Comencé a leer el prefacio de «UFOs, An Air Force Dilemma» por algún miembro no identificado del NIDS (National Institute for Discovery Science), que a pesar de su nombre no tenía nada de científico. Se trataba de una organización pro-ovni fundada en 1995 y patrocinada por el multimillonario Robert Bigelow. El NIDS desapareció en el 2004.
Como conocía la orientación del NIDS no me sorprendió su prefacio, tendencioso y sesgado, sobre el trabajo casi autobiográfico del Teniente Coronel Héctor Quintanilla, el último jefe del famoso Project Blue Book, la investigación oficial de los ovnis por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Lo que sí me sorprendió fue que el NIDS fuese quien presentara este valioso documento (hasta ese momento inédito) para la historia de la ufología mundial. Yo lo había visto, muchos años atrás, cuando me lo mostró el ufólogo argentino Alejandro Chionetti, cuando estuvo viviendo por algunos días en mi casa y viajamos a investigar algunos casos ovni y forteanos. Alex Chionetti fue quien «rescató» (por decirlo de alguna manera) el manuscrito por parte del propio Héctor Quintanilla.
Me pregunté ¿porque es el NIDS y no Chionetti quien presenta este libro? Lo ignoro.
Luego de leer el prefacio me encontré con una presentación firmada por Alejandro Chionetti. Me dispuse a leer lo que suponía era otra pieza sesgada en torno al libro de Quintanilla. Pero no. A pesar de que Alejandro sigue creyendo en los ovnis, su presentación me pareció justa y sobria.
A continuación tenemos la presentación de Chionetti:
«Di la verdad y no te creerán» Héctor Quintanilla, en un video de una entrevista, diciembre de 1990
Alex Chionetti
Justo cuando pensé que estaba libre de los «platillos voladores» y de las investigaciones de campo realizadas por toda América por casi una década, cuando mi vida como ufólogo parecía haber terminado, un amigo me presentó a Karl S. Quintanilla.
Cuando el apellido resonó en mi oído, pregunté tembloroso: ¿Tu padre tuvo algo que ver con la Fuerza Aérea, más específicamente con el Proyecto Libro Azul? Mi amigo respondió sí.
Estaba indeciso de romper mi largo sabático de no tener nada que ver con el fenómeno ovni. No tardé en reunirme con el hijo del Teniente Coronel Héctor Quintanilla, y en pocas horas el manuscrito que tiene ante sus ojos, cayó en mis manos. Un verdadero tesoro para un joven ufólogo, y más para un investigador de origen hispánico.
Antes de esto, uno de mis mentores había sido el finado Dr. J. Allen Hynek, con quien colaboré en la fundación de la rama del CUFOS basada en Buenos Aires, asociada al CIU (Comisión de Investigaciones Ufológicas), a principios de los ochentas. La vida me había conectado con su némesis, durante la edad de oro de la ufología y el Project Blue Book. El Dr. Hynek fue un consultor civil bajo la nómina de la Fuerza Aérea. Después de muchos años de escepticismo, se convirtió en el icono respetado de la investigación científica ovni.
Las confrontaciones entre Hynek y Quintanilla fueron similares a los diálogos modernos entre Mulder y Scully de «The X Files», como verá en este manuscrito.
Eso fue durante mis primeros meses en California, donde el impacto de la cultura Mexican-America, el universo Chicano, era un misterio fascinante. Y Héctor Quintanilla era un representante extraordinario de esa cultura.
Él cruzó el Río Grande con su madre, su familia era de inmigrantes, parte del flujo de la frontera, espaldas mojadas. Llegó durante uno de los peores periodos en la historia de los Estadios Unidos, la Gran Depresión de 1929. Pero su determinación y vocación militar lo convirtió en un soldado y físico orgulloso.
Recuerdo haber tenido una larga conversación con él, en nuestra lengua materna el español. Recuerdo preguntarle sobre Roswell, que apenas fue mencionado durante su tiempo. «Hangar 18», remarcó, «Yo fui ahí pero no era más que una estructura vacía, nada especial, ningunos hombrecitos, ni naves». Hablamos sobre el Caso Socorro, ambos compartimos experiencias frustradas con Lonnie Zamora. La posibilidad de que la nave de Socorro fuese un prototipo experimental de un módulo lunar se quedó con él por más de dos décadas, pero nunca pudo probarlo. También me dijo que fue el caso más importante del Libro Azul, como verán en sus memorias.
Naturalmente, también hablamos de su confrontación con Hynek, y el episodio clásico del «gas de los pantanos». «Él era de gran ayuda cuando había malas identificaciones con estrellas y planetas, pero no fue feliz cuando el Dr. Condon y la Universidad de Colorado entró en escena», continuó Quintanilla. «Originalmente pensé que era un error beneficiarme financieramente de un libro, pero quería compartir mi conocimiento y no dejar que se perdiera la información». El titulo original fue UFO»™s 20 Million Dollar Dilemma. Pero la cosa más importante que dijo fue que pensaba que sería capaz de resolver el misterio ovni, tenía la suficiente confianza de encontrar una explicación científica.
Hace diez años todavía pensaba eso, «es difícil para mi creer que nuestros ancestros fueron visitados por extraterrestres si no puedo poner mi dedo en un vehículo. En este momento no conservamos evidencia física. Podremos verlo o sentirlo, acerca de la vida inteligente que somos, cuando tengamos la capacidad de transportación a través del espacio desde un punto a otro».
Durante la Segunda Guerra Mundial, Quintanilla fue a la universidad, y fue seleccionado antes de terminar su primer año. En el teatro del Pacífico Sur, fue parte del 13th Air Force Squadron, y la 72nd Bombardier Unit. Regresando a la escuela, fue reclutado en enero de 1946 como asistente en el «Air Force Security Service». Justo cuando había terminado la escuela, la Guerra de Corea estaba en plena acción.
Durante sus últimos años, las convicciones de Quintanilla hacia la existencia de los ovnis fueron la esperanza de encontrar casos con más sustancia e información. Para el último director del Proyecto Libro Azul, la «forma platillo era una configuración», una creación en los medios impresos a principios de los sesenta, que se seguían uno tras otro.
El gran dolor de cabeza de Quintanilla eran los medios, que siempre se apresuraban en el momento de las conferencias de prensa, siendo más cándido con las estaciones y las cadenas de TV. «Los reporteros siempre insistían que les diera información antes de que terminara el informe, y luego ellos ponían sus propias conclusiones». Quintanilla siempre dijo tanto a la prensa como a sí mismo, «Estoy tratando de ser honesto tanto en la investigación como en el informe». A pesar de la falta de evidencia física, Quintanilla siempre sintió que «era egoísta para el hombre pensar que el Creador de toda la belleza existía sólo para nuestro beneficio; debe haber extraterrestres o inteligencias en una de esas multitud de estrellas».
Con el cierre del Proyecto Libro Azul, un capítulo clásico de la ufología americana e internacional llegó a su fin. Después de eso, ninguna organización creada oficialmente investigó el fenómeno ovni en Estados Unidos. Con esta desaparición, también se fueron muchas experiencias valiosas, ya que casi nadie se tomó el tiempo de revisar el Libro Azul cuando algunos de su elenco y reparto todavía estaban con nosotros.
Ahora la ufología ha sobrevivido a cincuenta años de incomprensión por las autoridades, el público, y los mismos ufólogos. Por otra parte, los medios se han desplazado de la burla a explotar el fenómeno como una carnada para incrementar los ratings y multiplicar las ganancias, principalmente en la programación de hora estelar y por cable. Los recuerdos de los siete años de investigación de Quintanilla son un faro en la oscuridad, gran parte de ella creada por algunos mitólogos de la ufología quienes erróneamente colocan el Libro Azul en la bolsa de lona de los chicos malos.
Aunque Quintanilla no creía en ninguna clase de conspiración tras sus espaldas: «Todo mundo me dio la cooperación más completa, nadie se reusó, desde las agencias del más alto nivel a los altos laboratorios a los que les solicité ayuda». Sin embargo, es posible, que antes de su tiempo los directores anteriores mantuvieran diferentes aproximaciones o agendas.
Afortunadamente para los investigadores y aficionados, UFOs: An Air Force Dilemma ha sobrevivido. Es una ventana al pasado y una puerta al futuro para todos, especialmente para la generación más joven de ufólogos y científicos interesados en el fenómeno. Su cooperación sigue siendo urgentemente necesitada para avanzar en lo que sigue siendo un misterio en el siglo 21.
Los Ãngeles, California, 2-5-2001