EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (21)
LA PRIMERA FOTO
El 25 de diciembre de 1986, Guillermo Barzi Canale, un empresario vitivinicultor que se encontraba junto a su familia a bordo de una embarcación, dijo haber visto «un desplazamiento de agua muy grande, con algo similar a aletas negras y que dejaba una estela».
También aseguró ser el único de las ocho personas que se encontraban en la lancha que alcanzó a ver «una cabeza como de serpiente grande, en uno de los extremos». Todos regresaban de un picnic que habían realizado en la Bahía Lynch, en las cercanías del bosque de Los Arrayanes. Eran las 16:30 y se dirigían a Cumelén.
«Donde termina la bahía, en la punta Quetrihue, un buen lugar de pesca, decidimos hacer el intento de probar el pique» explicó Barzi. «Mis hijos arrojaron dos líneas al agua y recorrimos un trecho; pero como no había pesca resolvimos dar por finalizado el intento. Antes de que comenzaran a recoger la línea, corté el contacto de la lancha y nos detuvimos. Ellos venían con 120 o 130 metros de hilo y mientras rebobinaban me paré en el asiento de la lancha con el fin de observar un poco el paisaje para distraerme»¦ y en ese momento lo vi.
«El monstruo lo vi cuando detuvimos la lancha y me puse a observar el paisaje», continuó Barzi. «Era algo grande, como de unos quince metros de largo, que se desplazaba rápidamente, a una velocidad aproximada de 25 a 30 kilómetros por hora.
«Mi primera reacción al verlo fue pensar en un submarino, pero en seguida me dije que no era posible. Evalué un montón de cosas, una reacción lógica ante un espectáculo extraño e inesperado; desde que podía ser un cardumen grande de truchas, con dos de ellas haciendo punta, o algunos ciervos, que es habitual que crucen por la zona. Pero ninguna de las posibilidades me conformaba. Entonces atiné a gritar a mis acompañantes: «˜Â¡Chicos, miren el monstruo!»™.
«Concretamente vi un desplazamiento de agua muy grande, una estela en V que iba cortando la superficie del agua en sentid contrario al de nosotros, y detrás de la estela muchos borbollones en el agua y especie de aletas negras, como de delfines o tiburones. En un determinado momento «“yo fui el único que lo vi, pero lo voy a seguir manteniendo-, alcancé a divisar una cabeza como de serpiente grande en uno de los extremos.
«El monstruo pasó a unos ochenta metros de donde estábamos nosotros, y por lo que vi, iba cortando la superficie del agua en sentido contrario al nuestro dejando ver, entre una estela y borbollones de agua, especies de aletas negras».
La hija del empresario, Martina Barzi, obtuvo una fotografía, tomada con un teleobjetivo de 300 milímetros a unos 150 metros del objeto, y muestra la estela dejada en el agua. El relato del encuentro fue publicado por el diario Río Negro, junto con la fotografía de Martina.
AVISTAMIENTOS AL FINAL DEL SIGLO XX
A principios de noviembre de 1987 un grupo de operarios del Centro Atómico Bariloche que regresaba de sus obligaciones laborales en un micro, dieron a conocer el avistamiento de «un gran lomo que emergía del Nahuel Huapi y avanzaba a gran velocidad, dejando una estela».
Ese supuesto fenómeno fue visto por una treintena de personas en la zona de Playa Bonita[1].
Ese mismo año Alfredo Passo, ex comandante de Austral Líneas Aéreas, capitán del crucero turístico del lago Nahuel Huapi observa un objeto a la distancia moviéndose rápidamente y sumergiéndose.
Una cuadrilla de bomberos forestales, empleados de ENTel (una cuadrilla de 6 hombres del Servicio de Lucha Contra Incendios), una empleada de la Dirección de Bosques y varias otras personas que se encontraban en las marines del lago el 29 de enero de 1988 vieron un fenómeno similar: «una gran estela» de espuma en el lago, de aproximadamente quince metros, en cuyo extremo aparecía «una mancha oscura», similar al lomo de un animal, que se desplazaba en dirección este-oeste.
Luego, el domingo 30, varios otros turistas y barilochenses lo vieron. Sobre la ruta 237 y en la avenida Costanera se formó una fila para observar al monstruo.
Eso ocurrió minutos antes de las 8 de la noche. Era un atardecer sin viento. Lo describieron como un «lomo oscuro» de aproximadamente 10 a 15 metros de diámetro que avanzaba de Este a Oeste dejando muchas burbujas[2].
«Vimos un desplazamiento de agua muy grande, una estela en «˜V»™ que iba cortando la superficie del agua y detrás de la estela muchos borbollones y especie de aletas negras, como de delfines o tiburones. Además, en uno de los extremos aparecía una cabeza como de serpiente, muy grande»¦»
El jueves 4 de febrero un vecino de Bariloche que no quiso ser identificado logró filmar al monstruo. El diario Río Negro informaba[3]:
«La escena, tomada con un pequeño aparato de VHS, fue difundida el Viernes en el programa «˜Redacción 88″™, que se transmite por el canal 6 de esta ciudad, y muestra por espacio de «quince a veinte segundos» la imagen de un animal u objeto de grandes dimensiones, desplazándose raudamente por las aguas del Nahuel Huapi.
«Si bien la visión no difiere de otros testimonios verbales y gráficos conocidos, la filmación permite observar el movimiento del sugestivo objeto, la estela de agua que deja a su paso, y por lo menos dos manchas oscuras sucesivas, como si se tratara del lomo o las aletas semisumergidas de un animal.
«Generó algún escepticismo el hecho de que el autor de la filmación no hubiese querido dar a publicidad su nombre, principalmente porque el testimonio coincidió con la circulación de fotografías de muy dudosa veracidad. Sin embargo, uno de los conductores de la audición televisiva, Fitz Roy Madsen, refirió a este diario que «se trata de un acreditado vecino y profesional de esta ciudad, quien ofreció ceder el material con la condición de que no se diera a conocer su identidad»».
Poco después José Ulesia, del Instituto Balseiro de Bariloche, junto a 26 compañeros, ven un gran animal moviéndose rápidamente en el agua en dirección a la isla Victoria[4].
Al año siguiente, 1989, un grupo de 31 turistas, guiados por Isabel Muller ven un animal de aproximadamente 20 metros con grandes aletas en el lomo. Ese mismo año el fotógrafo profesional Jorge Brodo y su amigo Juan Bucetta filman un animal de unos 20 metros de largo de movimientos flexibles y ondulantes que se desplaza en el lago.
En 1995 un grupo de turistas de Formosa que recorría las orillas del lago a bordo de un micro ven el lomo de un gran animal que deja una estela.
Siguiendo la tradición, a este monstruo se le dio el nombre de Nahuelito. Al igual que otros muchos lagos con «monstruos», el Nahuel Huapi es pobre en nutrientes y difícilmente podría sustentar una población de monstruos de entre 10 y 15 metros de largo. Sin embargo, el mito del plesiosauro marca un hito para la Patagonia. Y son muchos los que aún siguen creyendo en su posible existencia, aunque más no sea para fomentar el turismo por estas latitudes.
Se habla de otros monstruos en Argentina, como el «Joselito» que dicen se aparece en Puerto Quequén, Necochea y Lobería, frente a las costas de Arenas Verdes. El nombre de este último se debe a que la primera observación se dio el 19 de marzo, día de San José.
ContinuarỦ
[1] Anónimo, Otra vez Nahuelito, Río Negro, Río Negro, viernes 22 de enero de 1988.
[2] Anónimo, Volvió a aparecer el monstruo del lago Nahuel Huapi: muchos testigos, Clarín, Buenos Aires, 2 de febrero de 1988.
Anónimo, Un monstruo en el lago, Clarín, Buenos Aires, 3 de febrero de 1988.
[3] Anónimo, Logran filmar al extraño animal del lago Nahuel Huapi, Río Negro, Río Negro, domingo 7 de febrero de 1988.
[4] Anónimo, ¿Un monstruo en el lago Nahuel Huapi?, Clarín, Buenos Aires, 26 de febrero de 1987.