ESCRUTINIO
Las marcas y el deporte de masas[1]
Juan José Morales
Ayer comentábamos que uno de los factores que influyen en el mejoramiento de las marcas deportivas es el deporte de masas. O, para ser precisos, el hecho de que cada vez más personas tengan la oportunidad de practicar deportes y ser seleccionadas para su eventual participación en competencias de alto rendimiento.
La explicación es sencilla: no cualquiera puede ser convertido en un gran atleta, aunque se le elija desde niño, se le someta a una excelente alimentación, se le dé el mejor adiestramiento posible y se le imbuya un espíritu de triunfo. Para destacar en alguna disciplina se requiere no sólo esforzarse sino también tener un físico apropiado. Esto es, una anatomía y una fisiología especiales, que le permitan desarrollar esfuerzos fuera de lo común. Entre la población en general hay sólo unos pocos individuos que poseen características excepcionales en ese aspecto y son por tanto capaces de superar las marcas olímpicas. En general, puede decirse que el atleta nace, aunque para desarrollar al máximo su potencial se requiere una buena dosis de ayuda en forma de entrenadores, tiempo para dedicarse al deporte, buena alimentación, atención médica, facilidades para participar en competencias, etc.
La práctica del deporte desde temprana edad, es uno de los factores que permiten descubrir a quienes poseen cualidades atléticas excepcionales y apoyarlos para que desarrollen al máximo su potencial.
La clave, entonces, está en descubrir tempranamente a quienes poseen esas características excepcionales y ayudarlos a aprovecharlas. Y las posibilidades de dar con esos que podríamos llamar prospectos atléticos dependen de la cantidad de gente que practique regularmente actividades deportivas. Si sólo un reducido porcentaje de la población lo hace, millones de grandes atletas en potencia seguirán ignorados. Pero si, por el contrario, el deporte es una actividad de masas, será posible identificar a muchos de tales individuos con gran potencial y darles el apoyo necesario.
Los casos de Cuba y China son muy ilustrativos al respecto. En Cuba, el grueso de la población tiene acceso a las actividades deportivas, y se apoya y estimula a quienes tienen cualidades destacadas en alguna disciplina. Además, a pesar de las dificultades económicas, los cubanos gozan de buena alimentación y atención médica, de manera que la gente logra un buen desarrollo físico. Gracias a esa combinación de factores, el país pudo convertirse en una gran potencia deportiva latinoamericana, con un gran porcentaje de atletas destacados respecto a su población.
China, que todavía al iniciarse la segunda mitad del siglo XX era un país de gente famélica y miserable, rivaliza ahora con Estados Unidos en la cosecha de medallas olímpicas por las mismas razones. Es decir, porque se acabó el hambre y porque cientos de millones de personas practican de manera regular el deporte. Hay así una inmensa cantera de deportistas de gran potencial que, con el apoyo necesario, alcanzan niveles de alto rendimiento.
Todo lo anterior permite comprender por qué México obtiene tan magros resultados en el medallero olímpico. No basta, cada cuatro años, destinar dinero a preparar a un pequeño grupo de atletas con miras a los juegos olímpicos. Mientras la mitad de la población viva en la miseria y víctima de la desnutrición, otro considerable porcentaje sufra de sobrepeso y obesidad, y el grueso de la gente no tenga más relación con el deporte que sentarse a beber cerveza frente al televisor para ver partidos de futbol, miles de atletas potenciales de alto rendimiento seguirán ignorados.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 15 de agosto de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales