Archivo de la categoría: Cultura

“Fly Me to the Moon” se burla de las teorías conspirativas sobre el alunizaje

“Fly Me to the Moon” se burla de las teorías conspirativas sobre el alunizaje

La nueva película de Scarlett Johansson y Channing Tatum presenta una historia alternativa en la que funcionarios del gobierno se prepararon para fingir el alunizaje antes de que la NASA lo consiguiera de verdad.

12 de julio de 2024

Chris Klimek

Presentador, “Hay algo más que eso”

imageScarlett Johansson y Channing Tatum en Fly Me to the Moon, una nueva película dirigida por Greg Berlanti Apple TV+.

Menos de una década después de que el alunizaje del 20 de julio de 1969 uniera a gran parte del mundo en el asombro y la admiración, varias películas, libros y otras fuentes comenzaron a afirmar que la misión Apolo 11 fue un engaño masivo. Los escépticos apuntaban a supuestas “pruebas” -sombras falsas, la ausencia de estrellas visibles detrás de la cabeza con casco de Neil Armstrong, el hecho de que la bandera estadounidense estuviera extendida como si ondeara con una brisa imposible (en realidad, estaba sostenida por una barra horizontal)- para especular con que las imágenes publicadas de la expedición lunar habían sido fabricadas.

La nueva comedia romántica Fly Me to the Moon (Vuélame a la Luna) se basa en esa teoría de la conspiración, totalmente desacreditada pero repetida con frecuencia. La película, que llega a los cines de Estados Unidos el 12 de julio y está protagonizada por Scarlett Johansson y Channing Tatum, no afirma que la misión fuera una farsa. En cambio, imagina de forma rocambolesca lo que habría ocurrido si el gobierno hubiera tenido un plan para falsificar el alunizaje en caso de que la misión real fracasara.

En el rocambolesco relato de la película, el director de vuelo de la NASA Cole Davis (interpretado por Tatum) un personaje ficticio inspirado en parte en los titulares reales Gene Kranz y Gerry Griffin, este último asesor de la producción- no es consciente de la conspiración. Está demasiado ocupado intentando que la misión real funcione, por no decir que es demasiado honorable para participar en semejante engaño.

imageJohansson, por su parte, interpreta a Kelly Jones, una experta en publicidad a la que contratan para vender el programa Apolo a un público escéptico. La exageración no es un problema para ella, como tampoco lo es contratar a actores telegénicos y cooperativos para sustituir a los verdaderos funcionarios de la NASA, que están demasiado ocupados o son demasiado tímidos ante las cámaras para participar en entrevistas televisivas. Pero Kelly se ve empujada más allá de sus límites éticos cuando se ve chantajeada por un oscuro agente del gobierno (Woody Harrelson) que le encarga organizar un rodaje que simule el alunizaje.

“Deberíamos haber contratado a [Stanley] Kubrick”, suspira Kelly en un momento de Fly Me to the Moon, aludiendo a la terca falsedad de que el cineasta, que estrenó la película de ciencia ficción 2001: Una odisea del espacio en abril de 1968, 15 meses antes de que Armstrong dejara la primera huella de bota en el polvo lunar, recibiera el encargo de fabricar las imágenes del Apolo 11 en la Luna.

Margaret A. Weitekamp, jefa del Departamento de Historia Espacial del National Air and Space Museum del Smithsonian y autora de Space Craze: America’s Enduring Fascination With Real and Imagined Spaceflight, afirma que estas teorías de la conspiración reflejan una visión del gobierno que se fue volviendo más negativa a medida que se acumulaban las diversas conmociones sociopolíticas de la década de 1960.

“La confianza del público en general empezó a resquebrajarse con el incidente del Golfo de Tonkín”, explica Weitekamp. “Y eso se agrava con el Watergate, con los Papeles del Pentágono, con todas esas revelaciones de que el gobierno no sólo ocultaba cosas a la gente, sino que mentía activamente al público estadounidense. … Y al final del programa Apolo en 1972, hay buenas razones, a veces, para no confiar en lo que dice el gobierno federal”.

buzz_salutes_the_us_flagBuzz Aldrin saluda a la bandera de Estados Unidos desplegada en la superficie lunar. Dominio público vía Wikimedia Commons

El movimiento del engaño lunar recibió un gran impulso con la publicación en 1976 de We Never Went to the Moon: America’s Thirty Billion Dollar Swindle (Nunca fuimos a la Luna: la estafa americana de los treinta mil millones de dólares), un supuesto relato escrito por Bill Kaysing, un antiguo oficial de la Marina que, hasta 1963, había trabajado para Rocketdyne, uno de los contratistas que ayudaron a construir el cohete Saturno V. En aquel momento, dos años después de que el escándalo Watergate obligara al presidente Richard M. Nixon a dimitir, Estados Unidos estaba experimentando lo que su siguiente comandante en jefe electo, Jimmy Carter, pronto llamaría una “crisis de confianza”.

Más allá del escepticismo que provocaba en el gobierno estadounidense la mala gestión de asuntos no relacionados, el público tenía otro motivo para dudar de los logros de Apolo: Para empezar, muchos estadounidenses nunca estuvieron de acuerdo con el carísimo programa, que envió 24 astronautas a la Luna entre 1968 y 1972. “Si nos remontamos a las encuestas de opinión pública [de los años 60], el apoyo general al programa Apolo sólo llega al 40%”, afirma Weitekamp. Sin embargo, “tendemos a mirar atrás y pensar: “Oh, todo el mundo estaba muy unido y super entusiasmado con esto””.

Aunque los estadounidenses creían que los humanos eran capaces de llegar a la Luna, se preguntaban si lograr este hito era el paso correcto. Según Weitekamp, muchos se preguntaban: “¿Cómo es posible que podamos hacerlo, pero no podamos [abordar] las escuelas de los barrios marginales, o la sanidad pública, o el racismo, o el deterioro urbano?”

imageIncluso antes de la cancelación de las tres últimas misiones previstas del programa Apolo, ese escepticismo se había instalado en la cultura popular. La película de James Bond de 1971 Los Diamantes son eternos, estrenada un año antes de que el Apolo 17 se convirtiera en la última expedición lunar tripulada de Estados Unidos en el siglo XX, contiene un gag en el que 007, tras infiltrarse en el escondite de un supervillano en Las Vegas, se estrella en un escenario en el que actores con trajes espaciales simulan caminar en gravedad lunar. Les roba el buggy lunar para escapar.

Evidentemente, la NASA no tuvo inconveniente en que el director Greg Berlanti, la guionista Rose Gilroy y sus colaboradores hicieran un uso liberal de su licencia artística en Fly Me to the Moon. La agencia espacial prestó su apoyo a la producción, al igual que hizo con la película Capricorn One (1977), financiada por Gran Bretaña, a pesar de que en aquella película la dirección de la agencia aparecía bajo una luz mucho más siniestra que en Fly Me to the Moon.

Capricorn One, un thriller conspirativo dirigido por Peter Hyams, imagina la primera misión tripulada de la NASA a Marte. Ante el decreciente interés del público y la revelación de que el sistema de soporte vital de la nave espacial fallará durante el viaje, la NASA opta por sacar a los tres tripulantes de la nave momentos antes del lanzamiento. El cohete sin tripulación despega hacia el Planeta Rojo según lo previsto, y los tres astronautas son secuestrados en secreto durante los meses que supuestamente vuelan hacia y desde Marte.

Más tarde, el trío es obligado a participar en un falso aterrizaje en Marte, televisado desde un plató en una base aislada. El plan es que estos reticentes actores sean recibidos en casa como héroes conquistadores una vez que su nave espacial regrese a la Tierra. Pero cuando el módulo de mando de la nave se incendia durante la reentrada, los astronautas se convierten en hombres perseguidos, la prueba viviente de un plan para engañar al pueblo estadounidense.

imageIncluso el impulso de intentar desacreditar a la NASA es un reflejo de la importancia de la agencia, dice Brian Odom, historiador jefe de la NASA. “Lo más atractivo de las teorías de la conspiración es la idea de que no sólo yo sé la verdad sobre algo que los demás no saben, sino que yo sé algo sobre la NASA, la ciencia y la exploración espacial”, afirma. “Sé una verdad sobre el ‘más intelectual’ de todos los compromisos humanos”.

Según Odom, la NASA no estaba tan desesperada por promocionarse durante la era Apolo como sugiere Fly Me to the Moon.

“La NASA tenía un programa de asuntos públicos muy saludable en la década de 1960, pero su trabajo no consistía necesaria o totalmente en vender los beneficios del programa espacial o convencer a la gente de que esta inversión merecía la pena”, afirma. “En realidad se trataba de comunicar con transparencia cuál era la labor de la agencia: estar presente en los lanzamientos y proyectarlos al país y al mundo”.

Odom cita a Julian Scheer, responsable de asuntos públicos de la NASA, que dejó la agencia cuando finalizó el programa Apolo, como el principal responsable de dar forma a la percepción que Estados Unidos tiene de sus exploradores lunares. Como dijo Armstrong, el primer hombre en la Luna, “[Scheer] comprendía las necesidades de los medios de comunicación y también las de las tripulaciones de vuelo. En muchos casos, fue capaz de satisfacer ambas”.

FxOxyYUaAAU8oR1Fly Me to the Moon también satiriza con delicadeza la forma en que los astronautas fueron reclutados como vendedores de productos como la mezcla para bebidas Tang y las cámaras Hasselblad. En realidad, Odom califica de “más reactivas que proactivas” las interacciones de la agencia con los diversos fabricantes que hacían cola para dar a sus productos algo del brillo de la carrera espacial. Empresas como Omega, fabricante suizo de relojes de lujo, querían “promover la idea de que su producto estaba asociado al programa espacial”, afirma Odom. “Y así había cierto beneficio mutuo”. La apariencia de una relación amistosa entre Madison Avenue y el Control de la Misión es el tipo de cosa que los aficionados a la conspiración también aprovechan. Pero, en última instancia, no es tarea de la NASA intentar convencer a quienes no aceptan la verdad.

“No se puede discutir con alguien que se niega a ver el valor de las pruebas creíbles”, dice Odom.

imageChanning Tatum (izquierda) y Ray Romano (derecha) en Fly Me to the Moon

Aunque Fly Me to the Moon se alimenta de la química de Johansson y Tatum, es una mezcla más torpe de realidad y fantasía que, por ejemplo, la serie de Apple TV+ “For All Mankind”, una historia alternativa de la carrera espacial que imagina lo que podría haber ocurrido si la Unión Soviética hubiera llegado a la Luna antes que Estados Unidos. En este mundo ficticio, el programa espacial estadounidense sigue funcionando con la urgencia de la era Apolo hasta bien entrado el siglo XXI, lo que ha dado lugar a colonias comerciales permanentes tanto en la Luna como en Marte.

Aunque este tipo de maniobras podrían haber acelerado la colonización humana del espacio, Odom afirma que los estadounidenses deberían estar agradecidos de que no se produjeran. Mientras que Apolo estaba impulsado por el deseo de vencer a los soviéticos, Artemis, la iniciativa de exploración lunar de la NASA en el siglo XXI, se desarrolla en un entorno menos abiertamente hostil, ya que pretende establecer una base permanente en la Luna para facilitar las misiones humanas a Marte.

Según el historiador, “la diferencia fundamental entre Artemis y Apolo es que [Artemis] no se hace para contrarrestar una amenaza existencial”, en este caso el poderío de la Unión Soviética. Odom añade: “Esto es exploración espacial humana en su máxima expresión, que es colaborativa y abierta”.

https://www.smithsonianmag.com/history/how-fly-me-to-the-moon-pokes-fun-at-moon-landing-conspiracy-theories-180984686/

Construcciones ovni (854)

La “casa nave especial” de Australia sale al mercado por primera vez en más de 40 años

24 de mayo de 2024

Melissa Iaria, periodista inmobiliaria

Si alguna vez has volado a Sídney, puede que hayas visto este inusual ovni desde el cielo. Ahora la icónica casa está a la venta por primera vez en más de cuatro décadas.

Elevada sobre el río Cooks, en Earlwood, con amplias vistas de la ciudad, la peculiar propiedad conocida como “nave espacial” u “ovni” puede ser vista desde el cielo por quienes descienden a Sídney.

Ahora, el número 35 de Bayview Avenue acaba de salir a la venta con un precio que, según se cree, superará los 3.5 millones de dólares cuando se subaste el 25 de junio.

“Es un lugar emblemático de la zona”, afirma Alexandra Stamatiou-Buda, de McGrath Estate Agents Inner West y Leichhardt.

“La llaman la casa nave espacial, la casa tarta de boda, la casa redonda o la casa ovni”.

imageComo un platillo volante posado sobre la ciudad, la emblemática casa ovni de Sídney ha sido puesta en venta por primera vez en 40 años. Foto: realestate.com.au

La lujosa casa, de 455 m2, se ofrece por primera vez en más de 40 años.

Los propietarios la compraron a medio construir en los años setenta y terminaron la obra.

Según la Sra. Stamatiou-Buda, sus hijos, que heredaron la casa de tres niveles, la venden ahora para que otros puedan disfrutar de sus características estelares.

imageEsta casa única puede verse desde el espacio, o al menos desde el aire cuando los aviones llegan al aeropuerto de Sídney. Foto: realestate.com.au

Con su característica forma circular, se dice que el diseño es una mezcla de estilos, desde el moderno de mediados de siglo hasta ecos de Asia, Oriente Medio y el Mediterráneo.

Según Stamatiou-Buda, la casa, de gran calidad, “parece una cápsula del tiempo”.

“Desde el cuarto de baño hasta la cocina se nota la época en que se construyó”, explica.

“Se podría actualizar por cuestiones de estilo o preferencias, pero no hace falta porque la calidad sigue ahí”.

imageLos interiores están a la espera de una renovación estética, pero estructuralmente siguen siendo sólidos. Foto: realestate.com.au

La casa cuenta con cinco dormitorios, tres baños y cuatro plazas de estacionamiento.

Destacan los lujosos interiores y las vistas panorámicas de los parques y el perfil de la ciudad.

imageimageLa casa cuenta con varios espacios de entretenimiento de otro mundo bañados por el sol y con vistas a la ciudad. Foto: realestate.com.au

El amplio espacio exterior, que incluye una gran terraza balcón principal, es perfecto para el entretenimiento, mientras que en el interior, los suelos, escaleras y baños de mármol añaden opulencia.

Además, la cocina de madera cuenta con un ciclorama de ventanas para aprovechar al máximo las vistas, mientras que el lujoso cuarto de baño familiar con spa también ofrece vistas.

La Sra. Stamatiou-Buda dijo que la propiedad sería adecuada para familias, creativos y para quienes deseen estar a poca distancia de la estación de Tempe y de las vías de Wolli Creek y Cooks River.

imageLos interiores, de un blanco nítido, rezuman elegancia con lámparas de araña de cristal y suelos, escaleras y baños de mármol. Foto: realestate.com.au

Predice que los habitantes de la zona estarán encantados de poder conocer de cerca la emblemática propiedad una vez que se abra al público.

“Es un lugar emblemático en la zona, así que creo que va a ser bien inspeccionado, pero también creo que mucha gente va a venir a echar un vistazo porque siempre han querido entrar en la ‘casa redonda’, básicamente”, dijo.

“Es una propiedad única. Es obvio que va a adaptarse a un comprador en particular que apreciarán ese estilo de los setentas”.

https://www.realestate.com.au/news/australias-spaceship-house-hits-market-for-first-time-in-over-40-years/

En Contact in the Desert, “Coachella para ovnis”, un tema antaño marginal ocupa el escenario principal

En Contact in the Desert, “Coachella para ovnis”, un tema antaño marginal ocupa el escenario principal

4 de junio de 2024

Por August Brown Redactor

Fotografía de David Vassalli

Timothy Humphrey no está seguro de lo que ocurrió exactamente la noche en que llegó el visitante.

“Vi algo en el cielo, y luego un individuo en tierra que me habló”, recordó Humphrey, residente en Temécula, mientras caminaba entre la multitud el sábado por la tarde en la convención ovni Contacto en el Desierto en Indian Wells. Describió a la entidad -¿un posible extraterrestre? – como un “tipo rubio de ojos azules” vestido de blanco. “No tomaba psicodélicos ni nada parecido”, se ríe Humphrey, pero el encuentro le dejó conmocionado.

“Tuve problemas para dormir después, pero no me hizo daño”, dice Humphrey. “Me lo tomé como una experiencia en la que la línea se difuminaba entre la realidad y las cosas espirituales woo-woo”.

image(David Vassalli / Para The Times)

La alucinante noche de Humphrey fue el tipo de cosa que muchos mantendrían en privado, o en las trincheras más profundas de UFO Reddit. Pero el fin de semana pasado, dos mil compañeros de búsqueda se reunieron en el complejo turístico Renaissance Esmeralda para tratar de dar sentido a sus encuentros y creencias similares.

Tenían mucho de qué hablar. En pocos años, el tema de los ovnis ha pasado de ser un tema marginal a convertirse en una cuestión de máxima actualidad. Las más altas esferas del gobierno, el ejército, los medios de comunicación y el mundo del espectáculo se han interesado seriamente por el fenómeno.

Los ufólogos más acérrimos se sienten reivindicados, pero eso ya es historia en Contact in the Desert, que este año ha celebrado su décimo aniversario. Allí, la fascinación por la ufología se fundió con la espiritualidad esotérica, la conspiración gubernamental, la cultura de la alt-celebrity y un poco de autoconciencia sobre lo descabellado que puede llegar a ser todo esto.

Los creyentes de la convención, que duró cinco días, del 30 de mayo al 3 de junio, alimentaron una subcultura que ahora está aprobando leyes y abriendo mentes. Pero estas creencias también pueden llevar a lugares extraños. Las visiones del mundo expuestas en Contact in the Desert son ascendentes. Muestran dónde buscan sentido -o consuelo- los estadounidenses en tiempos de tensión terrenal.

“Fue una experiencia maravillosa estar aquí”, dijo Humphrey. “Fue una experiencia de compañerismo con muchas mentes afines. Te hace preguntarte qué más hay ahí fuera que yo no conozca”.

image“Intentaron por todos los medios acabar con nosotros, pero aquí estamos”, dijo Whitley Strieber, a la izquierda, con Travis Walton, Linda Moulton Howe y Paul Hynek en la convención Contacto en el Desierto en Indian Wells. (David Vassalli / Para el Times)

Desde al menos la época del científico de cohetes Jack Parsons, a principios del siglo XX, y las raíces compartidas del Laboratorio de Propulsión a Chorro de Pasadena, la Cienciología y el grupo ocultista Ordo Templi Orientis, la ciencia dura de la exploración espacial se ha mezclado con ideas más esotéricas en el sur de California.

Ahora, los ovnis son un tema común en el gobierno. La última ley de autorización de defensa nacional obligaba a los Archivos Nacionales a recopilar documentos sobre “fenómenos anómalos no identificados, tecnologías de origen desconocido e inteligencia no humana”, y este año ha dado lugar al primer informe de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todo el Dominio. El líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, y otras personas redactaron una ley para desclasificar información sobre fenómenos aéreos no identificados (FANI, el término actual para referirse a los ovnis). El representante Tim Burchett formó un grupo bipartidista sobre los FANI. Ha habido un testimonio jurado de un oficial de inteligencia de EE.UU. alegando que el gobierno puede tener naves y cuerpos extraterrestres. El astrofísico de Harvard Avi Loeb escribió bestsellers argumentando que podríamos haber encontrado pruebas que apuntan a vida extraterrestre.

Hace una década, tras el éxito cultural de “Expediente X”, pero antes de la última oleada de atención gubernamental y generalizada, Ron Janix ayudó a fundar Contact in the Desert para dar cabida a todo ello.

El público estaba allí: según una encuesta del Pew Research Center de 2021, dos tercios de los estadounidenses creen que existe vida extraterrestre y más de la mitad creen que los avistamientos notificados por los militares son pruebas de vida alienígena.

¿Te han cautivado las fotografías del telescopio espacial James Webb? ¿Cree que la CIA miente sobre el poder de la visión remota psíquica? ¿Ves algo raro en Joshua Tree? Encontrarás compañeros de viaje en Contact.

“La audiencia definitivamente abarca toda la gama, desde personas con una curiosidad general hasta acérrimos que afirman haber tenido experiencias con extraterrestres”, dijo Janix. “Pero no hay duda de que, desde el reportaje del New York Times en 2017 y la publicación de los vídeos de los FANI del Pentágono, nuestra comunidad se ha dado a conocer mucho más. Intentamos divertirnos con ello: hay mucha gente nueva en el evento y queremos que sepan que es algo sobre lo que reflexionar”.

“Es una especie de Coachella para los ovnis”, se ríe Dan Harary, cofundador de la Hollywood Disclosure Alliance, un grupo que pone en contacto a expertos y “experimentadores” de Contact con la industria cinematográfica. El auge de documentales como la sobria serie de Showtime “UFO”, de J.J. Abrams, y el éxito de culto “The Phenomenon”, de James Fox, demostraron que el tema es atractivo más allá de los maratones de ojos rojos de History Channel.

“Aquí hay miles de historias fascinantes para los productores. No es sólo como el episodio de la Dimensión Desconocida ‘To Serve Man’”, dijo Harary. “Tenemos a un tipo que es un hombre de negocios multimillonario que dice que se ha reunido con los pleyadianos desde que tenía 5 años, y oye, yo le creo”.

imageimageRocky Angel mira al cielo en la convención Contact in the Desert en Indian Wells. (David Vassalli/David Vassalli / Para el Times)

imageFelicia LuQue está lista para encontrarse con lo desconocido en la convención Contact in the Desert en Indian Wells, California. (David Vassalli / Para el Times)

La ufología, como el protestantismo, es una religión de carpa grande, y “mucho de esto se solapa”, dijo Janix. “La forma en que las cosas se mezclan aquí es a través de la idea de inteligencia no humana, ya sea una nave espacial de tuercas y tornillos a alguien hablando con fantasma a un DMT o experiencia ayahuasca a hablar con la inteligencia artificial”.

Cuando el tema de los FANI y la vida extraterrestre se convirtió en un tema candente en el Congreso y el Departamento de Defensa, con figuras como el difunto senador Harry Reid reconociendo programas como el Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales, la cuestión de los FANI adquirió una nueva seriedad en los pasillos del poder.

“Creo que el público siente cierta reivindicación”, dijo Nick Pope, investigador de FANI y antiguo funcionario del Ministerio de Defensa del Reino Unido, que participó en Contact. “La gente que acudía a estos actos solía ser ridiculizada por sus familias, ahora esas familias dicen: ‘Vi la audiencia del Congreso sobre eso, oí hablar de las disposiciones sobre ovnis en el proyecto de ley de defensa’. Esas personas eran ridiculizadas y ahora pueden llevar la cabeza bien alta”.

Siendo esto SoCal, eso incluía a Thomas Jane, el actor y estrella de “Hung” y “The Punisher”, quien dijo que estaba “saliendo del armario ovni” con una conferencia en Contact.

“Los actores hacen muchas locuras, pero espero poder ayudar a desestigmatizar el fenómeno”, dijo. “Tuve una experiencia que no podía explicar, y hay mucha gente en mi situación a la que no le parecería bien hablar de ello antes de que esas audiencias del Congreso abrieran la puerta de par en par. Tenemos que estar preparados culturalmente para asimilar que no estamos solos. ¿Qué nos dirá esto sobre la naturaleza de la realidad, la física, la evolución?”

El sábado, la multitud deambulaba por dos plantas del Esmeralda, un elegante complejo turístico entre Palm Springs y el recinto del festival Coachella. Entre el público había desde brujos de la generación Z de Highland Park hasta boomers libertarios del desierto de Nevada. De la mañana a la noche, se pasearon entre charlas que oscilaban entre lo castizo (una entrevista con Loeb, de Harvard, a propósito de su reciente libro “Interstellar”) y lo estelar (una conferencia titulada “Legends: Los pioneros que abrieron el camino”, con George Noory, del programa sobre conspiraciones “Coast To Coast AM”, y el físico y ex parapsicólogo de la CIA Russell Targ). Los presentadores del popular programa de humor sobre crímenes reales y ocultismo “Last Podcast on the Left” provocaron aullidos y gemidos al convertir videos de avistamientos de ovnis en clips (pixelados) de porno duro con temática alienígena.

Dave Magown, de Las Vegas, asistió a su primer Contacto y se sintió animado por la curiosidad de todos. Su compañera es una experimentadora y él quería aprender más para apoyarla. “La gente de aquí tiene una mentalidad tan abierta que es lo que falta en el mundo de hoy”, dijo. “Tienen la capacidad de ver más que el común de la gente. Pienso venir todos los años, la próxima vez seré más culto”.

image“La gente de aquí es tan abierta de mente, es lo que falta en el mundo de hoy”, dijo Dave Magown sobre Contact In The Desert. “Tienen la capacidad de ver más que el común de la gente”. (David Vassalli / Para The Times)

imageimageLa sanadora de energía de sonido sónico Renee Lynn le da a Shannon Monahan un trascendente baño de sonido interdimensional. (David Vassalli / Para The Times)

Los habituales caminaban por los pasillos de calaveras de cristal y cabinas de clarividencia con el vigor renovado de que se les había dado la razón, al menos en algo.

“Suelo hablar o vender estos dispositivos energéticos en estos, es mi evento favorito del año”, dijo Apolla Asteria, una YouTuber esotérica. “Hemos sido testigos de cambios en el campo de la divulgación en los últimos años, con el grupo de trabajo FANI y los informes del Pentágono. Tenemos la sensación de que esto se está tomando en serio”.

Otros veteranos de Contacto en el Desierto, como la música de Los Ángeles Helena Reznor, están ansiosos por dejar atrás los aburridos informes gubernamentales. “Creo que la gente se está aburriendo de todo eso de los extraterrestres, ya sabemos que hay algo más en nuestra realidad”, afirma Reznor. “Es hora de empezar a investigar más la actividad de los portales y todas las inteligencias diferentes y extrañas que parecen estar interactuando con nosotros”.

Shannon McNamara y Xander Gilbert viajaron desde Denver para asistir a la convención. Gilbert acababa de salir de “una charla sobre Egipto en la que decían que transportaban a la gente al espacio cuando morían y que por eso los faraones están en pirámides”, se rió. “Todo es una historia divertida, incluso cuando es disparatada”.

McNamara, una podcaster que cubre celebridades y la cultura de la teoría de la conspiración, dijo que sabía cuándo trazar la línea entre las creencias tontas y las peligrosas. “Voy tan profundo como puedo antes de que mencionen a los judíos y luego estoy fuera”, dijo. “Desde 2020, los temas conspirativos se han disparado porque la gente no confía en los medios de comunicación, no confía en los políticos, no confía en las escuelas. Todos estos sistemas se han roto, así que la gente está como ‘Tal vez confío en este autor en Amazon con un libro electrónico que resuena’”.

“Y quieren una comunidad en la que resuenen las rarezas de ideas afines”, añadió Gilbert.

Ese fue el conflicto en la edición de este año de Contacto en el Desierto. Ya no se trata de un evento marginal en el que alguien como Travis Walton, el bigotudo abducido que aparece en “Fire In the Sky”, es acosado como Harry Styles. Sus temas han dejado de ser tabú en la corriente dominante.

¿Debería su cultura evolucionar hacia una investigación más científica o hacia el fan service para los más devotos? ¿Tiene un acontecimiento como éste la obligación de vigilar sus límites, o de cultivarlos?

image“Si el Gobierno tiene información clasificada, no la publicará. ¿Por qué esperar a que el Gobierno nos diga qué hay fuera del sistema solar?”, preguntó el astrofísico de Harvard Avi Loeb antes de la convención Contact in the Desert, en Indian Wells. (David Vassalli / Para The Times)

image“Estamos muy cerca de la línea de meta de la divulgación”, dijo Stephen Bassett, miembro del grupo de presión ovni. “Eso es lo que hace que éste sea el movimiento activista más extraordinario”. (David Vassalli / Para The Times)

Para Loeb, director del Instituto de Teoría y Computación del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, que dio una charla Zoom en Contact el sábado, los investigadores serios en este campo deberían esperar críticas sanas.

“La gente inventa realidades virtuales. La IA tiene alucinaciones. Vivimos en un mundo en el que no recibes feedback si no hablas con otras personas”, dijo Loeb en una llamada telefónica antes del festival. “Eso forma parte de la política y la polarización, y también de la ciencia. Es lamentable, porque la ciencia te da el privilegio de asumir riesgos, cometer errores y aprender”.

La credibilidad científica de Loeb y su posición en Harvard le convirtieron en una figura potente, aunque controvertida. Su cautivador libro de 2021 “Extraterrestre” postulaba que Oumuamua, el primer objeto interestelar conocido que entró en nuestro sistema solar, tenía indicios de ser tecnología extraterrestre. El libro galvanizó el campo, se convirtió en un bestseller y le hizo famoso en la escena ovni.

“La belleza de la ciencia es que hay una realidad que compartimos y que podemos medir con instrumentos”, dijo Loeb. “Si el gobierno tiene información clasificada, no la publicará. ¿Por qué esperar a que el Gobierno nos diga qué hay fuera del sistema solar?”

imageimage1. (David Vassalli / Para The Times) 2. (David Vassalli / Para The Times) Dru Ali de Sacred Liiight (Ajna Light) en Contact in the Desert. (David Vassalli / Para el Times)

Navegar por un escenario como el de Contact entraña riesgos. Recientemente, Loeb recibió críticas por comparecer vía Zoom ante una audiencia del Congreso mexicano sobre FANI donde, más tarde, un ufólogo presentó “momias alienígenas” que probablemente estaban hechas de huesos humanos y de animales (“Fue vergonzoso”, dijo Loeb). Benjamín Fernando, un sismólogo de Johns Hopkins, dijo recientemente que las señales sísmicas de un choque de meteoritos que Loeb estaba investigando se debían más bien al petardeo de un coche.

“Qué afirmación tan ridícula”, se rió Loeb cuando le preguntaron por la crítica de Fernando. “Un águila tiene cuervos en la espalda picoteándole el cuello. Mi objetivo es llegar al nivel en el que se caen los cuervos”.

“El libro de Copérnico estuvo prohibido durante cientos de años, pero sus ideas prevalecieron porque la gente se dio cuenta de que eran ciertas”, continuó. “Es un tema de gran interés. Pongámosle algunos límites, ¡pero explorémoslo!”

A pesar de toda la física vanguardista de aficionado y el pensamiento New Age alisador de cerebros de Contact, también había una sensación real de que el mundo se estaba demostrando más complejo y fantástico cada semana.

Si no pudo seguir las ideas de la periodista esotérica Linda Moulton Howe sobre cómo el bismuto puro podría ayudar a anular la gravedad, pudo apreciar el ímpetu de Stephen Bassett, lobista de divulgación de FANI del Paradigm Research Group, acumulando victorias legislativas.

“Estamos muy cerca de la meta de la divulgación”, afirma Bassett. “Hasta ahora era como si estuvieras defendiendo el fin del embargo a Cuba, y la postura del gobierno fuera ‘Cuba no existe. Esas fotos son falsas’. Eso es lo que hace de éste el movimiento activista más extraordinario”.

“El gobierno estadounidense reconoció oficialmente que los ovnis eran reales. Hasta ese momento, todo el mundo luchaba constantemente para que sus amigos y vecinos creyeran que no estaban locos”, explica Daniel Sheehan, abogado que fundó el New Paradigm Institute, un grupo político centrado en los ovnis, tras una variopinta carrera en otros litigios activistas. Tras la disolución el año pasado de la Ley de Divulgación de los FANI, ahora está presionando al Congreso para que establezca una junta independiente que recopile y desclasifique información y proteja a los denunciantes.

“Aquí hay un cambio de conciencia cuando la gente se reúne. Ahora pueden hablar con amigos y vecinos sobre las noticias”, dijo Sheehan. “Existía ese club del hampa en el que estaban oprimidos en común. Ahora eso se ha levantado, y se dan cuenta de que van a tener que trabajar más”.

Los objetivos finales del movimiento -pruebas definitivas y reconocimiento por parte del gobierno de la existencia de vida extraterrestre- permanecen tentadoramente más allá del velo.

Un tema candente en Contact fue el delator David Grusch, ex funcionario de inteligencia y oficial de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. que incendió el mundo de los podcasts sobre ovnis con su testimonio ante el Congreso de que el gobierno podría estar ocultando naves y cuerpos extraterrestres recuperados. (El administrador de la NASA, Bill Nelson, al ser preguntado por Grusch en una rueda de prensa en 2023, dijo que “la NASA es abierta y transparente en nuestros datos”. Dijo que tenía un amigo que sabía dónde estaba un almacén que tenía un OVNI encerrado. También dijo que tenía otro amigo que decía que tenía partes de un extraterrestre. Dijera lo que dijera, ¿dónde están las pruebas?”).

No había forma más rápida de echar pestes de Contact que citar el informe AARO de marzo, un documento de la recién creada Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios del Departamento de Defensa. El departamento decía que “AARO no ha encontrado pruebas verificables de que ningún avistamiento de FANI haya representado actividad extraterrestre. AARO no ha encontrado ninguna prueba verificable de que el gobierno de EE.UU. o la industria privada hayan tenido alguna vez acceso a tecnología extraterrestre. AARO no ha encontrado indicios de que se haya ocultado información al Congreso de forma ilegal o inapropiada”.

“Yo era muy optimista respecto a AARO, pero fue tan despectivo”, dijo Janix. “Se parecía a lo que hizo el gobierno con el Project Blue Book y el Condon Report. Si esto es todo lo que es AARO, tenemos que ir a otra parte”.

La apertura del gobierno al tema tiene preocupados a los ufólogos por la posibilidad de que un frágil consenso acabe en el marasmo de la guerra cultural… o en perniciosas conspiraciones.

“El cínico que hay en mí dice que todo es político”, dijo Pope. “Si Joe Biden dijera: ‘Tenemos pruebas de vida extraterrestre’, sus oponentes dirían: ‘Aquí viene el próximo COVID’. Tenemos un bipartidismo poco frecuente en torno a este tema, y corremos el riesgo de desenmarañarnos en conspiraciones y odios profundos. Hay un ala conspirativa que puede engendrar extremismos”.

image(David Vassalli / Para The Times)

A medida que las conferencias de Contact se convertían en una ebria fiesta con una banda de rock en directo, la multitud de ufólogos tenía desacuerdos alimentados por el vino: ¿David Grusch tiene pruebas que respalden sus afirmaciones? ¿Se puede confiar en que el gobierno revele lo que sabe?

Pero de lo que estaban seguros es de que iban ganando.

A última hora del día, Whitley Strieber, autor de “Communion” y legendario experimentador, abrió el panel de Leyendas de la ufología con un atronador aplauso.

“Intentaron por todos los medios acabar con nosotros”, dijo Strieber, con la voz temblorosa por la convicción. “Y aquí estamos”.

https://www.latimes.com/entertainment-arts/music/story/2024-06-04/at-contact-in-the-desert-coachella-for-ufos-a-once-fringe-topic-takes-the-main-stage

Créalo… ¡si quiere!

Créalo… ¡si quiere!

26 de mayo de 2007

Kentaro Mori

Apertura de la serie de los años 80 “Acredite se quiser”, emitida en la desaparecida rede Manchete. Presentado por el actor Jack Palance, su hija Holly y otras actrices y cantantes menos memorables, el programa enlatado estadounidense era una de las versiones televisivas de la franquicia creada por Robert Ripley, “Believe it or not!”, hace casi cien años.

Ripley recorría el mundo coleccionando curiosidades y las presentaba en los periódicos a través de viñetas dibujadas por él mismo. La apertura de la serie con Palance con dibujos flotantes, y cada sección del programa terminada con una viñeta comentada eran una forma de adaptar los dibujos animados a la televisión. Los dibujos siguen produciéndose y publicándose más de medio siglo después de la muerte de su creador, y la franquicia se extiende a museos sobre lo insólito, programas de radio y más adaptaciones televisivas.

“Aunque usted no lo crea” y todo el concepto de Ripley de presentar hechos supuestamente extraños e “insólitos” tiene sus problemas, ya que ni de lejos es una sociedad científica dedicada a descubrir, analizar y divulgar descubrimientos al público. Uno de los dibujos, por ejemplo, llegó a difundir el mito de los ovnis del Apolo 11, mientras que uno de los programas de la serie con Jack Palance trataba sobre las verduras gigantes mexicanas. Aun así, la obra de Ripley es unos años anterior a la del más culto (aunque no menos despreciado por la academia) Charles Fort, y no es en absoluto desechable. La calavera atravesada por una barra que aparece al principio de la apertura de arriba, por ejemplo, da a conocer el verdadero caso de Phineas Gage.

Hay dos razones para comentar todo esto aquí. En 2009, se estrenará una película sobre la vida de Robert Ripley, en la que Jim Carrey interpretará al amante de lo bizarro, dirigida nada menos que por Tim Burton: una combinación potencialmente perfecta. La otra razón es explicar por qué en este blog se comenta “lo extraño, lo bizarro y lo inexplicable”. Ese fue parte del preámbulo de Jack Palance para la serie. Créalo… ¡si quiere!

https://web.archive.org/web/20160413152124/http://www.ceticismoaberto.com/fortianismo/894/acredite-se-quiser