Vuelo 1628 de JAL a Alaska, 1986
Avistamientos nocturnos
Black Vault: vuelo 1628 de JAL de Alaska, 1986
25 de agosto de 2025
Por John Greenewald
Nota: Las imágenes recreadas utilizadas en este artículo para representar los detalles del caso son interpretaciones visuales creadas a partir de los bocetos del capitán Terauchi, el testimonio de la tripulación y la documentación de la FAA. Si bien se hizo todo lo posible por mantenerlas lo más precisas y fieles posible, ciertos detalles del encuentro, como la apariencia y la escala exactas de los objetos, se basan en relatos diversos. Estas imágenes pretenden ilustrar el incidente, no servir como registros fotográficos exactos. Las imágenes de documentos gubernamentales son legítimas y verificadas, y no son reproducciones ni maquetas.
Tabla de contenido
Resumen ejecutivo
Capitán Kenju Terauchi
El vuelo 1628 de Japan Air Lines (JAL), un avión de carga Boeing 747, estuvo involucrado en uno de los encuentros con ovnis más notables registrados. En la noche del 17 de noviembre de 1986, mientras volaba sobre la remota Alaska, la tripulación observó múltiples objetos no identificados con luces brillantes que destellaban maniobrando alrededor de su aeronave. El encuentro duró casi 50 minutos y fue rastreado de forma intermitente tanto por el radar a bordo del avión como por el control de tráfico aéreo de la FAA en tierra[1]. En un momento dado, el veterano capitán, Kenju Terauchi, informó de una enorme nave desconocida «del doble del tamaño de un portaaviones» que se acercaba a su 747[2]. Los controladores de tráfico aéreo de Anchorage se apresuraron a dar sentido a la situación, incluso alistando una estación de radar de la Fuerza Aérea de EE. UU. y otro vuelo comercial para ayudar. A pesar de la extensa documentación oficial, incluido el análisis de datos de radar de la FAA, las comunicaciones grabadas y las entrevistas detalladas de la tripulación, no se confirmó ninguna explicación convencional para los objetos. El incidente se convirtió en noticia internacional a principios de 1987, tras el reconocimiento inicial de la FAA por parte de la FAA. Desde entonces, ha sido objeto de escrutinio tanto por investigadores como por escépticos. Los registros de la FAA, los testimonios de los pilotos y las pruebas de radar hacen que el caso JAL 1628 esté excepcionalmente bien documentado, aunque su verdadera naturaleza sigue sin resolverse. Este Archivo de la Bóveda reúne las principales pruebas y análisis, presentando un relato fáctico del encuentro y examinando la respuesta oficial, la cobertura mediática, las explicaciones escépticas y las persistentes preguntas en torno a este famoso incidente ovni.
Fondo
El vuelo 1628 de JAL fue un vuelo de carga programado operado por Japan Air Lines, con un Boeing 747-200F de carga de París a Tokio, con escala en Anchorage, Alaska. El 17 de noviembre de 1986, el avión se dirigía de Reikiavik, Islandia, a Anchorage, volando a una altitud de 35,000 pies (nivel de vuelo 350) sobre el interior de Alaska al final de la tarde, hora local[3]. Los tres tripulantes a bordo eran el capitán Kenju Terauchi (de 47 años, expiloto de caza con 29 años de experiencia de vuelo[4]), el primer oficial Takanori Tamefuji y el ingeniero de vuelo Yoshio Tsukuba. El avión de carga transportaba vino francés (Beaujolais) con destino a Tokio. El vuelo atravesaba un cielo nítido y oscuro –con un resplandor rojizo-anaranjado del sol poniente en un horizonte y una luna llena saliendo en el otro[5]– cuando la atención de la tripulación se vio atraída por unas luces inusuales en las proximidades.
Aproximadamente entre las 17:15 y las 17:19, hora estándar de Alaska, al noreste de Fairbanks, cerca de Fort Yukon, el capitán Terauchi notó por primera vez unas luces extrañas a su izquierda (babor). No se conocía ninguna otra aeronave en ese remoto sector, y el vuelo 1628 se encontraba en espacio aéreo controlado bajo la supervisión del Centro de Anchorage de la FAA. Momentos después, lo que comenzó como luces distantes se convirtió en un encuentro cercano que la tripulación apenas pudo comprender.
Historia de la FOIA y redescubrimiento de los registros
Durante años, la FAA sostuvo que los registros del incidente del vuelo 1628 de JAL habían sido destruidos.
En mayo de 2001, The Black Vault presentó una solicitud de la FOIA ante la FAA para obtener registros relacionados con ovnis en Alaska entre 1981 y 1988, incluyendo específicamente el JAL 1628. La FAA respondió que existían aproximadamente 107 páginas, pero clasificó al solicitante como «comercial», lo que implicaba el cobro de tarifas significativas por la búsqueda, revisión y duplicación. Esta clasificación fue errónea, ya que The Black Vault siempre ha sido un solicitante «no comercial» y, de hecho, se le considera un «medio de comunicación», algo que casi todas las agencias han aceptado en el pasado. Durante una llamada telefónica el 5 de junio de 2001, Jean Mahoney, empleada de la FAA, declaró que los registros podrían ser liberados gratuitamente si la solicitud se retiraba de la FOIA.
Sin embargo, una carta posterior, fechada el 27 de junio de 2001, declaraba que no se había recibido la retirada, que la solicitud se consideraba cancelada y que «todos los documentos relacionados con este avistamiento ovni serían destruidos en un plazo de 30 días a partir de la fecha de esta carta». Para cuando The Black Vault revisó la carta, el plazo de 30 días ya había vencido. Aunque se envió una carta retirando la solicitud, tal como se había solicitado, esta nunca se recibió, al menos según la FAA.
Una nueva solicitud FOIA presentada también en 2009 por The Black Vault produjo el mismo resultado: la FAA volvió a afirmar que los registros habían sido destruidos.
Sin embargo, diecisiete años después de la solicitud inicial, The Black Vault localizó los registros en los Archivos Nacionales. Se conservaron en el Grupo de Registros 237 (Registros de la Administración Federal de Aviación), con el identificador local 1203 y el identificador de archivo 733667. En lugar de 107 páginas, el archivo contenía más de 1500 páginas de material, incluyendo datos de radar, transcripciones, fotografías, entrevistas y comunicaciones internas de la FAA.
No está claro si la FAA creyó erróneamente que los archivos habían sido destruidos o si la transferencia a los Archivos estuvo mal documentada. Lo que sí es cierto es que los registros sobrevivieron, y su redescubrimiento proporcionó al público un expediente mucho más completo que el disponible previamente. Hoy en día, el incidente JAL 1628 es uno de los encuentros con ovnis más extensamente documentados en la historia de la FAA, en gran parte gracias a esta recuperación.
Listado de documentos del archivo de la FOIA
Los siguientes registros fueron escaneados a un tamaño de resolución muy alta para mayor claridad.
(Descargue el conjunto completo a continuación como archivo .zip: jal1628.zip [656.7 MB])
Declaración de curso para registros (NTIS) y contenido del paquete [8 páginas, 5.8 MB]
Formulario 8020-5 de la FAA, Registro de incidentes de aeronaves, Resumen breve [3 páginas, 3 MB]
Preguntas y respuestas de Klass y Haines [40 páginas, 35.4 MB]
Formulario 3112 de la FAA, Registro de Inspección y Vigilancia, Inspector Jack Wright [5 páginas, 4.2 MB]
Formulario 1600-32-1 de la FAA: Notas de entrevistas con tres miembros de la tripulación por Ron Mickle y James Derry [5 páginas, 6.13 MB]
Declaración escrita del capitán Terauchi [en japonés] [18 páginas, 17.2 MB]
Declaración escrita del Capitán Terauchi [Traducción al inglés de Sakoyo Mimoto] [13 páginas, 11 MB]
Transcripción: Entrevista con el capitán Terauchi por Dick Gordon, 2/1/87 [19 páginas, 11 MB]
Transcripción de la entrevista con el primer oficial Tamefugi por Peter Beckner 05/01/87 [23 páginas, 14.7 MB]
Transcripción de la entrevista con el ingeniero de vuelo Tsukuba por Pete Beckner, 15/01/87 [6 páginas, 4.1 MB]
Paquete modificado para administradores de la FAA [121 páginas, 94.5 MB]
Cronología de los acontecimientos [4 páginas, 2.9 MB]
Diagrama de trayectoria de vuelo [17 páginas, 17 MB]
Fragmentos seleccionados de transcripciones de voz de JAL 1628 y controladores [9 páginas, 7.1 MB]
Transcripción de las comunicaciones entre el control de tráfico aéreo y JAL 1628 [24 páginas, 13.6 MB]
Formulario 7230-4 de la FAA, Registro diario de operaciones de las instalaciones, Centro de Control de Tráfico Aéreo de Anchorage [3 páginas, 5.5 MB]
Formulario 7230-10 de la FAA: Registros de posición [2 páginas, 2.3 MB]
Declaración de Personal (Especialistas en Control de Tráfico Aéreo) [16 páginas, 11.9 MB]
Impresión de la computadora del Centro de Control de Tráfico Aéreo de Anchorage con grabaciones continuas de datos (seguimiento por RADAR) [178 páginas, 7.21 MB]
Fotografías en color de datos de radar simulados [18 páginas, 25.8 MB]
Fotografías en color de datos de radar simulados con subtítulos [5 páginas, 5.25 MB]
Fotografías en blanco y negro de datos de radar simulados [13 páginas, 7.1 MB]
Explicación del objetivo de baliza dividida [4 páginas, 3.7 MB]
Comunicados de prensa, asuntos públicos de la FAA [9 páginas, 7.8 MB]
Registro de comunicación con el administrador de la FAA y con la Fuerza Aérea de EE. UU. [6 páginas, 4.5 MB]
Cintas de casete de entrevistas (audio no digitalizado) [4 páginas, 4.76 MB]
Transcripciones de control de tráfico aéreo; diagrama de trayectoria de vuelo; declaraciones de personal [13 páginas, 14.3 MB]
Transcripción del ATC; entrevista con la tripulación; declaración del personal; comunicado de prensa [8 páginas, 6.3 MB]
Contactos de medios de comunicación con la FAA [43 páginas, 46.3 MB]
Recortes de noticias [50 páginas, 4.61 MB]
Varios [17 páginas, 15.8 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 1) [88 páginas, 38.3 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 2) [59 páginas, 27 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 3) [81 páginas, 31.1 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 4) [136 páginas, 81.6 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 5) [86 páginas, 39.6 MB]
Cartas sobre ovnis (carpetas 6 y 7) [147 páginas, 52.8 MB]
Cartas sobre ovnis (carpetas 8 y 9) [144 páginas, 64.9 MB]
Cartas sobre ovnis (carpeta 10) [96 páginas, 35.6 MB]
Cartas originales que indican que los registros fueron destruidos
Cartas de correspondencia de la FAA junto con el informe de ASIAS [6 páginas, 1.56 MB]
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Lo que sabemos
- La tripulación de carga de tres personas de JAL informó sobre múltiples luces y un gran objeto oscuro durante el crucero sobre Alaska.
- La FAA conservó mucho material: audios y transcripciones de ATC, declaraciones de controladores, registros de instalaciones, impresiones de radar y memorandos internos.
- Anchorage/Elmendorf notaron retornos intermitentes de radar primario únicamente durante partes de la ventana del evento.
- Se ejecutaron vectores, cambios de altitud y un giro de 360°; otro vuelo de aerolínea y un avión cisterna de la USAF fueron vectorizados para una posible confirmación visual.
- El capitán Terauchi presentó declaraciones escritas y bocetos; se grabaron entrevistas posteriores al vuelo a los tres tripulantes.
- Los registros aparecieron más tarde en los Archivos Nacionales (RG 237, ID local 1203; serie 733667): aproximadamente 1500 páginas ahora son accesibles.
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Lo que no sabemos
- La identidad, origen y propulsión de los objetos descritos por la tripulación.
- Si los retornos de radar indican un segundo objetivo discreto o artefactos (por ejemplo, efectos de procesamiento/baliza dividida).
- ¿Por qué el avión vectorizado (vuelo de United; avión cisterna de la USAF) no obtuvo confirmación visual independiente?
- Geometría exacta, escala y características de la superficie del gran objeto “en forma de Saturno/nuez” más allá de bocetos y descripciones narrativas.
- Si todos los datos brutos pertinentes fueron archivados o todavía existen más allá del conjunto de registros publicado.
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Cronología de los acontecimientos
Todas las horas a continuación son aproximadas en horario estándar de Alaska (UTC?9) del 17 de noviembre de 1986. Esta cronología se reconstruye a partir de registros de radar de la FAA, transcripciones de radio y declaraciones de la tripulación[6] [7]:
- 17:19: La tripulación del JAL 1628 contacta con el Centro de Control de Tráfico Aéreo de Anchorage (ARTCC) para preguntar si hay tráfico a su altitud (FL350). El controlador responde que no hay otras aeronaves en la zona, pero en ese mismo instante, el capitán Terauchi informa haber visto tráfico con luces brillantes a aproximadamente 1 milla de su 747, a la misma altitud[8]. Al solicitarle señales de identificación, el piloto afirma que solo ven luces estroboscópicas blancas y amarillas en la aeronave desconocida[8]. (El radar de Anchorage no muestra señales de transpondedor en la zona).
17:25: Las luces del objeto no identificado también se registran en el radar meteorológico a bordo del JAL 1628 , lo que activa la alarma. La tripulación reporta el objeto en su posición a las 11 en punto, aproximadamente a 7-8 millas náuticas[9]. El Centro de Anchorage sigue sin detectar nada en el radar principal, por lo que el controlador de la FAA llama al Centro de Control de Operaciones Regional (ROCC) de la Base Aérea Elmendorf y pregunta si tienen algún contacto de radar cerca de la posición del JAL 1628[9].
- 17:26: Los controladores del ROCC de Elmendorf responden que su radar detecta un objetivo «principal» (eco no correlacionado sin transpondedor) en la posición de las 10 en punto del JAL 1628, a unas 8 millas de distancia[10]. En otras palabras, el radar militar detecta brevemente algo cerca del 747. Segundos después, el ROCC vuelve a llamar para informar que el objetivo desconocido ha desaparecido de su radar[11].
17:31: El capitán Terauchi observa el objeto más de cerca. Más tarde, describe el tamaño del ovni como enorme: «Uno muy grande… dos veces más grande que un portaaviones»[2], al vislumbrar su silueta contra el cielo vespertino. En ese momento, preocupado por la proximidad de la nave desconocida, el Centro de Anchorage informa a JAL 1628 que puede tomar las medidas evasivas necesarias. El piloto recibe autorización inmediata para desviarse de su ruta asignada[12] por seguridad.
- 17:32: El JAL 1628 solicita permiso para descender de 10,665 pies a 9,450 pies, lo cual Anchorage aprueba. Mientras el 747 comienza a perder altitud, el controlador pregunta si el ovni también desciende. El piloto responde que, efectivamente, el objeto desciende en formación con ellos, manteniendo la misma distancia y separación relativa durante toda la maniobra[13].
- 17:35: La tripulación, cada vez más nerviosa, solicita un cambio de rumbo para alejarse del intruso. El Centro de Anchorage aprueba un viraje a rumbo 210 (suroeste). Para entonces, el vuelo se encuentra en las inmediaciones de Fairbanks. El Centro también consulta al control de aproximación de Fairbanks de la FAA para ver si tienen contacto por radar con el avión desconocido. Los controladores de Fairbanks informan que no ven nada en su radar, aparte de la señal del JAL 1628[14].
- 17:36: Para evaluar la situación con mayor detalle, Anchorage ordena al JAL 1628 realizar un giro de 360 grados. La idea es comprobar si el objeto desconocido continúa siguiendo al Boeing 747 completando un círculo o sobrepasándolo. El capitán Terauchi realiza un giro completo a velocidad estándar. Durante este giro, el objeto permanece inmovilizado en el lado izquierdo (babor) del 747 todo el tiempo[15], lo que confirma que no se trata de una luz estacionaria ni de un planeta, sino que maniobra activamente junto con la aeronave. (Terauchi señaló posteriormente que el ovni «mantuvo su posición a babor durante el giro»[15].)
17:38: El ROCC de Elmendorf informa por radio algo sorprendente: su radar muestra ahora una «fila de dos» objetivos en las proximidades del JAL 1628[16]. En otras palabras, en este momento, el radar militar detecta brevemente dos objetos juntos (presumiblemente, uno es el JAL 1628 y el otro es desconocido). El ROCC añade que uno de los objetivos es un retorno solo primario (sin transpondedor). Este contacto de radar con múltiples objetivos es fugaz; el ROCC pronto pierde el contacto desconocido. (Posteriormente, la Fuerza Aérea caracterizaría públicamente estos retornos de radar como «desorden» espurio).
- 17:39: La tripulación de JAL informa que ha perdido contacto visual con el objeto. Por primera vez desde el encuentro, las luces del ovni ya no están a la vista.
- 17:42: El ROCC informa al controlador de la FAA que su radar detectó brevemente un objetivo principal que se desplazó hacia atrás y a la derecha del JAL 1628 y luego desapareció[17]. Después de las 17:42, el radar de Elmendorf no volvió a detectar lo desconocido.
- 17:44: El capitán Terauchi anuncia que el ovni ha reaparecido, ahora a la izquierda del 747 (alrededor de las 9). Parece seguirles el paso una vez más.
- 17:45: El Centro de Anchorage, en respuesta al informe del piloto de que el objeto seguía presente, decide solicitar confirmación a otra aeronave. El controlador contacta con un vuelo de pasajeros cercano de United Airlines (Vuelo 69 de UA) en dirección norte de Anchorage a Fairbanks, que se dirige hacia la ubicación del JAL 1628 en rumbo opuesto. Anchorage solicita a la tripulación de United si podrían desviarse ligeramente y acercarse a pocos kilómetros del JAL 1628 para ayudar en la observación. Los pilotos de United acceden y se les proporcionan vectores que los acercarán a la trayectoria de vuelo del JAL 1628[18]. (Al mismo tiempo, se alerta a un avión cisterna KC-135 de la USAF que vuela en la zona para que esté atento a cualquier anomalía).
17:50: A medida que el avión de United Airlines se acerca, la tripulación del JAL 1628 informa que el objeto se encuentra ahora detrás de ellos, a las 7 en punto (atrás a la izquierda), a unos 11-13 kilómetros de distancia[19]. El Centro de Anchorage solicita al capitán Terauchi que encienda las luces de aterrizaje de su avión varias veces para que el vuelo de United pueda identificar visualmente el JAL 747 y quizás detectar el objeto que lo sigue.
- 17:51: La tripulación del vuelo 69 de United Airlines informa contacto visual con el JAL 1628 (pueden ver el JAL 747 contra el cielo que se oscurece), pero no ven ningún otro objeto ni tráfico cerca[20]. De igual manera, la tripulación del avión cisterna de la USAF, al sobrevolar la zona, no informa de nada inusual en las inmediaciones, aparte del avión de carga de JAL. A pesar de que los pilotos de JAL aún perciben algo detrás de ellos, nadie más puede confirmar visualmente la presencia del objeto no identificado.
- 17:53: El JAL 1628 informa que las luces del ovni se han desvanecido. En este punto, aproximadamente 50 minutos después del avistamiento inicial, el extraño encuentro finalmente parece haber terminado[20]. El JAL 1628 continúa sin más incidentes mientras inicia su descenso hacia Anchorage.
- ~6:20 PM: El vuelo 1628 de JAL aterriza de manera segura en el Aeropuerto Internacional de Anchorage. A su llegada, la tripulación conmocionada es recibida por personal de la FAA para un informe inmediato. Los tres hombres, el capitán Terauchi, el primer oficial Tamefuji y el ingeniero de vuelo Tsukuba, son entrevistados por separado por los investigadores de la FAA en la noche del incidente. Describen en detalle lo que vieron y experimentaron, proporcionando declaraciones escritas e incluso bocetos del ovni. (El dibujo del capitán Terauchi mostraba una enorme nave con forma de Saturno con un centro abultado y un borde similar a un anillo, esencialmente una «nave nodriza» que dedujo que estaba detrás de la nave iluminada más pequeña). Los investigadores encuentran que la tripulación está perfectamente sobria, saludable y profesional[21]. Esa misma noche, los funcionarios de la FAA inician silenciosamente una investigación sobre qué sucedió exactamente en los cielos de Alaska.
(Nota: La cronología anterior se basa en un memorando resumen oficial de la FAA[6 [22] corroborado por informes de pilotos y controladores. Los tiempos son aproximados; en los registros de la FAA, el incidente se registró entre las 02:19 y las 02:53 UTC del 18 de noviembre de 1986, lo que corresponde a las 5:19 y las 5:53 p. m. AST del 17 de noviembre).
Documentación primaria
El incidente del JAL 1628 generó una importante cantidad de documentación oficial. A principios de 1987, la FAA recopiló todos los registros pertinentes en un expediente, gran parte del cual se publicó posteriormente en virtud de la Ley de Libertad de Información (FOIA)[23]. Estas fuentes primarias incluyen:
- Informes y memorandos de incidentes de la FAA: Inmediatamente después del evento, el personal de la FAA en la región de Alaska documentó el suceso. Se presentó un Informe de Incidente de Aeronave de la FAA (Formulario 8020-5), que resumía el encuentro del vuelo 1628 como un incidente de «tráfico no identificado». Además, el director regional de Alaska, Franklin L. Cunningham (AAL-1), circuló un memorando interno de «Aviso de Alerta» en noviembre de 1986, que describía el avistamiento y las medidas adoptadas. Este resumen de una página proporciona una visión general concisa: la tripulación de JAL informó «tráfico aéreo iluminado, en las proximidades», sin tráfico conocido en el radar, aunque se observaron objetivos intermitentes en el radar primario[24]. Indica que el avistamiento continuó durante más de 350 millas hasta que el objeto se apartó hacia el este, y que la tripulación fue considerada «profesional y racional» tras la entrevista[25] [26]. El memorando también señala que la Fuerza Aérea de EE. UU. en la Base Aérea Elmendorf había rastreado ocasionalmente informes primarios (que posteriormente la Fuerza Aérea declaró a los medios como «desordenados»)[27]. Un memorando posterior, enviado en febrero de 1987 a la sede de la FAA, resumió el caso y las consultas de los medios. Estos memorandos internos sentaron las bases para que la dirección de la FAA se enterara del evento.
- Registros ATC y análisis de datos de radar: Anchorage Center preservó los datos de la pista de radar del vuelo 1628 y realizó una revisión detallada. Quentin J. Gates (gerente de tráfico aéreo en Anchorage ARTCC) escribió un «Resumen de las comunicaciones de control de tráfico aéreo» cronológico el 18 de diciembre de 1986[6]. Esta cronología oficial enumera cada evento clave desde las 5:19 hasta las 5:53 p. m. (02:19–02:53 UTC), confirmando, por ejemplo, los momentos en que el piloto informó la posición del ovni, cuando el radar militar detectó un «objetivo principal» y cuando se alistaron otros aviones para ayudar[28] [22]. El resumen concluye que una revisión posterior del radar de Anchorage «no confirmó ningún objetivo en las proximidades del JAL 1628».[29] Además, se recopilaron más de 150 páginas de datos impresos de radar sin procesar (para documentar las señales luminosas observadas en los osciloscopios). Posteriormente se generaron gráficos computacionales de los datos de radar para su análisis. También se archivaron el registro diario de operaciones del Centro de Anchorage y los registros de turnos de los controladores, mostrando cómo reaccionaron estos en tiempo real. La evidencia del radar, si bien intrigante por registrar momentos de un objetivo desconocido, fue finalmente inconclusa: no proporcionó una trayectoria consistente del ovni más allá de los datos primarios que podrían interpretarse como anomalías.
- Entrevistas al piloto y la tripulación: Al aterrizar, la tripulación fue entrevistada el 17 de noviembre de 1986 por funcionarios de seguridad y estándares de vuelo de la FAA (incluido el agente de seguridad Ronald E. Mickle y el gerente de seguridad James Derry). Las declaraciones juradas escritas y las notas de la entrevista documentan las descripciones de primera mano de la tripulación. Según el informe del agente Mickle, el capitán Terauchi declaró que justo después de pasar un punto de referencia de navegación (cerca del Círculo Polar Ártico), observaron “luces extrañas delante de su 747”[30]. Estas luces se movían erráticamente: después de un par de minutos cambiaron de posición, pero permanecieron frente a la aeronave durante unos 10 minutos, luego se movieron hacia el lado izquierdo[31]. La tripulación enfatizó que solo vieron las luces y que “en ningún momento pudieron ver ninguna estructura de la nave”[32]. Sin embargo, el radar meteorológico del avión detectó un objeto a unas 7 millas más adelante cuando las luces eran visibles[33]. Las luces se describieron como de color amarillo, ámbar y verde; cabe destacar que no se observó ninguna luz roja, lo cual es inusual ya que las luces de aviación generalmente incluyen rojo. Las luces aparecieron en «dos conjuntos separados» que cambiaban de posición entre sí[34], lo que sugiere que dos objetos actuaban en tándem. La tripulación relató cómo reaccionaron las luces a los movimientos del 747, regulando sus giros y cambios de altitud. Tanto el agente Mickle como el agente Derry consideraron que la tripulación tenía un comportamiento creíble y profesional. Sus informes indicaron que la tripulación se mostró cooperativa, no mostró signos de deterioro ni histeria, e incluso mantuvo el sentido del humor. (De hecho, el capitán Terauchi bromeó durante la entrevista sobre si los ocupantes del ovni podrían estar interesados en su cargamento de vino francés, comentario que luego repitió a la prensa[35]). Un anexo del archivo de la FAA, obtenido a través de una fuente confidencial de JAL, mencionaba que este no era el primer avistamiento de ovni del capitán Terauchi; aparentemente, había reportado haber visto fenómenos aéreos inusuales en al menos dos ocasiones anteriores[36]. Este hecho, tenido en cuenta por los investigadores, sería posteriormente aprovechado por los escépticos (etiquetando a Terauchi como un «repetidor de ovnis»).
- Declaración escrita del capitán Terauchi: Unas semanas después del incidente, como parte de la investigación, el capitán Terauchi presentó un informe escrito detallado (con bocetos) a la FAA, describiendo el encuentro en sus propias palabras. En este informe (escrito en japonés y traducido al inglés), Terauchi elaboró sobre la apariencia y el comportamiento de los ovnis. Describió la nave más grande, a la que llamó la «nave nodriza», como permaneciendo deliberadamente en la oscuridad: «se posicionó en el lado más oscuro del este del cielo» para que no fuera fácilmente visto[37]. Escribió que cuando su vuelo estaba frente a la puesta del sol, el ovni permaneció en el fondo oscuro, posiblemente «no queriendo ser visto». Terauchi también expresó una esperanza personal de que «nosotros, los humanos, nos encontraremos con ellos en un futuro cercano«[38], indicando que sentía que los objetos podrían ser algún tipo de nave extraterrestre. (Su apertura a la naturaleza extraordinaria de los ovnis era clara; en entrevistas incluso usó palabras como «nave espacial» y «nave nodriza» para describirlo[39]). En una adenda posterior fechada el 11 de enero de 1987, Terauchi informó otro avistamiento de luces similares en aproximadamente la misma área mientras volaba de París a Anchorage, un evento que, después de que el radar militar no pudiera corroborarlo, se explicó tentativamente como luces de la ciudad distantes refractadas a través de cristales de hielo[40] [41]. El relato escrito de Terauchi, combinado con las entrevistas anteriores, proporciona una vívida narrativa personal para acompañar los datos objetivos.
En resumen, la documentación principal del caso JAL 1628 es excepcionalmente rica. Pocos incidentes ovni presentan tal convergencia de testimonios de pilotos, registros de radar, transcripciones de audio e informes oficiales de investigación. Estas fuentes permiten una reconstrucción y un análisis detallados del incidente desde múltiples perspectivas, incluso si finalmente no llegan a identificar el fenómeno detectado.
Relatos de testigos
Boceto del capitán Terauchi del enorme ovni «nave nodriza» que él y su tripulación reportaron, mostrando una nave con forma de nuez o Saturno, aproximadamente el doble de larga que un portaaviones. Lo dibujó de memoria como parte de su informe a la FAA. Las anotaciones en japonés describen la silueta del objeto y la ubicación de sus luces.
Los relatos de primera mano de la tripulación del vuelo 1628 de JAL son fascinantes y desconcertantes a la vez. Los tres eran aviadores experimentados con experiencia militar y miles de horas de vuelo, sin propensión a la exageración.
Lo que describieron durante y después del vuelo fue nada menos que asombroso:
- Encuentro inicial: pequeñas “luces voladoras”: El encuentro comenzó con dos pequeños ovnis que se acercaron al 747. Terauchi y su tripulación notaron primero dos luces de color ámbar a la izquierda, que de repente se elevaron desde abajo y se acercaron para volar junto a su aeronave[42]. Estos objetos tenían una peculiar disposición de luces. Terauchi describió haber visto lo que parecían dos grupos rectangulares de boquillas brillantes o “propulsores”, aunque los cuerpos de la nave estaban oscurecidos por la oscuridad[43]. El par de ovnis se movían alrededor del jumbo jet con gran agilidad, demostrando a veces una aceleración instantánea. Según la tripulación, los objetos “lanzaban luces” y se movían erráticamente, como si estuvieran bajo control inteligente[44]
En un momento, los dos objetos se posicionaron abruptamente directamente frente al 747, quizás a solo unos cientos de pies por delante de la nariz. El resplandor era tan intenso que la cabina del 747 «se iluminó» brillantemente, y el capitán Terauchi podía sentir calor en su rostro por el brillo de los objetos [45] [46]. Las luces fueron descritas como un «árbol de Navidad» de colores destellantes blanco, naranja, verde y ámbar[47]. Terauchi luego enfatizó que no eran estrellas o planetas: «eran tan luminosos… parpadeaban, parpadeaban… se movían en una formación cerrada», dijo, enfatizando que estos objetos exhibían movimiento y características diferentes a cualquier luz celestial distante[48]. Durante esta fase, la tripulación tuvo la impresión de que la nave más pequeña podría estar «explorando» o inspeccionando su avión; como lo expresó Terauchi, los dos ovnis parecían estar volando en «formación cerrada» alrededor del 747, casi juguetonamente[48].
- Apariencia de la “Nave Nodriza”: Después de algunos minutos de esto, los dos objetos más pequeños se fueron (o desaparecieron repentinamente de la vista). Fue entonces cuando la tripulación se percató de un tercer objeto, una presencia mucho más grande, acechando en la oscuridad. A la izquierda de la aeronave, contra el tenue cielo del atardecer, el Capitán Terauchi vio aparecer una silueta gigantesca[49]. Inicialmente, era solo una gran forma oscura, pero a medida que sus ojos se acostumbraron, discernió una forma que más tarde describió como parecida a una “nuez” o una concha. El objeto tenía una parte inferior y superior anchas y planas con un centro rechoncho y abultado, muy parecido al planeta Saturno con un grueso anillo alrededor. Terauchi estimó que esta nave era realmente enorme, del orden de “dos veces más grande que un portaaviones” (los portaaviones tienen unos 300 metros de largo)[50]. En otras palabras, el ovni tenía más de medio kilómetro de tamaño. No tenía alas ni cola visibles. La superficie parecía gris oscuro o metálica opaca, con algunos detalles estructurales: Terauchi notó marcas similares a paneles y lo que parecían torretas o hendiduras circulares en la superficie del objeto[51]. A diferencia de los ovnis más pequeños y brillantemente iluminados, esta gran nave no mostraba una serie de luces multicolores. El capitán recordó solo haber visto algunas luces tenues de color ámbar o blanco pálido, posiblemente en cada extremo del «anillo». En su boceto, marcó la ubicación de estas luces en la enorme elipse (ver figura arriba). Esta «nave nodriza» siguió a JAL 1628 desde una ligera distancia, manteniéndose principalmente a la izquierda del 747, igualando su velocidad y dirección. Su gran tamaño y proximidad son lo que impulsó a la tripulación a solicitar cambios de rumbo y altitud por preocupación.
- Estado emocional de la tripulación: Durante todo el encuentro, el capitán Terauchi y su tripulación se mantuvieron en comunicación con el control de tráfico aéreo, aunque ciertamente estaban desconcertados por lo que estaba sucediendo. Las grabaciones de voz de la cabina (según las transcripciones de la FAA) muestran que Terauchi a veces sonaba emocionado pero bajo control. Más tarde admitió sentir una mezcla de asombro y preocupación. No estaba en pánico, pero definitivamente estaba preocupado de que estos objetos, especialmente la gigantesca «nave nodriza», representaran un riesgo de colisión en el aire si se acercaban más[52]. La tripulación no informó pérdida de aviónica ni efectos electromagnéticos graves, aunque en un momento notaron algo de estática leve en la radio y una pérdida momentánea de claridad de comunicación VHF[53] [54]. No informaron ninguna sensación de turbulencia u ondas de choque de los objetos, solo el fenómeno visual y los contactos de radar. Después del aterrizaje, los entrevistadores de la FAA encontraron a la tripulación «normal, profesional, racional» sin indicios de engaño o alucinación[21]. Los tres se mantuvieron firmes en su versión de lo que vieron. De hecho, tanto el primer oficial Tamefuji como el ingeniero de vuelo Tsukuba corroboraron la presencia de los dos ovnis más pequeños con luces brillantes y pulsantes que maniobraban alrededor de su avión[55]. También confirmaron la silueta del objeto más grande que permaneció allí después (aunque Terauchi, como piloto al mando, tuvo la visión más clara y tomó la iniciativa en las descripciones).
- Otros testigos: Notablemente, durante el incidente, la tripulación de JAL fue la única que vio los ovnis visualmente. Cuando otra aeronave (United 69) fue enviada cerca para ayudar, sus pilotos no vieron ningún tráfico extraño, ni tampoco la tripulación de un KC-135 militar en el área. Esta falta de confirmación adicional de testigos oculares podría deberse al tiempo y la distancia: para cuando el vuelo de United se acercó a unas pocas millas, el objeto desconocido estaba detrás de JAL 1628 y tal vez ya no estaba iluminado o era fácilmente visible contra el cielo oscuro. La tripulación de United solo tenía a JAL 1628 a la vista «contra un fondo claro» del horizonte crepuscular e informó no haber visto otras luces o naves[19]. Esto frustró a Terauchi, quien luego comentó que los otros pilotos «estaban mirando el momento y el lugar equivocados»; esencialmente, creía que el ovni había extinguido sus luces o se había alejado cuando llegaron. En tierra, varios controladores de la FAA en Anchorage detectaron señales inexplicables en el radar correspondientes a la posición del JAL 1628, lo cual les pareció sumamente inusual. Sin embargo, visualmente, nadie en tierra vio los objetos (estaba oscuro y la zona era remota).
Hasta el día de hoy, la tripulación del JAL 1628 mantiene la validez de su experiencia. El capitán Terauchi, en entrevistas posteriores, reafirmó que «el ovni estaba allí» y que «no podía haberse equivocado» sobre su extraordinario tamaño y comportamiento[56] [57]. Su tripulación también se mantuvo firme en su versión (aunque hablaron con menos público). En resumen, sus relatos describen un encuentro con una nave estructurada y altamente activa de origen desconocido, algo mucho más allá de las aeronaves normales o los fenómenos naturales. La vívida intensidad de sus testimonios es una de las principales razones por las que este caso se ha convertido en una leyenda moderna en el ámbito de la aviación.
Medios de comunicación y cobertura pública
El encuentro con el ovni del vuelo 1628 de JAL no se hizo público hasta varias semanas después. Inicialmente, el incidente se mantuvo en secreto (la FAA y el ejército) y no se animó a la tripulación a hablar públicamente. Sin embargo, en diciembre de 1986, la noticia comenzó a filtrarse. El capitán Terauchi ofreció un breve relato a dos reporteros japoneses de Kyodo News Service en Japón, con la esperanza de compartir su experiencia. Esto abrió las puertas. A finales de diciembre de 1986, la noticia de que una tripulación de una aerolínea había avistado un enorme ovni sobre Alaska llegó a los medios.
El 31 de diciembre de 1986 y el 1 de enero de 1987, los principales medios de comunicación publicaron artículos sobre el incidente. Los Angeles Times (vía UPI) y otros periódicos citaron al capitán Terauchi describiendo un objeto enorme que empequeñecía su 747, confirmado al menos en parte por el radar de la FAA[58] [59]. Un artículo en el Washington Post del 2 de enero de 1987 se titulaba: «Avistamiento de ovni confirmado por la FAA y el radar de la Fuerza Aérea; tripulación japonesa informa de un encuentro sobre Alaska».[60] La historia se hizo mundial, acaparando titulares en Japón y en todo el mundo. De repente, el encuentro del JAL 1628 se convirtió en uno de los casos de ovnis más famosos de la década.
La FAA en Anchorage se vio asediada por las consultas de los medios «que aumentaban tras la consulta de Kyodo News Service», como señaló un memorando interno[61]. Paul Steucke, oficial de asuntos públicos de la FAA para la región de Alaska, confirmó inicialmente a los periodistas que algo había sido rastreado en el radar en las proximidades del vuelo de JAL[62]. Reconoció que la tripulación reportó un ovni y que el radar de la Fuerza Aérea había detectado un objetivo; esencialmente, los funcionarios admitieron que el incidente ocurrió (lo que le dio credibilidad en la prensa). Esto fue bastante inusual: es una de las pocas veces que un encuentro con un ovniI recibió confirmación tácita de las autoridades gubernamentales en tiempo real.
El interés público por la historia fue intenso. Además de la seria cobertura mediática, el caso desató un frenesí de especulaciones. Los programas de televisión y periódicos nocturnos debatieron: ¿Qué vieron realmente los pilotos japoneses? Con la Guerra Fría aún en marcha, algunos se preguntaban si se trataba de una aeronave soviética secreta o de una prueba militar. Otros sospechaban de una nave extraterrestre. El término «nave nodriza» en el relato de Terauchi generó titulares tentadores.
La gerencia corporativa de Japan Air Lines adoptó una postura conservadora. Se abstuvieron de hacer cualquier comentario oficial que apoyara o negara las afirmaciones de la tripulación. Sin embargo, tras bastidores, JAL no estaba del todo satisfecha con la publicidad. De hecho, el capitán Terauchi enfrentó algunas consecuencias profesionales: después de hablar con la prensa, JAL lo inmovilizó temporalmente. Según informes posteriores, a principios de 1987, Terauchi fue retirado del servicio de vuelo y asignado a un trabajo de oficina, aparentemente debido a la atención no deseada que su informe ovni atrajo a la aerolínea[63]. (Años después, JAL lo reincorporó como piloto, reconociendo discretamente que no había hecho nada malo per se: había seguido los procedimientos al informar sobre el ovni, pero la aerolínea prefirió restarle importancia al incidente). Esta acción de JAL subraya un tema común en la aviación: los pilotos que informan públicamente sobre ovnis pueden enfrentar obstáculos profesionales, no debido a la veracidad de sus relatos, sino debido al estigma corporativo y de la industria en torno al tema.
La reacción pública a la historia del JAL 1628 fue mixta. Muchos estaban fascinados y la tomaron como evidencia potencial de ovnis (el caso fue citado frecuentemente por organizaciones ovni como un «mejor caso» debido a la confirmación del radar). Los escépticos y expertos en aviación, por otro lado, plantearon dudas (como se analiza en la siguiente sección). No obstante, el incidente permaneció en el ojo público durante meses. En marzo de 1987, después de que la FAA completara su investigación formal, la agencia realizó una conferencia de prensa en Anchorage para compartir sus hallazgos. En ese evento, los funcionarios de la FAA revelaron gráficos de datos de radar y reprodujeron grabaciones de audio de las comunicaciones. El informe final de la FAA, publicado más tarde en 1987, declaró que los investigadores «no pudieron respaldar» la hipótesis ovni, pero tampoco pudieron explicar completamente lo que vieron los pilotos[64] [65]. Esta conclusión equívoca mantuvo vivo el misterio.
A lo largo de los años, el encuentro del vuelo 1628 se ha relatado en innumerables libros, documentales y artículos sobre ovnis. Apareció en un episodio de 1996 de Misterios Sin Resolver y, en 2006, en el especial de History Channel «Ovnis de Caja Negra», que incluso reprodujo fragmentos de las cintas de la torre de control de la FAA[66]. El caso sigue siendo uno de los encuentros entre piloto y ovni más publicitados y debatidos hasta la fecha.
Respuesta oficial del gobierno
Inicialmente, la FAA pareció reaccionar ante el incidente del JAL 1628, incluso un poco sorprendida por la atención recibida. Como se describió, la oficina regional de la FAA en Alaska recopiló un extenso conjunto de datos sobre el caso a principios de 1987 y lo compartió con la sede central y el público a solicitud. Sin embargo, oficialmente, el gobierno estadounidense fue cauteloso al caracterizar el incidente.
Para enero de 1987, los portavoces de la FAA ya se retractaban de los aspectos más sensacionalistas. En Anchorage, el oficial de asuntos públicos Paul Steucke advirtió que la FAA no se dedicaba a la investigación de ovnis. Con su famosa declaración, Steucke afirmó que la agencia «no cuenta con los recursos ni el mandato del Congreso para investigar avistamientos de objetos voladores no identificados».[67] Explicó que la función de la FAA era simplemente garantizar la seguridad aérea y que, en este caso, conservaban los datos, pero no especularían sobre la naturaleza del ovni. En esencia, la FAA trató el suceso como un incidente de tráfico aéreo, no como una visita extraterrestre que debiera investigarse.
La conclusión oficial de la FAA, entregada en un informe en marzo de 1987, fue que no se pudo encontrar evidencia definitiva de una segunda aeronave. Los retornos de radar inusuales se explicaron tentativamente como anomalías de radar, específicamente una posible «imagen de radar dividida» del eco del transpondedor propio del JAL 1628 u otra interferencia (desorden)[68] [69]. En otras palabras, el «objetivo doble» del radar podría haber sido un fantasma causado por la propia señal del radar. Los controladores de la FAA involucrados no estaban completamente convencidos por esto, pero esa se convirtió en la línea pública de la agencia. La Fuerza Aérea declaró de manera similar que su contacto de radar no fue nada sustancial, solo un blip primario momentáneo no correlacionado que no pudo confirmarse.
Fundamentalmente, la FAA no acusó a la tripulación de ninguna irregularidad. De hecho, en memorandos internos, enfatizaron que los pilotos eran confiables y que realmente habían visto algo. El informe final de la FAA (resumido a los medios) indicó que el incidente «no pudo ser identificado» como ninguna aeronave o fenómeno conocido, pero también que la agencia no tenía evidencia para demostrar que la tripulación no vio algo real[65]. Esencialmente, se etiquetó como «inexplicable», pero con la salvedad de que no se realizaría una investigación formal sobre ovnis.
Tras bastidores, se llevó a cabo al menos una intrigante reunión gubernamental sobre el caso. A finales de enero de 1987, el jefe de división de la FAA, John Callahan, en Washington, D.C., convocó una sesión informativa donde se mostraron los datos de radar, las grabaciones de voz y los informes de la FAA sobre el JAL 1628 a representantes de otras agencias. Según Callahan (quien habló años después), esta reunión incluyó personal de la CIA y asesores científicos de la administración Reagan. Los funcionarios revisaron el caso y, al final, un representante de la CIA supuestamente instruyó que «este evento nunca ocurrió» y que todos los participantes juraron guardar el secreto[70]. Si bien el dramático relato de Callahan no está confirmado por otras fuentes, sugiere que algunos sectores del gobierno estadounidense sí mostraron un gran interés en el incidente, aunque solo fuera para comprender si representaba algún riesgo para la defensa o el espacio aéreo. (Callahan conservó copias de los datos y posteriormente se las entregó a investigadores de ovnis, asegurándose de que los archivos del caso no quedaran realmente enterrados).
En última instancia, la respuesta oficial del gobierno al encuentro ovni del vuelo 1628 de JAL fue reconocer que algo ocurrió, proporcionar los datos fácticos, pero no ofrecer una explicación definitiva. El caso fue esencialmente archivado como una anomalía sin resolver. Es importante destacar que la FAA no intentó desacreditar a la tripulación de manera insultante; simplemente difundió la información y declaró que no podía seguir investigándola. Como explicó Steucke: «No hemos intentado determinar lo que vio la tripulación del vuelo 1628 de JAL, basándonos en el análisis científico de las estrellas, los planetas, etc.»[71] En otras palabras, una vez que quedó claro que no quedaba ninguna violación regulatoria o peligro de seguridad, la FAA cerró el caso.
Cabe mencionar que en febrero de 1987 la FAA emitió nuevas directrices para su personal de tráfico aéreo en relación con los informes de ovnis. En esencia, indicaba a los controladores cómo registrar dichos incidentes, pero también les aconsejaba no especular públicamente. Probablemente, esto fue una reacción al pequeño frenesí que causó el JAL 1628. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos, por su parte, había cesado oficialmente la investigación de avistamientos de ovnis en 1969 (con el fin del Proyecto Libro Azul). Por lo tanto, para 1986, la Fuerza Aérea ya no tenía competencia para investigar informes civiles de ovnis. Trató el contacto por radar del JAL como un evento aislado sin relevancia para la seguridad nacional (presumiblemente, tras determinar que no se trataba de una aeronave soviética clandestina).
En resumen, la postura oficial se resumió en: la tripulación vio luces; el radar tenía señales luminosas; no sabemos qué era; no lo investigamos. El caso pone de relieve la cautela, y a menudo reticencia, con la que las autoridades gestionan los incidentes ovni, centrándose en los datos técnicos y la seguridad, pero evitando cualquier insinuación de conclusiones extraterrestres.
Explicaciones escépticas e intentos de desacreditación
Casi tan pronto como la historia de JAL 1628 llegó a las noticias, escépticos y detractores comenzaron a analizar el caso en busca de una explicación prosaica. Si bien la gran extrañeza del incidente atrajo a los creyentes en los ovnis, también atrajo la atención de los científicos escépticos, quienes sospecharon que debía haber un error o una mala interpretación.
A lo largo de los años, se han planteado varios puntos clave que ponen en duda la interpretación de la “nave espacial extraterrestre”:
- “Objetivos fantasma” del radar: Uno de los argumentos escépticos más sólidos se centró en la evidencia del radar. Philip J. Klass, un destacado periodista aeroespacial y escéptico de los ovnis, obtuvo los datos de la FAA y consultó con expertos en radar. Informó que el segundo parpadeo intermitente en el radar podría explicarse por un fenómeno conocido llamado “objetivo primario y de baliza no corregido”. Esto ocurre cuando los retornos de un radar se desincronizan momentáneamente con la señal del transpondedor de una aeronave, creando un eco duplicado donde, de hecho, solo hay un avión. Según un especialista en radar de la FAA, Dennis R. Simantel, tales retornos primarios no corregidos “no son infrecuentes” dados los bucles de tiempo en el equipo de radar[72]. En otras palabras, lo que aparecía como un segundo objeto en el radar a veces bien pudo haber sido un objetivo falso: esencialmente, un fallo que se superponía al propio retorno del JAL 1628. De hecho, un análisis posterior de la FAA determinó que las impresiones de la pista del radar no mostraban ninguna nave desconocida moviéndose de forma independiente; Concluyeron que los datos del radar «no confirmaron ningún otro tráfico» cerca del 747[29]. Los escépticos citan esto como evidencia de que no había nada sólido allí y que los avistamientos de radar eran artefactos falsos en lugar de objetos reales.
- Percepción errónea del piloto: planetas y estrellas: El aspecto visual del encuentro ha sido objeto de un escrutinio muy escéptico. La teoría principal propuesta es que el capitán Terauchi y la tripulación podrían haber estado identificando erróneamente cuerpos celestes brillantes (planetas o estrellas) o algunas luces atmosféricas inusuales. Klass se apresuró a señalar que en la noche del 17 de noviembre de 1986, el planeta Júpiter brillaba extremadamente en el cielo austral y, de hecho, «precisamente donde el piloto informó haber visto el ovni».[73] Júpiter habría estado bajo en el horizonte (unos 10° por encima en ese momento[74]), pero desde la perspectiva del piloto podría haber parecido aproximadamente al mismo nivel que la aeronave. Además, Marte también estaba en las proximidades (justo debajo de Júpiter), lo que, según sugirió Klass, podría explicar el informe inicial de Terauchi de dos luces distantes[75] [76]. ¿Podría la «nave nodriza» haber sido simplemente Júpiter? Klass argumentó que no es inaudito que incluso los pilotos experimentados confundan estrellas brillantes o planetas con un ovni, especialmente cuando están fatigados o si el objeto parece «seguir» sus movimientos. En este caso, la tripulación de JAL describió una luz que los seguía con un rumbo constante, que es exactamente cómo se vería un objeto celeste brillante si el avión cambia de rumbo (la fuente de luz parecería mantener la posición). En apoyo de esto, el resumen público de la FAA señaló una discrepancia: Terauchi dijo a los controladores durante el vuelo que el objeto desapareció cuando completó el giro de 360, pero en entrevistas posteriores afirmó que el objeto había permanecido con él durante el giro[77] [78]. Si el estímulo real hubiera sido Júpiter, inicialmente podría no haberlo visto después de girar (bloqueado por el fuselaje o el resplandor del avión), pero más tarde, la memoria y la suposición completaron que «permaneció». Los escépticos también enfatizan que las otras dos tripulaciones de los aviones no vieron nada: el United 69 y el avión cisterna de la USAF escrutaron el cielo y no reportaron luces inusuales[79]. Esto sugiere que posiblemente la vista de la tripulación de JAL les estaba jugando una mala pasada o que estaban observando algo que no estaba realmente «ahí afuera».
- Historia y psicología ovni de Terauchi: Otro punto que se plantea con frecuencia es la predisposición del capitán Terauchi. Durante la investigación, se reveló que Terauchi había reportado, en al menos dos ocasiones anteriores, haber visto ovnis mientras volaba[80] [81]. Klass lo etiquetó como un «repetidor de ovnis»: un piloto con un historial de avistamientos de ovnis, lo que muchos investigadores de ovnis consideran una señal de alerta. El razonamiento es que alguien que cree firmemente en los ovnis o espera verlos podría interpretar las visiones ambiguas como ovnis con mayor facilidad que otros. Terauchi también fue bastante franco sobre su creencia de que lo que vio era extraterrestre. Incluso reflexionó sobre las «naves espaciales» que se ocultaban intencionalmente y esperaba encontrarse con «ellas» algún día[39] [38]. Para los escépticos, esto indica un posible sesgo o anticipación por parte del capitán; esencialmente, que quería ver un ovni y, por lo tanto, cuando se enfrentó a luces desconcertantes, su imaginación llenó los detalles de una nave espacial gigante. Robert Sheaffer, otro escéptico destacado, argumentó que Terauchi no era un observador completamente objetivo; pudo haber embellecido o recordado mal los detalles, y su tripulación (al ser subalterna) podría haber sido influenciada por su interpretación[82]. De hecho, cuando los tres miembros de la tripulación fueron entrevistados meses después, hubo inconsistencias en sus recuerdos (por ejemplo, qué tan grande era el objeto, exactamente cuándo desapareció, etc.)[83]. Si bien tales inconsistencias son normales bajo estrés, los escépticos las usan para sugerir que el evento fue menos claro de lo que se retrató inicialmente.
- Explicaciones alternativas: Algunos han propuesto que los cristales de hielo o la óptica atmosférica podrían explicar las luces. Por ejemplo, si hubiera nubes delgadas de cristales de hielo, las estrellas brillantes o los planetas podrían parecer tener halos o incluso podrían reflejar luces desde el suelo. También estaba el hecho de que el 747 volaba hacia Fairbanks con una luna llena saliendo detrás; tal vez las condiciones de luz jugaron una mala pasada en la percepción de profundidad. Otra idea es que la tripulación podría haber visto la Aurora Boreal, que es común en Alaska. Sin embargo, sus descripciones de naves distintivas con luces no coinciden bien con los espectáculos aurorales (y los registros de la FAA no anotan la aurora esa noche). Finalmente, ¿podría haber sido algún avión militar secreto o de prueba? Los escépticos generalmente dudan de eso, porque nada conocido (ni siquiera experimental) sería tan grande como se describe o se comportaría de esa manera en 1986. Y si fuera una nave militar furtiva o de espionaje, parece improbable que hiciera tal espectáculo de luces alrededor de un avión civil.
En 1987, Philip Klass publicó su análisis en la revista Skeptical Inquirer, concluyendo que el caso tenía una explicación prosaica. Se inclinó por la teoría de la identificación errónea de Júpiter/estrellas, sumada a las peculiaridades del radar y posiblemente a la «psique de un piloto con inclinación por los ovnis». Más recientemente, en 2020, el investigador Brian Dunning revisó todas las pruebas disponibles y llegó a una conclusión contundente: «No hubo nada extraordinario ni inusual esa noche… el evento ovni de Japan Air Lines en Alaska resultó haber sido simplemente otra anécdota aérea sin evidencia».[84] En otras palabras, sin pruebas contundentes, es una historia más de luces en el cielo: impresionante inicialmente, pero sin respaldo tangible.
Cabe señalar que no todos los expertos están de acuerdo con la visión escéptica más acérrima. Algunos analistas de radar (incluido el Dr. Bruce Maccabee) han argumentado que los datos del radar muestran a veces un objetivo desconocido, no explicable como meras imágenes divididas[85]. Y la tripulación de JAL obviamente refuta la idea de que estaban identificando erróneamente los planetas: insisten en que los objetos se movieron con un movimiento intencionado, de formas en que ningún planeta lo haría. No obstante, las explicaciones escépticas presentan un escenario plausible: una combinación de ilusión óptica y peculiaridades de la instrumentación que conducen a una falsa alarma. Hasta ahora, no se ha publicado ninguna refutación definitiva de esas explicaciones mundanas en un foro científico. Por lo tanto, el debate continúa: los creyentes ven un encuentro ovni sólido con datos que lo corroboran, los escépticos ven una «hamburguesa de la nada» sobrevalorada que luego fue desacreditada como una percepción errónea.
Preguntas sin resolver
Incluso décadas después, el incidente del JAL 1628 deja varias preguntas clave sin respuesta:
- ¿Qué eran exactamente los objetos que vio la tripulación? Si no eran aeronaves convencionales ni objetos astronómicos, ¿qué podría explicar las formas estructuradas, las maniobras y las intensas luces descritas?
- ¿Por qué no hubo otras confirmaciones visuales? A pesar del claro avistamiento de los pilotos de JAL, ni la tripulación cercana de United Airlines ni la de la USAF vieron el ovniI. ¿Acaso el fenómeno solo fue visible para la tripulación del JAL 1628 (y en el radar), pero invisible para los demás?
- ¿Cómo pudo un objeto tan grande aparecer y desaparecer tan repentinamente? Se informó que la «nave nodriza» era enorme, pero desapareció del radar y de la vista en un instante. Si era una nave física, ¿adónde fue tan rápido?
- ¿Influyeron las experiencias previas del capitán Terauchi con ovnis en este encuentro? Terauchi ya había reportado ovnis antes. ¿Significa esto que simplemente estaba más predispuesto a percibir cosas inusuales, o podría indicar un sesgo que influyó en su percepción en este vuelo?
- ¿Qué representan realmente las anomalías del radar? ¿Fueron los contactos del radar meros artefactos (imágenes divididas/desordenadas) o el radar capturó momentáneamente un segundo objeto real? La veracidad de los datos del radar es fundamental para validar o refutar el caso.
Estas y otras preguntas garantizan que el encuentro del vuelo 1628 siga siendo tema de debate animado y no un caso cerrado. Hasta la fecha, ninguna explicación prosaica ha explicado definitivamente todos los aspectos del incidente, pero tampoco existen pruebas concretas de una aeronave extraordinaria. El misterio del JAL 1628 encarna, por lo tanto, el clásico «enigma ovniI»: intrigante, bien documentado, pero en última instancia sin resolver.
Impacto y legado
El encuentro de Japan Air Lines en 1628 se ha ganado un lugar destacado en la historia ovniI y sigue siendo citado como uno de los avistamientos de piloto-ovni más convincentes registrados. En los círculos de investigación ovni, a menudo se destaca por la combinación de testimonios de testigos oculares y pruebas instrumentales. El caso ha aparecido en numerosos documentales de televisión, libros y artículos. Por ejemplo, se presentó en Unsolved Mysteries y en el programa «Black Box UFOs» de History Channel , y aparece en muchas listas de «Top UFO Cases»[86]. Como señaló el periodista Jazz Shaw, «cualquiera con un interés moderado en el tema ovni probablemente haya oído hablar del incidente», que se ha convertido en «materia de leyenda».[87]
Una razón de esta fama perdurable es que el incidente obligó a las autoridades a lidiar (aunque brevemente) con la cuestión de los ovnis. La gestión del caso por parte de la FAA —recopilando datos y finalmente declarando «no podemos explicarlo»— se señala con frecuencia como un ejemplo de reticencia burocrática a abordar los FANI (Fenómenos Aéreos No Identificados). Años después, las dramáticas afirmaciones de John Callahan sobre un encubrimiento de la CIA en la reunión de 1987 añadieron un matiz de intriga conspirativa, aunque los datos principales finalmente se hicieron públicos. El caso a veces se menciona en las demandas de un estudio oficial más serio sobre el impacto de los ovnis en la aviación.
El encuentro del JAL 1628 también dejó una advertencia para los pilotos. La prohibición temporal de volar del capitán Terauchi por parte de JAL envió el mensaje de que reportar abiertamente un ovni podría poner en riesgo la carrera profesional[63]. Este caso, entre otros, se ha citado en debates sobre la eliminación del estigma que pesa sobre los pilotos al reportar avistamientos inexplicables. En los últimos años, con la renovada atención de los gobiernos a los FANI, el caso del vuelo 1628 ha sido reconsiderado como un ejemplo histórico bien documentado de un encuentro con FANI en la aviación comercial.
Dentro de la comunidad de investigadores de ovnis, el caso impulsó un análisis más profundo de los datos de radar y el testimonio del piloto. El renombrado físico óptico e investigador de ovnis, Dr. Bruce Maccabee, realizó un estudio profundo de los materiales de la FAA. Maccabee concluyó que el avistamiento de múltiples testigos y los contactos de radar no podían descartarse fácilmente como una percepción errónea o un error[85]. Señaló que las descripciones de la tripulación de las luces agrupadas eran muy específicas y que los datos de radar, aunque no definitivos, sí mostraban algo anómalo. Maccabee finalmente opinó que JAL 1628 estuvo acompañado durante parte de su vuelo por al menos dos «ovnis verdaderos«, es decir, objetos físicos reales de origen desconocido[88]. Su análisis dio peso a aquellos en la comunidad ovni que ven el caso como evidencia de tecnología no convencional (o incluso visitas extraterrestres).
Por otro lado, los investigadores escépticos también usan JAL 1628 como un caso de estudio: de cómo un informe ovni convincente puede desentrañar bajo escrutinio. En 2014, el escéptico Robert Sheaffer revisó el caso en Skeptical Inquirer, enfatizando las inconsistencias en los recuerdos de la tripulación y cómo la explicación más simple (Júpiter, estrellas, peculiaridades del radar) se ajusta mejor a los datos[89] [90]. El podcast de 2020 de Brian Dunning sobre el caso también lo enmarcó como un ejemplo de un incidente promocionado como un «clásico» que, en su opinión, se desmoronó por completo (concluyó que fue esencialmente un no-evento una vez que se consideran los factores mundanos)[91] [92].
En la cultura popular, el encuentro del Vuelo 1628 sigue siendo uno de esos fascinantes misterios de la aviación. No es tan famoso como, por ejemplo, Roswell o las Luces de Phoenix, pero dentro de la ufología es un referente al hablar de avistamientos de pilotos o casos de radar visual. El término «nave nodriza del tamaño de un portaaviones», dicho por un respetado capitán de aerolínea, aún cautiva la imaginación del público. El legado del caso también es evidente en su uso en la defensa de los derechos de los ovnis: quienes abogan por una mayor transparencia en materia de ovnis suelen mencionar que «incluso un jefe de división de la FAA y la tripulación de un 747 lidiaron alguna vez con un ovni» al argumentar que el tema merece una atención seria.
Finalmente, a nivel personal, el capitán Terauchi finalmente regresó a volar para JAL y posteriormente se retiró discretamente. Años después, en entrevistas, se mantuvo fiel a su historia, aunque también reflexionó sobre la posibilidad de que los tiempos no estuvieran preparados para la verdad de lo que vio. En cierto modo, el incidente del vuelo JAL 1628 resume el impacto del problema ovni en las personas: Terauchi tuvo una experiencia extraordinaria, la reportó diligentemente y se vio reivindicado (por las pruebas) y penalizado profesionalmente (por el escepticismo). Su caso ha inspirado a otros pilotos a presentar sus propios relatos de ovnis (algunos en privado, otros públicamente), lo que ha ayudado a consolidar la idea de que estos incidentes son más comunes de lo que se reconoce.
Hoy, con el renovado interés oficial del Pentágono y otras agencias en los FANI, casos históricos como el del vuelo 1628 de JAL se están analizando desde una nueva perspectiva. Se erige como un punto de referencia intrigante: un evento sin resolver en la intersección de la aviación y lo desconocido. Ya sea que uno se incline por la explicación escéptica o por lo extraterrestre, el encuentro de Japan Air Lines en 1628 perdura como un caso histórico, que nos recuerda los misterios que a veces enfrentan incluso los vuelos más rutinarios.
Conclusión
El roce con lo desconocido del vuelo 1628 de JAL aquella noche de noviembre de 1986 sigue siendo un acontecimiento singular en la historia de la aviación. Se trataba del caso de una tripulación experimentada, que volaba en una ruta rutinaria de carga, y se topó con algo verdaderamente extraordinario: un conjunto de luces brillantes que maniobraban y una gigantesca aeronave oscura en pleno cielo. Respondieron exactamente como se les había entrenado: se comunicaron con el control de tráfico aéreo, intentaron maniobras evasivas y documentaron todo lo posible. La investigación posterior aportó abundante información, pero ninguna respuesta satisfactoria. Décadas después, nos encontramos con un misterio bien documentado: uno que continúa intrigando, inspirando y desconcertando.
Para algunos, el vuelo 1628 es una prueba de que existen cosas en nuestros cielos que escapan a la explicación actual, respaldadas por el radar y múltiples testigos. Para otros, es un ejemplo de la facilidad con la que se puede engañar a la percepción humana y fallar la tecnología, incluso para los pilotos y controladores más expertos. La verdad podría estar en un punto intermedio, o podría permanecer eternamente fuera de nuestro alcance. En su estado actual, el incidente del JAL 1628 subraya la importancia de dar seguimiento a los encuentros con FANI con rigor y transparencia. También destaca la necesidad de un entorno donde los pilotos puedan reportar tales incidentes sin temor al ridículo ni a represalias, ya que lo que vio la tripulación del JAL 1628 fue real para ellos y tuvo posibles implicaciones para la seguridad del vuelo.
En definitiva, la historia del vuelo 1628 de JAL perdura no porque demuestre la existencia de extraterrestres ni porque haya sido desacreditada de forma concluyente, sino porque nos invita a afrontar lo desconocido. Nos invita a analizar con más detenimiento nuestras suposiciones sobre lo que es y lo que no es posible en nuestros cielos. Y hasta que los misterios de ese fatídico vuelo se resuelvan por completo (si es que alguna vez se resuelven), seguirá siendo un caso clave, que incitará a las comunidades aeronáutica y científica a mantener la mente abierta ante esos raros y desconcertantes momentos en los que lo ordinario se convierte en extraordinario a 35,000 pies de altura.
Lista de fuentes
[1] Memorandos internos de la FAA de la región de Alaska (noviembre de 1986 – febrero de 1987): Una recopilación de memorandos y correspondencia oficiales de la FAA sobre el «Avistamiento de ovni, vuelo JAL n.º 1628, 17/11/86». Incluye el resumen inicial del Informe de Alerta de Franklin L. Cunningham (AAL-1), con fecha del 18 de noviembre de 1986, que señala el avistamiento por parte de la tripulación de una aeronave grande y desconocida con luces brillantes (sin tráfico conocido; retornos de radar intermitentes; tripulación considerada profesional)[24] [18]. También incluye un memorando de seguimiento de febrero de 1987. Fuente: Comunicado FOIA 733667 de la FAA (vía The Black Vault) – JAL1628/733667-001-025.pdf.
[2] Cronología de la FAA del evento JAL 1628 – Quentin J. Gates (Anchorage ARTCC): Un resumen cronológico detallado del incidente, preparado el 18 de diciembre de 1986. Enumera cada comunicación y observación de radar entre las 5:19 p. m. y las 5:53 p. m. AST. Confirma eventos clave: p. ej., informes de la tripulación de «tráfico» con luces estroboscópicas blancas/amarillas a 1 milla[8], objeto en el radar de JAL a 8 nm[9], radar militar detectando un objetivo principal a 8 nm[10], comentario del piloto de un avión «bastante grande» y ATC despejando desviaciones[13], el giro de 360° con el ovni permaneciendo a babor[15], participación del vuelo de United y el comentario final de que una revisión de los datos del radar «no confirmó ningún objetivo» cerca de JL1628[29]. Fuente: Comunicado de FOIA de la FAA –JAL1628/733667-001-012.pdf.
[3] Informes de incidentes de seguridad de la FAA: entrevistas a la tripulación del JAL 1628 (RE Mickle y JS Derry): informes del formulario 1600-32 de la FAA que documentan el informe de los agentes de seguridad de la agencia al capitán Terauchi y su tripulación el 17 de noviembre de 1986 (inmediatamente después del vuelo). Estos incluyen notas de entrevistas personales y resúmenes de las declaraciones de la tripulación. Por ejemplo, el informe del agente Ronald Mickle relata cómo la tripulación vio dos conjuntos de luces «delante de la aeronave a una distancia de ~7–8 nm» durante 10 minutos, y luego se movieron hacia el lado izquierdo; las luces se describieron como «amarillas, ámbar y verdes» sin rojo, dispuestas en dos grupos distintos que se comportaron como si estuvieran unidos[31]. También señala que el objeto se mostró en el radar del avión a 7 millas por delante[33]. Se enfatiza la credibilidad de la tripulación y una adenda menciona que Terauchi había tenido avistamientos de ovnis anteriores[36]. Fuente: Comunicado de FOIA de la FAA – JAL1628/733667-001-005.pdf.
[4] Resumen del caso NICAP: “Fantástico vuelo del JAL 1628” – Fran Ridge (NICAP.org): Un resumen completo del incidente realizado por el Comité Nacional de Investigaciones sobre Fenómenos Aéreos. Actualizado el 21 de julio de 2014, recopila detalles de los registros de la FAA y los informes de los investigadores. Describe las condiciones del vuelo (noche despejada, sol poniente y luna creciente), las dos fases del encuentro: los pequeños objetos de alta energía con “boquillas o propulsores brillantes” que incluso iluminaron la cabina y calentaron la cara del capitán[93], y la aparición de la enorme “nave nodriza” con forma de Saturno (estimada en el doble del tamaño de un portaaviones) que seguía al 747[94]. Confirma que los ovnis fueron rastreados tanto por radar terrestre como aéreo y que un jefe de división de la FAA (Paul Steucke) inicialmente confirmó esto a los medios[66]. También hace referencia a análisis posteriores e incluye enlaces a audio y documentos. Fuente: sitio web de NICAP – nicap.org/861117alaska_dir.htm.
[5] “Avión maniobrado para evitar objeto: el piloto relata haber avistado un enorme ovni” – UPI / Los Angeles Times, 1 de enero de 1987: Un artículo de noticias de United Press International, publicado en LA Times (y otros periódicos). Presenta las primeras declaraciones públicas del capitán Terauchi. Detalles clave: Terauchi describió el ovni como tan enorme que su 747 “era diminuto comparado con el misterioso objeto”[95]. Se le cita diciendo que el objeto era “muy grande, dos veces más grande que un portaaviones”.[2] Menciona que también se vieron dos ovnis más pequeños (que no aparecieron en el radar), y que Terauchi recibió permiso de la FAA para desviar la altitud para evitar el ovni[12]. Se cita a los investigadores de la FAA por encontrar a la tripulación “normal, profesional, racional (y sin consumo de drogas o alcohol)”[21]. El artículo también menciona el comentario jovial de Terauchi sobre que quizás el ovni estuviera interesado en el cargamento de vino francés del avión[35]. Fuente: Archivos de Los Angeles Times (1987).
[6] Philip J. Klass – “FAA Data Sheds New Light on JAL Pilot’s UFO Report,” Skeptical Inquirer Vol. 11 No. 4 (verano de 1987): Un artículo de investigación por el renombrado escéptico de ovnis Philip Klass. Basado en el paquete de datos publicado por la FAA, Klass ofrece una perspectiva de desacreditación. Proporciona el análisis del radar que explica los blips duplicados como un “retorno primario no corregido” causado por problemas de sincronización del radar[72]. Destaca que el Capitán Terauchi tenía un historial como “repetidor de ovnis” (múltiples avistamientos previos) lo que levanta una bandera de precaución[80]. Klass también señala las inconsistencias entre las declaraciones en vuelo de Terauchi y entrevistas posteriores (específicamente si el ovni permaneció durante el giro) como evidencia de una posible percepción errónea[77] [78]. El artículo señala que Júpiter y Marte se encontraban en la misma zona del cielo donde se produjo el avistamiento, y cita a Klass, quien afirma que no es la primera vez que un piloto experimentado confunde un planeta brillante con un ovni[73] [96]. Klass concluye que lo más probable es una explicación prosaica (estrellas/planetas + peculiaridades del radar + factores psicológicos). Fuente: Reimpresión vía archivo FOIA de The Black Vault – JAL1628/733667-001-003.pdf (original en Skeptical Inquirer, 1987).
[1] [5] [20] [43] [45] [66] [93] [94] Informe ovni
http://www.nicap.org/861117alaska_dir.htm
[2] [12] [21] [35] [52] [56] [58] [59] [95] Avión maniobrado para evitar objeto: Piloto relata haber avistado un enorme ovni – Los Angeles Times
https://www.latimes.com/archives/la-xpm-1987-01-01-mn-1922-story.html
[3] [18] [24] [25] [26] [27] [61] documentos.theblackvault.com
https://documents.theblackvault.com/documents/ufos/jal1628/733667-001-025.pdf
[4] [46] [63] [85] [88] No se alentó a los pilotos a hablar sobre ovnis con los medios de comunicación.
https://www.newindianexpress.com/opinions/2016/Nov/09/los-pilotos-no-fueron-animados-a-discutir-sobre-ovnis-con-los-medios-1536454.html
[6] [7] [8] [9] [10] [11] [13] [14] [16] [17] [19] [22] [28] [29] documentos.theblackvault.com
https://documents.theblackvault.com/documents/ufos/jal1628/733667-001-012.pdf
[15] [30] [31] [32] [33] [34] [36] [53] [54] documentos.theblackvault.com
https://documents.theblackvault.com/documents/ufos/jal1628/733667-001-005.pdf
[23] [55] [81] [86] [87] ¿Qué sucedió realmente con el vuelo 1628 de Japan Airlines en 1986? – El informe
https://thedebrief.org/¿Qué-sucedió-realmente-con-el-vuelo-1628-de-japan-airlines-en-1986?
[37] [38] [39] [40] [41] [67] [71] [72] [80] centerforinquiry.s3.amazonaws.com
https://centerforinquiry.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/29/1987/07/22165315/p04.pdf
[42] [44] [47] [48] [49] [50] [51] [62] [68] [69] Cielos embrujados: Encuentro ovni en el vuelo 1628 de Japan Airlines de 1986
https://www.americanghostwalks.com/cielos-embrujados-de-alaska-1986-s-japan-airlines-vuelo-1628-encuentro-ovni
[57] [82] [83] [89] [90] Vuelo de carga 1628 de Japan Air Lines – Wikipedia
https://en.wikipedia.org/wiki/Japan_Air_Lines_Cargo_Flight_1628
[60] AVISTAMIENTO OVNI CONFIRMADO POR LA FAA Y EL RADAR DE LA FUERZA AÉREA
https://www.washingtonpost.com/archive/politics/1987/01/02/ufo-sighting-confirmed-by-faa-air-force-radar/c186c4b7-54ed-459e-b94d-eeeff7b3322e/
[64] La FAA reabre la investigación sobre ovnis – Archivos de la UPI
https://www.upi.com/Archives/1987/01/03/FAA-reopens-UFO-probe/9716536648400/
[65] El informe final de la FAA no puede explicar el avistamiento de ovnis – Archivos de UPI
https://www.upi.com/Archives/1987/03/06/Final-FAA-report-cant-explain-UFO-sighting/4541542005200/
[70] [84] [91] [92] El ovni de Alaska de Japan Air Lines
https://web.archive.org/web/20230524025304/https://skeptoid.com/episodes/4753
[73] [74] [75] [76] [77] [78] [79] [96] Científicos explican el supuesto avistamiento de ovnis por parte de un piloto japonés sobre Alaska | AP News
https://web.archive.org/web/20221122233407/https://apnews.com/article/275967ae96c4e21dad2fb5eda04bcb37
Acerca de The Vault Files
The Vault Files son una nueva evolución experimental en la investigación, creada y publicada por The Black Vault. Se elaboran meticulosamente mediante una potente fusión de registros gubernamentales desclasificados (vía FOIA), testimonios verificados de testigos presenciales, evidencia física y fotográfica, inteligencia de código abierto (OSINT) y un marco de IA entrenado de forma única, desarrollado exclusivamente para este proyecto.
Cada caso se reconstruye desde cero, cruzando documentación y fuentes de décadas de antigüedad, lo que a menudo implica miles de páginas e incontables horas de revisión. El resultado: un análisis profundo, definitivo y basado en la evidencia, que ofrece claridad y contexto, junto con imágenes, cronologías y material gubernamental original para que los eventos complejos sean accesibles y verificables.
Sin especulaciones. Sin exageraciones. Solo hechos, presentados con la precisión y profundidad que The Black Vault se esfuerza por destacar.
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Archivos de la Bóveda: El incidente del aterrizaje del ovni en Socorro, 24 de abril de 1964
Socorro, NM 87801, EE. UU.
Nota: Las imágenes presentadas en este artículo son una representación visual…
https://www.theblackvault.com/casefiles/the-vault-files-1986-alaska-jal-flight-1628/