¡He descubierto Z!. Crítica de Diego Zuñiga

¡He descubierto Z!

He descubierto ZLuis Ruiz Noguez

Prólogo de Martín Fragoso

México, 2017

Una obra de 232 páginas que ofrece una biografía de Charles Fort y los extractos conocidos de su libro «Many parts».

Muchos amantes de los temas extraños o aficionados a los ovnis se consideran «forteanos», entendiendo el concepto como algo relacionado con la colección de noticias extrañas que presuntamente desafían a la ciencia y a sus postulados. La fuente de inspiración de todo esto es Charles H. Fort, un señor que a comienzos del siglo XX publicó cuatro libros, básicamente pasados por alto por la sociedad en su momento, pero con los que logró convencer de su supuesto talento y de su fuerza como «renegado» del pensamiento racional a algunos popes de la escena literaria estadounidense.

De los cuatro libros de Fort, solamente dos se han traducido al español: «El libro de los condenados» y «Nuevos mundos», siendo el primero el que más ediciones y más alcance ha tenido entre los aficionados. Y acá he de hacer una confesión: jamás pude terminar ninguno de los libros de Fort: su prosa pesada, su estilo farragoso, confuso, carente de coherencia y de estructura lógica, hace que avanzar las páginas de sus obras sea lo más cercano a la tortura que puede padecer un lector. Habrá gente que lo admire, pero no es mi caso. Y es imposible hacer abstracción de ello a la hora de reseñar la obra que me toca reseñar.

Seamos concretos. «¡He descubierto Z», el primer tomo de la Biblioteca Marcianitos Verdes, acomete una tarea difícil. Y creo que nadie podría haberlo hecho mejor que Luis Ruiz Noguez. Verdadero prócer del escepticismo en habla hispana, el químico mexicano y administrador del blog Marcianitos Verdes se esmera por poner en papel una biografía de Fort que permita entender por qué el hombre, conocido como «La foca de Bronx», era como era, tenía la personalidad que tenía y escribía de la forma inconexa en que escribía. Y lo representa como lo que era: un ignorante en temas científicos, cuya escasa formación lo imposibilitaba de acercarse a temas y aspectos que lo apasionaban y que, ante su propia incapacidad, terminó odiando.

Como si la ciencia fuera la responsable de sus marcadas limitaciones, Fort se esforzó por demonizar a este ejercicio intelectual al punto de convertirlo en centro de las burlas en sus libros, en los que intenta demostrar, a través de la recopilación sin orden ni concierto de presuntos fenómenos «olvidados», que los científicos pasan por alto estas evidencias dado que les resultan imposibles de explicar. Y así acumula noticias de lluvias de pájaros, desapariciones de barcos y otras cosas con las que intenta probar algunas de sus ideas, por lo bajo descabelladas y que muchos de sus seguidores se avergonzarían de defender si es que las conocieran.

Ruiz Noguez pone esos antecedentes sobre la mesa y consigue elaborar una biografía no solo correcta en lo formal y lo estético, sino además desmitificadora (en todo el sentido de la palabra) de la figura que han creado algunos para entronizar a Fort. El autor mexicano reconstruye la vida familiar del coleccionista de noticias, su extraña relación marital, sus amistades, su ego desmedido y, al mismo tiempo, y aunque parezca una contradicción, su inseguridad imposible de disimular. Desde esa perspectiva, la de Ruiz Noguez es una obra muy necesaria y, además, nueva en nuestro idioma, haciendo así un favor a las personas interesadas en comprender de buena forma la historia de la investigación de lo «enigmático».

Sí, quizás a Fort se le deben algunos detalles que hasta el día de hoy imperan en el mundillo del misterio, pero también es verdad que de su figura se ha hecho un mito que bien vale la pena poner en su justa dimensión. La de Fort es una biografía que permite entender cómo su forma de pensar, pseudocientífica ante todo, permeó hasta el día de hoy a los interesados en estos temas, más allá de lo insensatas que fueran, muchas veces, las explicaciones que postulaba Fort como alternativas a las que entrega la ciencia.

Por si la biografía, por sí sola, no fuera ya lo suficientemente valiosa, Ruiz Noguez se dio la tarea de traducir al español los trozos que han llegado hasta nuestros días de «Many parts», la autobiografía de Fort. Tras reconstruir la forma en que estos extractos, de los que hay extensos episodios desaparecidos, fueron rescatados por personas interesadas en la vida del involuntario padre del forteanismo, Ruiz Noguez nos deja con Fort en toda su dimensión: un texto confuso, donde el estadounidense recuerda episodios «la mayoría de ellos muy poco relevantes“ de su adolescencia e infancia, hasta llegar al momento en que ingresa a trabajar a un periódico.

Todo lo que cuenta Fort está salpicado de dudas: cambia los nombres de las personas y de los lugares y los expertos en su vida no consiguen aún ponerse de acuerdo en numerosos aspectos. Sin embargo, y más allá de que leer a Fort pueda ser un martirio en sí mismo, el ejercicio de rescatar del olvido y de poner a disposición de los lectores hispanoparlantes este documento de alto valor histórico para los aficionados a estos temas, es por sí solo digno de encomio. Que Charles Fort no supiera relatar de forma ágil o que fuera incapaz de separar lo banal de lo relevante en modo alguno puede achacarse a Ruiz Noguez, quien cumple de forma brillante la labor de divulgador del pensamiento de un personaje central en el desarrollo de lo extraño, lo enigmático, lo misterioso, lo «forteano», en definitiva.

Que un área de interés como ésta, la de los misterios, deba tanto a un personaje como Fort dice mucho más de lo que uno se imagina sobre estas disciplinas, siempre enemigas de la ciencia, a la que ven como la responsable de sus propias limitaciones. Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que a pesar de Fort, y vale subrayar el «a pesar», Ruiz Noguez factura un libro indispensable para derribar a un ídolo con pies de barro o, al menos, para ponerlo en su contexto.

Diego Zúñiga

El libro se puede adquirir en versión impresa (aquí) o electrónica (aquí).

Las fotografías Rhodes (28)

Las fotografías Rhodes (28)

El segundo artículo de Kevin Randle, a continuación:

Más sobre William A. Rhodes

8 de octubre de 2010

Kevin Randle

imageDije que buscaría más información sobre William A. Rhodes (visto aquí en una mala fotografía, pero una tomada en 1947) y que he descubierto algunos datos adicionales. Parece que no era el muñeco que la Fuerza Aérea quería que creyéramos. La Fuerza Aérea informó que Rhodes era un músico autónomo y que la única fuente de ingresos era el salario de su esposa como maestra de cuarto grado.

En un informe escrito por Lynn C. Aldrich, (en un formulario etiquetado con la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y fechado el 17 de agosto de 1949), Rhodes es descrito por un Sr. y Sra. (Nombre eliminado) como «emocionalmente hipertenso, egoísta y genio en los fundamentos de la radio y la electrónica».

En otra entrevista, realizada el 15 de julio de 1949, de otro testigo cuyo nombre también fue eliminado, se describió a Rhodes como «emocionalmente hipertenso y egoísta».

En un informe fechado el 14 de julio de 1952, por Gilbert R. Levy, se describe nuevamente a Rhodes como «un excelente vecino, que no causa problemas, pero lo juzgó emocionalmente hipertenso, egoísta y genio en los fundamentos de la radio. No lleva a cabo negocios a través de su «˜Laboratorio»™, pero según los informes, dedica todo su tiempo a la investigación».

imageTambién informan que figura en la guía telefónica como «Dr.» pero no pudieron encontrar ninguna referencia a Rhodes en la sección de clasificados de la guía telefónica «bajo Physicians & Surgeons (MD), Dentists and Veterinarians». Lo cual, por supuesto, sería de gran importancia si este tipo de personas fueran las únicas autorizadas a ser tratadas como «Doctor».

Sí sugieren que su afirmación de un doctorado de la Universidad de Columbia no se pudo verificar, y las revisiones de otros, como James McDonald, lo constataron. Sin embargo, hemos visto por qué Rhodes creía que se le había otorgado el título y que tenía una pequeña réplica del diploma en plástico. Dijo que tenía uno más grande en alguna parte, pero nunca lo produjo.

La Fuerza Aérea también parecía molesta porque Rhodes afirmaba que era dueño o trabajaba para el Panoramic Research Laboratory. No pudieron encontrar evidencia de que alguna vez se haya incorporado o que alguna vez haya llevado a cabo algún negocio.

imageEn las evaluaciones resumidas de AMC, como parte del Informe del proyecto Grudge, Apéndice 1, van más allá en su asesinato de Rhodes. Señalaron: «En la correspondencia posterior al periodista de este incidente, el observador (Rhodes) se refiere a sí mismo como Jefe de Gabinete del Panoramic Research Laboratory, cuyo membrete menciona la fotografía entre una de sus especialidades. Sin embargo, el negativo fue cortado sin cuidado y revelado de manera defectuosa».

También señalan, «hay otros aspectos indeseables en este caso. El carácter del observador y las afiliaciones comerciales están actualmente bajo investigación, cuyos resultados aún no se conocen».

El mismo informe continuó: «El Dr. Irving Langmuir estudió las fotografías del sujeto, y después de enterarse del paso anterior de una tormenta eléctrica, descartó que el objeto fotografiado fuese simplemente papel arrastrado por el viento».

Y luego, como para reforzar el asesinato de este personaje, el informe dijo: «Opinión de AMC: en vista del carácter aparente del testigo, la conclusión del Dr. Langmuir parece totalmente probable (sic)».

Por supuesto, no se menciona el descuento completo del informe verbal de Rhodes. Oyó un silbido que atrajo su atención hacia la nave que, por supuesto, descarta el papel que el viento sopla. Y debe descontar las estimaciones de tamaño, velocidad y altitud proporcionadas por Rhodes, aunque la mayoría de las personas, al mirar un objeto en el cielo, no logran estimar correctamente gran cosa al respecto. Pero aquí había nubes en el cielo que daban, hasta cierto punto, un punto de referencia. Y, en la segunda imagen, hay algunos detalles en primer plano.

En otras palabras, la Fuerza Aérea pareció desviarse para desacreditar a Rhodes, sugiriendo que era un hombre egocéntrico que vivía de los ingresos de su esposa. Aunque los vecinos habían dicho que era un buen vecino, la Fuerza Aérea informó que odiaba a los gatos y perros y que disparó contra varios animales que se desviaron hacia su propiedad. No estoy seguro de que se describa a alguien que disparó a las mascotas como un buen vecino, por lo que debe preguntarse acerca de estas afirmaciones de la Fuerza Aérea.

Y aquí está la otra cara de esto. Rhodes dijo que había hecho un trabajo experimental con el Naval Ordnance Laboratory en Washington, DC durante la Segunda Guerra Mundial. Regresó a Phoenix en 1942 y trabajó como instructor en el campo Falcon.

Tony Bragalia y yo encontramos que Rhodes tenía varias patentes que sugerían que no era el «bicho raro» que la Fuerza Aérea señaló. Parecía ser el genio que sus vecinos creían que era. Y con las patentes a menudo vienen los aranceles de licencia, que serían una fuente de ingresos que no verían fácilmente aquellos que no lo sabían. No vi nada en la investigación de la Fuerza Aérea que sugiriera que habían revisado sus declaraciones de impuestos para saber si su laboratorio traía algún ingreso.

El Dr. James McDonald investigó a Rhodes en la década de 1960 y descubrió que tenía una variedad de patentes, y de acuerdo con una carta fechada el 18 de febrero de 1967, escribió: «… que ha vivido modestamente de una impresionante variedad de inventos». McDonald, entonces, hizo lo que la Fuerza Aérea no pudo, o no hizo, es decir, verificar el genio creativo de Rhodes.

De los archivos queda bastante claro que la Fuerza Aérea pensó poco en Rhodes y su «estilo de vida excéntrico». Se burlaron de su laboratorio y su investigación, sugiriendo que era un músico desempleado y mencionando poco sobre su formación técnica. Claramente él era un hombre inteligente que inventó o modificó una cantidad de cosas y se le concedieron patentes.

No he encontrado nada en el archivo del caso, ni en las investigaciones para rechazar las fotografías o sugerir que fueron un engaño. En cambio, noté que la Fuerza Aérea trazó una línea que conectaba las fotografías de Rhodes con el primero de los dibujos de Kenneth Arnold. Creo que esa era una conexión que preferirían no hacerse en el mundo civil porque sugería que Rhodes tendía a corroborar a Arnold y que serían más felices si los avistamientos no estuvieran conectados.

Pero el verdadero problema aquí, sabiendo ahora lo que sé, es que la Fuerza Aérea estaba intentando menospreciar el valor de las fotografías mediante un cuidadoso asesinato de personajes. Rhodes era un hombre inteligente, que trabajaba a nivel de doctorado para el gobierno durante la guerra, pero cuando su nombre salió a la superficie con fotografías de ovnis, se convirtió en un chiflado que infló su ego con su Panorama Research Laboratory y reclamando un título que no tenía ganado

Al final, no hay una razón válida para rechazar las fotografías. Al menos no había ninguno que pudiera encontrar en los archivos. Si eso es cierto, entonces las imágenes se vuelven más importantes… al igual que el avistamiento de Arnold.

Comentarios

CDA dijo…

Esto puede ser un poco fuera de base, pero en respuesta a Kevin, señalaría lo siguiente:

1. Tuvimos (en 1958-59) un devoto de los platillos, Ray Palmer, y un gran creyente en las fotos de Rhodes y en Maury Island, diciéndonos que todas las 64,000 copias (!) del mismo periódico que presentaba dichas fotos, es decir el «Arizona Republic» fueron confiscadas en una incursión casa por casa por los militares. (La ironía es que el número especial del 9 de julio de 1947 tenía un titular de primera página sobre el platillo Roswell, no las fotos de Rhodes, que fueron relegadas a una historia secundaria).

2. También la afirmación, no de Palmer sino de un escritor a su revista, que copias de los «Tacoma Times» para la fecha relevante (es decir, que contenían la historia de Maury Island) fueron confiscadas por los militares de la biblioteca pública de Tacoma.

3. Hemos tenido afirmaciones mucho más recientes (en al menos un libro) de que los militares estuvieron involucrados en registros casa por casa en el verano de 1947, con amenazas adicionales de muerte, contra cualquiera y todos los que se pensaba que poseían fragmentos del platillo de Roswell. Sí, Kevin, puedes creer esto si lo deseas. No trataré de persuadirte de lo contrario.

Al menos nadie confiscó o destruyó el «Roswell Daily Record» o el «Ft Worth Star-Telegram«. ¡Demos gracias por las pequeñas misericordias!

En cuanto al propio Rhodes, simplemente digo que sus fotos de «herradura» son únicas, ¿verdad? ¿O alguien más tiene objetos en forma de herradura en película? Su experiencia es interesante, pero no prueba nada.

—–

Sourcerer dijo…

«En las evaluaciones resumidas de AMC, como parte del Informe del proyecto Grudge, Apéndice 1, van más allá en su asesinato de Rhodes».

Probablemente Rhodes fue un daño colateral en la lucha entre Grudge y Sign. Creo que hubo un cambio en las relaciones entre Rhodes y los militares con el cambio de Sign a Grudge.

Rhodes le escribió al Coronel McCoy que Lewis Larmore también había tomado fotografías. No sé si hubo un seguimiento a eso.

A CDA le complacerá saber que el informe de investigación AF del 19/5/49 señaló que Rhodes leía Amazing Stories.

No veo ningún «festoneado» en el platillo Rhodes, como hay en los dibujos de Arnold. Palmer probablemente usó las fotos de Rhodes para la pintura de portada del ejemplar de Fate de la primavera de 1948, como ilustración del artículo de Kenneth Arnold.

Saludos,

Don

—–

Sourcerer dijo…

CDA: «Sus antecedentes son interesantes, pero no prueban nada».

Estoy de acuerdo con eso. Lo que importa son las fotografías.

En el «memo» de Fugate del 2/2/47:

«Su color era gris, lo que lo hacía fundirse con las nubes y difícil de ver a distancia».

Además esto:

«Todavía tenía el negativo de la primera fotografía (Anexo II), pero no pudo encontrar el negativo para la segunda fotografía».

El «memo» Gust de Air Materials Command, 19/2/48:

En el párrafo b. «La muestra (negativo) se cortó y no fue posible establecer el tamaño exacto del fotograma».

¿Quién cortó lo negativo? Si fue Rhodes, entonces es probable que tengamos un engaño porque el corte eliminaría los puntos de referencia de la imagen (que existen, por ejemplo, en las fotos de Trent).

Si el corte ocurrió después de que Rhodes entregó el negativo, entonces tenemos un engaño, también, pero uno muy diferente.

Se debe decir más acerca de las fotos y su historia, pero resolver el problema anterior tiene prioridad antes de que las otras valgan la pena.

Saludos,

Don

—–

Sourcerer dijo…

«La ironía es que el número especial del 9 de julio de 1947 tenía un titular de la página de inicio sobre el platillo de Roswell, no las fotos de Rhodes, que fueron relegadas a una historia secundaria».

¿Estás seguro de eso, CDA? Creo que las fotos de Rhodes estaban en primera página. Incluso la historia de Roswell no fue el titular principal ese día en el Arizona Republic.

—–

CDA dijo…

A Sourcerer:

He echado otro vistazo a la foto de mala calidad de la portada de «Arizona Republic» (está impresa en la revista «FLYING SAUCERS» de octubre de 1958). Tienes razón: el titular principal tiene que ver con la política local. El subtítulo es «Captured New Mexico Disc Proves Dud» (es decir Roswell), con una columna dedicada a esto. Debajo de esto están las fotos de Rhodes, muy difuminadas, junto con una narración. Es de suponer que también tienes esta foto. Fue la leyenda de Palmer debajo de la foto lo que me intrigó. ¿Por qué, si la Fuerza Aérea de hecho confiscó todos los periódicos, Palmer logró evadir esto y preservar esta copia para que su revista la reprodujera 11 años después?

Parece como si Palmer tuviera en su poder una copia única del «Republic» y, por lo tanto, una pieza muy valiosa de la historia de este incidente (es decir, Rhodes no Roswell). Si Palmer fue tan astuto para evadir a los militares, ¿por qué no pudieron algunos de los testigos de Roswell haber hecho lo mismo con sus fragmentos de platillo?

¡Parece como si la Fuerza Aérea de los Estados Unidos estuviera excepcionalmente ocupada ese verano! Con Tacoma en la mira también, estaban demasiado ocupados para ser creíbles, sugiero.

Repito: ¿Alguien más ha fotografiado un ovni en forma de herradura, o es Rhodes el único a este respecto?

—–

Sourcerer dijo…

CDA,

No sé la fuente de la imagen que tengo. El periódico está doblado para resaltar las fotos de Rhodes, y solo muestra las partes centrales de los titulares. El titular de Roswell es obvio. El principal podría no ser un problema local, sino sobre la legislación tributaria federal que el Congreso y la Casa Blanca habían estado discutiendo (Truman vetó el primero). Puede ver la historia en la portada del 8 de julio del Roswell Daily Record «House Passes Tax Slash by Wide Margin». Creo que el Republic informa la historia de que el Senado respaldaría la votación de la Cámara de Representantes.

No conozco fotos de platillos volantes similares a las de Rhodes, pero no tengo mucho interés en el tema, como saben, a excepción de Roswell. No tengo un conocimiento enciclopédico de las fotos de ovnis.

Ingresé a la historia de Rhodes porque solo pude encontrar una de las dos fotos reproducidas en gran tamaño, y me pregunté por qué (mi afición es la fotografía, con un interés especial en el equipo y la técnica de fotografía antigua). El informe de AMC tuvo la respuesta. El negativo fue recortado. Ah, y no olvidemos que el Informe AF 17/8/49 se refiere a «los negativos».

Según el agente especial Fugate (creo), una de las fotos tenía follaje y no veo eso en las reproducciones encontradas en la web.

En cuanto a Palmer, en su top 10 de criterios para publicar cualquier cosa, la precisión no estaba en la lista.

En el informe de AF Doyle 19/5/49:

«Fugate relató además que, hace casi cuatro meses, un amigo le había mostrado un artículo en la sección de preguntas y respuestas de una revista…». La revista que dijo era Amazing Stories, y el autor de la carta dijo que sus dos fotos de discos voladores se las había dado a los agentes federales y que no habían devuelto sus fotos. Quería información sobre cómo demandar al gobierno para recuperarlos. Fugate creía que el escritor de la carta era Rhodes.

Los fanáticos recogen revistas. Un investigador dedicado podría encontrar el número (si alguna vez lo fue). Quizás alguien ya lo haya hecho.

Esa es la conexión de Palmer que conozco.

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Sourcerer dijo…

CDA

«Si Palmer fue tan astuto para evadir a los militares, ¿por qué no pudieron algunos de los testigos de Roswell haber hecho lo mismo con sus fragmentos de platillo?»

De acuerdo con Cavitts, el mayor Marcel lo hizo.

Usted está trayendo el ángulo ET a través de los «fragmentos». La mejor comparación es la historia de confiscar noticias e historias en KGFL (no recuerdo que los otros medios en la ciudad informaran esto, pero me gustaría saber si lo hicieron).

Saludos,

Don

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Sourcerer dijo…

Kevin: «… Jefe de Gabinete del Panoramic Research Laboratory, cuyo membrete incluye la fotografía entre una de sus especialidades. Sin embargo, el negativo fue cortado sin cuidado y revelado de manera defectuosa».

Septiembre de 1947 George Fugate, Jr., agente especial, CIC-ADC = 4AF

«Su color era gris, lo que lo hacía fundirse con las nubes y difícil de ver a distancia».

En 1949 (de la misma frase de la que ustedes citan, creo… cansado de ver estos jpegs de fotocopias)

«Al explicar los resultados de fotografiar el (¿Hip?) El Sr. (TACHADO) declaró que estaba sorprendido de que el objeto apareciera oscuro sobre un fondo claro».

Gust en AMC ya se había referido al alto contraste del objeto en relación con el fondo. Ciertamente no se «mezcla» con el fondo, ni es «difícil de ver».

Suponiendo que el Sr. Rhodes no fuera un técnico principal en el cuarto oscuro, no creo que el negativo pueda cambiar su contraste tan significativamente como para hacer que uno de varios grises claros similares fuese casi negro, especialmente sin soplar el fondo. Esto podría resolverse teniendo las otras imágenes del mismo rollo, si es que las hay.

Para la que, evidentemente, fue una impresión, es un asunto diferente. Dodge and burn es el nombre de la técnica y un aficionado podría hacerlo.

El problema sin resolver es que la película probablemente sea Kodak Verichrome, una emulsión ortocromática. Lo que significa que cuanto más cálido es el color, más oscuro es el gris. Por ejemplo, una foto en blanco y negro de la bandera de EE. UU. Con una película pancromática mostraría las franjas rojas como un 50% grises. Pero con una película orto aparecerían casi negras.

Entonces, la alternativa al proceso del cuarto oscuro es que el objeto, al menos para la película, era rojizo.

Saludos,

Don

—–

Bob Koford dijo…

Creo que uno podría sugerir que la toma original de 1942 de la nave sobre LA podría representar una forma de herradura.

Hice mis propios estudios de la foto (como un aficionado, con photoshop), y había separado las intensidades de la luz, y a mis ojos comenzó a aparecer que la «burbuja» en la parte superior era una explosión de fuego en justo en el lado lejano de eso. Cuando el objeto fue «retirado» del área de la foto y reemplazado en una página en blanco, tomó la forma de un en forma de U alargada, generalmente dirigiéndose un poco alejada de la cámara, mostrando un poco de la parte trasera de la nave.

Aunque la gran mayoría de los testigos parecen describir un objeto parecido a un platillo, también me parece recordar que al menos dos de los testigos describieron una U alargada o un objeto con forma de herradura.

¡Gracias por el gran artículo!

—–

CDA dijo…

He comentado sobre toda la supuesta actividad de la USAF en el «˜47, silenciando testigos, amenazas de muerte, confiscación y destrucción de periódicos y fotos (incluso de bibliotecas), e incluso causando una gran escasez de hielo en Roswell (según el artículo de AJB hace un tiempo) Esto puede indicar un exceso de entusiasmo inicial de la posguerra por parte de los militares, junto con el temor a Rusia. Sin embargo, aparte de la confiscación de las fotos de Rhodes, es mucho más probable que sea una serie de historias anecdóticas, contadas y narradas décadas después.

Días extraños de hecho en el «˜47.

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Sourcerer dijo…

CDA «Sin embargo, aparte de la confiscación de las fotos de Rhodes, es mucho más probable que sea una serie de historias anecdóticas, contadas y narradas décadas después».

No sé si la evidencia de Rhodes se describe mejor como una «confiscación». De acuerdo con el 17/8/49 AF Report of Investigation (los dos últimos párrafos), cuando Rhodes presentó los «negativos» a la Oficina de Phoenix, se le informó que había «pocas, o ninguna, posibilidad de que le devolvieran los negativos. El señor (TACHADO) entregó los negativos a esta oficina con el pleno entendimiento de que se los iban a entregar al ejército y que no los recuperaría».

Posiblemente estaban intentando establecer un «encubrimiento» para el 30/8/47, si Rhodes estaba tratando de recuperarlos. No he visto ningún documento de 1947 sobre Rhodes entregando los «negativos» en la «Oficina de Phoenix (del FBI)».

Si él aceptó que no se los devolvieran, me pregunto si habría recibido una declaración para firmar a tal efecto.

Noto nuevamente «negativos», no «negativo». Esto puede indicar que entre la entrevista del 8/9/47 por el agente de CIC Fugate y el agente del FBI Bowers, y antes de entregarlos a la oficina del FBI el 30/8/47, Rhodes encontró el segundo negativo.

***

Kevin: «Al final, no hay una razón válida para rechazar las fotografías».

Dado que originalmente Fugate describe un negativo y uno faltante, dado que se dice que Rhodes entregó «negativos» al FBI, dado que AMC informa solo un negativo, y ese «cortado», que se le atribuyó a Rhodes en 1947 «Su color era gris, lo que hacía que se mezclara con las nubes y fuera difícil de ver a distancia», y dado que en 1949 se le atribuyó: «Al explicar los resultados de fotografiar el (¿Hip?) Mr (TACHADO) declaró que estaba sorprendido de que el objeto apareciera oscuro sobre un fondo claro, que esperaba que el objeto fuera claro sobre un fondo oscuro»…

Puede que no haya una razón para rechazar las fotos, pero hay muchas razones para preguntarse qué tenemos.

Saludos,

Don

—–

KRandle dijo…

Don «“

«Puede que no haya una razón para rechazar las fotos, pero hay muchas razones para preguntarse qué tenemos».

Exactamente mi punto. No se han ofrecido pruebas que sugieran un engaño, aparte del asesinato del carácter de Rhodes. Espero tener más sobre esto pronto.

KDR

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Sourcerer dijo…

Escribí: «Rhodes le escribió a Col McCoy que Lewis Larmore también había tomado fotografías. No sé si hubo un seguimiento de eso».

Tengo un breve artículo sobre esto, publicado en:

http://ufocon.blogspot.com/

EL OTRO FOTÓGRAFO (7 de julio de 1947, PHOENIX ARIZONA»

Saludos,

Don

Humor consciente

HUMOR CONSCIENTE

1.11.17

Peter Rogerson

whyDavid E. H. Jones. Why Are We Conscious? A Scientist»™s Take on Consciousness and Extrasensory Perception. Pan Stanford, 2017.

David E. H. Jones, que murió el pasado mes de julio a la edad de 79 años, fue durante muchos años el «Daedalus» del New Scientist y Nature. Daedalus fue descrito en su obituario Fortean Times como «el bufón de la corte en el palacio de la ciencia» y él mismo lo describió como «una región de humor científico cuyo atractivo radica en su cercanía a la realidad». (FT 359 p28)

Aunque se retiró como Daedalus en 2002, este libro, su canto de cisne, tenía todas las características de una columna Daedalus extendida. Comenzando con el «problema difícil de la conciencia», Jones argumenta que la conciencia debe depender de la mente inconsciente de Freud y Jung, y que podría dar acceso a otro mundo, el mundo desconocido, del cual la información podría filtrarse en forma de ESP. Este mundo desconocido podría ser más frío que el nuestro, debería tener tres dimensiones como la nuestra, hay discusiones sobre el tamaño y la velocidad de las entidades en el mundo desconocido, si alguna «materia» sería atómica o continua, etc.

Luego, Jones describe cómo el concepto de lo desconocido podría explicar varios fenómenos paranormales. Hay algunos aspectos interesantes, debería haber, por ejemplo, unos 100 mil millones de fantasmas en el mundo, cálculos sobre cuánto espacio puede albergar un fantasma. Deberíamos tener cuidado con las historias de materializaciones y desnaturalización porque casi nadie informa las explosiones causadas por el aire así desplazado. El uso del mundo desconocido para viajes espaciales a velocidades transópticas o para recuperar información de documentos históricos perdidos es una de las sugerencias que hace Jones. Jones, sin embargo, ha perdido otra posibilidad aquí, del mundo desconocido podría reaccionar a través de los «muchos mundos» de Hugh Everett debería ser posible recuperar documentos que no existen en nuestra realidad como el Necronomicon o Magonia 100, y su sucesor anual Visions and Beliefs.

imageObtener información de este mundo desconocido de los psíquicos y similares no es ideal, por lo que Jones especula que podría detectarse usando computadoras, poderosas técnicas de descifrado y anomalías en el comportamiento de los líquidos.

Detrás del humor, está claro que Jones se interesó seriamente por la parapsicología y la investigación psíquica, y el humor le permite plantear preguntas que de otro modo no podrían ser divulgadas públicamente por un científico, y es importante señalar que no se está riendo de estos temas, sino más bien usa el humor para alentar la especulación de mente abierta.

http://pelicanist.blogspot.mx/2017/11/conscious-humour.html

Científico explica por qué la vida después de la muerte “es imposible”

Científico explica por qué la vida después de la muerte «es imposible»

10 de noviembre de 2017

Un científico afirma que no hay vida después de la muerte porque las leyes de la física lo hacen imposible.

Después de extensos estudios, el físico Sean Carroll dice que para que haya una vida después de la muerte, nuestra conciencia debería estar completamente separada de nuestro cuerpo físico, lo cual no es así.

La conciencia es una serie de átomos y electrones que nos dan la mente, dice.

Las leyes del universo no permiten que estos átomos y electrones continúen operando después de que nuestros cuerpos hayan muerto.

El Dr. Carroll, cosmólogo y profesor del Instituto de Tecnología de California, explicó: «Las afirmaciones de que alguna forma de conciencia persiste después de que nuestros cuerpos mueren y se descomponen en sus átomos constituyentes enfrenta un enorme obstáculo insuperable: las leyes de la física que subyacen a la vida cotidiana se entienden completamente».

«No hay forma en esas leyes de permitir que la información almacenada en nuestros cerebros persista después de nuestra muerte», escribió en Scientific American.

El Dr. Carroll dice que la teoría cuántica de campos (QFT) sugiere que hay un campo para cada tipo de partícula.

Entonces todos los fotones en el universo están en un nivel, todos los electrones en el universo están en otro nivel y así sucesivamente.

Para que la vida pueda continuar después de la muerte, él dice que las pruebas en el campo cuántico habrían revelado las «partículas espirituales» y las «fuerzas espirituales», lo cual no es cierto.

«Si en realidad no es más que átomos y las fuerzas conocidas, no hay forma de que el alma sobreviva a la muerte».

«Creer en la vida después de la muerte, por decirlo suavemente, requiere física más allá del modelo estándar», dijo.

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