Está muy claro. Dios no juega a los dados porque las reglas de ese juego lo hacen muy complicado. Dios, como toda persona fina y educada, juega poker. Últimamente le ha dado por jugar al Texas Hold’em, y en el proceso perdió un planeta, Plutón, para ser más precisos, por aceptar un bluff del unicornio Rosado Invisible de Ganímedes. Estos dioses de ahora, ya no los hacen como antes…
Está muy claro. Dios no juega a los dados porque las reglas de ese juego lo hacen muy complicado. Dios, como toda persona fina y educada, juega poker. Últimamente le ha dado por jugar al Texas Hold’em, y en el proceso perdió un planeta, Plutón, para ser más precisos, por aceptar un bluff del unicornio Rosado Invisible de Ganímedes. Estos dioses de ahora, ya no los hacen como antes…