Las asociaciones entre las creencias paranormales y las variables del sueño
Betul Rauf, Rotem Perach, Juan J. Madrid-Valero, Dan Denis, Brian A. Sharpless, Giulia Lara Poerio, Christopher C. French, Alice M. Gregory
Primera publicación: 11 de enero de 2023
https://doi.org/10.1111/jsr.13810
Este estudio se realizó en la Universidad Goldsmiths de Londres.
Información sobre la financiación: WA Sceptics; BBC Science Focus Magazine
SECCIONES
PDF
Resumen
Estudios anteriores han encontrado asociaciones significativas entre las creencias paranormales y las variables del sueño. Sin embargo, se han realizado a pequeña escala y son limitados en cuanto al número de variables del sueño investigadas. Este estudio pretende llenar un vacío en la literatura mediante la investigación de las creencias paranormales en relación con una amplia gama de variables del sueño en una muestra grande. Los participantes (N = 8853) completaron una encuesta iniciada por la BBC Focus Magazine. Informaron sobre sus datos demográficos, trastornos del sueño y creencias paranormales. La peor calidad subjetiva del sueño (menor eficiencia del sueño, mayor latencia del sueño, menor duración del sueño y aumento de los síntomas de insomnio) se asoció con un mayor respaldo de la creencia en: (1) el alma que vive después de la muerte; (2) la existencia de fantasmas; (3) demonios; (4) la capacidad de algunas personas para comunicarse con los muertos; (5) las experiencias cercanas a la muerte son una prueba de la vida después de la muerte; y (6) los extraterrestres han visitado la Tierra. Además, los episodios del síndrome de la cabeza que explota y la parálisis del sueño aislada se asociaron con la creencia de que los extraterrestres han visitado la Tierra. La parálisis del sueño aislada también se asoció con la creencia de que las experiencias cercanas a la muerte son una prueba de la vida después de la muerte. Los resultados obtenidos aquí indican que existen asociaciones entre las creencias en lo paranormal y diversas variables del sueño. Esta información podría potencialmente equiparnos mejor para apoyar el sueño a través de la psicoeducación. Es probable que los mecanismos subyacentes a estas asociaciones sean complejos y deban explorarse más a fondo para comprender plenamente por qué las personas a veces informan de “cosas que pasan por la noche”.
1 INTRODUCCIÓN
La noche puede ser una experiencia aterradora para algunas personas. De hecho, las experiencias ostensiblemente paranormales, como haber visto un fantasma o un extraterrestre, se relatan a menudo durante la noche (Wing et al., 1994). Investigaciones anteriores han revelado relaciones significativas entre un pequeño número de variables del sueño y experiencias y creencias ostensiblemente paranormales (Denis et al., 2018; Denis y Poerio, 2017; Drinkwater et al., 2020; Ramsawh et al., 2008). Específicamente, la parálisis del sueño (SP) -una incapacidad temporal para moverse que ocurre típicamente al inicio del sueño o al despertar (Santomauro & French, 2009; Waters et al., 2016)- se ha asociado con diferentes factores, incluyendo la espiritualidad y las creencias paranormales. Un estudio que investigó los posibles factores de riesgo de la parálisis del sueño aislada (ISP; es decir, SP que se produce independientemente de la narcolepsia y otras condiciones médicas; Sharpless, 2016) encontró que aquellos que informaron de ISP tenían significativamente más creencias espirituales (por ejemplo, apoyando la creencia de que la mente y el alma pueden dejar el cuerpo y viajar) que aquellos sin (Ramsawh et al., 2008). Del mismo modo, una revisión de SP (N = 42 estudios) encontró que las personas que informaron haber experimentado SP tenían más probabilidades de tener creencias paranormales (por ejemplo, creer en la brujería, el asalto demoníaco) que aquellos que no lo hicieron (Denis et al., 2018).
La investigación también ha explorado las características y creencias específicas asociadas con el SP en muestras de culturas específicas. En Egipto, una creencia comúnmente sostenida es que el SP es causado por jinn-seres sobrenaturales que atacan a sus víctimas (Jalal & Hinton, 2013). En Italia, se ha propuesto que el SP refleja un ataque del Pandafeche, una bruja malvada o un terrorífico gato humanoide (Jalal et al., 2015). Cabe destacar que la atribución de explicaciones sobrenaturales a los episodios se ha relacionado con mayores niveles de ansiedad (Fukuda et al., 1987; Wing et al., 1994). Un estudio de estudiantes universitarios estadounidenses catalogó los seres no humanos percibidos durante la ISP, siendo la “gente sombra” y los fantasmas los más frecuentemente reportados (Sharpless & Kliková, 2019). Aunque los seres percibidos varían, los episodios de SP se asocian generalmente con miedo y angustia, aunque no siempre (Kliková et al., 2021). Por el contrario, otro estudio descubrió que la gran mayoría (95%) de sus encuestados (participantes daneses) respaldaban la opinión de que su SP tiene un origen fisiológico (por ejemplo, un mal funcionamiento del cerebro; Jalal y Hinton, 2013).
El síndrome de la cabeza explosiva (EHS) es un trastorno del sueño caracterizado por ruidos fuertes o una percepción de explosión en la cabeza durante las transiciones vigilia-sueño o sueño-vigilia (Sharpless, 2014). Esta experiencia también se ha relacionado con la creencia en lo sobrenatural y con experiencias ostensiblemente paranormales. En concreto, un estudio encontró correlaciones positivas entre los episodios de EHS y las creencias anómalas (Sherwood, 1999). En un estudio más reciente, en el que se utilizó el conjunto de datos del que se informa en este artículo (el conjunto de datos BBC Science Focus), se descubrió que el 2.8% de los afectados creían que el EHS era el resultado de causas sobrenaturales no biológicas, y el 2.3% creían que se debía a dispositivos electrónicos (es decir, lo que posiblemente indicaba algún tipo de pensamiento conspirativo). El estudio también halló que los que experimentaban EHS tenían duraciones de sueño más cortas, latencias de inicio del sueño más largas, peor calidad subjetiva del sueño y menor eficiencia del sueño; los tamaños de los efectos, sin embargo, eran pequeños (Sharpless et al., 2020). Del mismo modo, en una muestra internacional, los síntomas de insomnio se asociaron positivamente con los episodios de EHS (Denis et al., 2019).
A pesar del valor del trabajo que se ha publicado hasta la fecha para abordar un área de investigación en gran parte ignorada, la investigación existente a menudo se ha realizado a pequeña escala o ha sido relativamente limitada en el rango de variables de sueño investigadas. Sin embargo, es probable que otras variables del sueño también estén asociadas con las creencias paranormales, y esto requiere más investigación. Por ejemplo, un patrón de sueño perturbado puede desencadenar SP (Denis et al., 2018), que puede implicar alucinaciones. El miedo a experiencias ostensiblemente paranormales también podría interferir o impedir que se produzca el sueño. De hecho, algunas creencias paranormales (por ejemplo, la creencia en extraterrestres) pueden considerarse poco útiles, ya que se han asociado con un aumento de las alteraciones del sueño, especialmente las alteraciones del sueño que pueden producir imágenes sensoriales vívidas (por ejemplo, SP, alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas; Denis et al., 2018; McNally & Clancy, 2005; Sharpless et al., 2020). Por lo tanto, el objetivo de este estudio es examinar una gama más amplia de variables del sueño en relación con las creencias paranormales para desentrañar aún más las asociaciones entre el sueño y lo paranormal utilizando un gran conjunto de datos recopilados a través de la colaboración de investigación con la BBC Science Focus Magazine. En concreto, el presente estudio pretende responder a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las asociaciones entre las creencias paranormales y las variables del sueño? En particular, nos centramos en seis creencias paranormales y sus asociaciones con variables de calidad del sueño (es decir, eficiencia del sueño, duración, latencia, síntomas de insomnio), así como ISP y EHS.
La investigación de este tipo es importante ya que la comprensión de estos vínculos puede representar un primer paso hacia la obtención de información que potencialmente podría ser proporcionada en la psicoeducación destinada a apoyar a algunos de los que luchan con el sueño.
2 MÉTODOS
2.1 Procedimiento
Este estudio transversal en línea fue iniciado por la BBC Science Focus Magazine. Se obtuvo la aprobación ética para este estudio de Goldsmiths, Universidad de Londres. Los participantes debían tener al menos 18 años, aceptar las condiciones del estudio y dar su consentimiento informado. El estudio se dio a conocer a través de la revista Science Focus de la BBC, entrevistas en la prensa popular con los autores del estudio (Brian A. Sharpless, Christopher C. French, Alice M. Gregory), así como en las redes sociales. Se invitó a los ciudadanos del Reino Unido a participar en un sorteo de tarjetas regalo. El conjunto de datos utilizado en el presente estudio se ha empleado anteriormente para investigar el EHS, sus características clínicas, las teorías sobre su etiología y las técnicas de prevención (Sharpless et al., 2020). El presente estudio tiene objetivos de investigación diferentes, investiga una parte distinta de los datos y tiene un solapamiento mínimo con la publicación antes mencionada (es decir, ambos estudios informan sobre la prevalencia del SEE).
2.2 Medidas
2.2.1 Creencias paranormales
Se evaluaron cuatro creencias paranormales utilizando una subescala de la Escala de Evaluación Paranormal (Reiner & Wilson, 2015). Estas fueron: “¿Crees que tienes un alma que vivirá después de tu muerte?”, “¿Crees en la existencia de fantasmas?”, “¿Crees que algunas personas pueden comunicarse con los muertos?”, “¿Crees que las experiencias cercanas a la muerte son evidencia de vida después de la muerte?” También se incluyeron dos ítems adicionales desarrollados por los autores: “¿Cree en la existencia de demonios?” y “¿Cree que los extraterrestres han visitado la Tierra o han interactuado con los humanos?” Las opciones de respuesta para los seis ítems oscilaban entre 1 (Definitivamente no) y 5 (Definitivamente sí). Todos los ítems se analizaron por separado.
2.2.2 Variables del sueño
Variables subjetivas de la calidad del sueño
La eficiencia del sueño, el cociente entre la duración del sueño y el tiempo total dedicado a dormir en la cama expresado en porcentaje, se midió utilizando tres ítems (“durante el último mes, ¿a qué hora se ha acostado habitualmente por la noche?”, “¿a qué hora se ha levantado habitualmente por la mañana?” y “¿cuántas horas de sueño real ha dormido por la noche?”) del Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh (Buysse et al., 1989), que ha demostrado tener una buena fiabilidad y validez (Backhaus et al., 2002). Los síntomas de insomnio se midieron utilizando ítems del Índice de Gravedad del Insomnio (ISI; Morin et al., 22011), que ha demostrado buena fiabilidad y validez (Bastien et al., 2001). En nuestra encuesta, el primer ítem (“Por favor, valore sus dificultades generales para dormir (es decir, dormirse, permanecer dormido o despertarse demasiado pronto) en las últimas 2 semanas”) resumía tres ítems del ISI relativos a las dificultades para dormir. Además, se utilizaron otros dos ítems del ISI (interferencia y satisfacción con el sueño). Las opciones de respuesta para cada ítem estaban redactadas de forma diferente, pero oscilaban entre 1 (indicativo de ningún problema) y 5 (indicativo de un problema muy grave). En conjunto, los tres ítems mostraron un alfa de Cronbach de 0.89. El intervalo global para el presente estudio es de 3-15, y las puntuaciones más altas indican un mayor insomnio. El término “calidad subjetiva del sueño” se utiliza en este estudio para referirse a la eficiencia del sueño, la latencia del sueño, la duración del sueño y los síntomas de insomnio en conjunto.
Otras variables del sueño
El EHS y el ISP se evaluaron utilizando 11 ítems cada uno adaptados de la Entrevista del EHS (Sharpless, 2015) y la Entrevista del Sueño Aislado Temeroso (Sharpless et al., 2010; Sharpless & Doghramji, 2015), que evalúan el EHS y el ISP basándose en los criterios de la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño-Tercera Edición (Sateia, 2014). A los participantes se les hicieron preguntas relevantes para los diagnósticos diferenciales (por ejemplo, “¿Alguna vez le han diagnosticado narcolepsia?”) También hubo ítems de respuesta libre para evaluar otras condiciones psicológicas y médicas (por ejemplo, “¿Alguna vez ha hecho realmente las cosas que ha soñado) (por ejemplo, patear a su compañero de cama mientras soñaba que peleaba con alguien?”).
2.3 Análisis estadístico
Dado el gran tamaño de la muestra, no transformamos las variables para asimetría y curtosis si sus medidas estaban entre -2 y + 2, como recomienda George (2011). En consecuencia, se utilizaron análisis paramétricos y no paramétricos, incluidas pruebas de Chi-cuadrado. Se utilizó la corrección de Bonferroni (valor p original de 0.05 dividido por el número de comparaciones) para las comparaciones múltiples por pares de Chi-cuadrado con el fin de minimizar los errores de tipo I (MacDonald y Gardner, 2000). Se realizaron análisis de regresión múltiple (se añadieron la edad y el sexo como covariables) para determinar si las creencias paranormales predecían la eficiencia del sueño, la duración del sueño, la latencia del sueño y los síntomas de insomnio. Todas las variables de creencias paranormales, junto con ISP y EHS se trataron como variables categóricas. La eficiencia del sueño, la duración del sueño, la latencia del sueño y los síntomas de insomnio se trataron como continuas.
3 RESULTADOS
3.1 Estadísticas descriptivas
De las 12,873 personas que iniciaron el estudio, 8,853 (69%) lo completaron. De los que completaron el estudio, los participantes se clasificaron como blancos (N = 8,099, 92.9%), de etnia mixta (N = 240, 2.8%), asiáticos (N = 190, 2.2%), y el resto se identificó como negro u “otro”. La muestra estaba compuesta principalmente por mujeres (67%) y su edad media era de 47.04 años (DE = 15.63; intervalo = 18-94 años). En la Tabla 1 se presentan estadísticas descriptivas detalladas. Para aumentar la confianza en que sólo se investigaron casos idiopáticos tanto de EHS como de ISP, excluimos enfermedades y trastornos con síntomas potencialmente solapados (por ejemplo, narcolepsia) en los análisis que incluían las variables EHS e ISP. El número final de personas que declararon al menos un episodio de EHS o ISP fue de 3,286 (52.7%) y 3,523 (51.7%), respectivamente (véase la Figura S1 para el flujo de participantes y las exclusiones). Obsérvese que las exclusiones por enfermedades y trastornos no se aplican al analizar las demás variables del sueño. La eficiencia media del sueño de todos los participantes fue del 84.42% (DE = 12.85). La latencia media del sueño fue de 28 min (DE = 32.38 min), y la duración media del sueño fue de 6 h y 51 min (DE = 1:10 h). La media de los síntomas de insomnio fue de 8.13 (DE = 3.0).
TABLA 1. Estadística descriptiva de todas las variables
Variable |
Categorías |
N |
% |
|
Genero |
Hombre |
2894 |
33.0 |
Mujer |
5868 |
67.0 |
Etnicidad |
Blanco |
8099 |
92.9 |
Grupos étnicos mixtos/múltiples |
240 |
2.8 |
Asiáticos/Asiático británicos |
190 |
2.2 |
Negros/Negros británicos |
57 |
0.7 |
Otros |
135 |
1.5 |
Alma después de la muerte |
Definitivamente no |
1731 |
25.2 |
No lo creo |
1592 |
23.2 |
No estoy seguro |
1584 |
23.1 |
Creo que sí |
1088 |
15.8 |
Definitivamente sí |
872 |
12.7 |
Existen los fantasmas |
Definitivamente no |
2179 |
31.7 |
No lo creo |
1630 |
23.7 |
No estoy seguro |
1439 |
20.9 |
Creo que sí |
1063 |
15.5 |
Definitivamente sí |
558 |
8.1 |
Comunicación con los muertos |
Definitivamente no |
2824 |
41.2 |
No lo creo |
1608 |
23.4 |
No estoy seguro |
1308 |
19.1 |
Creo que sí |
737 |
10.7 |
Definitivamente sí |
382 |
5.6 |
Las ECM demuestran que hay vida después de la muerte |
Definitivamente no |
2295 |
33.5 |
No lo creo |
1967 |
28.7 |
No estoy seguro |
1771 |
25.8 |
Creo que sí |
587 |
8.6 |
Definitivamente sí |
235 |
3.4 |
Los demonios existen |
Definitivamente no |
3541 |
51.7 |
No lo creo |
1520 |
22.2 |
No estoy seguro |
975 |
14.2 |
Creo que sí |
498 |
7.3 |
Definitivamente sí |
321 |
4.7 |
Los extraterrestres visitaron la Tierra |
Definitivamente no |
2324 |
33.9 |
No lo creo |
2115 |
30.9 |
No estoy seguro |
1575 |
23.0 |
Creo que sí |
605 |
8.8 |
Definitivamente sí |
236 |
3.4 |
Frecuencia EHS |
Nunca |
2954 |
44.2 |
Una vez |
244 |
3.6 |
Dos o varias veces en la vida |
1493 |
22.3 |
Varias veces al año |
1255 |
18.8 |
Mensualmente |
357 |
5.3 |
Semanalmente |
192 |
2.9 |
Varias veces a la semana |
191 |
2.9 |
Frecuencia SP |
Nunca |
3288 |
47.8 |
Una vez |
353 |
5.1 |
Dos o varias veces en la vida |
1624 |
23.6 |
Varias veces al año |
1027 |
14.9 |
Mensualmente |
336 |
4.9 |
Semanalmente |
130 |
1.9 |
Varias veces a la semana |
123 |
1.8 |
EHS |
Si |
3732 |
55.8 |
No |
2954 |
44.2 |
SP |
Si |
3593 |
52.2 |
No |
3288 |
47.8 |
|
Rango |
N |
Media (SD) |
|
Edades |
18–94 |
8853 |
47.04 (15.63) |
|
Eficiencia del sueño |
20–100 |
6057 |
84.42 (12.85) |
|
Latencia del sueño |
0–360?min |
5780 |
28.39 (32.38) |
|
Duración del sueño |
3:00–12:00?hr |
6141 |
6:51 (1:10) |
|
Síntomas de insomnio |
3–15 |
6954 |
8.13 (3.00) |
|
|
|
|
|
|
|
|
– Nota: La duración del sueño se indica en hr:min. La duración del sueño (16:00 y 23:45 h) y la latencia del sueño (450, 507 y 508 min) incluían valores atípicos que no se incluyeron en la tabla anterior (a efectos de presentación). Sin embargo, estos participantes se incluyeron en todos los análisis, ya que su participación no afectó a los resultados. Obsérvese que las estadísticas descriptivas se refieren a toda la muestra. Los casos idiopáticos de EHS e ISP fueron notificados por 3286 y 3523 participantes, respectivamente.
– Abreviaturas: EHS: síndrome de la cabeza explosiva; ECM: experiencias cercanas a la muerte; PS: parálisis del sueño.
Entre los participantes, había algunos que creían firmemente en lo paranormal (es decir, los que dieron una respuesta de “definitivamente sí”). Por ejemplo, el 12.7% (872/6867) creía firmemente que el alma vivirá después de la muerte, el 8.1% (558/6869) creía firmemente en la existencia de fantasmas, el 5.6% (382/6859) creía que algunas personas pueden comunicarse con los muertos, el 3. El 4% (235/6855) cree firmemente que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son una prueba de la vida después de la muerte, el 4.7% (321/6855) cree firmemente en la existencia de demonios y el 3.4% (236/6855) cree firmemente que los extraterrestres han visitado la Tierra/interactuado con los humanos. Las diferencias entre las cifras se deben a que faltan datos.
3.2 Regresiones múltiples: Creencias paranormales y variables subjetivas de la calidad del sueño
Se realizaron regresiones múltiples para predecir las variables subjetivas de la calidad del sueño a partir de las creencias paranormales (Tabla S1; véase la Figura 1 para ilustrar las medias de las variables subjetivas de la calidad del sueño según las creencias paranormales), controlando la edad y el sexo (Tabla S2). Todas las creencias paranormales predijeron todas las variables subjetivas de calidad del sueño, incluso al controlar la edad y el sexo (p < 0.05 para todas); R2 entre 0.01 y 0.04 para las regresiones con edad y sexo introducidos.
FIGURA 1 Open in figure viewerPowerPoint
Relación entre las creencias paranormales y las variables subjetivas de calidad del sueño. Todos los análisis de regresión centrados en las asociaciones entre las creencias paranormales y las variables subjetivas de calidad del sueño (controlando la edad y el sexo) fueron significativos (véase la Tabla S2 para más detalles). ECM, experiencias cercanas a la muerte
3.3 Asociaciones entre creencias paranormales y PSI y EHS
La Figura 2 muestra los porcentajes de los que declararon 1) EHS y 2) ISP dentro de cada categoría de la creencia de que los extraterrestres han visitado la Tierra o interactuado con los humanos. Se realizaron pruebas de Chi-cuadrado para examinar la relación entre las creencias paranormales y las otras dos variables del sueño (es decir, EHS e ISP; Tabla S3). La creencia de que los extraterrestres han visitado la Tierra o interactuado con los humanos se asoció significativamente con EHS, ?2(4, N = 6120) = 23.56, p < 0,001, V de Cramer = 0.06, e ISP, ?2(4, N = 6701) = 33.69, p < 0.001, V de Cramer = 0.07. Las pruebas post-hoc mostraron que los que informaron de EHS (frente a los que no informaron de EHS) e ISP (frente a los que no informaron de ISP) tenían creencias más fuertes sobre los extraterrestres (Tablas S4 y S5, respectivamente). Además, la creencia de que las ECM son una prueba de la vida después de la muerte se asoció con la ISP, ?2(4, N = 6701) = 11.30, p = 0.023, V de Cramer = 0.04 (Tabla S3). Las pruebas post hoc hallaron que una mayor proporción del grupo ISP respondió “definitivamente sí” a la creencia de que las ECM son una prueba de la vida después de la muerte en comparación con el grupo no ISP, ?2(4, N = 1953) = 9.0, p = 0.003, V de Cramer = 0.07 (Tabla S6). Véase la Figura 3 para los porcentajes de los que informaron ISP dentro de cada categoría de la creencia de que las ECM son evidencia de vida después de la muerte.
FIGURA 2 Open in figure viewerPowerPoint
Creencia de que los extraterrestres han visitado la Tierra o interactuado con los humanos, y síndrome de la cabeza explosiva (EHS) y parálisis del sueño aislada (ISP). Las figuras muestran los porcentajes de participantes que declararon 1) EHS y 2) ISP dentro de cada una de las cinco categorías de respuesta sobre la creencia en extraterrestres. Los análisis posteriores mostraron que las personas que informaron de EHS creían más firmemente que los extraterrestres habían visitado la Tierra que el grupo sin EHS, ?²(4, N = 6120) = 23.56, p < 0.001 para todo el modelo (Tabla S3). Del mismo modo, las personas que informaron de ISP tenían creencias más fuertes de que los extraterrestres han visitado la Tierra que el grupo no ISP, ?²(4, N = 6701) = 33.69, p < 0.001 para todo el modelo. Véanse las tablas S4 y S5 para información adicional (es decir, diferencias entre los grupos)
FIGURA 3 Open in figure viewerPowerPoint
Creencia de que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) son pruebas de vida después de la muerte y parálisis del sueño aislada (PSI). El modelo completo fue estadísticamente significativo, ?²(4, N = 6701) = 11.30, p = 0.023. Información adicional (es decir, diferencias entre grupos con la corrección de Bonferroni aplicada) se encuentra en la Tabla S6.
Por último, la creencia de que el alma vive después de la muerte se asoció con la ISP, ?2(4, N = 6713) = 10.48, p = 0.033, V de Cramer = 0.04 (Tabla S3). Sin embargo, no fue significativo tras aplicar la corrección de Bonferroni durante las comparaciones post hoc por pares cuando p < 0.005 (Tabla S7).
En un conjunto de datos separado (Denis et al., 2019; Denis & Poerio, 2017), intentamos replicar nuestros resultados primarios. En general, el conjunto de datos mostró un patrón de resultados ampliamente similar al de nuestros análisis primarios, aunque no todas las pruebas alcanzaron significación estadística (Apéndice S1), lo que puede deberse al menor tamaño de la muestra.
4 DISCUSIÓN
El presente estudio pretendía examinar las asociaciones entre una amplia gama de creencias paranormales y las variables del sueño. Los resultados demostraron que varias creencias anómalas estaban asociadas con ISP, EHS y calidad subjetiva del sueño (es decir, eficiencia del sueño, duración del sueño, latencia del sueño e insomnio).
Se observó que la creencia de que los extraterrestres habían visitado la Tierra era más común entre quienes declaraban ISP o EHS que entre quienes no lo hacían. Esto es consistente con investigaciones previas que sugieren que las creencias paranormales están asociadas con SP (Denis et al., 2018) y EHS (Sherwood, 1999). Estos hallazgos son interesantes porque como el SP implica diferentes tipos de alucinaciones, incluyendo auditivas y visuales (Sharpless & Kliková, 2019), y el EHS típicamente implica una explosión (Sharpless et al., 2020), nuestros hallazgos sugieren que la creencia en extraterrestres puede estar asociada con alteraciones del sueño que producen sonidos o imágenes (es decir, ISP y EHS). Por lo tanto, una explicación de estas asociaciones es que alguien que experimente sonidos o imágenes asociados con el sueño podría interpretarlo como una prueba de que existen extraterrestres u otros seres sobrenaturales, aunque se requiere investigación futura para probar esto más a fondo y descartar explicaciones alternativas. Además, la creencia de que las ECM son una prueba de que hay vida después de la muerte era más prevalente en los informadores de ISP que en los no informadores. Hasta donde sabemos, se trata de un hallazgo novedoso que merece un examen más detallado. El EHS no se asoció con las otras creencias paranormales.
También se revelaron vínculos entre las creencias paranormales y las demás variables del sueño, y para todas las asociaciones se descubrió que un mayor nivel de creencias paranormales se asociaba con una peor calidad subjetiva del sueño, incluso cuando se controlaban los efectos de la edad y el sexo. Más concretamente, los participantes que declararon tener creencias más fuertes en que el alma vive después de la muerte, en la existencia de fantasmas, en que algunas personas pueden comunicarse con los muertos, en que las ECM son una prueba de la vida después de la muerte, en que los demonios existen y en que los extraterrestres han visitado la Tierra también tendían a declarar una menor eficiencia del sueño, una latencia del sueño más larga, una duración del sueño más corta y un aumento de los síntomas de insomnio. Del mismo modo, en nuestro conjunto de datos separado, los que informaron de creencias más fuertes en la existencia de un demonio también informaron de un aumento de los síntomas de insomnio.
Aunque la mayoría de las asociaciones aquí descritas parecen ser lineales (es decir, una mayor creencia en las experiencias paranormales se asocia con una peor calidad subjetiva del sueño), algunas asociaciones parecen tener forma de U. Por ejemplo, parece haber una relación entre la creencia en la existencia de un demonio y la calidad subjetiva del sueño. Por ejemplo, parecía haber una asociación en forma de U inversa entre los síntomas de insomnio y la creencia de que el alma vive después de la muerte. En particular, mientras que en general una mayor creencia en que el alma vive después de la muerte se asocia con una mayor probabilidad de reportar síntomas de insomnio, los que reportaron creencias muy fuertes reportaron aquí menos síntomas de insomnio que los que tenían cierta incertidumbre. Si estos resultados se repitieran, una posible explicación sería que la incertidumbre y la indecisión (en este caso, las creencias inciertas) pueden provocar ansiedad, que a su vez puede interferir con el sueño. Este hallazgo también subraya la necesidad de seguir investigando en este campo para considerar diferentes aspectos de las creencias paranormales por separado, ya que las asociaciones con el sueño pueden diferir.
Una explicación para la asociación más general entre el sueño y las creencias paranormales es si algunas de estas asociaciones podrían explicarse por la ansiedad ante ciertas creencias paranormales (por ejemplo, la existencia de fantasmas y demonios/diablo) que interfieren con el sueño. Sin embargo, es más difícil explicar los vínculos entre otras creencias paranormales (por ejemplo, la creencia en el alma y en la vida después de la muerte) utilizando una explicación de este tipo. También puede ser importante evaluar la presencia de otras formas de psicopatología (por ejemplo, depresión, trastorno de estrés postraumático), que podrían alterar el sueño y afectar a las creencias. Además, los mediadores/moderadores potenciales como la educación, las diferencias de personalidad y las creencias religiosas deberían examinarse en futuras investigaciones, dadas sus asociaciones tanto con el sueño (Gray & Watson, 2002; Hill et al., 2018; Moore et al., 2002) como con la creencia en lo paranormal (Aarnio & Lindeman, 2005; Williams et al., 2007). Se necesitan futuros estudios longitudinales y experimentales para establecer la dirección de los efectos, así como considerar otros factores subyacentes entre las variables evaluadas.
Aunque los resultados revelaron tamaños de efecto pequeños, cada vez se reconoce más que los efectos pequeños son habituales en la investigación sobre procesos psicológicos complejos (Götz et al., 2022). No obstante, nuestros hallazgos son dignos de mención, ya que pueden tener consecuencias significativas en el mundo real (Funder y Ozer, 2019), dado que la mayoría de los comportamientos y actitudes son consecuencia de los pequeños efectos acumulativos de varios factores, en contraposición a un gran efecto de un único factor (Götz et al., 2022).
4.1 Limitaciones
A pesar de los muchos puntos fuertes de este informe, como el hecho de centrarse en un tema poco investigado y el tamaño de la muestra -mucho mayor que la mayoría de los estudios anteriores en este ámbito-, hay que tener en cuenta una serie de limitaciones. En primer lugar, dado que el estudio empleó un diseño transversal, no pueden establecerse relaciones causa-efecto. En segundo lugar, a pesar del gran tamaño de la muestra, los participantes fueron autoseleccionados y es poco probable que sean representativos de la población general. Por ejemplo, las tasas aparentemente elevadas de ISP y EHS podrían indicar que las personas con estos síntomas tenían más probabilidades que otras de estar interesadas en participar en este estudio. En tercer lugar, no se evaluaron otros fenómenos que pueden contribuir a estas creencias (por ejemplo, fenómenos disociativos; otras formas de alucinaciones relacionadas con el sueño). En cuarto lugar, como la mayoría de los participantes se identificaron como blancos, es posible que los resultados no sean generalizables a otros grupos. En futuros trabajos se debería intentar reclutar una muestra más diversa. Por último, todas las medidas fueron autoinformadas, por lo que sería valioso que en el futuro se examinaran algunas de las variables del sueño (como la eficiencia del sueño) utilizando medidas objetivas.
4.2 Implicaciones clínicas/prácticas
Los resultados del presente estudio pueden ayudar a los clínicos a evitar diagnósticos erróneos cuando se enfrentan a pacientes que manifiestan creencias/experiencias ostensiblemente paranormales. Los informes de actividad paranormal o creencias anómalas podrían confundirse con pruebas prima facie de trastornos más graves, como la esquizofrenia, el trastorno esquizotípico de la personalidad o la depresión con rasgos psicóticos (American Psychiatric Association, 2013; Bastien et al., 2001; Waters et al., 2016). Los resultados aquí proporcionados pueden animar a los clínicos a evaluar las alteraciones del sueño y parasomnias relevantes además de otras formas de psicopatología. Claramente, un diagnóstico diferencial preciso podría tener importantes implicaciones en el tratamiento (por ejemplo, un curso de terapia cognitivo-conductual para el insomnio o el ISP frente a medicamentos antipsicóticos y psicoterapia de apoyo).
Además, el conocimiento de las posibles contribuciones clínicas a las creencias ostensiblemente paranormales -y su falta de rareza en la población- podría permitir a los proveedores apoyar más eficazmente a sus pacientes mejorando su comprensión y familiaridad con el tema, así como ofrecer posibles explicaciones para sus experiencias relatadas. En términos más generales, la psicoeducación puede ayudar a reducir la prevalencia general de creencias que algunos consideran aterradoras (por ejemplo, la creencia en fantasmas).
5 CONCLUSIÓN
En resumen, nuestros hallazgos demuestran que existen asociaciones significativas entre una amplia gama de creencias paranormales y variables del sueño. Hasta donde sabemos, somos los primeros en investigar e informar de asociaciones entre un espectro relativamente amplio de variables anómalas y relacionadas con el sueño utilizando una gran muestra de estudio internacional. Los hallazgos del estudio pueden ayudar a apoyar las experiencias de los pacientes al aumentar la comprensión de los profesionales de la salud con respecto a las personas que informan de tales eventos. Además, estos hallazgos pueden disminuir el diagnóstico erróneo de trastornos psiquiátricos que comparten características similares con diversas experiencias del sueño. Se anima a futuras investigaciones para proporcionar una visión única de las relaciones causales entre el sueño y lo paranormal.
CONTRIBUCIONES DE LOS AUTORES
Betul Rauf: conceptualización; software; análisis formal; redacción – preparación del borrador original. Rotem Perach: metodología; software; análisis formal; recursos; conservación de datos; supervisión; redacción – revisión y edición. Juan J. Madrid-Valero: validación; recursos; visualización; redacción – revisión y edición. Dan Denis: conceptualización; curación de datos; redacción – revisión y edición. Brian A. Sharpless: conceptualización; curación de datos; recursos; redacción – revisión y edición. Giulia Lara Poerio: recopilación de datos, recursos, redacción, revisión y edición. Christopher C. French: supervisión; conceptualización; curación de datos; recursos; redacción – revisión y edición. Alice M. Gregory: adquisición de fondos; supervisión; conceptualización; curación de datos; recursos; redacción – revisión y edición.
AGRADECIMIENTOS
Los autores desean dar las gracias a los participantes en el estudio. Los autores también agradecen el apoyo de BBC Science Focus Magazine, especialmente a Ellen Keld y Daniel Bennett, que iniciaron el estudio y prestaron apoyo en especie (apoyo administrativo, financiación del sorteo de premios y promoción del estudio). Gracias también a Isabella Badini, que ayudó en las primeras fases del estudio, así como a quienes contribuyeron al análisis cualitativo de los datos (es decir, Matthew Hutton, Hannah Laurence, Kamila Pawlowska, Chloe Sergeant y Ryan Stewart).
INFORMACIÓN SOBRE LA FINANCIACIÓN
BBC Science Focus Magazine prestó apoyo en especie (apoyo administrativo, financiación del sorteo de premios y promoción del estudio). La redacción de este informe se financió con una subvención de WA Sceptics a AMG para apoyar el trabajo de BR.
CONFLICTO DE INTERESES
Alice Gregory es asesora de un proyecto patrocinado inicialmente por Johnson’s Baby. Es consultora de Perrigo (2021+). Recibe derechos de autor por dos libros: Nodding Off (Gregory, 2018); y The Sleepy Pebble (Gregory & Kirkpatrick, 2019). Tiene otro contrato con la editorial Lawrence King (publicación prevista en 2023). Es colaboradora habitual de BBC Focus Magazine, y ha colaborado en otros medios (como The Conversation, The Guardian y Balance Magazine). Ocasionalmente recibe muestras de productos relacionados con el sueño (por ejemplo, gafas que bloquean la luz azul), y ha dado una charla remunerada a una empresa (Investec). Alice Gregory fue anteriormente consejera delegada de Sleep Universal LTD (2022). Es editora de temas especializados en JCPP (sueño), por lo que recibe unos pequeños honorarios. Ha contribuido con un artículo remunerado a Neurodiem. Brian Sharpless recibe royalties por tres libros publicados a través de Oxford University Press (Sleep Paralysis, 2015; Unusual and Rare Psychological Disorders, 2017; y Psychodynamic Therapy Techniques, 2019). Actualmente está bajo contrato con Chicago Review Press para su cuarto libro. Ocasionalmente recibe muestras de productos relacionados con el sueño (por ejemplo, gafas que bloquean la luz azul), y con frecuencia da conferencias públicas remuneradas sobre trastornos del sueño y otros temas clínicos.
Investigación abierta
DECLARACIÓN DE DISPONIBILIDAD DE DATOS
Los datos en los que se basa este artículo no están actualmente a disposición del público debido a las políticas de protección de datos. Las solicitudes razonables de acceso a los datos deben dirigirse al autor correspondiente.
Información complementaria
Filename |
Description |
jsr13810-sup-0001-supinfo 1.docxWord 2007 document , 58.9 KB |
APÉNDICE S1. Información complementaria |
jsr13810-sup-0002-supinfo 2.docxWord 2007 document , 573.7 KB |
FIGURA S1. (a,b) Flujo de participantes y exclusiones para los análisis ISP y EHS
TABLA S1. Predicción de variables del sueño a partir de creencias paranormales
TABLA S2. Predicción de variables del sueño a partir de creencias paranormales controlando por edad y sexo
TABLA S3. Estadística descriptiva de las creencias paranormales en EHS e ISP: Análisis Chi-cuadrado
TABLA S4. Pruebas post hoc de Chi-cuadrado utilizando el ajuste de Bonferroni: EHS y extraterrestres visitaron la tierra
TABLA S5. Pruebas post hoc de Chi-cuadrado utilizando el ajuste de Bonferroni: ISP y extraterrestres visitaron la Tierra
TABLA S6. Pruebas post hoc de Chi-cuadrado utilizando el ajuste de Bonferroni: ISP y ECMs
TABLA S7. Pruebas post hoc de Chi-cuadrado utilizando el ajuste de Bonferroni: ISP y el alma vive después de la muerte |
Nota: El editor no se hace responsable del contenido ni de la funcionalidad de la información de apoyo facilitada por los autores. Cualquier consulta (que no se refiera a la falta de contenido) debe dirigirse al autor correspondiente del artículo.
REFERENCIAS
· Aarnio, K., & Lindeman, M. (2005). Paranormal beliefs, education, and thinking styles. Personality and Individual Differences, 39(7), 1227– 1236. https://doi.org/10.1016/j.paid.2005.04.009
o View
o Web of Science®Google Scholar
· American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders: DSM-5 ( 5th ed.). American Psychiatric Association.
o View
o Google Scholar
· Backhaus, J., Junghanns, K., Broocks, A., Riemann, D., & Hohagen, F. (2002). Test–retest reliability and validity of the Pittsburgh sleep quality index in primary insomnia. Journal of Psychosomatic Research, 53(3), 737– 740. https://doi.org/10.1016/S0022-3999(02)00330-6
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Bastien, C. H., Vallières, A., & Morin, C. M. (2001). Validation of the insomnia severity index as an outcome measure for insomnia research. Sleep Medicine, 2(4), 297– 307. https://doi.org/10.1016/s1389-9457(00)00065-4
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Buysse, D. J., Reynolds, C. F., Monk, T. H., Berman, S. R., & Kupfer, D. J. (1989). The Pittsburgh sleep quality index: A new instrument for psychiatric practice and research. Psychiatry Research, 28(2), 193– 213. https://doi.org/10.1016/0165-1781(89)90047-4
o View
o CASPubMedWeb of Science®Google Scholar
·
· Denis, D., French, C. C., & Gregory, A. M. (2018). A systematic review of variables associated with sleep paralysis. Sleep Medicine Reviews, 38, 141– 157. https://doi.org/10.1016/j.smrv.2017.05.005
o
View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Denis, D., & Poerio, G. L. (2017). Terror and bliss? Commonalities and distinctions between sleep paralysis, lucid dreaming, and their associations with waking life experiences. Journal of Sleep Research, 26(1), 38– 47. https://doi.org/10.1111/jsr.12441
o
View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Denis, D., Poerio, G. L., Derveeuw, S., Badini, I., & Gregory, A. M. (2019). Associations between exploding head syndrome and measures of sleep quality and experiences, dissociation, and well-being. Sleep, 42(2), zsy216. https://doi.org/10.1093/sleep/zsy216
o View
o Web of Science®Google Scholar
· Drinkwater, K. G., Denovan, A., & Dagnall, N. (2020). Lucid dreaming, nightmares, and sleep paralysis: Associations with reality testing deficits and paranormal experience/belief. Frontiers in Psychology, 11, 471. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.00471
o
View
o PubMedGoogle Scholar
· Fukuda, K., Miyasita, A., Inugami, M., & Ishihara, K. (1987). High prevalence of isolated sleep paralysis: Kanashibari phenomenon in Japan. Sleep, 10(3), 279– 286. https://doi.org/10.1093/sleep/10.3.279
o View
o CASPubMedGoogle Scholar
· Funder, D. C., & Ozer, D. J. (2019). Evaluating effect size in psychological research: Sense and nonsense. Advances in Methods and Practices in Psychological Science, 2(2), 156– 168. https://doi.org/10.1177/2515245919847202
o View
o Google Scholar
· George, D. (2011). SPSS for windows step by step: A simple study guide and reference, 17.0 update, 10/e. Pearson Education India.
o Google Scholar
· Götz, F. M., Gosling, S. D., & Rentfrow, P. J. (2022). Small effects: The indispensable foundation for a cumulative psychological science. Perspectives on Psychological Science, 17(1), 205– 215. https://doi.org/10.1177/1745691620984483
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Gray, E. K., & Watson, D. (2002). General and specific traits of personality and their relation to sleep and academic performance. Journal of Personality, 70(2), 177– 206. https://doi.org/10.1111/1467-6494.05002
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Gregory, A. M. (2018). Nodding Off. Sleep from cradle to grave. Bloomsbury Sigma.
o Google Scholar
· Gregory, A. M., & Kirkpatrick, C. (2019). The sleepy pebble and other stories. Flying Eye.
o Google Scholar
· Hill, T. D., Deangelis, R., & Ellison, C. G. (2018). Religious involvement as a social determinant of sleep: An initial review and conceptual model. Sleep Health, 4(4), 325– 330. https://doi.org/10.1016/j.sleh.2018.04.001
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Jalal, B., & Hinton, D. E. (2013). Rates and characteristics of sleep paralysis in the general population of Denmark and Egypt. Culture, Medicine, and Psychiatry: An International Journal of Cross-Cultural Health Research, 37(3), 534– 548. https://doi.org/10.1007/s11013-013-9327-x
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Jalal, B., Romanelli, A., & Hinton, D. E. (2015). Cultural explanations of sleep paralysis in Italy: The Pandafeche attack and associated supernatural beliefs. Culture, Medicine, and Psychiatry: An International Journal of Cross-Cultural Health Research, 39(4), 651– 664. https://doi.org/10.1007/s11013-015-9442-y
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Kliková, M., Sharpless, B. A., & Bušková, J. (2021). Could sleep paralysis be pleasant? Journal of Sleep Research, 30(3), e13154. https://doi.org/10.1111/jsr.13154
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· MacDonald, P. L., & Gardner, R. C. (2000). Type I error rate comparisons of post hoc procedures for I j Chi-Square tables. Educational and Psychological Measurement, 60(5), 735– 754. https://doi.org/10.1177/00131640021970871
o View
o Web of Science®Google Scholar
· McNally, R. J., & Clancy, S. A. (2005). Sleep paralysis, sexual abuse, and space alien abduction. Transcultural Psychiatry, 42(1), 113– 122. https://doi.org/10.1177/1363461505050715
o View
o PubMedGoogle Scholar
· Moore, P. J., Adler, N. E., Williams, D. R., & Jackson, J. S. (2002). Socioeconomic status and health: The role of sleep. Psychosomatic Medicine, 64(2), 337– 344. https://doi.org/10.1097/00006842-200203000-00018
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Morin, C. M., Belleville, G., Bélanger, L., & Ivers, H. (2011). The insomnia severity index: Psychometric indicators to detect insomnia cases and evaluate treatment response. Sleep, 34(5), 601– 608. https://doi.org/10.1093/sleep/34.5.601
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Ramsawh, H. J., Raffa, S. D., White, K. S., & Barlow, D. H. (2008). Risk factors for isolated sleep paralysis in an African American sample: A preliminary study. Behavior Therapy, 39(4), 386– 397. https://doi.org/10.1016/j.beth.2007.11.002
o View
o PubMedGoogle Scholar
· Reiner, T. W., & Wilson, A. M. (2015). Assessing belief in the paranormal: An exploratory and confirmatory factor analysis. Journal of Scientific Psychology, 14.
o Google Scholar
· Santomauro, J., & French, C. C. (2009). Terror in the night. The Psychologist, 22(8), 672– 675.
o Web of Science®Google Scholar
· Sateia, M. J. (2014). International classification of sleep disorders-third edition. Chest, 146(5), 1387– 1394. https://doi.org/10.1378/chest.14-0970
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sharpless, B. A. (2014). Exploding head syndrome. Sleep Medicine Reviews, 18(6), 489– 493. https://doi.org/10.1016/j.smrv.2014.03.001
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sharpless, B. A. (2015). Exploding head syndrome is common in college students. Journal of Sleep Research, 24(4), 447– 449. https://doi.org/10.1111/jsr.12292
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sharpless, B. A. (2016). A clinician’s guide to recurrent isolated sleep paralysis. Neuropsychiatric Disease and Treatment, 12, 1761– 1767. https://doi.org/10.2147/NDT.S100307
o
View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sharpless, B. A., Denis, D., Perach, R., French, C. C., & Gregory, A. M. (2020). Exploding head syndrome: Clinical features, theories about etiology, and prevention strategies in a large international sample. Sleep Medicine, 75, 251– 255. https://doi.org/10.1016/j.sleep.2020.05.043
o View
o PubMedGoogle Scholar
· Sharpless, B. A., & Doghramji, K. (2015). Sleep paralysis: Historical, psychological, and medical perspectives. Oxford University Press.
o View
o Google Scholar
· Sharpless, B. A., & Kliková, M. (2019). Clinical features of isolated sleep paralysis. Sleep Medicine, 58, 102– 106. https://doi.org/10.1016/j.sleep.2019.03.007
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sharpless, B. A., McCarthy, K. S., Chambless, D. L., Milrod, B. L., Khalsa, S.-R., & Barber, J. P. (2010). Isolated sleep paralysis and fearful isolated sleep paralysis in outpatients with panic attacksb. Journal of Clinical Psychology, 66(12), 1292– 1306. https://doi.org/10.1002/jclp.20724
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Sherwood, S. J. (1999). Relationship between childhood hypnagogic, hypnopompic, and sleep experiences, childhood fantasy proneness, and anomalous experiences and beliefs: An exploratory WWW survey. Journal of the American Society for Psychical Research, 93(2), 167– 197.
o Google Scholar
· Waters, F., Blom, J. D., Dang-Vu, T. T., Cheyne, A. J., Alderson-Day, B., Woodruff, P., & Collerton, D. (2016). What is the link between hallucinations, dreams, and hypnagogic–hypnopompic experiences. Schizophrenia Bulletin, 42(5), 1098– 1109. https://doi.org/10.1093/schbul/sbw076
o View
o PubMedWeb of Science®Google Scholar
· Williams, E., Francis, L. J., & Robbins, M. (2007). Personality and paranormal belief: A study among adolescents. Pastoral Psychology, 56(1), 9– 14. https://doi.org/10.1007/s11089-007-0094-x
o View
o Google Scholar
· Wing, Y.-K., Lee, S. T., & Chen, C.-N. (1994). Sleep paralysis in Chinese: Ghost oppression phenomenon in Hong Kong. Sleep: Journal of Sleep Research & Sleep Medicine, 17(7), 609– 613. https://doi.org/10.1093/sleep/17.7.609
o View
o CASWeb of Science®Google Scholar
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jsr.13810