La secta de la Tierra plana
Libritos Jenkins, España
Septiembre de 2017 – 276 páginas
En 276 páginas, este libro de la recomendable editorial «Libritos Jenkins» desmenuza, con sentido del humor y ánimo pop, la absurda creencia de que el planeta en que vivimos es plano.
Puede parecer completamente absurdo que en pleno siglo XXI haya que estar escribiendo libros para refutar la idea (para un cierto grupo de la humanidad, la convicción) de que la Tierra es plana. Pero dada la extensión que ha alcanzado esta moda, especialmente en las redes sociales y en Youtube, se torna necesario escribir algunas líneas al respecto, por el bien de la humanidad y para que quede la tranquilidad de que, entre tanta estupidez, a veces aparece en el desierto una voz sensata.
Óscar Alarcia es el autor de «La secta de la Tierra plana». Y adelanto que no hay que tener miedo en absoluto: el escritor no es un escéptico radical, ni un ultrarracionalista militante ni forma parte del «Movimiento Escéptico Organizado» (sic) español. Para nada. Es simplemente una persona cuerda. Y vaya que es difícil encontrar gente así en estos tiempos que corren. Alarcia es un fanático de la cultura pop, los comics, la música y las películas. Su conocimiento de esos asuntos y su interés por esta extraña idea de que el planeta esférico en el que vivimos es en realidad una pizza gigantesca cubierta por una cúpula, lo impactaron al punto que decidió escribir este libro, publicado por la pequeña editorial «Libritos Jenkins», especializada en obras que, de seguro, otras editoriales jamás tomarían en cuenta.
Para ser directos: estamos ante una obra sumamente divertida, con espíritu juguetón, llena de información y redactada de una forma que hace que la lectura fluya libremente. Eso, sazonado con una enorme cantidad de material gráfico, referencias a historietas, documentales disponibles en Youtube y todo tipo de detalles pintorescos, hacen de «La secta de la Tierra plana» una fuente de consulta indispensable. Lamentamos, por ello, que su difusión sea limitada y hacemos este pequeño esfuerzo por contrarrestar esa falta de buena prensa.
Haciendo un repaso histórico detallado, Alarcia recorre el pasado de esta creencia y desmitifica ciertos tópicos que está muy bien que se pongan en su lugar. Asimismo, cuenta cómo surgieron los primeros grupos terraplanistas, desde los que iban de broma hasta los que se toman a sí mismos demasiado en serio, revelando también una serie de colecciones de mapas antiguos utilizados por los terraplanistas como «pruebas» y poniendo ese material en su justo contexto. Revisa también la verdadera religión que se ha generado en torno al tema y no se queda corto a la hora de calificar a los creyentes, básicamente personas desinformadas, fáciles de embaucar por sujetos que, a juicio de Alarcia, difícilmente se crean lo que cuentan a esos chicos del siglo XXI que se tragan cualquier estupidez que alguien con buena voz les «revele» en Youtube.
Tras todo esto subyace, lo dice el autor y lo compartimos nosotros, una profunda conspiranoia. Para muchos ingenuos, decepcionados tal vez de la política y de la religión, todo es motivo de «sospecha». El problema es que sus sospechas se centran en tonteras como que la NASA nos oculta la verdad en vez de ocuparse de asuntos más trascendentes, como posicionarse en contra de los sistemas de pensiones que nos condenan a una vejez en la miseria, a la mala calidad de la educación o a las injusticias que vivimos a diario. Se trata, claro, de una generación que «investiga desde su computador», revisando videos en lugar de cultivarse a través de la lectura, el debate y la observación. Pensar es, a veces, un ejercicio demasiado agotador para algunos.
Quizás podemos recriminarle a este libro el (mal) uso de la palabra «escéptico» para referirse a los terraplanistas, o que se hable cada tanto de «ciencia oficial» cuando, en verdad, no existe una «ciencia no-oficial». Pero más allá de esos detalles, estamos ante un libro sumamente necesario y que algunos adictos a ver videos de conspiraciones y a seguir a youtoubers iluminados que se burlan de Einstein sin siquiera haber cursado la secundaria, deberían tener en sus manos.
En suma, nos hallamos frente a un libro repleto de información valiosa, con una reflexión interesante sobre el fenómeno que estudia, espíritu lúdico y un innegable ánimo de difusión masiva. Encomiable esfuerzo que lucirá en cualquier biblioteca.
Diego Zúñiga C.
Link Libritos Jenkins: http://libritosjenkins.blogspot.com/