Construcciones ovni (829)

El Aerosmena, ¿el futuro de los transportes aéreos?

Rusia proyecta un nuevo dirigible que prevé recorrer 5000 kilómetros con una carga de entre 60 y 200 toneladas

Así luce el dirigible ovni Aerosmena

10 de enero de 2024

Manu R. Macarro

Los desarrolladores de la Oficina de Diseño de Iniciativas para la Ingeniería de Aeronaves del Ejército Ruso lleva varios años desarrollando el que podría ser su producto estrella este 2024, y que supondría la vuelta al ruedo de uno de los buques insignias de la ingeniería aérea a principios del siglo XX: el dirigible. En este sentido han presentado el Aerosmena, una aeronave de transporte con una capacidad de carga de 60 a 200 toneladas, capaz de viajar sin escalas con carga a bordo hasta 5000 kilómetros.

“Los dirigibles serán interesantes para dar servicio a los vastos territorios del Norte, el tráfico aéreo transfronterizo, misiones especiales, incluidas operaciones de rescate de emergencia durante inundaciones y extinción de incendios”, informó Rusia en la presentación del proyecto.

El desarrollo de una flota de dirigibles pesados permitirá a Rusia desarrollar programas científicos y sociales y abrir nuevos horizontes para los servicios de transporte aéreo.

Este dirigible abre todo un abanico de posibilidades para aplicar en diferentes campos de acción: un hotel u hospital volador, una plataforma de carga, un complejo de extinción de incendios, un sistema móvil de generación de energía y contenedores. Este diseño amplía significativamente las capacidades de todo el sistema de transporte aéreo.

La alta rentabilidad de los dispositivos se logra mediante el uso del principio de vuelo aerostático y tecnologías de producción bastante simples que utilizan materiales compuestos modernos, tejidos de Kevlar y unidades de espuma metálica.

Recreación del Aerosmena

El coste del proyecto desde el desarrollo hasta la certificación con una carga útil de 60 toneladas será de unos 100 millones de dólares.

Como ejemplo, un representante ruso citó el dirigible Zeppelin NT LZ07 con una capacidad de carga de menos de 2 toneladas que cuesta más de 20 millones de dólares, y que el dirigible Aerosmena de serie con una capacidad de carga de 200 toneladas, 198 toneladas más, se necesitarán unos 150 millones, por lo que se minorizan gastos y se aumenta la capacidad de carga. El coste de una hora de vuelo de un dirigible de este tipo será entre 10 y 15 veces menor que el de un avión de transporte.

La autonomía de vuelo con un solo llenado a una velocidad de 200 km/h es de más de 5000 km. Los desarrolladores consideran que el elemento clave del dirigible Aerosmena es un sistema de control inteligente de circuitos múltiples que garantiza el vuelo a lo largo del curso y neutraliza el impacto de cualquier flujo de aire lateral y volcado.

Durante el despegue, el aterrizaje o las maniobras, la computadora de a bordo proporciona un control automático del calentamiento del aire en el casco, de modo que la carga se puede recibir y entregar tanto en modo estacionario como durante el aterrizaje en el campo.

CARACTERÍSTICAS DEL AEROSMENA-200

Peso en vacío: 120 toneladas

Peso al despegue: 290 toneladas

Diámetro del cuerpo: hasta 180 m

Altura del cuerpo: hasta 36 m

Volumen de la carcasa: desde 500.000 metros cúbicos. m

Volumen de helio: no menos de 100.000 metros cúbicos. metro

Volumen de aire interior: desde 400.000 metros cúbicos. m

Velocidad de vuelo: hasta 120 km/h

Altitud de vuelo: hasta 2500 m

Carga útil: 200 toneladas

https://www.diariodesevilla.es/tecnologia/aerosmena-dirigible-forma-ovni-ruso-video_0_1865213701.html

El misterio de las centellas (1455)

El misterio de las centellas (1455)

arXiv:physics/0306158 21 Jun 2003

Condiciones para el inicio no estacionario de la descarga en modo “burning-Through”

S. E. Emelin

Instituto de Investigación Científica de Radiofísica de la Universidad Estatal de San Petersburgo

Sergei.Emelin@pobox.spbu.ru

Resumen

Se ha considerado la forma especial de una descarga eléctrica – “burn-through” en relación con el problema de las centellas. Habiéndose realizado en un volumen cerrado, este modo de descarga erosiva ha mostrado una serie de claras diferencias consistentes en la alta densidad del gas, la formación del aerogel de metal-polímero, la corriente percolante y las características inusuales del escape del plasma. Se han determinado las condiciones para su origen estable y las principales etapas del proceso de descarga.

1. Introducción. Una de las cuestiones clave en la simulación de “centellas densas en energía” consiste en la determinación de las condiciones para el origen del estado metaestable de la sustancia que satisface dos requisitos principales – de alta energía específica y tiempo de relajación prolongado. Desde el punto de vista del enfoque desarrollado en el marco de la autoorganización estructural-energética, la característica fundamental de dicho estado y del proceso de su creación es el máximo nivel de su no-equilibrio. El carácter complejo y multivariado del desarrollo de alto desequilibrio obliga a prestar atención a las condiciones de tales descargas eléctricas, dirigidas a la reproducción de centellas densas en energía, que, en contraste con los poderosos de un solo impulso, combinan la retención duradera del medio activo bajo bombeo con la supresión del régimen de equilibrio para lograr el contenido de energía selectivo y profundo. En relación con la solución del problema planteado, se prestó atención por primera vez en el artículo [1] a las condiciones similares observadas en la combustión eléctrica de la madera. La condición análoga había sido detectada independientemente por el autor en 1992 en la llamada descarga capilar cerrada, pero, siendo compleja y ocurriendo irregularmente en un volumen bastante pequeño, el proceso respectivo había permanecido poco estudiado [2]. En el presente trabajo se ha llevado a cabo la investigación de la descarga considerada de presión inferior a 100 atm en volumen ampliado para aclarar la etapa inicial del proceso y averiguar los medios de su reproducción segura.

2. Descarga capilar cerrada. En [2] el tubo de polietileno por diámetros 9 mm/1.5 mm por una longitud alrededor de 45 mm con dos electrodos de acero de varilla simétrica con rosca M2 atornillado en sus extremos hasta la magnitud de una brecha interelectrodo ~ 6 mm, se había utilizado como un descargador. Después del encendido de la descarga corta de la fuente por el voltaje de aproximadamente 1.8 kV a través de la resistencia de 100 ohmios cambió por una disminución múltiple de la corriente, y después de una fracción de segundo la expulsión del objeto fluorescente autónomo a través de la pared lateral del tubo acompañó la desconexión de la corriente. El estudio del contenido de un descargador acabado mostró la presencia de una mezcla de oligómeros, aerosol metálico fino y partículas estructuradas de gran tamaño. Las tentativas emprendidas para regularizar esta forma de la descarga habían revelado su extrema inestabilidad a la energía de encendido, a las heterogeneidades de los canales roscados para estrangular una sobrepresión de gas, a la temperatura de arranque, al material del tubo etc. Se ha observado que la ausencia de aerosol fino de hierro nunca ha ido acompañada de la formación de los objetos, sino que ha conducido a la expulsión temprana en forma de estallido fuera del descargador.

3. Montaje experimental. El descargador (fig. 1) difería del utilizado en [2] y representaba un tubo de diámetros de 25 mm a 20 mm y de una longitud de 80 mm. Los electrodos de acero con un diámetro de 20 mm tenían una rosca con un paso de 0.8 mm con chaflán cónico y se insertaron en el tubo hasta una profundidad de 25 mm para formar una separación entre electrodos de 30.0 mm. El descargador ensamblado se colocó en ranuras semicirculares de un apriete consistente en dos placas de polimetilmetacrilato de 40 mm de espesor, que se apretaron mediante seis pernos de 10 mm de diámetro. Para el escape de los productos de descarga, una de las placas del exprimidor estaba provista de una abertura cónica con un diámetro menor de 6 mm y una conjugación lisa con una ranura. El conjunto se erigía entre topes que impedían el derribo de los electrodos. La construcción eliminó la estrangulación de la sobrepresión a lo largo de la rosca del electrodo y, en consecuencia, el calentamiento de las terminaciones de los electrodos masivos y la fusión del polímero que tenían lugar en [2], pero también eliminó por completo las causas de la inestabilidad señalada anteriormente utilizando la posibilidad de intercambio de un procedimiento de fabricación de aerosol-primo considerado en [3].

 Image1Fig. 1. Montaje del descargador

La parte eléctrica representaba la instalación para la simulación de la acción de los impulsos de rayo sobre los aparatos de protección de una línea de transmisión de alta tensión. Incluía el descargador aislante que permitía acompañar una avería de un descargador estudiado con la conexión simultánea al mismo de un rayo equivalente de duración 50 µs con corriente hasta 30 kA y de la fuente de tensión hasta 15 kV con inductancia Ld = 7.6 mH y resistencia Rd hasta 200 Ohm.

4. Propiedades de la descarga eléctrica. Después de la ruptura del descargador con la ayuda de un condensador de impulsos Cf = 1200 pF x 80 kV se produjo una descarga completa de un condensador Cl = 25 µF x 16 kV a través de una inductancia 5 µH con una magnitud de la corriente 24 kA. Al terminar, la conducción del descargador desaparecía temporalmente y la caída de tensión del descargador aumentaba junto con la carga del condensador Cl desde una fuente de alta tensión a través de la inductancia Ld y la resistencia Rd; una vez cargado, el condensador Cl se desconectaba del circuito del descargador. En esta coyuntura la corriente de “burning-through” se estabilizaba y con la resistencia constante Rd = 60 Ohm podía continuar desde decenas de milisegundos hasta un segundo en dependencia de la magnitud de la tensión aplicada dentro del rango 1.6 – 1.1 kV con conservación aproximada de la magnitud de la carga transmitida Qd. Al ser iniciado por la expulsión del contenido del descargador, el corte de la corriente fue acompañado por la desconexión del circuito del descargador de la fuente de alta tensión. El procedimiento aseguraba el inicio estable del modo de “burning-through” en toda la gama de magnitudes de la resistencia Rd.

5. Etapas principales del proceso de descarga. La interrupción simulada del flujo del proceso en diferentes momentos permitió detectar la presencia de algunos componentes del proceso que formaron una serie de etapas secuenciales. En la primera etapa bajo la influencia del impulso de la corriente grande la evaporación del polímero y del metal conllevaba la aparición de la presión mayor que podría destruir el tubo sin el apretamiento, y también la formación de un aerosol fino magnético que se depositaba sobre el electrodo inferior por una capa de un milímetro de espesor y más, sobre el electrodo superior menos y sobre la superficie caliente de la pared del tubo. Como resultado, la resistencia del descargador descendía hasta varios kiloohmios. El crecimiento suave de la tensión bajo la presión aumentada no invocaba una descarga de arco, y la corriente dentro de esta etapa resultaba de la conducción de la pared de la tubería y de la descarga percolante de un aerosol metálico fluidizado si el electrodo inferior era positivo.

 Image2Fig. 2. Preparación del aerogel metal-polimérico (resolución 1 µm)

La segunda etapa se caracterizaba por el paso de la corriente de pared bajo la presión del gas cercana al valor crítico para una descarga de arco. Bajo la acción del calentamiento por la corriente el polímero se fundía y se mezclaba con un aerosol, y en una capa de esta mezcla surgía la descarga percolante. Se originaba el rápido crecimiento de un aerogel sobre la base de polímero disgregado que absorbía metales (fig. 2). La velocidad de crecimiento, la duración del crecimiento, la admitancia y las propiedades estructurales del aerogel dependían de las magnitudes de la tensión, la presión y los parámetros de los elementos del circuito eléctrico. Junto con el llenado de la tubería por el aerogel la parte de la corriente que fluía a través del descargador, crecía, y la corriente de pared disminuía.

Image3Fig. 3. El punto del electrodo “burning-through”.

En la etapa siguiente, toda la corriente de descarga se concentraba en el aerogel, provocando su “burning-through” bajo alta presión de gas. Cuando las condiciones eran óptimas, la corriente de “burning-through” se distribuía por término medio casi a lo largo de toda la sección transversal del tubo. Así lo atestiguan los puntos de electrodo (fig. 3), cuyo tamaño era inusualmente grande con el recuento de magnitudes de presión y corriente. El metal en la zona de la mancha tenía un brillo característico y una fuerte hinchazón, lo que le permitía ser una fuente eficaz de metales finos para “burning-through”. En la fase de cierre, la pared de polietileno se introducía en el orificio de escape de la compresión, formando una cavidad en forma de embudo; en su centro aparecía un canal que producía el escape de una emisión de descarga (fig. 4).

Image4Fig. 4. Canal de salida (capa de sección transversal por el espesor de 0.4 mm perpendicular al radio de la tubería).

6. Algunas características de la descarga. La forma de la sección transversal del canal representaba varias roturas radiales que salían del centro común y se inscribían en una circunferencia de diámetro inferior a 1 mm. En los casos de descargas de mayor duración el circunradio no superaba los 200 µm. En condiciones no óptimas se extruyó en el canal un trozo de pared de tubo en forma de disco de 6 mm de diámetro y 2.8 mm de espesor.

Cuando la descarga fue duradera la eyección de plasma se realizó en dos actos, además solo el “primero” adoptaba la forma de un globo, y el “segundo” tenía la forma de un chorro (fig. 5). En la pared interior del tubo quedaron decenas de ampollas de un diámetro aproximado de 200 µm. Es muy probable que la sustancia densa energéticamente obtenida mostrara inestabilidad a la generación de los impulsos de chorro de rayo delgado de una transferencia – intercambio de energía y sustancia, y con su densidad disminuía las propiedades no lineales se relajaban considerablemente.

Para la comparación con los procesos en el caso considerado en [2], es necesario tener en cuenta que en el presente experimento la densidad de la entrada de energía no superó los 200 J/cm3. La relación entre el grosor de la pared y el diámetro del canal fue de 0.14, y en [2] fue de 16 veces – 2.3. Bajo la acción de una radiación más fuerte en la región del agujero perforado el polímero debería estar más caliente y tener otras propiedades de choque-viscosidad. Por lo tanto, tanto la forma del canal de salida como el carácter de la interacción del polímero con el plasma serían diferentes.

Image5Fig. 5. La eyección por partes

7. Conclusiones.

Eficaz para la formación de “sustancia metaestable”, la transición de la descarga erosiva al modo de “burning-through” se produce por la interrupción de la corriente de arco como resultado de una disminución de la tensión de corta duración a una densidad de gas suficientemente alta y se lleva a cabo a través de la conductividad del dieléctrico parcialmente alterado con las partículas más pequeñas de metal de los electrodos. El aumento de la eficacia de esta transición se alcanza por medio de la creación del aerosol de metal de alto fractal del material de los electrodos y la pared lateral con la ayuda de un impulso corto de una gran corriente que inicia el proceso.

Referencias.

1. N. M. Slyusarev, Ball Lightning [in Russian], IVTAN, Moscow (1990), pp. 18-29.

2. S. E. Emelin et al., Tech. Phys. 42 (3), March 1997, pp. 269-277.

3. Yu. V. Sokolov, V.S. Zhelezniy, Tech. Phys. Lett. 29 (8), August 2003.

https://web.archive.org/web/20040401134056/http://balllightning.narod.ru/2003/Articles/Emelin2/0306158.html

El enigma de la estrella desaparecida y la oleada de ovnis de Washington D.C. en 1952

El enigma de la estrella desaparecida y la oleada de ovnis de Washington D.C. en 1952

21 de enero de 2024}

Beatriz Villaroel

Cuando miramos al cielo estrellado, innumerables cuerpos celestes nos observan en silencio. La mayoría de ellos llevan ahí miles de millones de años, a medida que los procesos estelares se desarrollan lentamente, desde su nacimiento hasta su desaparición final. La luz de otros objetos celestes, aunque desaparecida hace tiempo, sólo nos ha llegado recientemente. En otros casos, los cambios rápidos en el cielo se producen en escalas de tiempo tan cortas como segundos o minutos, como cuando una estrella enana se enciende momentáneamente o cuando un satélite humano cruza el campo de visión.

Mi equipo ha estado buscando objetos que puedan haber desaparecido. Como resultado inesperado de nuestras búsquedas, hemos encontrado casos en los que múltiples objetos similares a estrellas (transitorios) aparecieron y desaparecieron en una pequeña imagen en el plazo de una hora, y lo que es aún más peculiar, dos de nuestros casos más brillantes ocurrieron en julio de 1952, coincidiendo en el tiempo con los sobrevuelos ovni de Washington D.C. de 1952. Pero, ¿qué hemos encontrado realmente y cómo se relacionan potencialmente estos dos sucesos?

En el proyecto Vanishing & Appearing Sources during a Century of Observations (VASCO), nuestro equipo se ha dedicado a la búsqueda de objetos celestes que desaparecieron a lo largo de 70 años. En el gran esquema del tiempo cósmico y de los miles de millones de años necesarios para que una estrella de baja masa se convierta en una enana blanca, setenta años es sólo un momento fugaz en el tiempo cósmico. Pero 70 años es también mucho más que el tiempo necesario para que un satélite pase por el campo de visión del telescopio. Nuestro objetivo original era buscar una estrella que se hubiera desvanecido, con la esperanza de detectar casos en los que una estrella colapsara directamente en un agujero negro (supernova fallida), un acontecimiento predicho por los teóricos de las supernovas. Por otra parte, nos intrigaba la posibilidad de encontrar una estrella que se desvaneciera por completo sin dejar rastro ni explicación; una firma de una civilización muy avanzada.

Sin embargo, esta tarea no era nada sencilla. Mi colega dedicó dos años a desarrollar potentes métodos [5] para cribar los vastos terabytes de datos de imágenes implicados. Paralelamente, estábamos (y seguimos) llevando a cabo un proyecto de ciencia ciudadana junto con científicos, astrónomos aficionados y estudiantes, principalmente en Argelia y Nigeria, para buscar estas estrellas desaparecidas.

Para nuestras búsquedas, utilizamos un catálogo de objetos procedente del US Naval Observatory (USNO) junto con imágenes de archivo que se remontan a principios de la década de 1950, captadas en el Palomar Observatory de California. Las imágenes de Palomar son anteriores a los albores de la exploración espacial humana. Este cielo nocturno era prístino, muy distinto del cielo actual, plagado de decenas de miles de restos de satélites humanos en órbita alrededor de la Tierra, muchos de los cuales producen destellos que duran fracciones de segundo al reflejar la luz solar y desplazarse por el espacio. Estas imágenes las comparamos con las bases de datos modernas de Palomar Sky Survey, PanSTARRS y el satélite Gaia en nuestra búsqueda de objetos desaparecidos.

Aún no hemos encontrado ni una sola candidata a supernova fallida. Sin embargo, nuestra exploración nos ha llevado a un descubrimiento más intrigante: varias imágenes en las que múltiples objetos similares a estrellas aparecen en una única instantánea del cielo, para no volver a verse nunca más. En un caso concreto [1], nueve objetos débiles con aspecto de estrella eran visibles en una imagen captada el 12 de abril de 1950, durante una exposición de 50 minutos. Sin embargo, estaban ausentes en la imagen tomada sólo 30 minutos antes y en otra imagen de seis días después. Buscamos en todos los archivos disponibles para intentar localizar los nueve objetos. Dirigimos el mayor telescopio óptico del mundo, el Gran Telescopio Canarias, con sus 10.4 metros de apertura, a los lugares donde habían estado los transitorios. No se encontró nada. Los objetos simplemente habían desaparecido.

Dada la débil naturaleza de estos objetos y lo cerca que estaban del límite de detección, nos preguntamos si se trataba de objetos espurios causados por alguna rara contaminación con formas coincidentemente estrelladas (defectos de placa), posiblemente causados por pruebas secretas de bombas atómicas, o si estos fenómenos eran observaciones auténticas. Los objetos artificiales situados en órbitas a gran altitud, a decenas de miles de kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, podrían generar destellos similares al caer y reflejar la luz solar. Pero un destello también podría ser producido por la luz intrínseca de un objeto.

Para encontrar más pruebas de objetos artificiales fuera de la atmósfera terrestre, se pueden buscar múltiples transitorios que, además, también estén alineados [2]. Los reflejos de los satélites pueden manifestarse como un único destello o como una secuencia de destellos consecutivos que caen sobre una línea, dependiendo de variables como la geometría, la velocidad de rotación y las dimensiones de nuestro campo de visión. El uso exclusivo de catálogos anteriores a Sputnik garantiza además que sólo se incluyan objetos no humanos. Un white paper que describe en detalle esta búsqueda de tecnofirmas, incluido el análisis estadístico que la acompaña, ha sido sometido a revisión por pares y se publicó en Acta Astronautica en 2022.

A continuación ejecutamos la búsqueda. Identificamos dos candidatos que eran estadísticamente significativos y tenían alineaciones poco probables de transitorios y otros tres candidatos estadísticamente más débiles (en total 5 candidatos). Nuestro mejor candidato, el candidato 5, tenía una probabilidad de p ~ 0.0001 de existir por casualidad (véase la Figura 1 a continuación). Lamentablemente, una revista tras otra se negaron a enviar nuestro artículo para su revisión por pares, informándonos de que el tema del artículo quedaba sistemáticamente “fuera del ámbito de la revista”. Sólo una revista envió el artículo a los revisores, que acabaron rechazándolo tras varias rondas confusas. El artículo permanece en el arXiv preprint server.

imageImagen 1. La imagen de la izquierda muestra cinco transitorios el 27 de julio de 1952 en el First Palomar Sky Survey. La imagen de la derecha muestra el mismo campo estelar en el Second Palomar Sky Survey, unos 30 años después. De Villarroel, Solano et al., 2022, arXiv. (Nota: en el artículo se indica erróneamente que la fecha es el 28 de julio de 1952).

Mientras tanto, nuestro equipo continuó sus esfuerzos de búsqueda. Hace un año, mi colega presentó al equipo un caso que había descubierto durante las búsquedas automatizadas [5]. La imagen mostraba tres objetos brillantes y hermosos que parecían estrellas en una imagen POSS-I del 19 de julio de 1952 y que aparecían y desaparecían en la exposición de una placa [3] (véase la Figura 2 más abajo). Los tres objetos brillantes parecían tan reales como la propia Betelgeuse. Exploramos la hipótesis de una lente gravitacional, considerando la posibilidad de que un objeto masivo en primer plano pudiera desviar la luz que pasaba de modo que aparecieran tres imágenes para desaparecer instantes después. ¿Quizás un agujero negro supermasivo situado a pocos años luz de la Tierra, con una masa diez veces superior a la del agujero negro del centro de la Vía Láctea, podría explicar el triple transitorio? No estábamos convencidos. El artículo se publicó recientemente en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

imageFigura 2. La imagen de la izquierda muestra tres transitorios el 19 de julio de 1952 en el First Palomar Sky Survey. La imagen de la derecha muestra el mismo campo estelar en el Second Palomar Sky Survey, unos 30 años después. Esta imagen es una adaptación de las imágenes en Solano, Marcy et al., 2023.

Veamos más de cerca el periodo de tiempo de las observaciones. Julio de 1952 fue un mes muy espacial en Washington D.C. Entre el 12 y el 29 de julio de 1952 se produjeron multitud de avistamientos de ovnis sobre Washington D.C. en Estados Unidos, que incluyeron avistamientos radar-visuales en observaciones simultáneas, e incluso circunstancias en las que un piloto de la Marina fue autorizado a derribar un objeto (con algunos restos recogidos). El mayor número de avistamientos tuvo lugar durante dos fines de semana: Del 19 al 20 de julio y el fin de semana del 26 al 27 de julio de 1952.

Un registro oficial de los National Archives of Australia revela que, mientras que la media mensual de informes de avistamientos de ovnis entre 1948 y 1951 fue de 15 al mes, en julio de 1952 hubo aproximadamente 536 informes. Las Fuerzas Aéreas estadounidenses celebraron una gran conferencia de prensa en el Pentágono (la mayor conferencia de prensa desde el final de la Segunda Guerra Mundial), afirmando que las observaciones por radar estaban causadas por inversiones de temperatura, citando una teoría elaborada y promovida [6,7] por el astrónomo y escéptico de los ovnis Donald Menzel, que tenía las autorizaciones más altas dentro de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Trabajos posteriores arrojaron serias dudas sobre la explicación de Menzel. Además, las Fuerzas Aéreas de EE.UU. no pudieron explicar los numerosos informes de testigos oculares.

Aquí es donde las cosas se ponen divertidas. Los tres transitorios que encontramos fueron, en efecto, observados la noche del 19 de julio de 1952, que coincidió con el primer fin de semana de los sobrevuelos ovni de Washington – una coincidencia de la que se dio cuenta por primera vez mi amigo David Altman. Como científicos, reconocemos que las coincidencias se producen de vez en cuando, por notables que parezcan. Sin embargo, no pude evitar preguntarme si alguno de los cinco principales candidatos de nuestro anterior artículo arXiv de 2022 podría haber sido observado durante los sobrevuelos de Washington.

De hecho, nuestro principal candidato absoluto (Candidato 5, con una probabilidad de apenas el 0.0001%) fue observado el 27 de julio de 1952, coincidiendo con el segundo fin de semana (Nota del autor: En el artículo del arXiv y en todas las presentaciones, incluida una que presenté en el evento de la Fundación Sol en la Universidad de Stanford en octubre de 2023, y hasta diciembre de 2023, he citado la fecha errónea del 28 de julio de 1952. La fecha correcta para la placa XE141, según el archivo de placas del STScI, es el 27 de julio de 1952). Irónicamente, nuestros dos casos más destacados y brillantes de transitorios múltiples coincidieron en el tiempo con los dos fines de semana de los famosos sobrevuelos ovni de Washington.

¿Qué tipo de eventos podrían llevar a la detección de transitorios múltiples en placas del mismo periodo? Una posible explicación es que estos transitorios sean efectivamente ovnis. Otra hipótesis es que las pruebas de bombas atómicas a gran altitud podrían haber generado fenómenos similares a auroras sobre Washington. Estos eventos podrían haber producido lluvia radiactiva en otras regiones del vasto país, que -tal vez- podría ser detectada como falsas estrellas en las placas fotográficas. Quizás, en este caso, la navaja de Occam sugiere que la primera hipótesis requiere menos esfuerzo.

Un conjunto de datos que podría ayudar a resolver el misterio es el proyecto Digital Access to a Sky Century @ Harvard (DASCH), que comprende partes digitalizadas de la colección de placas fotográficas del Harvard College Observatory. La colección de placas del observatorio consta de más de 550,000 placas que desempeñaron un papel fundamental en la investigación astronómica de vanguardia durante más de un siglo. Dado que el Observatorio de Harvard está considerablemente más cerca de Washington D.C. que Palomar, podría poseer valiosos registros de la época de los sobrevuelos de ovnis en Washington D.C. Hace tan sólo unas semanas, el proyecto DASCH volvió a ponerse en marcha tras un paréntesis de varios años; una bendición para muchos astrónomos.

A pesar de sus numerosos éxitos, la colección de placas fotográficas de Harvard se enfrentó a muchos retos a lo largo de su historia. A principios de la década de 1950, la Universidad de Harvard decidió destruir parte de su propia colección de placas fotográficas siguiendo las directrices de su director Donald Menzel, que entró en funciones en 1952. Esta historia está cuidadosamente relatada en la autobiografía de la astrónoma Dorrit Hoffleit, Misfortunes as Blessings in Disguise. Además, Donald Menzel impidió en 1953 que el observatorio de Harvard realizara más estudios del cielo con placas fotográficas. Este último acontecimiento se conoce comúnmente como el “Menzel gap”. Se alegaron restricciones relacionadas con el espacio de almacenamiento y limitaciones presupuestarias. Sólo quince años más tarde, Harvard reanudó la vigilancia del cielo tras la jubilación de Menzel.

Esta notable secuencia de acontecimientos inusuales sugiere que investiguemos más placas fotográficas del verano de 1952 para ver si hubo una mayor incidencia de transitorios anómalos que en veranos anteriores. También podemos examinar el cielo tal y como se ve hoy en día. Con nuestro nuevo empeño, el proyecto ExoProbe, buscaremos tipos similares de sucesos transitorios en el cielo moderno; la esperanza es encontrar un caso de tales transitorios anómalos que pueda estudiarse detenidamente con la instrumentación actual. Utilizaremos una red de pequeños telescopios equipados con cámaras de alta resolución que nos permitan validar inmediatamente el hallazgo en múltiples telescopios, localizar el objeto en 3D (si está dentro del Sistema Solar) y caracterizarlo con un espectro. Descubrir este tipo de transitorios anómalos en los datos modernos ayuda a sortear los retos que plantean los sondeos de placas fotográficas, incluida la dificultad inherente de rastrear y localizar estos objetos una vez que desaparecen.

Sin duda, existe una necesidad imperiosa de explorar este misterio. Con un poco de suerte, quizá podamos encontrar apoyo estadístico a una conexión entre los avistamientos históricos de ovnis y los transitorios múltiples en las placas fotográficas. Si no es así, estas peculiares coincidencias tendrán que permanecer como intrigantes anécdotas en nuestra documentación de la historia celeste… y tal vez eso esté muy bien.

Beatriz Villarroel es la líder del proyecto VASCO, que cuenta con más de 40 miembros en distintos países. Es investigadora en el Instituto Nórdico de Física Teórica (Nordita) de Estocolmo.

Referencias

1. Beatriz Villarroel, Geoffrey Marcy, Stefan Geier, Alina Streblyanska, Enrique Solano, Vitaly Andruk, Matthew E. Shultz, Alok C. Gupta, Lars Mattsson, Exploring nine simultaneously occuring transients on April 12th 1950”, 2021, Scientific Reports, 11, 12794.

2. Beatriz Villarroel, Enrique Solano, Hichem Guergouri, Alina Streblyanska, Lars Mattsson, Rudolf Bär, Jamal Mimouni, Stefan Geier, Alok C. Gupta, Vanessa Okororie, Khaoula Laggoune, Matthew E. Shultz, Robert A. Freitas Jr., Martin Ward, Is there a background population of high- albedo objects in geosynchronous orbits around Earth?”, 2022, arXiv: 2204.06091

3. Enrique Solano, Geoffrey Marcy, Beatriz Villarroel, Stefan Geier, Alina Streblyanska, Gianluca Lombardi, Rudolf E. Bär, Vitaly N. Andruk, “A Bright Triple Transient that Vanished within 50 Minutes”, 2023, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 527, 6312

4. Beatriz Villarroel, Kristiaan Pelckmans, Enrique Solano, Mikael Laaksoharju, Abel Souza, Onyeuwaoma Nnaemeka Dom, Khaoula Laggoune, Jamal Mimouni, Hichem Guergouri, Lars Mattsson, Johan Soodla, Diego Castillo, Matthew Shultz, Rubby Aworka, Sébastien Comerón, Stefan Geier, Geoffrey Marcy, Alok C. Gupta, Josefine Bergstedt, Rudolf E. Bär, Bart Buelens, Christopher K. Mellon, M. Almudena Prieto, Dismas Simiyu Wamalwa, Martin J. Ward, Launching the VASCO citizen science project”, 2022, MDPI’s Universe, 8, 561

5. Enrique Solano, Beatriz Villarroel, Carlos Rodrigo, “Discovering vanishing objects in POSS I red images using the Virtual Observatory”, 2022, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 515, 1380

6. Gilgoff D., 2001, Washington City Paper, https://washingtoncitypaper.com/article/260860/saucers-full-of-secrets/

7. Klass, Phillip , Skeptics UFO Newsletter, 1998, 52

8. Hoffleit, ”Misfortunes as blessings in disguise”, https://www.aavso.org/dorrit-hoffleit-autobiography-misfortunes-blessings-disguise

https://thedebrief.org/the-vanishing-star-enigma-and-the-1952-washington-d-c-ufo-wave/