El misterio de las centellas (1446)
Las centellas son tan extrañas que podrían venir de otra dimensión
Un día de verano de principios de los 80, un adolescente estaba sentado en su habitación observando una tormenta eléctrica que caía por la tarde sobre el paisaje costero cercano a Roma. Sin previo aviso, una esfera brillante del tamaño de un balón de fútbol apareció de repente en una esquina de la habitación. Sin emitir calor ni olor, flotaba a un metro de él y ligeramente por encima de su cabeza. El chico se quedó boquiabierto. La pelota era de color amarillo oscuro, completamente opaca, con una superficie ondulada formada por capas de luz que ondulaban lentamente. Estuvo flotando unos diez segundos antes de desaparecer tan silenciosamente como había llegado. Ni siquiera tuvo tiempo de asustarse.
Andrea Aiello sigue fascinado por lo que vio de niño, y ahora, como físico teórico del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Luz, en Alemania, está desarrollando sus propias ideas al respecto. La explicación más probable es que presenció una centella, una forma poco común de electricidad atmosférica que puede flotar suavemente sobre el suelo dentro o fuera de los edificios e incluso atravesar ventanas cerradas. Científicos de todo el mundo se toman en serio el fenómeno, aunque siguen siendo incapaces de explicarlo, reproducirlo o documentarlo con autoridad.
Hay muchas hipótesis, pero pocas certezas. Algunos creen que el fenómeno tiene su origen en el juego eléctrico de las grandes tormentas. Otros creen que puede deberse a los propios rayos. Algunos creen que se trata de una maraña de líneas de campo electromagnético que vagan solas por la Tierra. Hasta ahora, al menos, ninguna de estas ideas puede explicar todo lo que parecen hacer las centellas. ¿Es hora de considerar alternativas más exóticas?