IMPACTO AMBIENTAL
Recolección de sargazo y muerte de tortuguillas[1]
Juan José Morales
Comentábamos el viernes pasado que el gobierno federal, por conducto «”según tenemos entendido»” de la Comisión Nacional de Ãreas Naturales Protegidas, la Conanp, ha llevado de Chiapas una embarcación para recoger el sargazo flotante en la zona de Puerto Morelos antes de que llegue a las playas. También, según tenemos entendido, los gastos por concepto de traslado de la embarcación «”diseñada para operar en agua dulce y no en el mar y que en el Cañón del Sumidero se dedicaba a recoger basura flotante»”, así como del combustible que consume, sueldos de la tripulación, mantenimiento y en general todos los costos de operación, corren por cuenta del gobierno federal, aunque la labor que realiza beneficia a los hoteleros, que desean mantener lo que llaman «sus» playas, libres del sargazo que ha estado llegando en cantidades sin precedente y que disgusta a los bañistas.
Tortuguillas recién nacidas. Apenas salen de los huevos enterrados en la arena, se dirigen al mar, pero en el trayecto por la playa son víctimas de cangrejos, gaviotas y otros animales, y durante sus primeros días en el agua, imposibilitadas de sumergirse, sufren gran depredación por parte de gaviotas y fragatas. Para evitar la muerte, tratan de ocultarse entre el sargazo y otros materiales flotantes.
Pero, aparte de que no deja de resultar paradójico que el gobierno federal, que habla de austeridad, recortes de presupuesto, despide personal de diversas dependencias y cancele importantes programas en materia ambiental se muestre tan generoso y no escatime gastos tratándose de favorecer a empresarios, la operación de ese recolector de sargazo plantea una serie de cuestiones que vale la pena analizar.
No hay que olvidar que muchos hoteles en los cuales se está realizando esa operación de eliminación de sargazo se encuentran dentro de los límites del Parque Marino Nacional Arrecifes de Puerto Morelos, y las disposiciones legales, así como el Plan de Manejo del parque, prohíben la remoción de cualquier material natural. Esto incluye al sargazo, que «”aunque no le guste a algunos»” es parte de los ecosistemas costeros y marinos y tiene gran importancia para la vida de diversos organismos marinos.
Concretamente podemos hablar de las tortugas marinas. Como se sabe, estos animales pasan toda su vida en el mar y únicamente las hembras salen por breves lapsos, ya adultas, para depositar sus huevos en las playas. Al nacer las tortuguillas, se dirigen de inmediato al mar, pero en la primera etapa de su vida no pueden sumergirse porque se los impiden los restos del vitelo, una especie de cordón umbilical por el cual se alimentaron durante su gestación en el huevo. Para no ser víctimas de las gaviotas y demás aves que las atrapan mientras flotan en la superficie, tratan de ocultarse, y los manchones flotantes de sargazo son un buen lugar para hacerlo. Incluso, cuando se libera a las crías nacidas en nidos protegidos, se acostumbra muchas veces arrojar al mar ramas y hierbas para que les sirvan de escondites.
Pues bien, estamos justamente en la época de avivamiento de las tortugas marinas, y es muy probable que la operación de la máquina recolectora de sargazo esté matando crías que buscaban escapar de depredadores entre el sargazo.
Pero esto es sólo una parte «”una pequeña parte»” de lo que está ocurriendo en la Semarnat y la Conanp. Programas fundamentales de protección y conservación están siendo abandonados con el pretexto de ahorrar dinero, y científicos con gran experiencia y conocimientos, una larga trayectoria y espíritu de trabajo, son echados a la calle sin miramientos, para sustituirlos por favoritos del régimen carentes de preparación.
Pero ya el espacio está por agotarse, de modo que debemos dejar para otra ocasión otros aspectos de esta grave problemática, que pone en serio peligro nuestros recursos naturales y nuestro medio ambiente.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 14 de septiembre de 2015