Proyecto Libro Azul: Más de 12,000 informes ovni fueron investigados en Wright-Patt
El teniente coronel Héctor Quintanilla, observa fotos de supuestos ovnis expuestas en las oficinas del Libro Azul del Proyecto en la base aérea Wright-Patterson en 1968. ARCHIVOS DEL DAYTON DAILY NEWS 1969.
12 de enero de 2024
Por Greg Lynch
La investigación de informes ovni por parte de las Fuerzas Aéreas, que comenzó en 1948, se conocía como “Proyecto Libro Azul” y tenía su sede en la base aérea Wright-Patterson.
Los ovnis fueron una preocupación de la comunidad de inteligencia de la nación desde el comienzo de la Guerra Fría. Existía la idea de que algunos platillos volantes podrían representar en realidad un sistema de armamento extranjero secreto y tecnológicamente avanzado.
Durante los más de seis años que duró el proyecto antes de su clausura en 1969, estuvo dirigido por el teniente coronel Héctor Quintanilla Jr., que contaba con una plantilla de tres personas, formada por un oficial, un sargento y un secretario en la base aérea de Wright-Patterson.
A lo largo de los años, se investigaron 12,618 informes de avistamientos de ovnis. Cuando terminó el proyecto, 701 de ellos seguían figurando como “no identificados”.
Informes locales
Uno de los informes más notables de la agencia trataba sobre supuestas apariciones de ovnis en 1967 cerca de Ann Arbor, Michigan. El informe concluía que los avistamientos de extrañas luces brillantes se atribuían al gas de los pantanos.
Entre los informes de todo el país, varios procedían del valle del Miami, entre ellos:
– Una investigación del Libro Azul en julio de 1965 demostró que un ovni visto por miles de personas en el Valle de Miami era en realidad un globo meteorológico de 200 pies de altura.
– El 28 de marzo de 1966, se reveló una película filmada por un patrullero de carreteras del estado de Ohio que dijo haber visto un objeto volador no identificado cerca de la base aérea Wright-Patterson y resultó mostrar “nada más que el cielo”.
– En junio de 1967, tres estudiantes de Piqua avistaron lo que describieron como una “enorme nave espacial con forma de cigarro” que flotaba sobre un maizal.
– En un informe de marzo de 1967, un observador de Dayton de 34 años informó de luces blancas y rojas giratorias que viajaban a gran velocidad y luego se cernían y desaparecían sobre el horizonte, sin que el objeto hiciera ruido ni humo. “Estoy seguro de que no era una estrella, un avión, un helicóptero, un globo meteorológico u otro caso de gas de los pantanos”, escribió el hombre. “… Personalmente no me importa si me creen o si alguien me cree. Sé lo que vi y estoy convencido de que era algo ajeno a mí”.
– En marzo de 1967, una mujer del área de Lebanon llamó a las autoridades para informar de “un objeto grande, brillante y giratorio” cerca de su casa. Cuando giró en su entrada, “los faros del coche se apagaron momentáneamente”. Entró en su casa para llamar a un investigador de la Fuerza Aérea en Wright-Patterson e informar de que la nave, del tamaño de una casa pequeña, estaba detrás de su casa y cambiaba de altitud con frecuencia. Otro testigo informó de que “hacía un ruido indescriptiblemente molesto cuando bajaba mucho”.
Bocetos de un ovni visto en Dayton la noche del 3 de marzo de 1968. La oficina del Proyecto Libro Azul en la base aérea Wright-Patterson. ARCHIVOS DAYTON DAILY NEWS
– En mayo de 1967, residentes de Dayton, Kettering y Bellbrook informaron haber visto una “enorme bola amarilla que se desplazaba rápidamente por el cielo, de norte a sur, emitiendo una luz considerable pero ningún sonido”.
– En marzo de 1968, varios 75 habitantes de Dayton informaron de haber visto un ovni en el cielo. Una persona lo describió como un “objeto largo y brillante que parecía un avión de pasajeros con fuego saliendo por las ventanas, y tres chorros en la cola”. El personal del Proyecto Libro Azul determinó que se trataba de restos de un lanzamiento espacial ruso Zond 4 y cerró el caso.
¿No se tomó en serio?
Muchos de los que presentaron informes se sintieron decepcionados y frustrados por el hecho de que sus afirmaciones no se hubieran investigado más a fondo.
Se dedujo que el Ejército del Aire no se tomaba en serio los informes.
El conservador del Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Brett Stolle, examina los restos de un ovni que fue identificado por el programa Project Blue Book de la Fuerza Aérea de Estados Unidos como parte de un engaño. 2017. TY GREENLEES / PERSONAL
La respuesta de las Fuerzas Aéreas fue la habitual en muchos informes: “La información que hemos recibido no es suficiente para una evaluación científica”. A menudo, la respuesta pedía que se enviara información adicional en otro formulario.
Cerrar el libro
En 1966, bajo la creciente presión de la prensa, el Congreso y la comunidad científica, el Ejército del Aire se vio obligado a participar en un estudio de 18 meses sobre los ovnis en cooperación con la Universidad de Colorado.
El estudio no reveló gran cosa, pero sí llegó a la conclusión de que los ovnis “perjudicaban educativamente” a los escolares a los que se permitía utilizar el tiempo de estudio de ciencias para leer libros y artículos de revistas sobre ovnis. Se sugirió que los profesores no dieran crédito a ningún proyecto estudiantil sobre ovnis.
Las Fuerzas Aéreas siguieron el ejemplo y disolvieron el Proyecto Libro Azul en 1969, poco después de que se hicieran públicos los resultados del estudio.
El comunicado de prensa decía que las investigaciones ovni de la Fuerza Aérea ya no podían justificarse “por motivos de seguridad nacional o en interés de la ciencia… el proyecto no merece futuros gastos de recursos”.
El personal del Proyecto Libro Azul empaquetó 50 pies cúbicos de registros y artefactos recogidos durante más de dos décadas de persecución de platillos volantes. Los archivos se desclasificaron y se enviaron a la base Maxwell de las Fuerzas Aéreas, en Alabama, donde se pondrían a disposición de estudios científicos.
Al cerrar la agencia, Quintanilla dijo: “Estaría de acuerdo en que poco, o nada, ha resultado de nuestras investigaciones”.
Cuando se le preguntó si creía en la vida procedente de otros planetas, Quintanilla dijo que no, pero reconoció: “Mientras haya cielo, algunas personas creerán que hay objetos ahí fuera enviados por otros planetas”.
Teniente Coronel Héctor Quintanilla, director del Proyecto Libro Azul en la Base Aérea Wright-Patterson. ARCHIVOS DEL DAYTON DAILY NEWS 1969.