El misterio de las centellas (589)
En agosto de 1993, había tormentas en Nuevo Brunswick Canadá. Mi hermana, Diane, estaba lavando los platos en nuestra cabaña de troncos. Caía la tarde y el aire era pesado, aunque no había tormenta todavía. Ella escuchó y sintió una perturbación en el aire a su alrededor en la cabina y vio como una bola azul de unos veinte centímetros de diámetro, entró por una ventana abierta en la sala principal. Entró a la cocina donde estaba, e hizo un ángulo recto casi perfecto para salir a través de la puerta de la cocina. Ella describe un olor a «ozono» y dice que cada pelo en su cuerpo se le erizó.
Jane Hook
Winnipeg, Manitoba, Canada