Los falsos tratamientos con células madre

QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN

Los falsos tratamientos con células madre[1]

Juan José Morales

Si algo hay que reconocerle a los charlatanes médicos es su habilidad para tomar hechos científicos reales y presentarlos fuera de su verdadero contexto como si fueran un infalible método curativo.

Tal es el caso de las llamadas células madre, que como se recordará, son aquellas a partir de las cuales se puede formar cualquiera de los diferentes órganos o tejidos de un organismo. Hay dos tipos de ellas: las embrionarias, contenidas en el blastocisto «”esto es, el embrión de sólo 7 a 14 días, que es una masa de células indiferenciadas»”, y las del organismo adulto. Y si bien, los científicos consideran que dada su capacidad regenerativa podrían utilizarse «”especialmente las embrionarias»” para reparar órganos y tejidos dañados, e incluso formar nuevos, las investigaciones se encuentran todavía en su etapa preliminar.

Esto no obsta, sin embargo, para que se ofrezcan falsos tratamientos a base de células madre, que van desde cremas «rejuvenecedoras» hasta una supuesta cura de graves padecimientos como diabetes, demencia senil, mal de Parkinson, problemas respiratorios, artritis reumatoide, Alzheimer y otros muchos. Incluso, se ofrece usar inyecciones de células madre para tratar casos de autismo.

Un ejemplo de tales tratamientos, del cual se dice que sirve para reparar tejidos pulmonares dañados, consiste en aislar varios cientos de millones de células madre tomadas del propio paciente y luego inyectárselas por vía intravenosa (si se le aplicaran las de otra persona, sobrevendría una reacción de rechazo y graves problemas orgánicos).

imageUn poco de humor nunca cae mal. Una célula madre no es una célula preocupona y sobreprotectora como la pinta Giorgo, caricaturista español, sino aquella que, según la definición científica, tiene el potencial de convertirse en muchos tipos diferentes de células en el cuerpo. Hay dos clases de ellas: embrionarias y adultas.

Supuestamente, y como por arte de magia, esas células se encaminarán directamente a los pulmones, y una vez ahí instaladas, se transformarán en células pulmonares y procederán a restaurar los tejidos dañados.

Tales afirmaciones no están respaldadas por ninguna investigación seria, realizada en algún centro científico de reconocido prestigio y publicada en alguna revista arbitrada. Es «”ha comentado alguien»” como si para reparar un teléfono celular averiado, se le inyectara metal, esperando que automáticamente adopte la configuración de las piezas dañadas.

Como en Estados Unidos las autoridades ejercen mayor control sobre tales engaños, los timadores ofrecen sus tratamientos «”tan ineficaces como costosos»” en otros países, entre ellos Líbano, Bulgaria, China y México, donde las leyes y la vigilancia sanitaria son más laxas.

No vamos a entrar en detalles. Basta recalcar que la Sociedad Internacional para la Investigación en Células Madre, que reúne a más de cuatro mil científicos de reconocido prestigio, sólo considera debidamente probadas unas cuantas terapias para la leucemia y otras enfermedades de la sangre, tratamiento de quemaduras, cartílago y córnea. Todas las demás se consideran experimentales. Por lo tanto, de acuerdo con los principios de la ética médica, se debe advertir clara e inequívocamente tal cosa a los pacientes a quienes se les aplica. Además, no se les debe cobrar por ello. Sin embargo, los embaucadores no tienen empacho en usar a los enfermos como conejillos de indias y de ribete cobrarles cantidades estratosféricas, rara vez menores de veinte o treinta mil dólares.

Esta es la triste realidad de las supuestas curas con células madre. Si se las ofrecen usted o algún miembro de su familia, no se precipite ni se deje seducir con promesas. Antes de aceptar acuda en busca de orientación a la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios, la Cofepris. Ahí le informarán si es realmente un tratamiento probado o todavía está en la fase experimental.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 8 de septiembre de 2016

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