El misterio de las centellas (1404)

El misterio de las centellas (1404)

Una Extraña Luz en el Cielo En Connecticut, EEUU…

Esta historia me fue enviada por Karen, que por aquel entonces vivía en Connecticut. Ella es una de las pocas personas que han presenciado este intrigante fenómeno…

“En Groton, Connecticut, estaba observando una tormenta eléctrica de verano cuando era niña, a mediados de los años 80 (lamento no poder recordar el año exacto, o mi edad, aparte de 8 – 13) La imagen de lo que ocurrió todavía está muy nítida en mi mente. Estábamos viendo los relámpagos desde nuestro porche, que era el pasatiempo favorito de toda mi familia. Aquella tarde los relámpagos eran bastante exuberantes y vimos muchos destellos buenos. Entonces vi posiblemente la cosa más emocionante que jamás había visto durante una tormenta…. Un gran relámpago se bifurcó justo delante de nuestro porche… contando los segundos, supusimos que había caído a unos 3 o 4 kilómetros de nuestra casa. La bifurcación parpadeó un par de veces, como lo hacen los relámpagos, y luego se rompió en una docena y media de bolas grandes. Supongo que eran grandes, ya que nos parecieron del tamaño de una canica, y estábamos al menos a tres kilómetros de distancia. Las bolas eran de color blanco azulado y flotaban perezosamente hacia abajo, muchas parpadeando, algunas perdurando hasta que las perdimos de vista bajo la línea de árboles. Yo diría que transcurrieron unos 20 segundos entre la formación de las bolas y el momento en que perdimos de vista la última. Nunca oí informes de si alguna de las centellas alcanzó o no el suelo, y nunca he vuelto a ver un espectáculo tan maravilloso.

Por supuesto, hay quienes dudan de la existencia de las centellas. Yo, sin embargo, estoy firmemente convencida de que existen; de hecho, no veo cómo es posible que no existan: …. Vi una bifurcación de relámpagos caer al suelo y luego desintegrarse en bolas del mismo color… No sé qué otra cosa podría ser, aunque estoy segura de que alguien estaría más dispuesto a llamarlo ovni que centella. Algunos también pueden achacarlo a la incapacidad de una niña pequeña para saber lo que ha visto, pero el suceso también fue presenciado por mi hermana y mi padre, que es un observador bastante agudo.

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