ESCRUTINIO
Mariguana legal y mariguana ilegal[1]
Juan José Morales
Hace poco me topé con una noticia que ilustra muy bien la confusa y contradictoria situación que existe actualmente respecto al consumo de mariguana: a una pareja de turistas que llegó a Cancún, se le encontró durante la revisión aduanal de su equipaje un paquetito con 37.5 gramos de la hierba. De inmediato se les puso en manos de la policía federal, acusados de tráfico de estupefacientes. Ignoro qué suerte corrieron en manos de policías, agentes del ministerio público, abogados, autoridades carcelarias y presos, pero es de imaginarse.
Los dos turistas procedían del estado norteamericano de Washington, donde la posesión y consumo de mariguana para usos recreativos es legal. Pero en México no. Como tampoco lo es en otros estados norteamericanos. O, para decirlo en otros términos: basta cruzar una frontera o un límite estatal, para que lo que de un lado es perfectamente legal, se convierta en un delito.
Y la confusión sigue creciendo. En las elecciones del pasado 8 de noviembre, además de elegir presidente y miembros de las cámaras, los votantes norteamericanos de los estados de California, Massachusetts, Maine y Nevada aprobaron la legalización del consumo de mariguana con fines recreativos. Con ello, se duplicó el número de estados en que se permite. Los otros son Colorado, Alaska, Washington y Oregon.
Igualmente es legal hacerlo en el distrito de Columbia, donde tiene su sede la capital del país, Washington.
Este mapa de Statista, con datos del diario The New York Times, muestra que son ya dos docenas de estados en EU donde se permite el uso legal de mariguana con fines médicos o recreativos. La tendencia, por lo demás, sigue en ascenso. Una reciente encuesta del instituto Gallup mostró que el 60% de los norteamericanos considera que su consumo debe legalizarse, contra sólo 31% hace 15 años.
En la misma elección, en otros cuatro estados «”Arkansas, Florida, Montana y Dakota del Norte»” los votantes aprobaron el uso con fines medicinales de la mariguana.
Hay, desde luego, limitaciones. No se permite, por ejemplo, fumarla en público, ni tampoco manejar un vehículo bajo sus efectos. Pero la tendencia general en Estados Unidos es a la despenalización de su consumo, para ubicarla en la misma categoría de sustancias psicoactivas que el alcohol. Y es que, pese a las prohibiciones y la persecución de que son objeto los consumidores y vendedores, cada vez es mayor el número de estadounidenses que la consumen regularmente. Un reciente estudio del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas de Estados Unidos 22 millones de personas dijeron haberla fumado durante el mes anterior a la encuesta.
Por otro lado «”y esta es quizá la vertiente más importante del asunto»”, las autoridades de muchos estados parecen estar llegando a la conclusión de que en vez de gastar grandes cantidades de dinero, tiempo y esfuerzos para perseguir, atrapar, enjuiciar y encarcelar a los vendedores y consumidores de mariguana, es mejor incorporarlos a la economía formal, con todas las ventajas que ello implica en materia de recaudación de impuestos.
En el caso de California «”estado que, dicho sea de paso, fue el primero en autorizar el uso de mariguana con propósitos médicos, hace 20 años»”, se espera no sólo reducir drásticamente los arrestos por venta y consumo de estupefacientes, sino recaudar unos mil millones de dólares en nuevos impuestos. Parte de ese dinero se destinará a programas de rehabilitación de consumidores de drogas «duras».
Esa es, pues, la tendencia en Estados Unidos, y seguramente México no tardará en seguirla. Sólo falta ver qué hará Donald Trump, para quien el problema de las drogas no es de carácter médico sino policíaco.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 22 de noviembre de 2016