El Niño Verde, superhéroe paladín de los delfines

ESCRUTINIO

El Niño Verde, superhéroe paladín de los delfines[1]

Juan José Morales

Con la fama que tiene, cuando Jorge Emilio González, alias El Niño Verde «”el gerente de ese negocio familiar llamado Partido Verde Ecologista de México»” propone algo, presenta un plan o simplemente declara cualquier cosa, no puede menos que despertar suspicacias y hacer a la gente intuir que en el asunto hay gato encerrado. En el caso de su actual iniciativa para que se prohíban en México los delfinarios y se deje en libertad a todos los animales que hay en ellos, quienes lo conocen tienen fundadas sospechas de que ese individuo, que «”como reza el dicho popular»” no da paso sin huarache, pretende algo más que convertirse en un superhéroe defensor de los tiernos y pobrecitos delfines o en protagonista de una película clasificación A titulada «Liberen a Flipper».

clip_image002Frecuentemente envuelto en escándalos de corrupción y otros turbios asuntos, El Niño Verde es un sujeto predilecto de caricaturistas como el tapatío Pacote, que en este cartón alude a la ocasión en que fue detenido conduciendo en estado de ebriedad. Para este individuo, los animales son meras cuestiones decorativas o banderas con las cuales finge ser un partido defensor del ambiente.

Sus intenciones pueden adivinarse a partir de dos hechos que a primera vista parecerían no guardar relación entre sí: por un lado, este personaje no oculta sus intenciones de ser gobernador de Quintana Roo, y por el otro, en este estado se encuentra el mayor número de delfinarios del país. Y esos establecimientos son propiedad de empresarios acaudalados y con la influencia política que les dan el dinero y sus relaciones con el poder.

Un malpensado «”o bienpensado, si así se prefiere»” podría suponer que lo que este político seudoecologista pretende, es presionar a los dueños de delfinarios para que lo apoyen en sus pretensiones de llegar al poder, y una vez lograda tal cosa, olvidarse de aquellos animales, o suavizar sus propuestas de prohibición total de los delfinarios, de tal modo que a la larga las cosas simplemente reciban una maquillada superficial pero no cambien en absoluto.

Aquí cabe comentar que hay de delfinarios a delfinarios. Independientemente de que «”por razones sentimentales o de otro tipo»” uno pueda oponerse a que se mantengan delfines en cautiverio y se les use en actos circenses, no es lo mismo tener en tal situación ejemplares que originalmente vivían en libertad y fueron capturados, que animales nacidos en el propio delfinario. De hecho, como respuesta a las críticas sobre la captura y el comercio internacional de delfines «”que se realizan en pésimas condiciones y ocasionan una gran mortandad de ejemplares»”, algunos delfinarios han optado por esta última política. Es decir, utilizar exclusivamente ejemplares nacidos y criados en los propios establecimientos, para así garantizar que los animales sean mantenidos en adecuadas condiciones, puesto que en caso contrario no se aparearían y reproducirían debido a la tensión nerviosa. En el caso de Quintana Roo, según tenemos entendido, los diferentes delfinarios son de ese tipo y desde hace años no reciben ningún ejemplar del exterior.

Pero esto es harina de otro costal. Lo que a mi juicio importa en este caso son las intenciones del Niño Verde por hacerse del poder en ese estado caribeño, algo en lo que viene trabajando desde hace tiempo, y para lo cual estableció oficialmente su residencia en Cancún «”en la elegante zona hotelera, por supuesto»”, en una de las muchas propiedades que posee en diferentes lugares del país.

Y de lo que pueden los quintanarroenses esperar de él si llega a la gubernatura, él mismo dio una muestra hace algunos años, en los tiempos en que llegó a la presidencia municipal de Cancún Ignacio García Zalvidea, alias Chacho, bajo la sigla del PVEM. En esa ocasión, el verde infante fue filmado cuando preguntaba cuánto recibiría de «comisión» por lograr que el ayuntamiento aprobara una construcción en una zona donde no podía erigirse. Y al ser exhibido públicamente, su única excusa fue «me chamaquearon».

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 3 de agosto de 2014

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