ESCRUTINIO
Los genes como un lucrativo negocio
Juan José Morales
Hay buenas noticias para la ciencia en general y para la genética en particular: la suprema corte de Estados Unidos acaba de emitir un fallo prohibiendo que sean patentados los genes humanos «”es decir, aquellos elementos del ADN o ácido desoxirribonucleico contenido en las células que determinan los caracteres hereditarios de una persona»” y con su decisión anuló específicamente las patentes que una compañía privada había obtenido desde hace tiempo sobre algunos de ellos.
La decisión del tribunal fue tomada con motivo de un juicio contra la empresa norteamericana de biotecnología Myriad Genetics, que tenía derechos monopólicos de exclusividad sobre dos genes, denominados BRCA1 y BRCA2 por los científicos, que sus investigadores habían aislado del ADN del ser humano y según los estudios médicos determinan la susceptibilidad al cáncer de mama y ovario. A partir de dichos genes, la empresa desarrolló un método de diagnóstico y evaluación de esos tipos de cáncer.
Esquema del ADN o ácido desoxirribonucleico. La diferente secuencia de sus componentes adenina, guanina, timina y citosina equivale a palabras que indican las instrucciones llamadas genes que determinan las características hereditarias.
Pero las patentes se le concedieron a Myriad Genetics, no sobre ese procedimiento, sino sobre los genes que había aislado. Con tal exclusividad, nadie más podría utilizar los segmentos de ADN en cuestión para desarrollar ningún otro procedimiento de diagnóstico o tratamiento. Ni siquiera podían ser empleados para investigaciones científicas. Cualquiera que quisiera manejarlos con cualquier propósito, tendría que pagar derechos a la compañía.
Myriad Genetics pudo hacer un gran negocio con ese método de diagnóstico y evaluación, que es bastante caro «”tres mil dólares por prueba»”, y del cual se hacen más de un cuarto de millón anualmente, entre ellos el que permitió determinar las características del cáncer de mama que padecía la famosa actriz Angelina Jolie.
Pero en 2009 la empresa se negó a aplicar ese procedimiento a una paciente que no podía pagarlo pero lo necesitaba urgentemente para tomar una decisión de vida o muerte sobre si someterse o no a una cirugía. Ante tal situación, la Unión Norteamericana de Libertades Civiles entabló una demanda contra Myriad Genetics a fin de anular las patentes. Finalmente el juicio culminó con el fallo de la Suprema Corte, la cual accedió a la petición de la UNLC con base en el criterio de que «las leyes de la Naturaleza, los fenómenos naturales y las ideas abstractas no pueden patentarse».
La sentencia sienta un precedente. Por principio de cuentas, no sólo invalidó las siete patentes sobre esos dos genes que detentaba Myriad Genetics, sino también las que habían logrado otras compañías sobre diferentes genes, e impide que en el futuro alguien pueda patentar genes humanos como si fueran de su propiedad e impida su libre uso con fines de desarrollo de técnicas terapéuticas o de investigación científica. Por lo pronto, otras empresas podrán comercializar sin trabas legales métodos de diagnóstico de cáncer similares y mucho más baratos, que ya habían desarrollado pero no podían emplear por el monopolio de Myriad Genetics.
La decisión del máximo tribunal norteamericano muy probablemente hará cambiar el criterio legal prevaleciente en los países de la Unión Europea, donde se considera que existe una diferencia entre el ADN «natural», el cual no puede ser patentado, y el ADN que ha sido «aislado de su entorno natural», sobre el cual sí se expiden patentes.
El problema, empero, es que para que un gene pueda ser utilizado con propósitos de diagnóstico, curación o investigación, debe estar aislado del resto del ADN, y esto lleva a una confusa situación legal.
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