ESCRUTINIO
¿Dónde quedó el dinerito?[1]
Juan José Morales
Si es usted habitante de Quintana Roo, quizá le interesa saber que debe $14 200 (Catorce Mil Doscientos Pesos, MN). Ello independientemente de sus créditos hipotecarios, préstamos por prendas empeñadas, cargos pendientes de pago en sus tarjetas de crédito, préstamos no pagados a sus amigos y compadres, y demás deudas que haya contraído.
¿Que usted no pidió esos $14 200? ¿Que ese dinero jamás pasó por sus manos? ¿Que nunca vio un centavo de él? Sí. Así es en efecto. Otros lo pidieron por usted, y otros lo gastaron, y si le pide que le rindan cuentas, seguramente responderán que esa es información reservada, o se la darán en forma tan confusa y amañada que mejor no le hubieran explicado nada.
Más de la tercera parte de la deuda total de los estados del país corresponde a sólo cinco entidades: Coahuila en primer lugar, seguido por Quintana Roo, Nuevo León, Chihuahua y Sonora. Esa situación de grave y creciente endeudamiento viene agravándose desde hace muchos años y cada gobierno parece querer superar a su antecesor en ese aspecto.
A estas alturas, los lectores se preguntarán de qué hablamos. Pues se trata simplemente de la deuda del gobierno de Quintana Roo, cuyos habitantes tienen (tenemos) la nada envidiable distinción de cargar con la mayor deuda per cápita entre los moradores de cualquier otra entidad federativa. Y los tales $14 200 «”también hay que precisarlo»” son independientes de lo que, al igual que todos los demás mexicanos, debemos por obra y gracia de los gobiernos federales que durante décadas nos han venido endeudando hasta el pescuezo.
Pero hablemos sólo de Quintana Roo, cuyo gobierno reconoce haber adquirido deudas por un total de 22 mil millones de pesos, aunque al decir de algunos, hay por ahí deudas ocultas por otros miles de millones que comenzarán a aflorar más adelante.
Lo que ocurre es que los últimos gobiernos de Quintana Roo se dedicaron alegremente a solicitar préstamos y a alargar los plazos de pago «”cubriendo desde luego intereses cada vez más abultados»” mediante lo que eufemísticamente denominan «refinanciamiento». Así, colocaron al estado a la vanguardia entre aquellos con la mayor nivel de deuda por habitante por encima de Coahuila y Nuevo León, que habían sido el ejemplo de finanzas públicas desastrosas. Ocupa también Quintana Roo un primerísimo lugar en cuanto a que es el estado en el cual lo que debe el gobierno rebasa con creces sus ingresos de todo un año.
Como en su oportunidad informó nuestro periódico, Mario Villanueva Madrid dejó en 1999 una deuda pública a largo plazo de 330 millones de pesos. Su sucesor, Joaquín Hendricks Díaz la quintuplicó, para llevarla a 1 651 millones. Luego, Félix González Canto la cuadruplicó elevándola a 6 562 millones. Pero además, dejó deudas a corto plazo por otros cuatro mil millones de pesos, de modo que el total resultó de más de 10 500 millones. Esa fue la deuda que le dejó a su sucesor en el cargo, el actual gobernador Roberto Borge Angulo.
Pero éste, para no ser menos y mantener la tradición, en lo que lleva de su administración ya duplicó con creces la deuda llevándola, como decíamos, a 22 mil millones de pesos. Y hay que ver todavía cuánto más aumentará en lo que resta de su administración.
Y ante ese alucinante mar de cifras, los de abajo, los que no hemos tenido arte ni parte en el manejo de los dineros públicos, no pedimos un solo centavo a los bancos en nombre del gobierno ni participamos en maniobras de «reestructuración» de los adeudos oficiales, sólo tenemos una pregunta: ¿Dónde quedó el dinerito?
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 8 de septiembre de 2015