La historia interminable
23 de abril de 2024
Nigel Watson
Lochlainn Seabrook, Mysterious Invaders: Twelve Famous 20th-Century Scientists Confront the UFO Phenomenon, Sea Raven Press, 2024.
El 29 de julio de 1968, el Comité de Ciencia y Astronáutica de la Cámara de Representantes de Estados Unidos celebró un simposio sobre ovnis. Fue promovido por el congresista y miembro del NICAP J. Edward Roush, quien introdujo la sesión diciendo que iba a ser una evaluación del problema ovni por seis expertos, para permitir mejores juicios sobre futuras vías de investigación.
El presidente del comité, George P. Miller, se apresuró a señalar que no estaban aquí para criticar las investigaciones ovni del Ejército del Aire, sino para examinar el asunto desde diferentes perspectivas y puntos de vista.
Los seis expertos eran el Dr. J. Allen Hynek, el Dr. James E. McDonald, Carl Sagan, Robert L. Hall, el Dr. James A. Harder y Robert M. L. Baker Jr. Todos ellos se mostraron en general a favor de seguir investigando los ovnis. Y nótese que no hay ni un escéptico en la casa. De todos ellos, McDonald fue el que presentó el argumento más largo e impresionante a favor de la investigación futura.
Tras dos años de intenso estudio, McDonald señala que los grupos civiles de ovnis han acumulado cantidades impresionantes de informes de personas que no están contaminadas por “la religiosidad y el cultismo”. Con ello supongo que se refiere a los contactados de la época como George Adamski. Sin embargo, está impresionado por la credibilidad y fiabilidad de los testimonios de testigos que no tenían mucho interés en los ovnis.
Detalla casos significativos en los que están implicados múltiples testigos, pilotos, avistamientos urbanos, avistamientos de astrónomos y meteorólogos, los que se han explicado erróneamente como globos, casos de radar y fotográficos, además de pruebas de ovnis que han provocado la detención de coches y lesiones físicas.
A partir de su estudio cree que “la comunidad científica ha estado gravemente desinformada durante veinte años sobre la importancia potencial de los ovnis”. Afirma que, tras entrevistar a testigos y revisar los datos, hay ocho hipótesis principales para explicarlos, desde engaños hasta “naves espaciales que traen mensajeros de la salvación terrestre y la verdad oculta”. Tras eliminar las explicaciones mundanas y a los contactados, sostiene que “los ovnis son totalmente reales” y se inclina decididamente por la idea de que son de origen extraterrestre.
En retrospectiva, hemos descubierto que incluso los testigos creíbles, especialmente los pilotos, pueden ver erróneamente “platillos volantes”, y que los casos de detención de automóviles, ¡bueno, se han detenido! Los informes de lesiones físicas son a menudo tan endebles como otras pruebas físicas. Al igual que los partidarios de los ovnis de hoy en día, concluye que “…lo que se necesita urgentemente es una investigación científica mucho más rigurosa de todo el espectro del fenómeno ovni”.
Ese énfasis en la urgencia se sigue oyendo hoy, casi sesenta años después, y seguimos recibiendo esa llamada a investigaciones más intensivas y mejores. Esto demuestra lo que tenemos ahora, y lo que teníamos entonces no eran pruebas suficientemente sólidas para demostrar su conclusión de que son reales, y los ovnis son tan frustrantemente esquivos a la mirada de los ojos científicos y racionales como el monstruo del lago Ness o el hombre polilla. Hoy en día, al menos deberíamos tener un mayor sentido de la urgencia para rastrear los FANI debido a la amenaza de la tecnología extranjera avanzada más que a los FANI ET.
Las actas del Simposio van seguidas de seis ponencias de científicos que fueron invitados a presentarlas pero que no estuvieron presentes en las audiencias, pero que se incluyeron en el acta de las mismas. Donald H. Menzel, conocido escéptico, se muestra característicamente irritado por no haber sido invitado a participar en el simposio.
Menzel señala que los creyentes están demasiado ansiosos por llegar a una decisión y siempre están deseosos de encontrar figuras de autoridad que apoyen sus puntos de vista. Hoy en día, eso se aplica a la veneración de ex-MoD, ex-CIA y pilotos veteranos que complacen con avidez las fantasías ovni de los creyentes.
Menzel detalla las muchas posibles explicaciones mundanas (y no tan mundanas) de estos avistamientos que son lo que él llama un “mito moderno”. Detalla cómo fenómenos ópticos, como la autoquinesis, pueden causar ilusiones de enjambres de objetos o luces en movimiento. Las capas de aire caliente y seco se ofrecen como explicaciones para los retornos de radar inusuales y señala que la USAF ha descuidado el estudio de la alucinación masiva y el papel de “cientos de engaños conocidos”.
Reconociendo que hay muchos fenómenos atmosféricos poco conocidos, piensa que deberían estudiarse por sí mismos y no “bajo el manto de los ovnis”. Sí, es un aguafiestas, pero al menos aporta una perspectiva diferente a la que supuestamente quería el simposio.
Este libro ofrece una excelente visión de las opiniones de los “expertos” sobre los ovnis en una época en la que la carrera espacial hacia la Luna estaba en su apogeo, que apoyan en gran medida la ETH, basándose en testimonios de testigos de cosas vistas en el cielo, y animan a seguir investigando.
Significativamente, sólo una persona (el psicólogo Leo Sprinkle), hace un caso positivo para los encuentros cercanos que implican ocupantes o telepatía, y el extremo “loco” del espectro de la creencia ovni. Desde entonces, éste y otros aspectos paranormales del fenómeno se han filtrado en la corriente principal de la ufología, principalmente a través de la creencia en las abducciones alienígenas y los sucesos del Skinwalker Ranch.
Hoy, cualquiera que se muestre escéptico, incluso ligeramente escéptico, sigue siendo rechazado, pero ahora en las redes sociales. Los creyentes han ampliado sus intereses para abarcar experiencias e historias similares a las de los contactados, mientras que los escépticos han continuado con el enfoque psicosociológico que no requiere la necesidad de demostrar que los ovnis existen o no en la realidad física.
Linda Powell, en su libro Against the Odds (Contra viento y marea), señala que este simposio se organizó apresuradamente y que el Ejército del Aire dijo al comité que no criticara sus investigaciones sobre ovnis ni su Proyecto Ovni en curso en la Universidad de Colorado. Añade que a la audiencia, de seis horas de duración, sólo asistieron un puñado de congresistas y atrajo poco interés de los medios de comunicación, “a pesar de las sobrias y meticulosas declaraciones de los participantes”.
Mysterious Invaders es un digno homenaje al simposio, con biografías de los participantes, referencias, notas, un impresionante índice y ni un denunciante a la vista.
https://pelicanist.blogspot.com/2024/04/the-never-ending-story.html