IMPACTO AMBIENTAL
La guanábana, sabrosa, mas no milagrosa[1]
Juan José Morales
Un amigo lector que todavía cree tales patrañas, me escribió recientemente sugiriéndome divulgar que la guanábana tiene extraordinarias propiedades anticancerosas, pero las empresas farmacéuticas lo ocultan, para seguir explotando a los enfermos con la quimioterapia, a la cual tacha de inútil.
No diré que las dichas empresas sean angelitos celestiales, pero tampoco son tan malévolas como se les pinta. Mal podrían ocultar algo que no existe. Es decir, el potencial de esa fruta para destruir «las células malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, de pulmón y del páncreas.»
El mito de que la guanábana «es un producto milagroso para matar las células cancerosas, diez mil veces más potente que la quimioterapia», circula desde hace años por la Internet. Cosa semejante, prácticamente con las mismas palabras, se dice del limón y otros frutos, con la recomendación de beber su jugo para acabar con cualquier tipo de cáncer.
Pero no se trata de una de esas creencias de las abuelas. Ya varias veces he escrito sobre el asunto, para desenmascarar sus verdaderos propósitos: timar a la gente con la venta de menjurjes milagrosos de todo tipo. Y debo reconocer que el engaño está bastante bien armado.
En efecto, como fuente de la información sobre las extraordinarias propiedades curativas de la guanábana, el limón o cualquier otro fruto, siempre se menciona a un cierto Instituto de Ciencias de la Salud, de Baltimore, con lo cual adquiere cierto tinte de veracidad, pues parece respaldada por investigaciones científicas. Incluso, como quien no quiere la cosa, se da una dirección electrónica del tal instituto. Y, como decíamos en un comentario anterior, «naturalmente, los lectores deseosos de saber más sobre el asunto entran a ese portal de Internet… y desembocan en un sitio «”con información únicamente en inglés»” donde se vende toda clase de curas milagrosas para todos los males habidos y por haber, desde un maravilloso analgésico que hace desaparecer el dolor en 45 segundos pero que la poderosa industria farmacéutica impide que se conozca, hasta un libro cuyo título, traducido al español, es Ocho formas de vencer a la diabetes sin un solo medicamento, así como productos que prometen curar esa enfermedad en sólo seis semanas con extractos de una rara variedad de camote que se cultiva en las escarpadas montañas Kagawa de la pequeña y remota isla japonesa de Shikoku, o con un preparado a base de seis exóticas plantas del Amazonas.»
Se ofrecen también tratamientos «alternativos» del Cambridge Institute «”que nada tiene qué ver con la afamada Universidad de Cambridge sino es un negocio privado»”, para corregir por sí solo, en ocho semanas y sin necesidad de oculista, cualquier problema de los ojos, desde la miopía hasta el estrabismo o bizquera.
En pocas palabras: las supuestas informaciones sobre las propiedades anticancerosas de la guanábana y otros frutos no son más que un gancho para canalizar ingenuos hacia ese verdadero tendajón de merolico que es el supuesto Instituto de Ciencias de la Salud. Y decimos supuesto instituto porque es tan sólo un negocio mercantil, como lo indica la abreviatura com en su dirección electrónica. Si fuera un auténtico centro de investigaciones, dependiente del gobierno o de alguna universidad, o un establecimiento sin fines de lucro, estaría marcado como edu, org o gov.
Que la guanábana, es sabrosa, nadie lo pone en duda. Que sea milagrosa, ya es otro cantar.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 7 de noviembre de 2016