Un fenómeno que inexplicablemente se autorreplica

Un fenómeno que inexplicablemente se autorreplica

3 de enero de 2025

imageImagen de autor Gene1970 en PIXABAY

– La Historia Jamás Contada –

Hará unos tres meses que pude leer por fin un libro al que había echado el ojo hacía… ¡45 años!, pero que nunca encontré en librerías salvo una ocasión, hace mucho también, en una especializada en libros un tanto raros, como los ocultistas y parecidos, pero que pronto desapareció de la estantería sin que el encargado pudiera indicarme cuándo, dónde o cómo podría yo hacerme con un ejemplar. Me refiero a OVNIS: OPERACIÓN CABALLO DE TROYA, del periodista, autor y guionista norteamericano John A. Keel. (Nada que ver con la saga del mismo nombre del también periodista e investigador J. J. Benítez.)

Supe de él por una reseña en la entonces muy popular revista mexicana CONTACTOS EXTRATERRESTRES, que en su mejor época, antes de caer en la excesiva comercialización de sus espacios, mucho aportó a la cultura de los amantes de lo extraño a través de artículos, extractos y recomendaciones de material impreso y fílmico de calidad que ampliaron nuestro campo de interés más allá del sensacionalismo o el mero entretenimiento, como es el standard entre los medios de masas.

Pues bien, al devorar -no sin degustarlo- el ansiado texto en cuatro días, comencé a percibir esa sutil sensación de miedo que ya había experimentado cuando mi primera inmersión maratónica en el tema a mis 13 años de edad en otra notable publicación, ésta española: CÍCLOPE, LA INCÓGNITA DEL ESPACIO, pues la obra de Keel tiene la virtud de llevarnos al estado de la cuestión OVNI en la segunda mitad de los años 60, justo en el auge -¿o debo decir escándalo?- de una intensa concentración o flap de misteriosas luces y objetos en el cielo, contemporánea exacta del Programa Apolo a la Luna, cuando la ciencia y la tecnología humanas parecían haber dicho la última palabra en cuanto a lo que era y no era en el Universo, pero lo Desconocido volvía a irrumpir en el Todo supuestamente conocido y controlado, lo que no podía menos que evocar en nosotros un cierto temor ancestral por mucho que nos sintiésemos científicamente preparados.

El autor comienza describiendo minuciosamente su metodología de recolección de datos, crucial para cualquier inferencia estadística o de otra especie a partir del fenómeno, “detalle” que suele escapárseles a tratadistas más light o aventurados, aún siendo lo que a fin de cuentas sostendrá todo el edificio teórico que se construya para describirlo y todavía más para explicarlo. (O cuando menos intentarlo, pues sigue siendo un misterio a pesar de Philip Klass, a quien cito aquí sarcásticamente por haber leído su decepcionante UFOS: EXPLAINED hace mucho también.)

Lo que me impactó apenas entrando en la materia del libro, fue constatar cuánto puede aportar una “simple” investigación periodística cuando está hecha profesionalmente, antes incluso de cualquier tratamiento teórico. En este caso, la descripción de un flap real: nada de fugaces avistamientos efectuados por viajeros solitarios o desencaminados transitando por zonas despobladas, el paisaje acostumbrado en la literatura y cine platillista tanto testimonial como de ficción, sino su manifestación espectacular ante tal vez cientos de testigos en zonas ciertamente concurridas, tanto rurales como urbanas, haciendo alarde de proezas imposibles y hasta absurdas para el observador, como los “aviones fantasma” con la cabina del piloto intensamente iluminada, lo que disminuiría radical y fatalmente su capacidad de visión durante sus vuelos nocturnos rasantes. “Esto tiene que ser un engaño”, es lo primero que se pensaría y tal vez lo era de hecho, pero ¿por qué o para qué? He aquí un misterio detrás del misterio. ¿Y qué hay de las regularidades cartográficas? ¿Y las curiosas constantes horarias y de los días de la semana? Otros tantos puzles para armar, aunque siempre con la incómoda sospecha de que no tienen sentido. No al menos para nuestra mente racional. Serían literalmente mind-wrecking devices, dispositivos para hacer naufragar la mente.

Ya en este punto y para no hacer, así sea involuntariamente, el papel de spoiler, mejor lean ustedes mismos el libro, bien vale el esfuerzo. Pero háganlo con “serenidad y paciencia”, como aconsejaba el gurú Kalimán a su chela -no me refiero a cerveza- Solín, los protagonistas de una conocida historieta de la época. El Capítulo 5, sobre la misteriosa nave que sobrevoló Estados Unidos en 1897, les resultará de lo más intrigante y a la vez esclarecedor.

P.D. ¡Quién iba a decir que sólo unas semanas después de mi hallazgo y consecuente lectura de que les he dado cuenta, se presentaría un flap como el que llevó a Keel a escribir este libro clásico!

Pero ustedes, amables lectores, tendrán su propia opinión sobre lo que podría haber detrás del inquietante asunto. Mientras tanto, pásensela lo mejor que puedan este nuevo año en este nuestro Planeta Encantado –haunted-, como lo describía el mismo John Keel.

imageFernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

https://sabersinfin.com/SB2023/un-fenomeno/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.