La foto Sutton (4)

La historia del platillo partido en dos por un piloto americano se publicó en diversos periódicos del mundo. Por ejemplo, The Sun de Sídney, Australia, mencionó la historia de Vernon Baird en su portada[1] del 8 de julio de 1947, junto con varios otros reportes de platos voladores. The Sun informó que la historia había sido un invento:

39 ESTADOS VEN «PLATILLOS». EL MISTERIO SE PROFUNDIZA, TEORÍAS FANTÁSTICAS.

imageÚltimas de «platillos»:

La gente de 39 estados americanos ha reportado haber visto los misteriosos «platillos voladores». En Sídney, seis personas afirman que los vieron en el cielo anoche.

Ellos están diciendo:

Los platillos son «aviones rusos, más rápidos que el sonido, con motores atómicos». «Tienen el tamaño de un bungaló de cinco cuartos» o del tamaño de una pelota de baseball». «Tienen fuego rojo al frente y fuego azul en la parte trasera».

imagePorque ellos vieron:

New York, lunes «Treinta y nueve estados han reportado ver los misteriosos platillos voladores cruzando por los cielos de América.

Un veloz piloto, que al principio contó una historia sensacional de haber partido uno de los «platillos» con su hélice, posteriormente admitió que había imaginado todo.

El General H. H. Arnold, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea en tiempo de guerra, dijo que los «platillos» podrían ser un desarrollo que los científicos de USA no han perfeccionado.

También pueden ser un desarrollo extranjero operando fuera de control.

Tiene una tercera conjetura, que son «simplemente aviones jet caza».

Se han avanzado teorías fantásticas para explicar los «platillos».

Los tamaños reportados varían de un bungaló de cinco cuartos, al tamaño de una pelota de baseball.

En New Jersey la gente los reportó «del grosor de una patineta».

En Glens Falls (New York) el tesorero del condado dijo que vio uno «del tamaño de un faro con fuego rojo al frente y fuego azul en la parte trasera».

En Essex Fells (New Jersey) la señora Harold Doner dijo «vi algo como unas hermosas bolas de fuego. Se acercaron bastante, muy silenciosas».

Una mujer en Massachusetts vio «un grupo de platillos blancos girando alrededor a gran velocidad, como nubes bajas antes de los huracanes».

imageOtros compararon sus visiones con sartenes de hotcakes y platos de pays.

Los periódicos de Hearst, la voz más estridente contra la «Amenaza Roja», publicaron la historia de que los misteriosos objetos eran aviones rusos, más rápidos que el sonido, impulsados por motores atómicos.

Dijeron que recibieron los detalles en una carta de un hombre que dijo que la información se la dio un oficial de un carguero ruso en Los Ángeles.

Esta es la historia de Hearst:

El «avión» tiene 18 pulgadas de grosor y una forma de riñón.

Descansa sobre su panza y es enfriado artificialmente contra el calor provocado por la fricción. La superficie exterior está altamente pulida.

Sólo necesita energía para elevarse.

No requiere energía cuando el «avión» está viajando a lo largo de las líneas gravitacionales que contornean la Tierra.

«Meteoros»

imageEl profesor de Yale Dirk Brouwer dijo que los «platillos» podrían ser la aparición anual del grupo de meteoros de las Perseidas, que llegan cada verano en grupos tan grandes como de 100, viajando a 72,000 millas por hora.

Un hombre de Syracuse (New York) dijo que los «platillos» podrían ser motores rotatorios secretos que crean su propia potencia mientras vuelan.

Dijo que escuchó por primera vez de ellos en 1931 y ayer recibió una carta del inventor, Max Kopley, jactándose de su invención como «algo de lo que el mundo está consciente».

El piloto que contó la historia fraudulenta de haber partido un «platillo volador» fue Vernon Baird, de Los Ángeles.

Dijo que mientras volaba sobre Montana a 32,000 pies, vio un grupo de «platillos voladores».

Uno, dijo, fue capturado por su hélice «y se partió como una concha».

Él describió el «platillo» como «un avión en forma de concha gris perla», de unos 15 pies de diámetro con un domo de plexiglás en la parte superior».

Después de confesar que toda la historia fue un engaño, Baird dijo que la hizo «sólo como una broma».

La Libre Belgique[2], que se había convertido en un periódico ufológico, publicaba al lado del cuento de Vernon Baird dos de los principales engaños de la oleada de 1947: Isla Maury y Yellowstone.

imageUna nueva versión de los «discos voladores».

Un trozo de metal que cayó de un ingenio es analizado en la Universidad de Chicago.

La Universidad de Chicago recibió el lunes, un paquete que contenía un trozo de «metal», que habría caído de uno de los «discos voladores» que fueron descubiertos el 25 de junio en Puget Sound (estado de Washington).

Un cierto Harold Dahl, que envió estos fragmentos a la Universidad para su análisis, dijo que ese día estaba a bordo de un barco con otros dos, cuando seis objetos de gran tamaño de forma circular aparecieron entre las nubes. Según él, cinco de estos objetos con un diámetro de unos 60 metros giraron alrededor del sexto. Cada uno de estos discos parecía tener un agujero central rodeado por una hilera de puntos que parecían ojos de buey. Estos objetos se estabilizaron a una altura de unos 500 metros, y de repente comenzaron a subir. Fue cuando llegaron a una altura de 1,500 metros que comenzó a caer una «sustancia», del disco central, en una especie de «lluvia de metal». Es uno de estos fragmentos, recogidos por el señor Dahl, los que llegaron a la Universidad de Chicago.

¡Aterrizaje de los aparatos!

Nos enteramos de que ocho platillos volantes han aterrizado en la ladera de una montaña, a seis millas de Saint-Marie, en Idaho. Este hecho aún no está confirmado oficialmente.

Los militares de EU enviaron un equipo a investigar.

¿Una «historia», como tantas otras?

Según el «New York Times«, es ese tipo de «historias», que se cuentan los pilotos en el aeropuerto, las que serían responsables del caso de «discos voladores», y de uno de estos monstruos del aire, que el piloto Vernon Laird, a bordo de su Lightning 38, presuntamente abatió en pleno vuelo.

«De hecho, informa el periódico, Baird habría dicho: Estábamos cuatro en un hangar, platicando, y nos imaginamos la historia de «platillos voladores». Alguien debe de haberla escuchado y la vendió. Todavía estoy sorprendido de que la hayan creído».

En Italia el Corriere Della Sera, de Roma, publicaba un largo artículo del periodista Ugo Stille que daba un resumen de la situación de los platillos en Estados Unidos[3]:

imageEl misterio de los «discos voladores»

¿Arma secreta o fenómeno de sugestión colectiva? Un aviador americano afirma haber derribado uno con su artillería

De nuestros corresponsales

Nueva York, 7 de julio, noche.

Del Océano Atlántico al Pacífico, de la frontera con Canadá a la de México, los habitantes de los cuarenta y nueve estados de la Confederación americana están hoy fascinados por un misterio más apasionante que cualquier jefe criminal, más extraño y sorprendente que la historia ahora famosa del monstruo del Lago Ness: el misterio de los «discos voladores».

El hecho es que en el cielo americano están girando «curiosas cosas que vuelan» y nadie dice lo que son. El avistar los misteriosos objetos voladores parece destinado a convertirse en un pasatiempo nacional, una difusión de la que incluso el famoso yoyo tuvo su edad de oro.

Además del número habitual de aficionados se ha enviado a cinco de los aparatos más rápidos y modernos que posee el ejército. Pero el «blanco» no se ha podido interceptar.

¿Se trata de una nueva misteriosa arma secreta del Ejército que escapó del control de los experimentadores o de un auténtico caso de histeria colectiva que ha dado vida a una realidad inexistente?

Cuando en la redacción del periódico se presentó el primer testimonio para hablar de «objetos volantes» el consejo fue el que se les da a los amigos que se entregan a las libaciones un poco copiosas, después de un buen sueño y de una bolsa de hielo en la cabeza al día siguiente: para cuando fue la primera «visión» de hoy. Pero el número de visionarios ha venido aumentando que no ha sido posible hacer más bromas al respecto.

El fenómeno ha alcanzado su pico el cuatro de julio cuando una cantidad notable de personas se reunieron en la campaña para celebrar y tuvieron la sorpresa de encontrarse con los «discos volantes».

imageEl primero en advertir la existencia de los objetos misteriosos fue un hombre de negocios, el señor Kenneth Arnold, que viajaba piloteando su propio aeroplano.

Otros testimonios varían en la forma y en las dimensiones: se comparó las cosas voladoras a sartenes; se habló de cierto tipo de platillos; se refirió a la existencia del centro de un foco luminoso; se limitó a hablar de un contorno luminoso. El hecho es que los objetos voladores se han visto en treinta y ocho estados y los habitantes de los once restantes están ansiosos y a la caza de los discos para no ser excluidos de tanto privilegio. El estado de Nueva York fue uno de los últimos en verificar la existencia de los discos. Pero en compensación los observadores, un hombre y su esposa de Rochester, pudieron informar que el disco emitía una luz roja por delante y por detrás dejaba una estela con reflejos azules.

El piloto Vernon Baird ha declarado haber derribado un «disco volante» mientras hacía un levantamiento fotogramétrico en la región de Montana, vecina al parque vacacional de Yellowstone. El piloto ha descrito el «disco» como un dispositivo volante de color gris perla de la forma de un minúsculo aeroplano, con una cubierta de plexiglás en la parte superior.

imageLas teorías respecto al fenómeno fueron de diversa índole. La teoría número uno afirma que el ejército estaría experimentando un nuevo aparato radio controlado y que algunos han comenzado a deambular fuera de control. Las autoridades militares lo han desmentido: pero en tanto los periodistas han descubierto que el general Carl Spaatz, comandante supremo de la Aviación de los Estados Unidos fue hasta la localidad donde los «platillos voladores» fueron avistados por primera vez. Spaatz ha declarado que fue sólo para pescar.

La teoría número dos afirma que se trataría de emanaciones radiactivas relacionadas con la producción de la energía atómica. Interpelado por teléfono el jefe de la comisión atómica de los Estados Unidos, David Lillenthal, dijo que no.

La teoría número tres, o la teoría psicológica, es sostenida por muchos psiquiatras que liquidan el fenómeno como un caso, muy exagerado más no del todo imposible, de histeria colectiva.

A lo largo de la sucesión de explicaciones tampoco falta la teoría sobre el fin del mundo que ha dado lugar a un episodio de singular bondad. En el Estado de Oklahoma un cierto campesino vio, de noche, varios «discos volantes» girar por cerca de media hora alrededor de su casa. Primero quiso dar la alarma a sus vecinos pero decidió no hacerlo. «Si esto es, -dijo-, como parece, el fin del mundo, es mucho mejor dejarlos morir mientras están dormidos felices».

imageEL CASO DE TULAROSA

El mito del ovni de Roswell tiene un hermano menor. Esta vez se trata de un engaño fabricado en nuestros días (década de los noventas), pero que tomó como base la historia de otra caída de platos voladores de aquel 1947. Se trata del caso de Tularosa. El Paso Times del 28 de junio informaba a sus lectores[4]:

Habitantes de Nuevo México añaden misterio a los informes.

Se informó que la «misteriosa caída de objetos», cerca de Tularosa y Eagle, Nuevo México, el viernes (27 de junio de 1947) no había sido localizada o identificada la noche del viernes. No hubo cohetes disparados desde White Sands Proving Ground el viernes.

Hubo muchas conjeturas acerca de si la caída de objetos tuvo alguna relación con los misteriosos discos voladores que habían sido vistos recientemente desde Oregón hasta Oklahoma.

imageEl teniente coronel Harold R. Turner, oficial al mando de White Sands, dijo que había recibido informes de que un rastreador dijo que había visto caer un objeto cerca de Eagle, Nuevo México y un capitán del Ejército volando su propio avión, dijo haber visto un objeto caer del cielo cerca de Tularosa. Fueron enviados grupos de búsqueda de White Sands en un intento de localizar los objetos o de obtener información adicional.

Pues bien, esa noticia fue transformada en la caída de un plato volador de 99 pies de diámetro con una cúpula en la parte superior y un borde pequeño[5]. Se dijo que los radares del ejército de EU lo siguieron por una gran distancia. El plato volador volaba muy lentamente, hasta que finalmente se estrelló en un lugar cercano a Tularosa, Nuevo México.

Se enviaron soldados a recuperar el objeto. Encontraron que estaba rota una parte circular del metal que formaba la periferia. Dentro había cinco criaturas diminutas, todas muertas. Se dijo que la causa de la muerte de los pilotos se debió a la descompresión mucho antes de que el disco se rompiera y se estrellara. No se indicó por qué se había llegado a esa conclusión, solo se señaló que había un pequeño agujero en uno de los ojos de buey.

Los extraterrestres tenían alrededor de 1.0 a 1.2 metros de altura, con 3 dedos palmeados, la piel como una lagartija, era de color verde azulado a gris, pero probablemente el color había cambiado ya que todos estaban carbonizados.

La nave fue trasladada a la base de Muroc AFB y más tarde a Wright Patterson y se colocó en el hangar 18.

imageSe hizo circular una fotografía en la que aparecían varios extraterrestres rodeando la nave. Pero había varias incongruencias en esta historia y en la fotografía.

Primero, en los reportes originales de la prensa no se menciona ningún hallazgo del objeto caído en Tularosa, mucho menos del encuentro con extraterrestres tipo reptiloide o grises.

Los grises pasaron a formar parte de la mitología ovni hasta la década de los ochenta. Durante la oleada de 1947 hubo muy pocos reportes de «tripulantes» y ninguno menciona grises.

Los «tripulantes» estaban carbonizados, ¿cómo es que se determinó que su color era gris, o verde azulado?

Si los cinco «tripulantes» fueron encontrados muertos en el interior del plato volador ¿cómo es que en la fotografía aparecen rodeando la nave? ¿Acaso eran sus espíritus dirigiéndose al cielo reticuliano?

Si los «tripulantes» medían entre 1.0 y 1.2 metros, y el platillo volador tenía un diámetro de unos 11 metros, ¿cómo es que en la fotografía se ven mucho más grandes (o la nave mucho más pequeña)?

Si la descripción que se da del platillo, la cual está relacionada con la posible muerte de los «tripulantes», indica la presencia de ojos de buey, ¿por qué no se ven esos «ojos de buey» en la fotografía?

Si se habla de platos o discos voladores ¿por qué en la foto aparece una nave más bien de forma alargada u ovoidal?

Finalmente, ¿por qué los extraterrestres parecen tener toda la pinta de muñecos de juguete?


[1] Anónimo, 39 States See «Saucers». Mystery Deepens, Fantastic Theories, The Sun, Sydney, July 8, 1947

[2] Anónimo, Une nouvelle version sur les «disques volantes», La Libre Belgique, 9 juillet 1947. Artículo en internet, http://wiki.razing.net/ufologie.net/press/librebelgique9jul1947f.htm

[3] Stille Ugo, Il mistero dei «dischi volanti», Corriere Della Sera, Roma, 9 Iulio 1947.

[4] Anónimo, New Mexicans Add To Mystery Reports, El Paso Times, Saturday, June 28, 1947. Pag. 1. Artículo en internet, http://web.archive.org/web/20101128052546/http://kenny.anomalyresponse.org/47elpaso.html

[5] Ver: http://donald-cyr-ufo.spaces.live.com/?_c11_BlogPart_BlogPart=blogview&_

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