¡Me han descubierto!

¡Me han descubierto!

2 de noviembre de 2016

Paolo Bertotti

14925546_898998733563564_5376618503859217616_n[1]Yo en la conferencia de (F)ufólogos.

Grandes palmadas en la espalda y, especialmente, grandes mentiras, que permite la declaración del nuevo «culto» de la (F)ufología.

Como se puede leer (el post delirante «capturado» por el bueno de Scott Brando ayer) éstas son las únicas «armas» que estos inadaptados tienen para ser escuchados.

Se pasa del «no creen» referido a varias personas, incluido yo mismo, que prefiero ENTENDER, en lugar de creer (el «culto (F)ufológico» no lo hace, de hecho, no admite ni preguntas ni respuestas, sólo tiene capacidad para mantener el dogma Fuffaro sin tocar y sin explicaciones racionales), hasta llegar a «son desinformadores»»¦ sin duda son pagados por la CIA, el FBI o incluso los reptiles…

Pero de una cosa pueden estar seguro de señores: Tengo pesadillas al leer su basura no la tengo con seguridad porque explico claramente la basura que escriben sin sentido y las fotos de aves e insectos que se movían tomadas como naves extraterrestres. En términos sencillos sus varios sitios los miro cuando estoy cansado de ver material antiguo de Benny Hill en YouTube.

Fotográficamente, y lógicamente nos reímos más.

Bufones.

http://photobuster.blogspot.mx/2016/11/mi-hanno-scoperto.html

La (F)ufología – Lección 1

La (F)ufología – Lección 1

12 octubre 2016

Paolo Bertotti

14610925_882970678499703_6080158312142894980_n[1]Hoy voy a hablar de la (F)ufología y sus seguidores ignorantes… la (F)ufología es de hecho comparable a una «secta religiosa», incluyendo los hombres santos con ojos alucinados, y los fanáticos gritando sin sentido.

La (F)ufología (para los que todavía no la conocía completamente) es la rama de estudio (inexistente) que se ocupa de la venta ambulante, sin experiencia ni conocimiento, de fotografías tema de «ovni», que retratan los demás, dando explicaciones al límite de lo absurdo.

Pero toda esta escalada de espejos siempre choca con la realidad de los hechos, con la verificación instrumental, con la experiencia (mia y de los demás) y, especialmente, con el sentido común.

A la vanguardia tenemos por ejemplo el CUFOM.

Esta ridícula «asociación» trata de dar un tono con títulos rimbombantes pero con cero contenido y/o experiencia cero en la verificación con el método instrumental/científica, además del hecho establecido ahora de confiar su «no competencia» «a los no expertos» ignorantes de la fotografía que pretenden ser grandes fotógrafos, pero detrás no tienen nada más que una serie de selfies sacadas junto a celebridades.

Como si las celebridades o la competencia se transmitiera por el aire, como los resfriados.

Pero los conozco y también conozco la (F)ufología: La madre de los idiotas siempre está embarazada.

Y siempre habrá ignorantes que enmascaran las fotos borrosas de insectos, aves y manchas en el parabrisas con ovnis.

Y es el caso de hoy: una simple mancha en el parabrisas (lo sé, lo sé, lo estoy haciendo suspenso) haciéndola pasar como ovni por el CUFOM.

Aquí están las fotos.

14801108_1011399818982024_1407051268_n14813488_1011399825648690_1639048186_nLa primera objeción que por lo general es accionada por el CUFOM es

«Este caso es nuestro y usted (es decir, cualquier persona que cuestiona las tonterías del CUFOM) no tiene el original».

Además del hecho de subrayar lo absurdo de la afirmación (un caso no es propiedad de nadie) también hay que destacar el hecho de que si el CUFOM elige degradar las imágenes para no permitir otros controles por parte de terceros, esto sólo indica la falta de honradez intelectual y tratar de ocultarse detrás de un dedo.

Porque como es claro para todos: es una mancha en el parabrisas.

Y te lo digo, aunque se degrade la fotografía «habla».

Nos habla desde una simple regla óptica llamada «profundidad de campo».

En la foto en cuestión, todo lo que se entiende a unos 15 cm de la óptica fotográfica utilizada en «infinito» está en un enfoque perfecto. Y lo que está más cerca de 15 cm de la cámara es claramente borroso.

Al igual que la mancha en el parabrisas.

Y si el testigo dice que en lugar estaba un «ovni que se movía», mostrando las dos fotos (donde el «ovni» parece moverse)

esta afirmación es negada por el simple hecho de que el testigo simplemente ha desplazado lateralmente la cámara, cambiando la perspectiva de visión de la mancha (y el tablero de instrumentos, claramente descentralizado entre la primera y la segunda foto).

Y la explicación es simple, pero CUFOM simplemente elige mentir, sabiendo que miente.

Las dos fotos muestran una simple mancha en el parabrisas.

Y basta una simple reconstitución de las fotos que suministren prueba instrumental (incluso si usted no proporcionó los originales, queridos tontos/tramposos de CUFOM no fragatas para asegurarse del suscrito).

Es claro que el cristal está sucio. Y no eran los extraterrestres.

14801108_1011399818982024_1407051268_n-214813488_1011399825648690_1639048186_n-2Si en cualquier caso la CUFOM todavía tenía dudas, también está claro que el punto fuera de foco (y por lo tanto muy cerca de la cámara) tiene una densidad más alta que el tono de fondo.

Y esta es densitometría sencilla (otro control instrumental que el CUFOM ignora) que se enseña como base en cualquier escuela de fotografía/gráfica.

Con tantos saludos a la ignorancia y la estupidez de todo el CUFOM y sus gurús y seguidores.

Para su servidor PhotoBuster, de nueva cuenta es todo. ¡Nos vemos!

Gracias por informar del caso:

ScienzeFanPage

http://scienze.fanpage.it/svistamento-ufologico-a-napoli/

14567433_1751513855066109_2699529657899638154_o[1]Scott Brando-Ufo of Interest

facebook.com/ufoofinterest/

http://photobuster.blogspot.mx/2016/10/la-fufologia-lezione-1.html

Trump, los pajaritos y la ignorancia

IMPACTO AMBIENTAL

Trump, los pajaritos y la ignorancia[1]

Juan José Morales

En una muestra más de su absoluta ignorancia en cuestiones científicas, Donald Trump declaró en una reciente entrevista con su acostumbrado lenguaje «”reflejo de su mentalidad»” vago, disperso, simplista y lleno de afirmaciones sin fundamento pero que presenta como verdades absolutas, que se opone al uso de la energía eólica porque los aerogeneradores «matan todos los pájaros. Miles de pájaros yacen sobre el terreno. Y el águila. ¿Saben? En ciertas partes de California han matado tantas águilas. ¿Saben? Si matas un águila, te meten a la cárcel. Y estos aerogeneradores (las matan) por cientos».

Tales afirmaciones no son nuevas. Las ha venido repitiendo el candidato republicano desde hace algún tiempo en entrevistas y en sus tweets, y las comparten ciertos ecologistas radicales. Los mismos que por un lado hablan de usar fuentes alternativas de energía pero se oponen a la energía solar porque «achicharra» a los pájaros, a la energía nuclear porque «es peligrosa», o a las centrales hidroeléctricas porque «alteran los ecosistemas».

La realidad, empero, es muy diferente. Si Trump y esos ecologistas de fin de semana estuvieran mejor informados, sabrían que «”según diversos estudios»” en todo Estados Unidos mueren anualmente entre 140 mil y 328 mil pájaros en las aspas de las turbinas eólicas. Y aunque a algunos pueda parecer una gran cantidad, es un número insignificante en relación con las poblaciones de aves existentes en el país. Y también poquísimos comparados con los que mueren por otras causas.

imageLa idea de que las aeroturbinas causan una verdadera carnicería de aves con sus aspas dista mucho de ser cierta. En realidad, bandadas de pájaros pueden volar a través de un parque eólico sin que sólo unos pocos o ninguno muera por una colisión con las aspas. Perecen mucho más al estrellarse contra ventanas de vidrio.

En las torres de telefonía celular, por ejemplo, perecen unos 6.8 millones de pájaros cada año. Y electrocutados en las líneas eléctricas de alta tensión, unos 200 millones.

Tales cifras, por lo demás, son inferiores a las estimaciones sobre la cantidad de aves que mueren al estrellarse contra las ventanas de casas y edificios: entre 365 y 988 millones anualmente. A ellas habría que sumar los «pajarazos» contra automóviles y camiones en las carreteras. Y ni qué decir de la mortandad debida a la depredación de gatos domésticos y ferales, a la que nos referimos hace algún tiempo: entre 1 300 y cuatro mil millones de pájaros cada año. Eso sin contar otros animales silvestres, como ratones de campo, ardillas, lagartijas y otros, cuyo total asciende a mucho más que esa cifra.

En cuanto a las águilas que tanto preocupan a Trump, los estudios indican que ha habido sólo seis muertes confirmadas de tales animales en aerogeneradores durante los últimos 20 años. Ciertamente, sin duda la cifra real debe ser mucho mayor, ya que no hay registros sistemáticos y las que se han contabilizado dependen del hallazgo incidental de los cuerpos.

Los datos que hemos estado manejando se refieren sólo a Estados Unidos. No hay estudios similares para México. Desde luego, habría que buscar formas de reducir la mortalidad, no sólo de aves sino también de murciélagos, ocasionada por las turbinas eólicas. Pero el problema no es tan grave como lo pintan algunos bien intencionados pero mal informados ecologistas. Más que oponerse al uso de aerogeneradores, habría que promover, por ejemplo, el uso de figuras adhesivas en las ventanas, como las que se usan en las puertas de vidrio para evitar que la gente choque con ellas. Esa sencilla medida salvaría la vida a muchas decenas y quizá cientos de millones de pájaros cada año.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 4 de noviembre de 2016