa de los dos periodistas. El pretexto esgrimido por el juez es que parte de las pruebas contra éstos consiste en documentos de naturaleza confidencial y secreta del gobierno, y por tanto no pueden ser dados a conocer en público. A ello, los abogados de Dündar y Gül replicaron que en todo caso esa parte de la acusación podría ser presentada en una audiencia a puertas cerradas, pero el resto del juicio debe ser público. Su petición, por supuesto, fue rechazada. Turquía «”hay que recordarlo»” tiene muchas similitudes con México en cuanto a corrupción, gobierno opresivo y represivo, y jueces dóciles ante el poder presidencial. En su informe 2015 sobre libertad de prensa, la organización Reporteros sin Fronteras ubicó a este país en el lugar 149 entre 180, y según datos oficiales del ministerio de justicia, más de dos mil personas han sido llevadas a juicio por «insultar» al presidente Erdogan desde que éste tomó el poder en agosto de 2014.

El juicio contra Dündar y Gül debió comenzar el 25 de marzo pero la primera audiencia se pospuso para abril, cuando se inició a puertas cerradas, sin que ningún observador nacional o extranjero pudiera asistir a ella. Esto ha despertado una ola mundial de protestas, pues a la primera y frustrada audiencia incluso asistieron numerosos periodistas, abogados y diplomáticos de países de la Unión Europea, a la cual Turquía ha solicitado su ingreso. Más de un centenar de escritores y prominentes periodistas de todo el mundo firmaron una petición al gobierno turco para que desista de su persecución contra estos y otros trabajadores de la comunicación, pero Erdogan insiste en enviarlos a prisión de por vida.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 12 de abril de 2016

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