Ted Smith entrevista Kenneth Arnold para KWRC

Ted Smith entrevista Kenneth Arnold para KWRC

Fue el sociólogo francés Pierre Lagrange quien, en uno de sus viajes de investigación a los Estados Unidos (1988), descubrió que la primera entrevista que le realizaron a Kenneth Arnold para una estación de radio (la KWRC, la estación de radio local de Pendleton), el 26 de junio de 1947, realizada por el reportero Ted Smith, corresponsal de United Press en Pendleton.

Varios ufólogos han dicho, equivocadamente, que se trata de una entrevista realizada por Bill Bequette, el 25 de junio de 1947 en la radio WKPG. Pero en realidad fue hecha por Smith quien era uno de los locutores más respetados de Oregón.

imageLagrange logró dar con la pista al leer el informe de Arnold enviado a la Fuerza Aérea, en donde indica que fue entrevistado en la radio dos veces (como se puede ver en la imagen que reproduce un extracto de la página 8 de una de las versiones de este informe). Luego, al entrevistar a Raymond Palmer Jr., hijo del famoso editor de revistas pulp de ciencia ficción, encontró el disco negro, de tamaño intermedio entre unas 45 rpm y unas 33 rpm, en el fondo de una caja del archivo de Raymond Palmer. En la etiqueta estaba marcado KWRC, Pendleton. Y del otro lado decía Kenneth Arnold, 26 de junio de 1947. El disco se lo había enviado Arnold a Palmer.

Lagrange dio a conocer la grabación por primera vez durante un simposio de ufología que se llevó a cabo en la sede de la Sociedad Belga para el Estudio de Fenómenos Espaciales (SOBEPS) en Bruselas en septiembre de 1988. Luego la presentó como parte de una presentación en otro congreso de ufología en Lyon en mayo de 1989. Finalmente proporcionó una copia al Centro de Estudios Ovni (CUFOS), que es la que se publicó en internet.

A continuación la transcripción de dicha entrevista y, más abajo, se puede escuchar el original

Ted Smith: Ha aparecido en todos los presentadores de noticias y todos los periódicos de todo el país en los titulares. Y esta tarde nos sentimos honrados de tener aquí en nuestro estudio a este hombre, Kenneth Arnold, quien creemos que puede darnos un relato de primera mano, y darles lo mismo a ustedes, sobre lo que sucedió. Kenneth, en primer lugar, si te acercas un poco más al micrófono, hu, te pediremos, ah, que nos cuentes a tu manera, como nos dijiste anoche en tu habitación de hotel y nuevamente esta mañana, qué estabas haciendo allí, y cómo empezó todo esto. Adelante, Kenneth.

Kenneth Arnold: Bueno, alrededor de las 2:15 despegué de Chehalis, Washington, en ruta a Yakima. Y, por supuesto, cada vez que cualquiera de nosotros sobrevuela el lugar cerca del Monte Rainier, pasamos una o dos horas buscando el avión de la Marina que nunca se ha encontrado y que creen que está en la nieve en algún lugar al suroeste de esa área en particular.

Esa área está ubicada a aproximadamente, eh (tose), o su elevación es de aproximadamente 10,000 pies. Y había hecho un barrido cerca del Monte Rainier y hacia abajo por uno de los cañones y lo estaba arrastrando en busca de cualquier tipo de objeto que pudiera resultar ser la nave de la Marina, eh, y cuando salí, eh, del cañón allí, fueron unos 15 minutos, estaba aproximadamente a unas 25 a 28 millas del Monte Rainier. Volví a subir a 9,200 pies y noté a mi izquierda una cadena que me parecía la cola de un papalote chino, eh, algo así como en zigzag y moviéndose a una velocidad increíble a través de la cara del Monte Rainier. Yo, eh, al principio, eh, pensé que eran gansos porque volaba como gansos. Pero iban tan rápido que inmediatamente cambié de opinión y decidí que era un grupo de nuevos aviones a reacción en formación.

Bueno, cuando el aviones llegaron al borde del Monte Rainier, volando a unos 160 grados al sur, eh, pensé en cronometrarlos porque era un día muy claro y no sabía dónde estaba su destino, pero debido al hecho de que tenía Monte St. Helens y Monte Adams para cronometrarlos, pensé que vería qué tan rápido iban, ya que entre los pilotos discutimos sobre la velocidad.

Y parecían girar y destellar al Sol como un espejo. Y, eh, de hecho, me encontraba en un ángulo del Sol que parecía golpear la parte superior de estas, eh, cosas de aspecto peculiar, de tal manera que casi te cegaba cuando las mirabas a través de tu parabrisas de plexiglás.

Bueno, eh, yo…, eh, era aproximadamente un minuto para las tres cuando yo (tose) comencé a cronometrarlos en mi reloj de barrido de segundos. Y, eh, mientras seguía mirándolos, seguía buscando sus colas. Y no tenían colas. (Risas) Pensé: “bueno (risas), que tal vez yo, algo anda mal con mis ojos”. Y di la vuelta al avión y abrí la ventana y miré por la ventana. Y efectivamente, no pude encontrar ninguna cola en ellos.

Y, eh, toda la observación de estas naves en particular no duró más de dos minutos y medio. Y solo podía verlos claramente cuando parecían inclinar sus alas o lo que fuera y el Sol brillaba sobre ellos.

Parecían algo así como un plato de pastel cortado por la mitad con una especie de triángulo convexo en la parte trasera. Ahora pensé, “bueno, eh, tal vez son aviones a reacción con solo la cola, las colas pintadas de verde o marrón o algo así”, y no pensé mucho en eso, pero seguí observándolos.

No volaban en una formación convencional que se enseña en nuestro ejército. Parecían entrar y salir, ¿cierto?, por encima de las cimas de las montañas. Y diría que incluso bajaron a los cañones en varios casos, oh, probablemente 100 pies. Pero pude verlos contra la nieve, por supuesto, en el Monte Rainier y contra la nieve en el Monte Adams mientras destellaban. Y contra la alta cresta que se encuentra entre el Monte Rainier y el Monte Adams.

Pero cuando observé la cola del último que pasaba por el monte Adams, y estaba en un ángulo, eh, cerca del Monte Rainier, pero miré mi reloj y marcaba un minuto y 42 segundos. Bueno, (risas) sentí que eso era bastante rápido y no me detuve a pensar cuál era la distancia entre las dos montañas. Bueno, aterricé en Yakima, Washington.

(La cara A del disco termina aquí)

Y Al Baxter estaba allí para saludarme. Y (inaudible) vio aquí arriba. Y (risas) me dijo que creía que era mejor que me cambiara de marca/cerebro[1]. (Risas) Pero él me dio una especie de mirada misteriosa que tal vez había visto algo, él no conocía. Y, bueno, simplemente lo olvidé hasta que bajé en Pendleton y comencé a mirar mi mapa y tomar medidas en él. Y el mejor cálculo que pude hacer, ahora incluso a pesar del error, sería alrededor de 1,200 millas por hora. Porque haciendo la distancia desde el Monte Rainier hasta el Monte Adams, digamos, aproximadamente dos minutos, es casi…, eh, bueno, sería alrededor de 25 millas por minuto. Ahora, teniendo en cuenta el error, podemos darles tres minutos o cuatro minutos para hacerlo y todavía van a más de 800 millas por hora. Y que yo sepa, no hay nada sobre lo que haya leído, aparte de algunos de los cohetes alemanes, que vaya tan rápido. Estos volaban más o menos a una altitud nivelada y, eh, constante. No subían y no bajaban. Simplemente volaban en línea recta. Y yo (risas) me reí y les dije a los muchachos (inaudible) en Pendleton que seguramente tenían viento de cola. (Risas) Pero no pareció ayudarme mucho.

Pero hasta donde yo sé y según mi descripción, eso es lo que realmente vi. Y, eh, como le dije a Associated Press, estaré encantado de (risas) confirmarlo con mis manos en una biblia, porque lo vi. Y si tiene algo que ver con nuestro Ejército o nuestra inteligencia o si tiene que ver con algún país extranjero, no lo sé. Pero lo vi y lo cronometré y resultó que estaba en una hermosa posición para hacerlo. Y (pausa) es tan misterioso para mí como lo es para todos los demás que me han estado llamando las últimas 24 horas preguntándome qué era.

Ted Smith: Bueno, Kenneth, (tose), muchas gracias. Sé que ciertamente has estado ocupado estas últimas 24 horas porque yo mismo he pasado parte del tiempo contigo. Y sé que las asociaciones de prensa, tanto Associated Press como nuestra prensa, United Press, han estado detrás de ti cada minuto. The Associated y United Press en todo el país han estado tras esta historia. Ha estado en todos los noticieros al aire y en todos los periódicos que conozco. United Press en Portland ha hecho varias llamadas telefónicas aquí a Pendleton para mí y para ti esta mañana. Y desde Nueva York entiendo que están detrás de esta historia. Y es posible que tengamos una respuesta antes de la noche porque si se trata de algún nuevo tipo de misil secreto del Ejército o la Marina, probablemente (habrá) una historia que surja del Ejército o la Marina preguntando, diciendo que es un nuevo avión secreto, y eso será todo lo que hay que hacer y silenciarán la historia. O tal vez que finalmente obtengamos una respuesta definitiva.

Entiendo que United Press lo está investigando desde Nueva York ahora con el Ejército y también con la Marina. Y esperamos tener alguna respuesta concreta antes del anochecer. Ciertamente queremos agradecerte, Kenneth, por venir a nuestro estudio. Y nos sentimos muy complacidos de que esta noticia que está siendo noticia a nivel nacional en todo el país, podamos brindarles a nuestros oyentes en KWRC un informe de primera mano directamente de lo que viste. E instamos a nuestros oyentes a que se mantengan sintonizados con esta estación porque en cualquier momento de esta tarde o de esta noche que recibamos algo en nuestro teletipo de United Press, que está en comunicación directa con Nueva York, Chicago, Portland, de hecho, todas las oficinas de United Press en todo el país, vamos, nosotros lo tendremos en el aire.

Alguien más: Acaba de escuchar las noticias al mediodía presentadas diariamente a esta hora a las doce y cuarto por Carl (?) Equipment Company, su distribuidor para todos los equipos contra incendios de línea, y Leo Gore (?), su distribuidor de neumáticos Goodyear en Pendleton. Manténgase sintonizado en esta estación para el boletín de última hora, el próximo noticiero programado esta noche a las seis y media.

(Fin de la grabación)


[1] Brad Steiger, en la página 32 de su libro Project Blue Book, reproduce el informe enviado a la base de la Fuerza Aérea, Wright Field (Dayton, Ohio), el 8 de julio de 1947, en donde Arnold escribió: “Le describí lo que había visto a mi muy buen amigo Al Baxter, quien escuchó con paciencia y fue muy cortés, pero en tono de broma no me creyó”.

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