La devastación y el despojo que nos traerá el fracking

IMPACTO AMBIENTAL

La devastación y el despojo que nos traerá el fracking[1]

Juan José Morales

Una faceta del fracking «”que el gobierno oculta celosamente»” y que fue mencionada durante la conferencia que el pasado sábado dictó el físico Tulio Arroyo Marroquín, especialista en cuestiones energéticas, en el planetario Ka»™ Yok»™ de Cancún, es que los pozos una vida útil brevísima, de apenas tres años. Tras ese lapso, su producción decae hasta volverlos improductivos, y es necesario perforar otros en diferente lugar, y luego otros, y otros más, y así en una cadena interminable que devasta el terreno y lo inutiliza para cualquier otra actividad productiva.

Porque no hay que olvidar que ese procedimiento de fractura hidráulica empleado para extraer gas atrapado en las formaciones geológicas de pizarras, esquisto o lutitas, exige el uso de enormes cantidades de agua a la cual se añaden casi 60 sustancias químicas diversas, muchas de ellas altamente tóxicas y contaminantes.

clip_image001Vista de pozos de fracking para extracción de gas en la llamada cuenca de Bakken, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Como se ve, las tierras quedan totalmente inutilizadas para la agricultura, la ganadería o cualquier otra actividad productiva. En sólo tres años, los pozos se agotan, son abandonados y el lugar se convierte en un erial. Esta devastación es la que tendremos en México.

Como señaló Arroyo, y como muestra la experiencia de la producción mediante fracking en Estados Unidos y Canadá, tras el primer año de operación, el rendimiento de los pozos cae en un 40%, al cabo del segundo año, la disminución es del 65%, y al tercer año ya están agotados, de modo que hay que abandonarlos y pasar a otra zona para perforar más, y luego a otra, y así sin cesar, de modo que el terreno se va llenando con pozos abandonados y desechos peligrosos. En cambio, los pozos petroleros se mantienen en producción durante años e incluso pueden ser revitalizados cuando se reduce mucho el flujo.

Para tener una idea de lo que lo anterior significa en cuanto a devastación ambiental, basta señalar que, según estimaciones de la Secretaría de Energía, para extraer sólo el 12% del gas de los yacimientos de lutitas en México, habría que perforar más de un cuarto de millón de pozos. O un millón si se desea obtener la mitad del gas. Son realmente cantidades exorbitantes, totalmente reñidas con la protección y conservación del medio ambiente.

Pero lo peor de todo, es que esa devastación no la realizarán las compañías petroleras en terrenos de su propiedad, sino en los de otras personas.

En efecto, las leyes secundarias de la llamada reforma energética establecen que el gobierno está facultado para rentar a las petroleras las tierras de cualquier propietario bajo figuras jurídicas conocidas como «servidumbre legal, ocupación y afectación superficial». O, para decirlo con otras palabras: todo propietario de tierras, quiera o no, podrá ser despojado de sus tierras y obligado a ponerlas en manos de esas empresas extranjeras. Cuando le sean devueltas, arruinadas por la contaminación y por la misma actividad de la maquinaria y los equipos, ya no servirán para nada.

Todavía hay más: en el colmo del cinismo y la desvergüenza, este destructor método de extracción de gas, el fracking o fractura hidráulica, quedó catalogado en las leyes secundarias de la llamada reforma energética como «energía limpia», junto con la energía hidráulica.

Por supuesto, esa clasificación no fue un simple error o un acto ingenuo de los legisladores, sino algo deliberado, pues al poner al fracking en tal categoría, se le puede brindar tratamiento especial en forma de facilidades para su realización, exenciones fiscales e incluso subsidios.

Y aquí cabe subrayar que esta clasificación del fracking como «energía limpia», fue impulsada por el llamado Partido Verde Ecologista de México, junto con el PRI, el PAN y el Panal. Con ello, el membrete del tucán demostró una vez más que es sólo un apéndice del PRI, que su ecologismo no es más que simulación y que en realidad la defensa y protección del medio ambiente le importan un bledo.

Si finalmente, la banda de legisladores que aprobó semejante atentado a la naturaleza se sale con la suya, las perspectivas son de una verdadera catástrofe ecológica ahí donde se realice este tipo de explotación.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 28 de julio de 2014

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