Una nota de Natalli:
La nave espacial no funcionará con propulsión magnética más allá de la ionosfera. Esta destruiría cualquier sumidero magnético entre la nave y la Tierra. Más allá de ese límite, funciona con energía solar.
El campo magnético terrestre prácticamente no tiene efecto más allá de la ionosfera. Este campo magnético cambiará según la densidad del cuerpo más cercano. La nave dependerá casi por completo de la energía solar. Los colores observados en estas naves no se deben a cambios de temperatura, sino a cambios electrónicos.
Ningún metal terrestre podría soportar tales cambios de calor sin volverse muy frágil. Es el juego de electrones producido por la radiación solar sobre el cuerpo de la nave, lo que produce condiciones similares a las que causan la aurora boreal.
– Dictado por el control de Natalli, 3 de noviembre de 1954