Ovnis, canalización, cuasi-religión y sectas: Opanova y las Hijas de Ummo
4 de diciembre de 2022
Darren Heaney, Reportero y Editor
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Opanova y las Hijas de Ummo
Fue un día feliz en 1960 cuando una mujer peruana de mediana edad llamada Juana Pordiavel obtuvo el alta de un hospital psiquiátrico. Se había sentido atraída por un hombre más joven, Carlos Opanova, el carismático líder de una secta cuasi religiosa a la que llamaba el Venado del Sexto Cristo. Ambos se casaron y dirigieron la secta en Perú hasta 1963, cuando la atención no deseada del gobierno les llevó a trasladar sus operaciones a Oruro, Bolivia. Un edificio abandonado se convirtió en la sede de un complejo que Opanova bautizó como Nueva Jerusalén Celestial. En 1967, después de que las autoridades de Oruro investigaran las denuncias de niños desaparecidos cerca del complejo, Opanova y Pordiavel huyeron con el dinero de sus seguidores.
En 1965, dos años antes del abandono forzoso de la Nueva Jerusalén Celestial, un grupo de intelectuales españoles dirigidos por un psicólogo madrileño llamado José Luis Jordán Peña iniciaron una campaña semiseria para poner a prueba los límites de la creencia cotidiana bajo el represivo régimen franquista. Lo hicieron enviando a periódicos, escritores y otras fuentes vocales españolas mensajes escritos apócrifos y detallados de ummitas, que habían llegado a la Tierra en 1950 procedentes del planeta Ummo. Situado a unos 14.6 años luz de la Tierra, Ummo se encuentra en el sistema de la estrella Iumma, y es el hogar de seres inteligentes. El principal defensor de Ummo era Fernando Sesma Manzano, director de la Sociedad de Visitantes del Espacio. Coincidiendo con una serie de avistamientos de platillos cerca de Madrid en 1967, Manzano anunció que había recibido cartas mecanografiadas y llamadas telefónicas de representantes de Ummo.
Manzano explicó que los ummitas deseaban mezclarse en secreto con los humanos y observar las culturas de toda Europa.
Esta elaborada broma (descrita con detalle en el capítulo quince) llamó la atención de Opanova, ya instalada con Pordiavel en La Paz (Bolivia). Los creadores de Ummo no revelarían su engaño durante otros treinta años; para Opanova, los ummitas parecían la puerta a un poder renovado. Estableció un nuevo culto al que llamó las Hijas de Ummo. Opanova preparó una biblia que combinaba las ficciones ummitas de José Peña con los principios de su propio Venado del Sexto Cristo. Para mantener el interés de la gente, Opanova adoptó el nombre de Yiewaka, y anunció que había venido a la Tierra desde Ummo. Pordiavel renunció a la Iglesia católica, orinó públicamente en hostias y cambió su nombre por el de Florencia Dinovi Gutiérrez.
A pesar de que Bolivia tiene un gobierno estable, elegido democráticamente, y una tasa de alfabetización básica superior al 95%, la riqueza del país está desigualmente distribuida.
Los campesinos que se dedican a la agricultura están a merced de un clima impredecible, y La Paz y otras ciudades están repletas de personas con una educación modesta que han renunciado a la vida rural. En parte debido a estos factores, las Hijas de Ummo atrajeron reclutas rápidamente. Sin embargo, al igual que en Oruro, el grupo se convirtió en el centro de las investigaciones policiales sobre niños desaparecidos, posiblemente secuestrados. (Existe la teoría de que las Hijas secuestran para conseguir nuevos miembros.) Pero no había pruebas y nadie de la secta hablaba. Para asegurarse el silencio, la secta intimidaba a los miembros con amenazas de infierno ummita. (Al hablar de Ummo, el bloguero canadiense Mike Culpepper escribió, con seco eufemismo: “Un infierno alienígena es algo para ejercitar la imaginación. Los forasteros que expresaban demasiada curiosidad por Ummo podían esperar recibir correos electrónicos amenazadores y otros mensajes. A finales de la década de 1990, un investigador aficionado a los ovnis llamado Enzo Daedro recibió correos electrónicos ominosos incluso después de cancelar su cuenta de correo electrónico y abrir una nueva”.
En un correo electrónico de grupo del verano de 2000 enviado a Daedro y a otras personas que “blasfemaban contra la integridad” de Ummo, Opanova amenazaba con interrumpir la energía hidroeléctrica de varias ciudades bolivianas. Los planes para un viaje de miembros de la secta a Ummo en 2033 tuvieron que ser pospuestos, dijo Opanova, porque la raza humana seguía siendo de mente pequeña.
Las Hijas de Ummo siguen operando en La Paz, alimentando, vistiendo y alojando a sus miembros. Se desconoce si Peña sigue controlando el grupo, aunque hay muchas probabilidades de que no sea así. Pordiavel/Gutiérrez habría cumplido cien años en 2012, por lo que, aunque siguiera en activo, su capacidad de liderazgo estaría muy mermada. En fotos que parecen ser de finales de los años noventa, es una figura pequeña y enjuta con el pelo teñido de negro azabache, rodeada de los vendedores ambulantes ummitas cuyos ingresos aún mantienen el culto. El reclutamiento es una actividad continua, ya que los acólitos enganchan a la gente en la calle, les ponen en la mano literatura de Ummo y les prometen comida.
Si el grupo secuestra niños, la policía de La Paz no puede probarlo.
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