Las fotografías Dahl (55)

image14 de agosto de 1947

DISCOS VOLADORES

El “Tacoma News Tribune” y a través ellos el United Press publicaron la noticia de que un avión del ejército que supuestamente transportaba partes de un disco que había chocado contra un barco propiedad de Harold Dahl y Fred Chrisman se había estrellado el 1 de agosto de 1947, matando a dos oficiales de Inteligencia de la Fuerza Aérea que estaban entrevistando a personas que supuestamente habían visto discos voladores.

Harold A. Dahl y Fred Chrisman, al ser entrevistados por agentes del Bureau, informaron en una declaración firmada el 7 de agosto de 1947, que a principios de junio de 1947, recogieron unas extrañas formaciones rocosas de una gravera en Mauri Island, Washington. Enviaron una caja de puros con estas formaciones a un tal Ray Palmer, editor de la revista Venture, en Evanston, Illinois y también editor de la revista Fantasy en Chicago, Illinois. Según eso pidieron a Palmer que hiciera sólo un análisis químico de las formaciones rocosas. Palmer escribió entonces solicitando muestras adicionales y declarando que no había podido analizar el material. Dahl y Chrisman comentaron que pocos días después de que aparecieran las historias de los discos voladores a finales de junio, Palmer se puso en contacto con ellos por teléfono diciendo que pagaría por una historia exclusiva si los materiales que le habían enviado eran fragmentos de un disco volador. Dahl dijo que escribió a Palmer una carta en la que afirmaba que el material era parte de un disco volador, y tanto Dahl como Chrisman admitieron que esta afirmación era totalmente falsa.

Dahl y Chrisman recibieron entonces una llamada de un tal Kenneth Arnold de Boise, Idaho, que les pidió que se reunieran con él en el Hotel Winthrop de Tacoma el 31 de julio de 1947. Según el Arnold llamó a oficiales de inteligencia del ejército de Hamilton Field, California y un capitán Emil H. Smith de United Airlines de Seattle, Washington para asistir a esta reunión. Dahl y Chrisman mantuvieron que dijeron a los oficiales de inteligencia Capitán Davidson, Teniente Brown, Kenneth Arnold y Emil H. Smith exactamente cómo consiguieron la formación rocosa y que no tenían ninguna conexión con ningún disco volador. Dahl y Chrisman declararon que entonces proporcionaron algunas de las formaciones rocosas a los oficiales de inteligencia como muestras.

El capitán Davidson y el teniente Brown salieron de Tacoma, Washington, en un B-25 para regresar a Hamilton Field, California, sobre las 2:30 de la madrugada del 1 de agosto de 1947, y murieron cuando su avión se estrelló en Kelso, Washington, después de que el motor izquierdo quemara un tubo de escape que, a su vez, incendió el ala izquierda, lo que provocó su desprendimiento. El jefe de la tripulación y todos los oficiales se lanzaron en paracaídas.

Ernie Vogel, corresponsal de Associated Press en Tacoma, declaró que dos o tres días después de que comenzara la historia del disco volador se puso en contacto con Dahl para comprobar la historia

COPIAS DESTRUIDAS

270 18 DE NOVIEMBRE DE 1964

CONTENIDO

imageque el Seattle Post-Intelligences había recibido del jefe de bomberos de Harbor, Washington, en el sentido de que Dahl tenía algunos fragmentos de discos voladores. En ese momento Dahl admitió ante Vogel que toda la historia era falsa.

En relación con Arnold, Dahl y Chrisman declararon que Ray Palmer, de la revista Fantasy y posiblemente del “Boise Statesman”, le pagó para que fuera a Tacoma y obtuviera una historia suya sobre los fragmentos del disco volador.

El 31 de julio y el 1 de agosto, un reportero del Tacoma Times y el United Press Wirenan de Tacoma recibieron un total de cinco llamadas anónimas en las que se daba información sobre la reunión en el Hotel Winthrop acerca de los fragmentos de disco y se afirmaba que el B-25 había sido derribado o saboteado, lo que causó la muerte del capitán Davidson y el teniente Brown, deduciendo que esto se hizo porque los oficiales de inteligencia llevaban fragmentos de disco en su avión.

Dahl y Chrisman afirmaron que esas llamadas sólo podían proceder de ellos mismos, de Arnold o de Smith, quien, según afirmaron, tenía un amigo en el Chicago Times y posiblemente estaba vendiendo la historia al Chicago Times a través de este amigo. Dahl y Chrisman negaron haber hecho esas llamadas.

Smith, al ser entrevistado, declaró que el periodista Lantz del Tacoma Times y Morello de la oficina de United Press en Tacoma le habían informado de que Arnold había recibido varias llamadas anónimas y, por la exactitud de la información transmitida, Smith cree que fueron realizadas por Dhal o Chrisman.

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