La fotografía Lippold
En el pueblito de St. Mary’s, Iowa, a unos 22 kilómetros al suroeste de Indianola, se logró fotografiar toda una escuadrilla de platos voladores.
En julio de 1947 St. Mary’s contaba con tan sólo 84 habitantes y dos de ellos, los hermanos Jack y Jerome Lippold, de 6 y 8 años respectivamente, tuvieron la fortuna de observar una lluvia de platos voladores. Nadie les creyó porque en ese lugar se le “rendía culto” a una luz fantasma y la nueva moda de los discos volantes se consideraba como “paparruchas”.
La noticia apareció en The Des Moines Register, de Des Moines, Iowa, el 13 de julio de 1947. Dice:
La luz fantasma todavía acecha a St. Mary’s, pero los “discos voladores” se mantienen alejados
Por el escritor del personal
ST. MARY’S, IA.—En la ciudad donde ha aparecido la luz fantasma durante muchos años, nadie ha visto un platillo volador.
La luz sobrenatural, sí: muchos la han visto. ¿Pero platillos voladores? ¡Paparruchas!
La imaginación del país ha estado trabajando horas extras, soñando con estos brillantes discos voladores.
Al menos esa es la opinión general de la mayoría de los que viven en St. Mary’s, esta agradable ciudad de 84 habitantes donde casi todos en su vida han visto la misteriosa danza de la luz fantasmal sobre los árboles y los setos.
Platillos voladores en la última semana han sido objeto de una cantidad considerable de discusión en St. Mary’s, como lo han hecho en todas partes. Parece probable que se los vea en una ciudad con luz fantasma tan rápido como en cualquier otro lugar.
Centro Rojo Sangre.
Una y otra vez la luz ha descendido como una estrella perdida desde los cielos de St. Mary’s. Ha brillado con un centro de color rojo sangre y rayos de luz brillante han brillado desde los bordes.
O al menos eso es lo que dicen los testigos, que han paseado por los prados a las afueras del pueblo y han visto la luz de St. Mary’s seguir su extraño curso sobre el campo.
Pero la luz fantasma puede navegar por el cielo sin peligro de interferencia de platillos voladores. St. Mary’s no tendrá parte en la fantasía del platillo volador.
Tampoco ha aparecido tanto la luz fantasma últimamente, aunque algunos de los más jóvenes cuentan haberla visto en los últimos meses.
Aquellos en St. Mary’s que han visto la luz fantasma con más frecuencia ahora tienen menos que decir al respecto. También le dirán que los adictos a los platillos voladores no escucharán lo último de sus amigos en mucho tiempo con respecto a sus observaciones.
Tome la palabra de Roy Whitehead, de 60 años, que vive en Indianola, pero ha estado en St. Mary’s y no solo ha visto la luz espeluznante, sino que también ha escuchado su voz: “la voz de un alma terrenal perdida”.
Al menos por el momento, Whitehead ha renunciado a tratar de convencer a la gente de que grite su experiencia, aunque considera que la luz fantasma es mucho más importante que el furor por los platillos voladores. Él piensa que muchas de las personas que creen haber visto discos voladores en realidad observaron aviones.
“Yo vi algo volando el domingo”, dijo. El Sol oscureció un poco mi visión. Tal vez era un disco volador, pero creo que probablemente era un avión”.
El acercamiento más cercano a la ilusión de un platillo volador en St. Mary’s fue el intento de engaño de dos jóvenes, Jack y Jerome Lippold, de 6 y 8 años, que se escondían en un arce en Main Street y sacaban platos de papel comprados en la tienda general de sus abuelos.
Nadie Engañado.
La abuela, la Sra. Barney Lippold, dijo que los niños no engañaron a nadie. La Sra. Lippold es una de las que piensan que los platillos voladores son en gran parte imaginación. También cree que la luz fantasma de St. Mary’s se ha ido para quedarse.
Han pasado años desde que vio la luz fantasma, y ya no la busca. Y su esposo nunca lo ha visto, se niega a creerlo, incluso cuando todos los que lo rodean están viendo la luz. Hay varios otros de su escuela de pensamiento en St. Mary’s.
No obstante, la luz fantasma de St. Mary’s se ha observado en esta comunidad, 14 millas al suroeste de Indianola, desde 1874. Hay dos historias sobre la luz, que a veces rebota por el camino y otras veces cuelga inmóvil como una estrella vagabunda justo encima de las copas de los árboles.
Orígenes legendarios
Una leyenda es que la Sra. Wallace murió quemada en el 74 en una granja cercana, otra es que la luz apareció por primera vez cuando una niña murió de muerte violenta, el mismo año.
Y, por supuesto, está la explicación de que la luz es el fuego de St. Elmo o una linterna de pantano, aunque no hay ningún pantano cerca de St. Mary’s.
En cuanto a los platillos voladores en St. Mary’s, te dirán que el disco aéreo bien podría ser algo sacado de las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Ese libro dice que cuando Alice gritó. “¡No eres más que un paquete de cartas! ¡Todo el paquete se elevó en el aire y cayó volando sobre ella…!”
El artículo viene acompañado de una fotografía en la que aparecen lo hermanos Lippold bajo una lluvia de platos voladores. En el pie de foto podemos leer:
Aquí hay una forma en que los platillos voladores comienzan. Jack y Jerome Lippold, de 6 y 8 años, han estado tratando de generar interés en la sensación actual de los platillos voladores lanzando platos de papel en su ciudad natal de St. Mary’s. Pero la antigua leyenda de la luz fantasmal de esa ciudad aún prevalecía sobre el interés en los discos aéreos novedosos. Nadie afirma haber visto ningún disco en la ciudad del oeste del condado de Warren.
Lo interesante aquí, y echando mando de la “ufología comparada”, como dictan los cánones de esta (pseudo)ciencia, es que encontramos que uno de los platos voladores de los hermanos Lippold se asemeja como una gota de agua a otra, a la famosa fotografía que se obtendría unos 5 años después, en Barra de Tijuca, Brasil. La conclusión es que ambas fotografías se apoyan mutuamente y demuestran que “algo” sobrevoló el pueblo de St. Mary’s, en Iowa, y “algo” similar también apareció en Barra de Tijuca, Brasil. ¡Pruebas irrefutables!