Todas las entradas de: Luis Ruiz Noguez

Fuegos Fatuos (5)

ASIA

La luz fantasma más famosa de Asia es la que se aparece en el Río Mekong, cerca de Nongkhai, Tailandia.

La luz sale del fondo del río y flota sobre su superficie, a unos 10 metros, para luego salir disparada hacia el cielo. Son del tamaño de pelotas. Los residentes dicen que se trata de los huevos que deja una serpiente.

La luz también se puede ver en Laos. El nombre con el que se conoce en ambos países es el de las «Luces Nekha». Nekha es un pez grande que vive en ese río. El fenómeno es común en cierta época del año, durante la Luna llena, en octubre, y sólo dura unos 30 minutos. Mucha gente de los alrededores viaja al lugar para tratar de verlo. Incluso se le ha filmado. La televisión Thai emitió esas imágenes en 1996. Se cree que se trata de fuegos de artificio lanzados por bromistas.

También se les conoce como las «Nong Khai lights» o los «Nagas», porque el pueblo más cercano es el de Nong Khai, sobre el río Mekong.

En Tailandia son famosos los Nagas unos seres míticos en forma de llamas que se ven en octubre volando sobre la superficie a gran velocidad.

En 1907 el explorador Sir William George Maxwell en su In Malay Forests’, describe su experiencia con dos bolas de luz en la costa oeste de la península Malaya, en 1895. Se trataba de pequeñas esferas de luz que se movían a velocidades variables en el bosque y que los habitantes del lugar llamaban «Penanggal», el fantasma de una mujer muerta durante su trabajo de parto. Mencionaba también casos similares en Siberia, Alemania, Finlandia, Noruega, Escocia y América del Sur.

En la India, aparecen los «Chota-admis», de Darjeelin. Se piensa que las luces son pequeños hombrecitos o se les considera las linternas que usan esos pequeños seres que habitan en el interior de la tierra.

Nerendra Nayak, uno de los escépticos de la India, explicó las «luces de Padubidri», cerca de Mangalore, India, que se ven desde 1982.

Al Oeste del río Eufrates, en Irak, el antropólogo Henry Field, del Chicago Field»™s Museum (actualmente el Chicago Museum of Natural History) se enfrentó con una de estas luces una fría tarde de enero de 1926. Se encontraba sobre las dunas del desierto de Mesopotamia, en un camión del Ejército Británico, en una expedición científica autorizada por el Vicealmirante del Aire Sir John Higgins. Era una tarde lluviosa y granizaba. Field miraba al cielo, hacia el noroeste, cuando vio una impresionante luz verde. Pensó que se trataba de una de las luces de bengala que usaban los miembros de la Royal Air Force.

Field les comunicó lo observado a los miembros de la patrulla. El sargento ordenó parar. Mientras platicaba con Field, la luz apareció de nuevo, muy arriba en el cielo. Indudablemente era verde, y voló por unos segundos antes de desaparecer.

«Algunos de nuestros muchachos podrían estar en problemas o son algunos nativos jugando con equipo robado», dijo el sargento. «Investigaremos».

Cuando la patrulla alcanzó el área en donde había desaparecido la luz, no encontraron nada a pesar de rastrear cada detalle. Al regresar al Fuerte Rutba, cuartel de la RAF en Bagdad, se dio instrucciones para que partieran algunos aviones e hicieran una búsqueda desde el aire en la región al oeste de Ramadi. Nuevamente no se tuvo éxito.

Veinte años después, en 1946, Field estaba con un grupo en una caravana que se dirigía hacia Damasco. Los camelleros le contaron diversos relatos de las misteriosas luces que se ven en Ramadi. Algunos de los beduinos las habían visto tres o cuatro veces.

«No tenemos idea de lo que son. Hay muchos misterios en el desierto. La luz es uno de ellos».

AFRICA

Pocos relatos han llegados hasta México de las luces fantasmas que se pueden ver en África. Supongo que son tan frecuentes como en cualquier otra parte del mundo, pero sólo conozco las siguientes.

Las «Blue Sparks of Khartum», en el Sudan, África, y el fenómeno similar de Kano, al Norte de Nigeria es causado por cargas de electricidad estática que es generado por la fricción de las partículas de arena cuando son movidas por el viento. Esta también es la explicación de las «Dancing Ghost Lights» que se ven regularmente sobre las Oriflamme Mountains, sobre la vieja carretera de Butterfield Stage, al Sur del desierto de California, cerca del pueblo Julian.

MÉXICO

Llegamos, finalmente a nuestro país. Las tradiciones son muchas y merecen un artículo aparte. Por el momento sólo veremos un panorama general de las luces fantasmas mexicanas.

Al igual que en el Perú, en México también se mencionan las «luces del dinero» o «luces del tesoro». Muchas de ellas están asociadas a relatos de la Revolución. Se dice, por ejemplo, que en cuatro ciénegas en donde se ahogó el General Fierro (lugarteniente de Francisco Villa) se aparece en la noche una luz que señala el lugar en donde esta el oro que llevaba en las alforjas y que finalmente lo hundió junto con su caballo.

En otras regiones se habla de «las brujas», luces que se ven sobre los cerros y montañas en días de gran turbulencia. En Tula, Hidalgo se pueden ver estas luces en el cerro del Xicuco. En ese mismo estado, en el parque nacional del Chico, también son frecuentes.

En el Estado de México, sobre la carretera México Querétaro encontramos una pequeña cima llamada Jorobas, en la que ocasionalmente se ven luces en su cima, revoloteando las cruces que se encuentran en el sitio. Curiosamente en ese lugar se dio un fraude muy sonado de un supuesto extraterrestre que luego resultó estar hecho de plastilina.

Sobre la misma autopista nos podemos dirigir a la Peña Colorada, muy concurrida por los cultores del New Age y las medicinas alternativas. Ahí también se han visto luces que saltan sobre la cima.

Un lugar sagrado en el que se veían muchas luces del tipo de fuego de San Elmo es la cañada de Chalma. Según unos autores, a raíz de que se instalaron las cruces sobre la parte superior de la cañada, se dejaron de ver las «brujas». Si esto es cierto la probable explicación es que dichas luces actúan como una especie de pararrayos que canaliza la energía hacia tierra. Confieso que no soy buen bailarín por lo que nunca he visitado el santuario.

En el famoso Valle de Santiago, Guanajuato, las siete luminarias, en realidad más de treinta volcanes, se han visto infinitud de objetos luminosos que los contactados locales confunden con ovnis. Vecino al lugar el cerro de Colima, en el estado de Michoacán, es fuente de luces que, se dice, salen de su interior.

No lejos de ahí esta la mesa Ibarrilla, en donde se dice hubo un ovnicrash, y frecuentemente se ven extrañas luces que corren por el lugar.

Otro Valle famoso dentro de la literatura ufológica es el de Cevallos, Durango. La zona del silencio en la que se ven luces en el día y en la noche.

Al norte de la ciudad de México, sobre el cerro del Tenayo, en Tlalnepantla, en donde se encuentran las torres de transmisión, se han reportado esferas de luz.

En la oleada de avistamientos sobre el Tetliyolotl, en Puebla. Desde la casita blanca nosotros (Oscar García y quien esto escribe), pasamos varias noches en vela. Mientras que la mayoría de la gente gritaba y mencionaba, señalando a lo lejos, la presencia de un supuesto ovni, García y yo sólo podíamos ver unas luces que bien podían asimilarse a las de un avión saliendo o llegando al aeropuerto que se encuentra detrás del cerro mencionado.

Ciertas noches con el ambiente húmedo del cerro de Santa Polonia, en el pueblo de San Cristóbal, en Pachuca, México, se ven fosforescencias en pleno cerro. Se debe a gases que se oxidan al contacto con el aire, cuando escapan a través de grietas en el suelo. En las minas de carbón se les conoce como Grisú, y es mortal para quien los respira. La «Bella Rosita», mina de Coahuila, México, explotó hace ya muchos años a causa de este gas.

PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

En 1985 dos estudiosos ingleses de «luces fantasma», David W. Clarke y Granville Oldroyd publicaron su Spooklights. A British Survey, una pequeña monografía en la que se documenta de manera rigurosa el fenómeno en Inglaterra, a través de una investigación de los archivos y hemerotecas.

Este fenómeno existía aún antes de la era de los «discos voladores». Muchos avistamientos del siglo XIX y otros del inicio del XX se dieron en South Warwickshire, que se encuentra sobre una falla geológica. Posteriormente en 1987 publicaron su British Spooklights y en 1988 Clarke en otro artículo, sostienen que esas luces han acompañado a la humanidad por toda la historia, y que después de 1947 se les asimiló al fenómeno ovni. Con Paul Devereux afirman que incluso algunos asentamientos y edificaciones prehistóricas se construyeron sobre lugares en donde se manifestaban esas luces. Estos autores pusieron una atención particular en la llamada «Pennine connection» que mostraba una relación recurrente entre estos fenómenos y la región inglesa de los montes Pennini, al norte de Yorkshire y Derbyshire. Esta compleja serie de eventos daría lugar al «Project Pennine». Siguiendo la denominación de la ufóloga británica Jenny Randles, UAP (Unidentified Atmospheric Phenomena).

Clarke y Oldroyd encontraron que los tamaños iban de pocos centímetros a cinco metros. Las luces son amorfas, de composición gaseosa, a veces similares a gigantescos ojos humanos o a las luces de los automóviles, pero de naturaleza pulsante. Otros estaban compuestos de múltiples y pequeñas luces que se separaban y se reunían. Según Hilary Evans es difícil no sugerir que se trata de seres vivientes luminosos dotados de cierta forma de conciencia. En contra de la explicación del geoquímico inglés Alan Mills de que son fuegos fatuos, Clark argumenta que los ensayos cromatográficos en el laboratorio no han mostrado la presencia de gas de los pantanos ni la menor traza de fósforo.

Evans fundaría poco después el Project Bolide, que es el acrónimo de Ball of Light International Data Exchange, un pequeño grupo informal de investigadores que recaba información sobre luces insólitas.

Casi una década antes un estudio similar fue llevado a cabo bajo el nombre de Project Identification en Piedmont, Missouri iniciado por el profesor de física Harley Rutledge, de la Southeast Missouri State University debido a una oleada de avistamientos en Piedmont a comienzos de 1973. El resultado fue un estudio de 7 años y en el que participaron un total de 40 científicos, ingenieros, estudiantes y personas ajenas a la universidad.

El Project Identification registró 157 avistamientos que involucraron a 178 ovnis. Rutledge afirmó haber presenciado 160 objetos sin identificación. Pero algo particular surgió de este estudio, no solo no logró aportar definiciones sobre la real naturaleza del fenómeno sino que agregó más extrañeza al enigma. Tal como en Hessdalen los participantes tuvieron la impresión que no solo estaban observando a los ovnis, sino que, incluso, interactuaban con ellos. Se informó sobre de objetos que parecían reaccionar al hecho de ser observados o a que se los iluminara. Los misteriosos cuerpos hacían destellar las luces a modo de respuestas, y hasta se dijo que los supuestos ovnis parecían conocer el horario de guardia de los observadores.

Sugestiva fue la afirmación de Rutledge al comentar

«Hubo algo más que la medición de las propiedades físicas de los ovnis por parte de observadores desapasionados. Una relación, un conocimiento se desarrolló entre nosotros y la inteligencia del ovni. Se jugó un juego».

En México también se han llevado a cabo estudios de esta naturaleza. Durante la oleada de ovnis en el Popocatepetl, en 1996 Devereux y Strand y el físico David Fryberger, del Centro del Acelerador Lineal de Stanford, en California iniciaron varias investigaciones en lugares de presuntas apariciones de ovnis, como las faldas del Volcán Popocatépetl. El ufólogo de la televisión mencionó que lo que habían registrado los aparatos era de tal magnitud que nunca antes ni después se había encontrado el mismo resultado. Sin embargo, según el propio Devereux los resultados fueron menos relevantes que los encontrados por ellos mismos en Australia, durante su investigación de las luces de Min Min.

Continuará…

La inmaculada concepción del lagarto

La inmaculada concepción del lagarto

Una hembra dragón ha fertilizado sus propios huevos en una inmaculada concepción.

Los huevos de flora, una dragón de Cómodo, eclosionarán en Navidad – pero ella continuará siendo virgen.

Se sabe que la reproducción asexual -fertilización sin un macho- ocurre en otras especies de lagartos.

Pero esta es la primera vez que se ha confirmado que el dragón de Komodo es capaz de autofertilizarse, reporta la revista de ciencia Nature.

Flora puso 11 huevos en mayo de este año, tres de los cuales colapsaron. Estos tres huevos fueron abiertos y se encontró que contenían embriones, demostrando que habían sido fertilizados.

Flora nunca se había acoplado con un dragón macho e incluso no se había mezclado con ninguno.

Las pruebas de ADN han demostrado que Flora era la «madre» y el «padre» de los huevos fertilizados.

«Aunque se sabe que otras especies de lagartos son capaces de autofertilizarse, ésta es la primera vez que se reporta en dragones de Komodo», dice uno de los co-autores del artículo, Kevin Buley.

«Esencialmente, lo que tenemos aquí es un concepto de inmaculada concepción, y ya que los huevos fueron puestos en mayo, no es difícil que los huevos eclosionen alrededor de Navidad.

«Estaremos buscando a los pastores, los reyes magos y una estrella inusualmente brillante en el cielo sobre el zoológico de Chester».

http://www.ananova.com/news/story/sm_2126587.html?menu=

Fuegos Fatuos (4)

ITALIA

El aventurero Giacomo Girolamo Casanova de Seingalt, en el capítulo primero del tomo VIII de su Storia della mia vita, publicado en Italia en la segunda mitad del Siglo XVIII, relata cómo una flama piramidal lo siguió en un área rural, cuando viajaba de Castel Nuovo a Roma la noche del 31 de agosto de 1743.

«Una hora después de Castel Nuovo, con el viento en calma y el cielo sereno, advertí a la derecha y a diez pasos una llama piramidal de un codo de altura y a cuetro o cinco pies por encima del nivel del terreno. Esta aparición llamó mi atención porque parecía acompañarme. Intenté aproximarme a ella con ánimo de estudiarla; pero cuanto más me acercaba, más se alejaba la llama de mí. Se detenía en cuanto yo me paraba, y, cuando la parte del camino por la que la luz pasaba estaba rodeada de árboles, dejaba de verla; pero la volvía a encontrar en cuanto el borde del camino quedaba libre. También intenté volver sobre mis pasos, pero entonces siempre desaparecía, y no volvía a mostrarse más que cuando de nuevo me dirigía hacia Roma. Tan singular fenómeno no me abandonó hasta que la luz del día disipó las tinieblas».

«Â¡Qué maravilloso campo para la superstición ignorante, si, contando con testigos del suceso, hubiera hecho carrera en Roma! La historia está llena de bagatelas de esta importancia; y ewl mundo está repleto de gentes que todavía les presta atención, a pesar de la pretendida ilustración que las ciencias proporcionan al espíritu humano. He de confesar que, a pesar de mis conocimientos de física, la visión de aquel pequeño meteoro no ha dejado de darme singulares ideas. Pero tuve la prudencia de no decir nada a nadie».

El físico Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta vio gas de los pantanos en el Lago Maggiore, al Norte de Italia, en 1776.

Varios científicos boloñeses se interesaron en estas luces. En 1728 Francesco Orioli y Giacomo Becarri recogieron muchos testimonios. Lo mismo hizo Quirico Barilli Filopanti en 1841. Muchos de estos testimonios e investigaciones se publicaron entre 1835 y 1873 en la revista alemana Annalen der Physik und Chemie y en la revista científico literaria inglesa Notes and Queries, que en su número de abril de 1875 publicó las primeras explicaciones científicas al respecto.

Antonio Vallisneri, escribió algunas cartas a sus amigos en las que menciona casos de combustión humana espontánea relacionados con fuegos fatuos. También relata el caso de un «scarafaggio lucente» (escarabajo luminoso, una luciérnaga), o «insecto feroz» que, de acuerdo con el autor fue falsamente relacionado con una serie de fuegos ocurridos en la región italiana de Veneto.

En esa misma área pantanosa de Veneto, se habla de «la cabeza de caballo ardiente».

En Verona se le conoce como «le lumere», y se creía que era un incubo, un demonio macho.

Los «Cules» eran las luces de las provincias de Tronio, Cuneo y Novara. Una «luce vagante» era el guardián de un tesoro en el Bosco dell»™Oro, en Livinallongo, Belluno; mientras que en Milán se le llamaba «cagnolitt». En Morra, Perugia, se cuentan casos de luces que han recorrido cerca de un kilómetro de distancia. En cementerio Trentino di Banano, Modena se dice que de noche se ve una luz que se atribuye a un espíritu burlón que arrastra un bastón que termina en bombilla.

En Liguria se cuenta la historia del «Chiaro dei fichi mori», una especie de globo luminoso de color azul lechoso que se observa en el cementerio. En el cementerio de Tidone, Oltrepo Pavese se observa un fuego fatuo tan grande como una pelota. En Emilia Romagna (Ferrara, Rabean, Forlí, Rimini) existe una gran tradición de la «lumazze», «lumere», «Piligreina», «Pulo»™una». Y en Lucca se habla de la «lumetti», «luminotti», «folletti dal lumicino», «Cecco linterna»«¦

Pero no sólo en tierra se veían las luces. Lenguas de luz fueron vistas salir del Mar Adriático.

Una luz amarilla se veía todas las noches, durante la Primera Guerra Mundial, en la provincial de Cuneo, cerca de un pequeño riachuelo.

En Val d»™Aosta, en la provincial de Reggio Emilia, al Norte de Italia, en la década de los sesenta se habló mucho de «lumini», «processioni dei morti» e ignes fatui.

RESTO DE EUROPA

En la Europa medieval, los daneses y los germanos las llamaban «luces del tesoro», pues afirmaban que señalaban el lugar exacto donde había riquezas enterradas.

Johann Wolfgang von Goethe menciona en sus obras un caso de Ignes Fatui observado en 1768.

En Alemania la única área en donde se ven luces misteriosas es en el bosque de Briselanger, cerca de Berlín. Se les conoce como la «Irrlichter» o «Irrlicht» o «luz loca», dos minúsculas bolas corren como antorchas. El periodista Jürgen Krumnow, encontró que estas luces, que fueron reportadas desde finales de los setenta, son simplemente luces de los automóviles que circulan por una carretera cercana.

Al norte de Holanda, en 1866, una epidemia de peste bobina fue adjudicada a la aparición de luces inexplicables vistas en los campos.

En Francia el siniestro «Moines des Narais» guiaba con una linterna a los viajantes. También En Francia encontramos «Ronda-dos-Lutinos».

En la península Escandinava se llaman «Lyktgubhe».

Los suecos creen que se trata de un niño sin bautizar que trata de llevar a los hombres al agua esperando ser bautizado.

En Finlandia se le llama «Omlatt» o «Liekkio» («el flamígero»), y es un niño enterrado en el bosque y que aparece sobre las raíces, plantas y árboles.

SUDAMERICA

En todas partes del mundo se encuentran tradiciones acerca de estas «misteriosas luces» o sobre fenómenos similares, y Sudamérica no es la excepción.

A 10 kilómetros de Peralta, Argentina, se encuentra el cerro llamado de las Animas. En él hay un cementerio particular y se ve una luz sobre uno de los panteones; por eso le pusieron el nombre de Cerro de las Animas. También están las luces del Cerro de Uritorco, o las de Victoria.

En Brasil, en el Amazonas, el «Cherrube» toma el nombre de «Mae do fogo», son luces que ya fueron observadas por el explorador italiano Ermanno Stradelli.

El ufólogo italiano Giuseppe Stilo tomó varias fotografías de las «Mae de Ouro», en Iporanga, estado de Sao Paulo.

Sobre los caminos, en los Andes peruanos, aparece «la luz del dinero». Sobre la cordillera brillan con tonos verdosos o blancos. Los nativos creen que indican los lugares en donde Francisco Pizarro y sus soldados enterraron el oro de Atahualpa. Al parecer también están relacionadas con los fuegos fatuos.

En algunas regiones de Colombia se habla del «automóvil fantasma», que aparece en las carreteras poco transitadas. Este mismo fenómeno es conocido en Ocaña, con el nombre de «Carro Fantasma de Carlos Bombita», que se le ve sobre el camino que lleva a Pueblo Nuevo.

En esa misma región de Colombia se habla de «La Luz Corredora», una especie de «Llorona» que dio muerte a su único hijo. Se dice que las luces (por lo regular dos), son los ojos de la mujer encapuchada, y los sonidos que emiten se interpretan como los lamentos y alaridos que suele pregonar por la muerte de su hijo. Muchos habitantes de Ocaña y de Cesar afirman haber escuchado esos lamentos que provienen del interior de las luces. En Antioquia y Casanare, la luz corredora se transforma en «Candileja o Luz viajera».

En otros sitios se habla de una columna de luz que cerraba el camino a los viajeros. Si estos iban a caballo, los animales se encabritaban y se negaban avanzar.

En Venezuela se pueden ver luces sobre la Montaña de Sorte, pero las más famosas son las de Catatumbo.

CATATUMBO

El explorador Alexander von Humboldt, fue uno de los primeros en mencionar las luces del río Catatumbo, Venezuela.

Se dijo que en 1886 nueve personas fueron quemadas por este fenómeno, también conocido como «La Luz de Maracaibo«.

El tema del «Relámpago de Catatumbo» se encuentra en el escudo y el Himno del Zulia, La letra es de Udón Pérez y la música de José Antonio Chávez. Fue decretado oficialmente como Himno del Zulia en 1909. La primera estrofa dice:

«La luz con que el relámpago

tenaz del Catatumbo,

del nauto fija el rumbo,

cual límpido farol;

el alba de los trópicos

la hoguera que deslumbra

cuando al cenit se encumbra

la cuadriga del sol….

No emulen de tus glorias

el fúlgido arrebol!»

Se le observa al Sur del lago de Maracaibo, Venezuela, por lo que también se le conoce como «Faro de Maracaibo«. En realidad no se trata de un relámpago, o por lo menos de uno convencional, ya que nunca se escucha el trueno, a pesar de su enorme fulgor y luminosidad.

«Este fenómeno puede ser apreciado a centenares de kilómetros de distancia, en los Andes, en la Ciudad de Maracaibo y desde el Mar Caribe, durante casi todo el año».

Según Andrés Zavrostky, de la Universidad de Los Andes el relámpago es producido por una tormenta permanente, de índole esencialmente eléctrica, entre nubes y tierra, en la Gran Ciénaga al oeste del Lago de Maracaibo. La región de ocurrencia es una zona inhóspita, de 226,000 hectáreas de pantanos, casi permanentemente inundada con abundante nubosidad y pluviosidad durante todo el año, que conforma el Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel, ubicada al sur-oeste del lago de Maracaibo.

Varios especialistas de las universidades de Carabobo y del Zulia (Nelson Falcon, Williams Peter, Angel Muñoz y Dia Nader), intentaron poner a prueba la hipótesis de Zavrostky. Encontraron dos zonas en las que aparece con más frecuencia el fenómeno. Las regiones se encuentran entre las Lagunas la Estrella y la Belleza, colindantes con el río Bravo, al oeste del río Catatumbo.

El fenómeno es un constante destello nocturno (16 a 40 descargas por minuto) nube-nube. No hay contacto nube-tierra o tierra-nube.

En sus expediciones, los físicos venezolanos pudieron comprobar la ausencia de anomalías magnéticas, fuentes geotermales (fumarolas, géiseres), o fuentes radiactivas en el sustrato superficial.

Según Martínez J. Marcías la explicación a la falta de ruido y el intenso resplandor se debe a la presencia de metano (CH4), producido en los pantanos

«Como la molécula de metano (CH4) es indisoluble en agua, al generarse en las ciénagas y lagunas se eleva rápidamente por ser más liviana que el aire, incluso por encima de las nubes de vapor de agua. Este fenómeno se incrementa en las horas siguientes al ocaso, cuando la ausencia de irradiancia solar evita su fotodisociación; lo que podría explicar porqué el relámpago solo es visible en forma nocturna y nunca en horas diurnas.

«La generación de metano por descomposición de detritus y humus de los pantanos se incrementa durante el verano porque las aguas son menos profundas y la temperatura media aumenta, facilitando la descomposición del material orgánico. Ello parece explicar las razones por las cuales el «relámpago del Catatumbo» es más visible en épocas de sequía que en invierno.

«La fluorescencia observada, luego de la generación de rayos en el interior de las nubes altas, puede deberse a la existencia de estados metaestables de la molécula de metano y del radical metilo, cuyos enlaces s-p admiten este tipo de excitación.

«Debe notarse que los tiempos de vida de los estados metaestables son comparables a la duración de la descarga difusa (relámpago); en el rango de los nanosegundos a los milisegundos.

«Los cristales que se forman, a partir de la mezcla del metano y el agua, se polarizan espontáneamente debido a la simetría tetraédrica, ocasionando un gradiente de potencial eléctrico en las células de las capas altas de la nube. Cuando el potencial eléctrico de la célula de la nube supera el potencial de ruptura dieléctrica del aire, se genera la descarga, visible en forma de rayos en el interior de la misma

«Así, la presencia de metano en las nubes bajas de la región, favorecida por la circulación cerrada de vientos y por enormes extensiones de pantanos (cerca de 300,000 hectáreas) permite explicar la microfísica de las descargas gaseosas (relámpago o fluorescencia y rayos o descargas de arco nube-nube) y el mecanismo de autopolarización eléctrica de la nube».

Para Martínez la explicación se encuentra en los cristales de hidratos de carbono, que se forman al elevarse el metano y combinarse con pequeñas cantidades de agua a bajas presiones y temperaturas. Estos microcristales tienen un peso molecular menor al del agua y del aire, por lo cual se mantienen suspendidos y reflejan los rayos dando la intensidad que le es característica al fenómeno.

Nos parece que el planteamiento de Martínez esta muy cercano a la verdad, sin embargo no creemos que los microcristales funcionen como espejos para reflejar la luz de los rayos. Recordemos que estos microcristales están constituidos por hidrocarburos, principalmente metano. Estos productos seguramente se incendian al entrar en contacto con las descargas eléctricas, como día a día lo comprobamos en nuestras estufas. Suponemos que los pequeños rayos que se forman entre las nubes incendian los microcristales y forman la espectacular luz. Por eso no se escucha ruido algunos y por eso mismo no hay descargas nube-tierra.

LAS LUCES MIN MIN

Las «luces Min Min» que aparecen cerca de la Estación Alexandria, Australia, el rancho más grande del mundo con 11,000 millas cuadradas. Son de color blanco y de unos 15 o 20 centímetros de diámetro.

Se desconoce a que dialecto pertenece el término de Min Min, y mucho menos se sabe qué significa, pero a estas luces se les ha visto desde hace muchos años. Incluso se dice que las luces son anteriores al hombre blanco en Australia. Sin embargo, como en otros muchos casos de luces misteriosas, no hay una referencia escrita de estas afirmaciones. Se sabe sí, de algunos casos ocurridos a mediados del siglo XX.

En los cincuentas, por ejemplo, todos los inviernos apareció un fenómeno en la granja de Della Lanahan, en Queensland, Australia. Era una luz que vagaba a pocos pies sobre el terreno, llegando a tener unos 5 metros de diámetro. En cierta ocasión Lanahan le disparó y la luz se contrajo al tamaño de una bola de golf, para luego volver a expandirse y brillar con más intensidad. Luego de una hora, la luz se volvió a encoger hasta desaparecer, para reaparecer a la distancia.

Los relatos son muy similares. Como el del granjero que arriaba sus ovejas cuando de repente apareció una de esas luces y se posó a pocos centímetros de su hombro. Por más que daba manotazos no pudo alejarla. Luego comenzó a perseguirla a caballo, pero la luz no se dejaba alcanzar. Cansado, decidió regresar, pero entonces la luz, como si se burlara de él, se volvió a posar sobre su hombro.

Otra noche un ranchero, cabalgando en su caballo, encontró una de estas luces. Decidió espiar la extraña luminosidad y, luego, la persiguió. En su excitación fustigó su caballo hacia una valla, y cayó violentamente al suelo. Días después murió por las heridas.

El relato de primera mano de un testigo, recogido por Fred Silcock (al que se le deben las historias ya mencionadas, entre las casi 500 que logró colectar en 1993) dice lo siguiente:

«La luz apareció cuando estábamos cazando canguros. Nos asustamos y le disparamos. No tuvo efecto alguno, por lo que subimos al auto y partimos. La luz nos siguió por veinte minutos, estábamos gritando y llorando».

Al parecer, los granjeros australianos son muy dados a disparar a todo lo desconocido que se mueva.

El primer, y único libro que se ha escrito sobre el asunto es el de Maureen Kozicka, The Mystery of the Min Min Light, 1994. Kozicka utilizó mucho del material de Silcock.

Pero las luces de Min Min no son las únicas que se ven en Australia. Otra luz fantasma australiana se ve frecuentemente sobre la Stork Rute, cerca de Bourke, al Noroeste de New South Wales. Se observa durante los meses de verano y los rancheros, que ya la conocen, no acampan en esa área porque la luz invariablemente asusta a sus caballos y ganado, con desastrosos resultados. Aparentemente estas misteriosas luces infunden terror en los corazones de los animales.

La región solitaria del río Murrumbidgee, en New South Wales, es famosa por su «Quinn»™s Light». Esta es una luz de forma singular, como un brillante destello de un águila inmensa con las alas completamente extendidas. Algunos describen la luz como «el destello más poderoso jamás visto». Fue observada por vez primera flotando a 1 metro de la superficie sobre los troncos de los árboles de goma, en los pastos de la propiedad de un granjero llamado John Quinn. Algunos le han disparado sin efecto alguno. Otros han tratado de aproximarse pero, siempre los elude. Una noche un recién llegado al distrito se maravillo al ver la forma de un águila brillante volando sobre su recién adquirida granja. Declaró a la policía local que estuvo en medio del aire por más de 10 minutos emitiendo una luz tan brillante que «todo el lugar parecía estar iluminado como de día». Se asustó tanto por esta experiencia que recogió sus cosas y volvió a vender la granja.

El Sr. Glenville Pike, de Mareeba, North Queensland, Australia, escribió que él vio una luz similar a las de Min Min, una noche, en el país pantanoso cerca de 65 kilómetros de St. Lawrence, en la costa central de Queensland. Lo primero que pensó era que alguien movía una linterna. Entonces la vio elevarse en el aire y danzando durante unos minutos, finalmente se acercó a unos 50 metros por sobre su cabeza. El tranquilamente se adentro en la oscuridad hacia la luz y llegó a estar a tan solo 20 metros. Le pareció «algo como una enorme, bola luminosa, a unos 2 a 2.5 metros sobre el terreno». Repentinamente se elevó a un lado y comenzó a retirarse, haciendo un movimiento de baile sobre el terreno pantanoso. Se dio cuenta que la luz lo estaba guiando hacia dentro del peligroso pantano, por lo que se paró. La luz también se paró, vacilando mientras brillaba un poco más cerca de él como si intentara que la siguiera. El Sr. Pike había platicado previamente con un compañero sobre el profundo abismo que estaba justo del otro lado del pantano, por lo que decidió no seguir. Cuando se dio vuelta y regresó a su campamento, la luz su fue hacia el abismo y se perdió de su vista.

Cuando regresó a su campamento sus compañeros le dijeron que se trataba, de acuerdo con la leyenda local, de un hombre que había asesinado a muchas personas antes de que fuera arrojado al abismo, por lo que su espíritu trata, persistentemente, de llevar a los que se acercan hacia un destino fatal.

También se han dado varias explicaciones para estas luces australianas. Se dijo que era una colonia de insectos luminosos provenientes de Asia; un pájaro luminoso de Vietnam (en el caso de la Quinn»™s Light); centellas; trozos de basura ardiendo; etcétera. Como más adelante veremos, la explicación del pájaro luminoso no esta del todo alejada de la verdad, pero lo más interesante es que a finales del siglo pasado, el físico australiano Jack Pettigrew demostró que varios de estos eventos se debían a un efecto de inversión térmica que hacía que las luces de los automóviles parecieran estar más cerca de lo que estaban. Se trata, pues, de refracción de la luz sobre el horizonte.

Continuará…

Los ovnis eran luces de una fiesta de Navidad

¿Cuál ovni? Esas son nuestras luces de fiesta de Navidad

Los ovnis de Swindon no eran más que un show de luces de fiesta de Navidad, dice el hombre que reclama la responsabilidad.

Desde el 11 de diciembre, los residentes de Swindon han estado observando de cerca el cielo después que el estudiante Chris Moran y sus amigos reportaron ver un objeto brillante, plateado volar sobre la ciudad.

Pero ahora el director de eventos Simon Maddison ha dado un paso al frente para reclamar su responsabilidad.

El señor Maddison, de 39 años, de Purton, es director de Planet Pursuits, son base en Purton House.

Él dice que los ovnis eran luces dirigidas al cielo para guiar a los invitados a las fiestas de Navidad en el Steam Museum.

«Llevábamos a cabo una fiesta temática de 20 días en este taller y teníamos una luz exterior que irradia un haz masiva», dijo Maddison.

http://www.swindonadvertiser.co.uk/news/swindonnewsheadlines/display.var.1085534.0.what_ufo_thats_our_christmas_party_lights.php

http://www.thisiswiltshire.co.uk/news/headlines/display.var.1085534.0.what_ufo_thats_our_christmas_party_lights.php