Eghigian sobre Meehan, “Alien Abduction in the Cinema: A History from the 1950s to Today”

Eghigian sobre Meehan, “Alien Abduction in the Cinema: A History from the 1950s to Today”

Meehan, Paul Alien Abduction in the Cinema: A History from the 1950s to Today. Jefferson: McFarland & Company, Inc. Publishers, 2023. 277 pp. 49,95 $ (papel), ISBN 9781476688275.

Reseña de Greg Eghigian (Penn State University)

Publicado en H-Sci-Med-Tech (julio, 2024)

Encargo de Penelope K. Hardy (University of Wisconsin-La Crosse)

Versión imprimible: https://www.h-net.org/reviews/showpdf.php?id=59726

Paul Meehan es autor de numerosos libros sobre la historia del cine de terror y ciencia ficción. En ellos ha tratado temas como los vampiros, las casas encantadas, los doppelgängers y el espacio. Uno de sus libros más interesantes es Saucer Movies: A UFOlogical History of the Cinema, de 1998, en el que analiza hasta qué punto las películas sobre objetos voladores no identificados (ovnis) reflejan los avistamientos y las investigaciones reales. Allí reveló una gran desconexión entre la versión de Hollywood de los encuentros con ovnis y las descripciones de los testigos reales. Sobre todo en las décadas de 1950 y 1960, los productores, directores y guionistas se inspiraron, al parecer, en la literatura de ciencia ficción y no en los miles de informes citados por las Fuerzas Aéreas estadounidenses, los medios de comunicación y los grupos de defensa de los ovnis.

En esta ocasión, Meehan se centra en un tema relacionado: la abducción extraterrestre en el cine desde los años cincuenta. Su enfoque aquí es muy parecido al que adoptó en Saucer Movies, ya que compara las tramas y escenas de las películas con los casos que se han dado a conocer a lo largo de los años. Es evidente que Meehan está bien informado sobre la historia tanto de las películas como de las denuncias de abducciones alienígenas. Su estilo de presentación, aunque claro y conciso, es más bien enciclopédico: presenta las películas en orden cronológico, detalla sus tramas y personajes, y luego compara estos elementos con los encontrados en casos históricos.

Como señala el propio Meehan, las denuncias de secuestros por extraterrestres fueron una parte relativamente rara del fenómeno ovni durante décadas después de los primeros informes de platillos volantes en 1947. No fue hasta mediados de la década de 1970 cuando el tema empezó a atraer la atención de los principales medios de comunicación, y cada vez más personas contaron sus experiencias. Sin embargo, el espectro de figuras nefastas que asaltaban y raptaban a seres humanos no era algo inaudito. Las primeras revistas pulp dirigidas a los jóvenes, en particular, traficaban con representaciones de “ópera espacial” de científicos locos y criaturas alienígenas que atacaban y se escapaban con damiselas en apuros escasamente vestidas que esperaban ser rescatadas por algún apuesto héroe masculino. Así pues, no es de extrañar que las películas de los años cincuenta tendieran a crear tramas y personajes que seguían el mismo molde que el western clásico (aunque el propio Meehan nunca habla de este aspecto).

En general, Meehan observa una serie de pautas a lo largo del tiempo en las representaciones cinematográficas de las abducciones extraterrestres. A lo largo de la historia de las películas de ciencia ficción, los encuentros coercitivos contenían habitualmente elementos destacados de la historia que se encuentran en los casos de abducción habituales en el último tercio del siglo XX: extraterrestres humanoides, secuestros que tienen lugar en espacios aislados e íntimos, procedimientos médicos e implantes, mestizaje y control mental. Sin embargo, señala Meehan, ha habido relativamente pocas películas que intentaran retratar casos reales, y estas pocas se limitaron al periodo comprendido entre 1975 y 1993. De hecho, durante las últimas dos décadas y media, los cineastas han utilizado principalmente el tropo de la abducción alienígena como excusa para hacer películas de terror que han puesto su énfasis en los sustos, la violencia, la tortura y el gore. “En la segunda década del siglo XXI”, subraya Meehan, “las películas sobre el tema de la abducción se habían desvinculado en gran medida de los relatos (supuestamente) de no ficción sobre el fenómeno y de la ciencia ficción” (p. 151).

Todo esto es bastante razonable y fundamentado. Sin embargo, es en su conclusión donde Meehan se desvía en una dirección más fantasiosa. Aquí invoca no sólo el primer cuarto de siglo de películas con extraterrestres, sino también películas como El candidato de Manchuria (1962), El bebé de Rosemary (1968) y Picnic en Hanging Rock (1975) para argumentar que todas ellas “parecen haber aprovechado una línea de señal psíquica que permitió a los guionistas y cineastas acceder a información sobre el fenómeno de la abducción en un nivel inconsciente a través de una convergencia de imaginación y clarividencia” (p. 200). Para él, la presciencia parece ser la única explicación posible para tantos elementos compartidos entre las narrativas canónicas de abducciones alienígenas posteriores a 1975 y las representaciones cinematográficas anteriores.

La mayoría de los historiadores consideran que argumentos de “anticipación” como éste -especialmente los de tipo sobrenatural- son tremendamente anacrónicos y especulativos. De hecho, basta con echar un vistazo a los estudiosos del folclore, los mitos, la historia del arte y la historia de la ciencia para encontrar recordatorios de que, aunque los artefactos del pasado pueden tener un parecido sorprendente con los actuales, nuestros predecesores siempre respondían a realidades sociales e indicios culturales que ahora nos resultan en gran medida desconocidos. Las similitudes probablemente reflejen poco más que la inclinación de los humanos a confiar en un repertorio constante de figuras, formas y argumentos, que cada comunidad (y a menudo cada individuo) adapta a las nuevas circunstancias. Si añadimos a la mezcla los medios de comunicación de masas del siglo XX y el capitalismo de consumo, no es de extrañar encontrar cierto grado de homogeneidad en los relatos destacados sobre casi cualquier tema, por no hablar de algo tan singular y espectacular como las abducciones a manos de extraterrestres.

Meehan tiene razón al señalar que tanto los verdaderos creyentes como los más acérrimos desacreditadores han intentado encontrar algún tipo de línea directa que conecte las representaciones mediáticas de los encuentros con extraterrestres con las afirmaciones de los propios testigos. En muchos sentidos, la propia obra de Meehan demuestra que hay pruebas de sobra para confundir los esfuerzos de ambas partes en el debate. A fin de cuentas, quizá el propio proyecto de intentar explicar una narrativa inventada esté destinado al fracaso. Tal vez lo mejor que podemos hacer es identificar sus ecos y resonancias en los entornos culturales en los que se inserta.

Cita: Greg Eghigian. Reseña de Meehan, Paul. Alien Abduction in the Cinema: A History from the 1950s to Today. H-Sci-Med-Tech, H-Net Reviews. Julio, 2024.

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