¿Qué ocurre realmente cuando tenemos una experiencia extracorpórea?

¿Qué ocurre realmente cuando tenemos una experiencia extracorpórea?

Es una sensación de flotación, casi como si la conciencia se hubiera desvanecido. Ahora, los científicos están empezando a entender qué causa las experiencias extracorporales.

12 de octubre de 2023

Por Conor Feehly

Nuestros sentidos del yo son difíciles de precisar. Todos parecemos tener nociones intuitivas de nuestra propia identidad. Todos estamos seguros de que hay algo que nos distingue, ya sea nuestra personalidad, nuestros principios, nuestras capacidades o nuestras ambiciones. Pero nuestra percepción de nosotros mismos surge de una serie de procesos cognitivos que, si se alteran, pueden cambiar nuestra percepción de nosotros mismos y de nuestro mundo.

Por ejemplo, la conciencia del propio cuerpo. Una parte importante de la percepción de uno mismo es física, y la conciencia está ligada al interior del cerebro. Pero, ¿qué ocurre cuando el centro de la conciencia se desliga y se produce lo que suele llamarse una experiencia extracorpórea?

Los expertos llevan haciéndose esta pregunta desde el siglo XIX, pero los neurocientíficos sólo ahora están empezando a desentrañar cómo se producen estas experiencias.

¿Qué son las experiencias extracorpóreas?

A menudo, las personas describen las experiencias extracorporales como una sensación de ingravidez o deriva, en la que pueden ver su cuerpo desde arriba.

Estas experiencias suelen ocurrir cuando pasamos de un estado de conciencia a otro: cuando nos anestesian, cuando despertamos del sueño o incluso cuando tenemos una experiencia cercana a la muerte.

¿Qué causa las experiencias extracorpóreas?

Las experiencias extracorpóreas se desencadenan por la estimulación de regiones cerebrales específicas, como el precuneus anterior (aPCu), que integra información sensorial relacionada con el cuerpo, su visión y su equilibrio y orientación espacial.

En un estudio reciente, Josef Parvizi, neurocientífico de la Universidad de Stanford, quería saber qué regiones del cerebro intervenían en el desencadenamiento de las experiencias extracorpóreas, con la esperanza de que aportara nuevos conocimientos sobre la compleja construcción de nuestros sentidos del yo.

Parvizi y su equipo trabajaron con nueve pacientes epilépticos a los que se les habían insertado electrodos en el cerebro como parte del tratamiento de crisis graves. Con su consentimiento, los investigadores estimularon regiones del cerebro de los pacientes con impulsos eléctricos y les preguntaron si, como resultado, experimentaban autodisociación o experiencias extracorpóreas. Sus hallazgos se publicaron en la revista Neuron en agosto de 2023.

Aislamiento de las experiencias extracorpóreas en el cerebro

“Una vez que descubrimos la región específica cuya estimulación provocaba la autodisociación, investigamos qué otras áreas cerebrales (o redes) estaban conectadas con esta región”, explica Parvizi.

“Lo hicimos de dos maneras”, añade. “Observamos las correlaciones de flujo sanguíneo entre esta región y el resto del cerebro. Si otras regiones están trabajando con esta región central de interés, entonces su flujo sanguíneo debe estar coordinado. Además, también enviamos pulsos individuales de electricidad a la región central y observamos las respuestas evocadas en otras áreas cerebrales. Esto nos indicó a dónde envía información la región central”.

Los resultados apuntaron hacia el precuneus anterior, una región del cerebro asociada a la información somatosensorial o relacionada con el cuerpo. La CPUa y sus áreas afines procesan una compleja mezcla de estímulos multisensoriales, combinando sensaciones como la presión, el dolor y el calor con información visual y vestibular, relacionada con el equilibrio, la estabilidad y la orientación espacial. Además, la aPCu también está conectada al córtex cingulado posterior, que se cree que participa en la realización de viajes mentales en el tiempo.

Activación de las experiencias extracorpóreas en el cerebro

Como resultado de estos hallazgos, el equipo concluyó que el sentido espacial del yo implica la integración de múltiples regiones cerebrales y modalidades sensoriales. Sin embargo, los pacientes sólo tardaron unos segundos en informar de distorsiones en su sentido del espacio y su locus de conciencia tras recibir los pulsos de electricidad, y eso sorprendió a los investigadores.

“Aunque siempre hemos sabido que nuestro sentido del yo se construye a partir de interacciones con el entorno y a través de nuestro cuerpo, este proceso puede ser mucho más rápido de lo que pensábamos”, afirma Dian Lyu, becaria postdoctoral coautora del estudio.

“No tarda días ni horas”, añade, “sino que puede ocurrir en segundos, o posiblemente en menos de un segundo. Con sólo 2 o 4 segundos de estimulación en nuestro estudio, ya era posible hacer que las personas experimentaran la autodisociación”.

¿Qué influye en nuestro sentido del yo?

Nuestro sentido del yo parece surgir de una serie de procesos cognitivos, algunos más abstractos que otros. Uno de ellos es nuestra capacidad de viajar en el tiempo. Cuando recordamos el pasado e imaginamos el futuro, consolidamos nuestra sensación de que seguimos siendo nosotros mismos a lo largo del tiempo. Otro de estos procesos es nuestra capacidad de actuar. Cuando tomamos decisiones, reforzamos nuestra percepción de que somos agentes causales activos en nuestras propias vidas.

Y otra parte de la noción que tenemos de nosotros mismos es nuestra capacidad de situarnos espacialmente, creando la sensación de que nuestra conciencia se encuentra dentro de nuestro cuerpo.

Por supuesto, todos estos aspectos del yo pueden manipularse o alterarse. Las personas pueden experimentar pérdida de memoria o falta de control sobre sus vidas. También pueden encontrarse con momentos en los que su sentido espacial del yo se separa de su marco de referencia habitual.

¿Son reales las experiencias extracorpóreas?

Aunque las experiencias extracorpóreas son reales en el sentido de que la gente dice realmente haberlas tenido, sus interpretaciones y causas subyacentes son objeto de debate.

Investigaciones anteriores sobre las experiencias extracorporales han apuntado a condiciones en las que la ingesta de información visual por parte de un individuo podría estar desalineada con su ingesta de información vestibular. Los grupos de individuos con afecciones vestibulares, como el vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), son más propensos a experimentar experiencias extracorpóreas.

Pravizi afirma que la nueva investigación coincide con trabajos anteriores, pero advierte de que aún no está clara la relación causal entre la recepción de información sensorial (ya sea somatosensorial, visual o vestibular) y la integración de esa información para formar un sentido de la posición del cuerpo en el espacio.

“Un procesamiento alterado en cualquiera de los dominios sensoriales puede causar un esquema corporal desajustado, y el esquema corporal alterará, a su vez, cómo se representan las entradas sensoriales”, afirma Pravizi. “La relación causal puede ser a la inversa. Cuando las entradas sensoriales están correctamente en su sitio, pero si alteramos el esquema corporal (que creemos que es lo que hicimos en nuestro estudio)… entonces la sensación se desajusta”.

Dar sentido a los sentidos

En los contextos típicos y transitorios en los que se producen las experiencias extracorporales, los cerebros de las personas trabajan a toda máquina para integrar la información sensorial que sitúa su sentido del yo en algún lugar del espacio. Pero como la relación bidireccional entre la información sensorial y el conocimiento que nuestro cerebro tiene de dónde nos encontramos puede verse alterada en estos casos, no es de extrañar que se produzcan distorsiones en el lugar en el que experimentamos nuestra conciencia.

Estudios como el realizado por Pravizi y sus colegas ayudan a los investigadores a identificar los fundamentos neuronales de nuestro sentido del yo. En realidad, no hay una “sede” del yo en el cerebro, sino una compleja red de regiones y funciones que colaboran para crear los aspectos multidimensionales de lo que experimentamos en nuestra vida cotidiana.

https://www.discovermagazine.com/mind/whats-actually-happening-when-we-have-an-out-of-body-experience

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