La triste suerte del tiburón sierra

IMPACTO AMBIENTAL

La triste suerte del tiburón sierra[1]

Juan José Morales

A veces no resulta muy agradable tener lengua de profeta. Y tal es el caso que hoy nos ocupa. Hace unos cinco años, en noviembre de 2008, decíamos en esta columna a propósito del tiburón sierra Pristis pectinata «”uno de los peces más extraños que tenemos en aguas de la península de Yucatán»”, que, al igual que las otras cinco especies de su mismo género que hay en el mundo, está críticamente amenazado de extinción porque crece con mucha lentitud, demora largo tiempo en alcanzar la madurez sexual y comenzar a reproducirse, y tiene muy baja fecundidad, de modo que produce pocos descendientes. Y finalizábamos nuestro comentario diciendo que «poco se sabe sobre la vida de este extraño habitante de los mares del Mayab, y si sus poblaciones siguen disminuyendo, se corre el riesgo de que desaparezca antes siquiera de ser bien conocido por los ictiólogos».

clip_image001Un tiburón sierra. Las seis especies son muy parecidas entre sí y se les reconoce a simple vista por la gran prolongación dentada de su hocico, llamada rostrum, con puntas laterales a manera de dientes de sierra. Obsérvese que si bien el cuerpo en general se parece al de los tiburones, es bastante ancho y aplanado, como el de las rayas y mantarrayas, con las cuales están estrechamente emparentados.

Por desgracia, el vaticinio parece estar cumpliéndose. En un estudio científico recientemente publicado en la revista Aquatic Conservation, se dice que su primo hermano, el tiburón sierra Pristis pristis, ya puede considerarse extinto en amplias regiones del Atlántico, es extremadamente escaso en la mayor parte de la región, y sólo existen tres zonas en las cuales todavía existen poblaciones de cierta importancia: el sistema de los ríos Colorado y San Juan en Nicaragua y Costa Rica, el archipiélago de Bissagos frente a la costa de Guinea-Bissau al otro lado del Atlántico en África, y el estuario del Amazonas. Esta última es la más importante de las tres. Y advierten los autores del estudio que si no se toman medidas para evitarlo, la especie también podría desaparecer de aquellos sitios.

El estudio, como decíamos, se refiere concretamente a la especie Pristis pristis, no a la pectinata, que mencionamos en nuestros comentarios. Pero para fines prácticos es lo mismo, pues todas las seis especies del género se encuentran bajo amenaza de extinción.

A los tiburones sierra se les llama así porque por la forma de su cuerpo se asemejan a esos peces, aunque son más anchos y aplanados. Sin embargo, estrictamente hablando, desde un punto de vista taxonómico, más bien están emparentados con las rayas y las mantarrayas y se les ha incluido en el mismo orden zoológico que a estas últimas: el de los rajiformes.

Todas las especies son de gran tamaño «”las mayores más de siete metros»” e inconfundibles. Se les reconoce al primer golpe de vista porque en el extremo del hocico tienen una prolongación muy larga, estrecha y aplanada que representa hasta un tercio de la longitud total del cuerpo y en los bordes posee prominencias puntiagudas semejantes a los dientes de una sierra aunque bastante separados entre sí. De hecho, el nombre del género viene del griego pristis, que significa sierra.

Usualmente estos peces rondan por el fondo y usan su gran apéndice frontal para remover la arena y hacer salir a los animales enterrados y devorarlos. También lo emplean como espada, agitándolo violentamente de un lado a otro mientras atraviesan un cardumen, para herir o matar a los peces y luego tragarlos.

Aunque no son comercialmente aprovechables por su piel ni por su carne, durante muchos años fueron objeto de pesca deportiva ya que son muy batalladores, caían accidentalmente en los aparejos de pesca de otros peces, o se les capturaba simplemente para cortarles la «sierra» y venderla en las tiendas de curiosidades marinas. Actualmente su captura está estrictamente prohibida, pero la captura de que fueron objeto durante mucho tiempo contribuyó a diezmarlos y llevaros a la triste situación en que ahora se encuentran.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 7 de octubre de 2013

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