Experiencia de abducción alienígena: definición, perfiles neurobiológicos, contextos clínicos y enfoques terapéuticos

Experiencia de abducción alienígena: definición, perfiles neurobiológicos, contextos clínicos y enfoques terapéuticos

Alien Abduction Experience: Definition, neurobiological profiles, clinical contexts and therapeutic approaches

Annals of Psychiatry and Treatment

Review Article Open Access Peer-Reviewed

ISSN: 2640-8031

Giulio Perrotta*

Información sobre el autor y el artículo

Resumen

Partiendo del concepto general de «experiencia de abducción extraterrestre», el presente trabajo se centra en los aspectos esenciales del trastorno definiendo los contextos clínico y diagnóstico, sentando las bases para un correcto diagnóstico diferencial, sin descuidar las características neuronales elaboradas en la comunidad científica. La discusión concluye con las mejores aproximaciones terapéuticas sugeridas sobre el tema, prestando especial atención al análisis de los perfiles relacionados y los relacionados con el presunto descubrimiento de implantes extraños en el cuerpo humano de los pacientes.

Texto del artículo principal

Introducción

La experiencia de la abducción alienígena consiste en el supuesto secuestro de seres humanos por entidades biológicas extraterrestres, mediante tecnologías superiores. La información no siempre es clara si estas experiencias se viven a bordo de naves espaciales que orbitan el espacio profundo fuera de la órbita de la Tierra o dentro de bases militares subterráneas especialmente construidas. Las narrativas que apoyan esta circunstancia son a menudo diferentes, al igual que las investigaciones médicas que son realizadas por un personal técnico especializado no especificado [1].

En el mundo, miles son las personas que afirman haber vivido en su propia piel, al menos una vez, la experiencia de ser secuestrados por una raza alienígena (descritos principalmente como humanoides de tipo gris, humanoides de tipo nórdico y reptiloides). Ciertamente es el hecho de que para hablar de abducciones extraterrestres obviamente debemos dar la existencia de entidades biológicas extraterrestres capaces de interactuar con nosotros y que poseen inteligencia y tecnología muy avanzadas, muy superiores a las que conocemos actualmente. Las evidencias (no científicas) que sustentan la hipótesis de confirmación del fenómeno son el testimonio de testigos presenciales, las evidencias mecánicas (audio y video), la recuperación de objetos relacionados con el fenómeno del «secuestro» como los implantes supuestamente encontradas en el cuerpo del secuestrado y las experiencias de contacto directo con una de las razas alienígenas descritas [1].

Sobre la base de estas premisas, el «Encuentro Cercano», según la clasificación del astrofísico Hynek, posteriormente revisado por la comunidad ovni según las directivas de Bloecher, puede ser de siete tipos: [1].

a) en el encuentro de tipo I (CE1), se avistan uno o más objetos voladores de masa sólida definida o luces parásitas;

b) en el encuentro del tipo II (CE2), hay fenómenos provocados por la presencia del objeto volador, como los Crop Circles, el calor o radiación que daña el suelo, parálisis humana no diagnosticada de otra manera, interferencia con motores o la recepción de radio y televisión y la pérdida de la cognición espacio-temporal (concebida como un defecto en la memoria de una persona asociada con el encuentro extraterrestre);

d) en el encuentro del tipo IV (CE4), uno es testigo o es víctima de una sustracción extraterrestre;

e) en el encuentro del tipo V (CE5) se produce un encuentro directo con la criatura extraterrestre en una relación de comunicación bilateral establecida a través de iniciativas humanas conscientes, voluntarias y activas, o en todo caso a través de la comunicación psíquica cooperativa;

f) en el encuentro del tipo VI (CE6) se sufren efectos patológicos de larga duración, derivados del contacto directo con la criatura alienígena. Vallée y Naisbitt, dos ufólogos de renombre mundial, describen este tipo de encuentro como redundante, ya que la propia escala Hynek (la original) describe el tipo II como «un encuentro ovni que deja rastros o evidencias físicas directas y obvias de cualquier tipo»;

g) en el encuentro del tipo VII (CE7), finalmente se da la participación directa, la hibridación humano-alienígena a través del apareamiento o el nacimiento de una criatura que es la fusión con la raza terrestre.

El fenómeno en cuestión se denomina entonces «Encuentro cercano del cuarto tipo» y ha sido descrito por quienes afirman haberlo vivido como una experiencia muchas veces invasiva y traumática que tiene como primer elemento narrativo el «tiempo perdido», es decir, un supuesto bloqueo. de tiempo (nunca probado científicamente), llamado por los de adentro también «interferencia alienígena»[2]. Este recuerdo parecería eliminado en un nivel consciente pero no en un nivel inconsciente, como si el mecanismo de eliminación por la instancia psicológica del Ego se activara; sin embargo, hasta la fecha no hay evidencia científica que apoye esta hipótesis y también hay una falta de evidencia sólida de secuestros a bordo de naves espaciales [3, 4]. Por lo tanto, las historias de los secuestros se basan esencialmente en los testimonios de los «secuestrados» e incluso si algunos estudiosos de la ufología afirman que estos recuerdos pueden informarse a un nivel consciente a través de la hipnosis, la programación neurolingüística y el análisis grafológico, la evidencia científica para respaldar la veracidad y corrección de estos episodios, a menudo alterados o confundidos por recuerdos falsos capaces de reconstruir hechos que nunca sucedieron [5,6]. Este vacío temporal se describe en cambio en la clínica psiquiátrica como un elemento típico en las experiencias traumáticas y disociaciones [7-11].

A pesar de la sugestión de las narrativas, incluso de hechos de impacto internacional como los de Raymond W. Bernard, de los esposos Hill, Travis Walton y Pier Fortunato Zanfretta, no hay evidencia científica de la existencia de tales circunstancias [1].

En Italia, en la última década, un reconocido profesor universitario e investigador independiente ha publicado numerosas investigaciones sobre el tema de la hipnosis y las abducciones extraterrestres, afirmando haber analizado miles de casos y poder demostrar la veracidad del fenómeno [12, 13], sin embargo, públicamente, nunca proporcionó datos de investigación detallados y los estudios finales nunca fueron examinados por una comisión de investigación capaz de confirmar la confiabilidad y la cientificidad de los resultados, exactamente como sucedió con los estudios del psicólogo Frederick Malmstrom o William Mc Call. Hasta la fecha, no existe ninguna publicación científica que pueda referirse a esta investigación tan claramente detallada y en profundidad [1].

Del fenómeno de la abducción extraterrestre hay que diferenciar el del «contactismo», tanto desde el punto de vista técnico como clínico: este último es la persona que afirma estar en contacto con supuestas entidades biológicas extraterrestres, con el fin de recibir mensajes y comunicaciones de naturaleza misteriosa, esotérica y espiritual (por el bien de la humanidad), sin sufrir jamás contacto con violencia o compulsión [1]. Esta hipótesis, en una clínica psiquiátrica, a menudo se asocia con experiencias delirantes o alucinatorias, resultado de un trastorno psicótico o un trastorno de personalidad de clase A, bien estructurado y delineado en su condición crónica, según el DSM-5 [15]. En la hipótesis de la abducción extraterrestre, si no se repite en el tiempo (según el historial médico del paciente), se podría pensar en episodios de carácter agudo o en todo caso menos graves y generalizados, como por ejemplo episodios de parálisis del sueño, epilepsias del lóbulo temporal, alteraciones determinadas por modificaciones del campo electromagnético, construcciones de falsos recuerdos sobre un base postraumática o episodio psicótico único y tendencia disociativa [16-33]. El DSM-IV, en su versión R revisada, incluyó abducciones extraterrestres en la sección dedicada a problemas religiosos y espirituales (V62.89) apoyando la conexión directa con los movimientos religiosos de última generación. En cambio, el DSM-5 cambia radicalmente el eje de investigación al eliminar el espinoso tema, poniendo así en juego el diagnóstico multifactorial y las posibles correlaciones con las condiciones preexistentes ya categorizadas en el manual [5]. En otros casos, en cambio, se han encontrado a menudo hipótesis de mistificaciones voluntarias, como sucedió en los casos de los contactistas Adamski, Manzano y Meier [1].

El psicólogo Chris French examinó a diecinueve personas que creían haber sido secuestradas por extraterrestres y encontró una tendencia hacia la fantasía, las alucinaciones, la disociación y la creencia en lo paranormal mayor de lo normal, concluyendo que no hay razón para creer que esas personas son víctimas de secuestros por parte de entidades biológicas extraterrestres [34].

Finalmente, en algunos episodios de secuestros se suelen mencionar intervenciones quirúrgicas destinadas a implantar dispositivos extraños en el cuerpo humano, para el control remoto de pensamientos y funciones fisiológicas. Tales plantas «extrañas» serían una prueba concreta de la existencia del fenómeno [14]. Sin embargo, a pesar de que algunos investigadores y exponentes del mundo científico han intentado encontrar los materiales explantados de los cuerpos, como los conocidos hallazgos del Dr. Roger Leir (primero conocido como cirujano y luego como podólogo especializado en microoperaciones exclusivamente en el pie) y por el ufólogo (experto en hipnoterapia certificada) Derrel Sims, poco más de una docena de pruebas físicas recogidas y certificadas (incluido, en 1978, un misterioso objeto triangular con un corazón nuclear metálico, de siete centímetros de largo y cuatro centímetros de ancho,

Artículos de divulgación, no existe implante físico (de presunto origen exótico) analizado según los criterios y métodos validados por la comunidad científica internacional e informados sobre artículos científicos publicados en revistas especializadas y acreditadas, a pesar de las investigaciones realizadas por organismos autorizados y laboratorios acreditados. Sobre esta situación incierta, las sugerentes declaraciones del propio Leir y Sims, acompañadas de informes escritos, se centraron en los siguientes datos:

a) La naturaleza metálica, no metálica y biológica de los objetos encontrados tras la cirugía de explante;

b) Los supuestos materiales, de tamaño inferior a un centímetro, fabricados con aleaciones metálicas de naturaleza meteorítica de la clase de las hexaedritas, con trazas de 11 elementos entre los que se encuentran Cobalto, Iridio, Hierro, Níquel y Boro, envueltos en una cáscara aceitosa y membranosa (duros al tacto, mucho más allá del acero templado), compuestos por coágulos de proteínas, hemoseridina, queratina y propioceptores nerviosos, capaces de prevenir una respuesta inmune de naturaleza inflamatoria, y particularmente sensibles a los fonones -partículas cuánticas asociadas a las ondas vibratorias de los sólidos-;

c) algunos implantes emitieron un fuerte campo electromagnético, entre 2 y 6 Milligauss (en 15-93 MHz), antes de la extracción quirúrgica;

d) la explantación provoca una reacción neurobiológica, emocional y somática en el paciente;

e) la ubicación de los implantes debajo de la superficie epidérmica y cerca de los huesos, en manos, pies y cabeza.

Perfiles neurobiológicos y correlaciones clínicas

Los pocos estudios científicos certificados y publicados en revistas acreditadas revelan, en el estado actual del conocimiento, que:

a) no existe evidencia documentada en el ámbito académico y científico sobre las investigaciones químico-físicas realizadas sobre los hallazgos extrapolados a humanos, aunque sí existen informes sugestivos de laboratorios acreditados sobre el misterioso origen de los mismos objetos, con fuerte indicio de un origen extraterrestre;

b) los pacientes que refieren haber experimentado abducciones extraterrestres tienen una mayor atracción e interés por los fenómenos paranormales y tienen antecedentes de episodios postraumáticos y de parálisis (y alteraciones) del sueño, todos eventos capaces de generar falsos recuerdos y episodios alucinadores, como en la hipótesis del despertar postoperatorio;[35].

c) la fuerte tendencia de los pacientes a disociarse está relacionada con una funcionalidad alterada de los lóbulos temporales;[16,40].

d) las abducciones extraterrestres, los abusos con un trasfondo satánico y las identidades de vidas pasadas parecen vinculados a la reconstrucción de recuerdos falsos, típicos en pacientes con alta imaginación y fantasía, conectados a una hiperactividad del fasciculus longitudinal superior y una funcionalidad alterada del frontal. lóbulo, de las regiones corticales prefrontales, del hipocampo y de los déficits vasculares (en particular, los referidos a la arteria anterior en el Polígono de Willis), en situaciones de alto estrés percibido por el paciente [36-39].

Estrategias clínicas y enfoques terapéuticos

El mejor tratamiento sugerido en la literatura científica es el combinado entre psicoterapia (estratética o cognitivo-conductual) y psicofarmacología (especialmente en presencia de evidentes signos o trastornos psicóticos clínicos que precisen de un abordaje farmacológico para estabilizar al paciente antes de continuar o instaurar la psicoterapia dirigida y centrada en las necesidades identificadas específicamente durante la anamnesis). En presencia de episodios disociativos confirmados o rica producción de recuerdos falsos, no se recomienda hacer uso de hipnosis y técnicas sugestivas, que podrían incentivar o fortalecer la interpretación de la realidad de este paciente [5,10].

Conclusión

El fenómeno de las «abducciones extraterrestres» parece tener un claro origen psicopatológico. En ausencia de evidencia definitiva, especialmente en términos de implantes «extraños», las conclusiones están claramente orientadas hacia un diagnóstico clínico que encuentra su base entre la mistificación voluntaria con fines lucrativos o psicológicos (por ejemplo, la necesidad de llamar la atención de los límites y personalidades histriónicas), trastorno de estrés postraumático, trastorno disociativo, trastorno obsesivo compulsivo y/o trastornos del sueño asociados a personalidades con rasgos psicóticos y (en casos graves) perfiles psicóticos. Según este autor, por lo tanto, es posible una escala de evaluación sobre la base de los síntomas descritos en la anamnesis del paciente:

Nivel 1: mistificación voluntaria;

Nivel 2: delirios o alucinaciones determinadas por el uso de sustancias capaces de alterar el estado de conciencia o por formas neurológicas mórbidas (como epilepsia, tumores, vasculopatías, trastornos vasculares, traumatismos);

Nivel 3: recuerdos falsos relacionados con eventos estresantes postraumáticos, con rasgos de personalidad de orientación patológica;

Nivel 4: estado alterado causado por la idea obsesiva de abducción, en comorbilidad con alteraciones del sueño y rasgos de personalidad de orientación patológica;

Nivel 5: estado alterado causado por un trastorno disociativo;

Nivel 6: estado alterado causado por perfiles de personalidad excéntricos (grupo B, DSM-V);

Nivel 7: estado alterado causado por perfiles psicóticos de personalidad (cluster A, DSM-V).

Referencias

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