IMPACTO AMBIENTAL
Honor a quien honor merece[1]
Juan José Morales
Ayer, tras leer la noticia de que hoy lunes 17 de agosto la maya pax o música maya será declarada patrimonio cultural inmaterial de Quintana Roo en el marco del Séptimo Coloquio Internacional sobre Patrimonio Cultural Inmaterial que tiene lugar en Cancún, me apresuré a llamar a Margarito Molina para felicitarlo, pues puede decirse que a él se debe el decreto, gracias a sus investigaciones sobre el tema. Para mi sorpresa, respondió que ni siquiera había sido invitado al acto.
Margarito Molina «”al centro, de barba«” con ejecutantes de maya pax durante sus investigaciones sobre este tipo de música, característica de las comunidades mayas del municipio de Felipe Carrillo Puerto en Quintana Roo. La interpretan pequeños conjuntos de uno o dos violines, un tambor redoblante y una tambora de doble parche. Originalmente incluía también una corneta de infantería, que le daba un aire marcial. Comprende tanto piezas bailables como de carácter ritual. Durante sus investigaciones, Molina y sus colaboradoras lograron detectar más de 50 obras, lo cual implica un arduo trabajo ya que no existen partituras de las mismas sino que se han transmitido de generación en generación por los propios ejecutantes.
Aquello me dejó perplejo. Como publiqué hace casi tres años en estas páginas, el 17 de octubre de 2013, Molina y sus colegas antropólogas Meztli Suárez y Karina Rivero, realizaron el único documental hasta ahora existente sobre esa manifestación cultural, titulado La música de la guerra y de los dioses. Dicho sea de paso, el financiamiento para el mismo provino de un fondo especial aportado por los gobiernos de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo y ascendió a la cantidad de 26 mil pesos.
Sí. Leyó usted bien: veintiséis mil pesos.
Por supuesto, tan irrisoria cantidad no servía para gran cosa, pero Molina, Suárez y Rivero pusieron dinero de sus bolsillos para cubrir el faltante. Previamente gracias a gestiones con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), el equipo de trabajo de Molina y Radio XENKA, editaron un disco con grabaciones musicales hechas con diversos grupos de músicos mayas. A este respecto, cabe subrayar que «”como señalamos en aquella ocasión»” el documental y el disco no consistieron en una simple recopilación de interpretaciones musicales, sino fueron el fruto de un riguroso trabajo antropológico, que abarcó todos los aspectos de la vida de los mayas macehuales de Quintana Roo descendientes de los combatientes de la Guerra de Castas, creadores de esa música militar y religiosa.
Tras la presentación del documental y el disco, y dados sus amplios y profundos conocimientos en la materia, se pidió a Molina elaborar el borrador de un decreto para «”como él mismo había sugerido al gobierno del estado»” declarar la maya pax patrimonio cultural inmaterial de Quintana Roo. Su proyecto, que pude conocer en su oportunidad fue la base «”copiado casi textualmente»” del decreto que hoy se dará a conocer oficialmente y servirá al gobernador Roberto Borge para alardear ante México y el mundo como protector de la cultura maya.
Ciertamente, no puede uno menos que sentirse indignado ante el menosprecio «”desprecio sería el término preciso»” que el gobierno de Borge manifiesta hacia los intelectuales e investigadores sin cuya dedicación y esfuerzo el panorama cultural de Quintana Roo sería todavía peor de lo que es actualmente. Vaya pues, desde estas líneas, un reconocimiento a Margarito Molina, hombre con una ejemplar trayectoria de más de tres décadas en muchos y muy diversos campos de la cultura en Quintana Roo.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 15 de agosto de 2016