Por Roger Highfield, redactor de Highfield Science
La gente que tiene experiencias fuera del cuerpo, tales como volar a lo largo de un túnel hacia una luz divina, es más probable que sufran un extraño efecto llamado parálisis del sueño, según un estudio que agrega más evidencia para una explicación biológica a la experiencia.
Durante la parálisis del sueño, la gente experimenta una clase de interrupción entre los estados de conciencia que ocurre en la franja del sueño, entre el dormir o el despertar. Porque el cerebro inhibe la capacidad del cuerpo de moverse durante el sueño, los músculos pueden perder su tono, o la tensión, causando parálisis.
Los detalles de la parálisis del sueño varían de persona a persona. Algunos oyen sonidos vagos, voces indistintas y un guirigay demoníaco. Otros ven alucinaciones de seres humanos, de animales y de criaturas sobrenaturales. Hay una llamativa incapacidad de moverse o de hablar, o de tener un peso en el pecho.
También son comunes las sensaciones de elevarse de la cama o de volar. Además, la gente reporta experiencias fuera del cuerpo, acompañadas a veces por «autoscopía» cuando se miran abajo a sí mismos. No es sorprendente que estos momentos sean acompañados por miedo.
A través de la historia, también ha habido relatos de gente que tiene visiones cercanas a la muerte – qué ahora se llaman «experiencias cercanas a la muerte».
Hoy, los dos efectos raros son ligados por un estudio que regresa a la idea de que la experiencia cercana a la muerte es una experiencia biológica, en lugar de cualquier cosa que tenga que ver con una dimensión espiritual, una vistazo al cielo o la existencia del alma.
La gente que ha tenido experiencias cercanas a la muerte también es probable que haya sufrido parálisis del sueño, según el estudio publicado por un equipo en neurología, en la revista de la American Academy of Neurology, por el profesor Kevin Nelson, de la Universidad de Kentucky, Lexington.
En un estudio de 55 personas que tuvieron una «experiencia cercana a la muerte» – definida como un tiempo durante un episodio peligroso de la vida cuando una persona experimenta una variedad de sensaciones, incluyendo viveza inusual, ver una luz intensa, y una sensación de paz – él encontró que tres cuartos tuvieron una experiencia fuera del cuerpo y la mitad de ellas también había sentido que habían dejado su cuerpo durante la transición entre el despertar y el sueño.
«Encontramos que 96 por ciento (24 de 25) de los sujetos cercanos a la muerte que tenían parálisis del sueño también tuvieron experiencias fuera del cuerpo tanto durante la transición del sueño o la experiencia cercana a la muerte», dijo el profesor Nelson.
En un grupo de control de 55 personas, tres informaron una experiencia fuera del cuerpo. Dos de ellos también sufrieron parálisis del sueño. El profesor Nelson dice que esto sugiere que los mismos circuitos del cerebro juegan un papel.
La parálisis del sueño ligada a experiencias fuera del cuerpo se pensaba que era rara, pero puede ocurrir entre el 40 y 60 por ciento de la gente por lo menos una vez.
Ellos reportan sensaciones de flotar, volar, caer o de dejar su cuerpo. Van de experiencias relativamente tranquilas de volar a las sensaciones horribles de caer o elevarse velozmente.
El psicólogo Frederick Malmstrom de la Academia de la Fuerza Aérea de los E.U. ha observado que la representación típica de un extraterrestre está en el cerebro de cada humano. Él anunció que la imagen del extraterrestre no es diferente a la imagen de la madre que está en el cerebro de un bebé a partir del momento del nacimiento y permanece allí toda su vida. Este descubrimiento ha permitido que los académicos por todo el mundo afirmen que los seres extraterrestres existen en nuestras cabezas y no en otros universos.
Malmstrom se llegó a interesar en esto porque la gente, que afirma haber sido secuestrada por los extraterrestres, cuando se le pide que describan a los extraterrestres todos dibujan la imagen clásica de una persona con la piel gris, una cabeza grande, boca y barbilla pequeñas, y características similares.
¿Podría ser que los habitantes de una civilización «extremadamente deshonesta» han agarrado a todos ésos secuestrados? Tal sugerencia le parecía extraña a Malmstrom. Él, como creyente en la ciencia, prefiere apoyar el punto de vista que establece que esa gente ve extraterrestres cuando están en el breve estado entre el sueño y la vigilia. En ese momento las imágenes que aparecen en la mente de una persona residen profundamente en el subconsciente. ¿De dónde en nuestro cerebro viene la imagen de un extraterrestre?
Malmstrom consideró muchas posibilidades diferentes y ha llegado a una conclusión. Él cree que la imagen del ser extraterrestre, que el hombre ve cuando está medio dormido, es generada por la primitiva imagen maternal que una persona ha visto justo después del nacimiento. El erudito ha probado esta teoría. Malmstrom recogió toda la información conocida sobre la visión de los bebés recién nacidos y después editó la imagen de una mujer vista por un bebé considerando; astigmatismo, plano focal pequeño, carencia de precisión, percepción anormal de la luz y así sucesivamente. Él encontró que la imagen de una mujer se convirtió en la imagen arquetípica de un extraterrestre.
Los creyentes en la existencia de seres extraterrestres criticaron inmediatamente el trabajo del psicólogo, afirmando que los extraterrestres no aparecen de una manera tan simple. Dicen que los extraterrestres copulan con las mujeres de la tierra y que el embarazo subsiguiente es el de un ser extraterrestre y no de una alucinación inducida por el sueño. Es verdad que no pueden mostrar a los científicos ninguna especie híbrida como evidencia. Los miembros de la civilización extraterrestre roban los embriones en la etapa inicial del desarrollo.
Muchos animales nacen con imágenes visuales ya implantadas en el cerebro. Por ejemplo, los pollos recién nacidos se ocultan por instinto de la sombra que proyectan los halcones y no reaccionan a ninguna otra sombra. Un bebé recién nacido también tiene tales reacciones naturales. Hasta la edad de dos meses los infantes reaccionan a todo lo que recuerde la imagen humana y son totalmente indiferentes a todo lo demás.
Miles de mujeres, que han visto extraterrestres, afirman que han tenido contacto sexual con ellos. Como consecuencia de este contacto a menudo ha habido embarazos y otro extraterrestre ha nacido con la intención de aumentar la raza extraterrestre. Las estadísticas han demostrado que en el noventa por ciento de los casos los fetos son visibles en la novena o décima semana del embarazo. Desde el principio los investigadores se han sorprendido del porqué los extraterrestres desean embriones abortados. Deben ser sólo para experimentos. Sin embargo, han llegado a otra conclusión. Un embrión de nueve semanas es una copia al carbón de un extraterrestre. Tienen pequeñas manos, piernas y una cabeza enorme con ojos grandes sin pupilas. Quizás en su planeta existan condiciones en las que solo pueden crecer estos niños nacidos prematuramente. Evidentemente tenemos mucho en común con ellos o por lo menos nuestras madres son muy similares a ellos.
Suponga usted que se encuentra de vacaciones esquiando en Aspen, Chamonix, Kitzbühel, Whistler o Zermatt, o tal vez haya escogido escalar alguna montaña en la Sierra Nevada de California o en los Andes sudamericanos. De pronto, mientras camina o se desliza por la nieve ve algunas manchas de nieve «pintadas» de rosa. Se acerca y a medida que camina se da cuenta que va dejando un rastro de huellas color rojo. Levanta las botas y ve que la suela muestra un tinte carmesí. Seguro que será una gran sorpresa para usted.
Obviamente el fenómeno no es nuevo, ni se debe al calentamiento global (al que está de moda echarle la culpa de todo lo raro que ocurre en la naturaleza). Ya en el 350 a. C. El filósofo griego Aristóteles (348-322 a. C.) mencionaba la nieve coloreada.
Durante miles de años esta nieve rosa (las hay de varios colores: roja, amarilla, verde, naranja, gris e incluso púrpura) ha desconcertado a los escaladores, exploradores y naturalistas por igual.
En 1778 el naturalista francés Horace Bénédict De Saussure (1740-1799), el científico que auspició la primera ascensión al Mont Blanc, también descubrió este curioso fenómeno. Él pensó que se trataba de un hongo, otros creían que era causada por depósitos minerales o productos lixiviados de las rocas.
En mayo de 1818, cuando el capitán John Ross (1777-1856) intentaba encontrar el paso del Noroeste para salir «al otro lado del globo», mientras sus cuatro barcos rodeaban el Kap York (cabo York), de la costa del Noroeste de Groenlandia, vio que los blancos acantilados estaban manchados con algo que parecían corrientes de sangre. Envió una patrulla expedicionaria para examinar el terreno y obtener muestras del mismo.
A su regreso a Inglaterra envió las muestras a un químico de Londres. El London Times, del 4 de diciembre de 1818 publicó esta nota:
«El capitán sir John Ross ha traído de la bahía de Baffin cierta cantidad de nieve roja, o algo de agua-nieve, que se ha sometido al análisis químico en este país, para descubrir la naturaleza de su materia colorante. Nuestra credulidad se pone a prueba extrema en esta ocasión, pero no podemos ver que haya ninguna razón para dudar del hecho según lo indicado. Sir John Ross no vio caer ninguna nieve roja; pero vio grandes zonas cubiertas con ella. El color de los campos de nieve no era uniforme; pero, por el contrario, había parches o rayas más o menos rojas, y de varias intensidades del tinte. El licor, o la nieve disuelta, es de un rojo tan oscuro que asemeja al vino tinto. Se indica, que el licor deposita un sedimento; y que la pregunta no está respondida, si ese sedimento es de naturaleza animal o vegetal. Se sugiere que el color se deriva del suelo en el cual cae la nieve: en este caso, no se pudo haber visto ninguna nieve roja en el hielo».
Tres días más tarde en otro artículo se concluyó que la coloración era causada por depósitos de hierro meteórico:
«»¦ se encontró que el hierro es el que da color a toda la materia metálica así como a la materia vegetal».
Solo un año después, el biólogo Ferdinand Bauer (1760-1826) describió las células que vivían en nieve coloreada. Los habitantes de la nieve resultaron ser miembros unicelulares, auténticos cloroplastos de algas. No fue hasta el final del siglo diecinueve que el fenómeno inusual finalmente fue atribuido a las altas concentraciones o «floraciones» de algas microscópicas. Hoy sabemos que la responsable de esta pigmentación característica es una alga microscópica llamada Chlamydomonas nivalis. Estas algas constituyen un verdadero crioplancton o plancton de las zonas gélidas.
Durante años la nieve roja no pasó de ser una curiosidad de la naturaleza hasta que en el siglo veinte la botánica húngara Erzsébet Kol (1897-1980) comenzó a estudiarla y publicar los primeros estudios científicos a mediados de los años veinte. Durante casi 50 años recibió muestras de nieve roja de casi todas partes del mundo. Incluso pudo obtener muestras de países socialistas, como Albania, cuya alga roja describió en 1958.
Durante mucho tiempo no se tuvo noticias de C. nivalis en Ãfrica y se pensaba que no vivía en ese continente. Pero en 1998 el biólogo Brian Duval en compañía de Edilma Duval y Ronald W. Hoham, organizaron una expedición al monte Neltner en Marruecos y encontraron los primeros especimenes conocidos de C. nivalis en Ãfrica.
CHLAMYDOMONAS NIVALIS
Las Chlamydomonas nivalis son células eucarióticas. Su clasificación científica completa es:
Reino: Plantae
Phylum: Chlorophyta
Clase: Chlorophyceae
Orden: Volvocales
Familia: Chlamydomonadaceae
Genus: Chlamydomonas
Especie: C. nivalis
Las Chlamydomonas nivalis son algas verdes que se vuelven rojas debido a que su cloroplasto produce una sustancia roja que las protege contra el exceso de rayos UV, de tal modo les permite la fotosíntesis sin ser dañadas. Estos pigmentos son los carotenoides y las xantofilas (como la astaxanthina), cuya función es proteger al alga de la radiación ultravioleta.
Los carotenoides son pigmentos que producen una gran variedad de colores. Son los que le dan el rojo a los jitomates y los pimientos rojos; el naranja de las zanahorias; el verde amarillento de los aguacates; el amarillo de la yema de los huevos; el rojo de los exoesqueletos del camarón, el cangrejo y las langostas; el rosa de los flamingos; etc.
En las algas de la nieve, la astaxanthina parece bloquear la radiación UV, mientras que dejar pasar otras longitudes de onda necesarias para la fotosíntesis. Es decir el carotinoide actúa como un buen filtro solar. De hecho los carotenoides son la base de los filtros solares.
Las condiciones ambientales en la nieve son extremas. La temperatura fluctúa en el día alrededor de -8 a 1°C. Además, la cantidad de luz visible en la nieve es muy alta. La nieve es altamente reflexiva a la radiación visible y en combinación con las propiedades de la luz, puede crear uno de los mayores flujos de fotones de la tierra. La óptica de la nieve también puede aumentar el flujo de radiación UV-B, que de por sí ya es grande a esas alturas. Los altos flujos simultáneos de radiación visible y de UV-B combinados con la baja temperatura pueden generar una de las condiciones ambientales más extremas para los organismos fotosintéticos encontradas en la tierra.
Los pigmentos carotenoides ayudan a proteger las delicadas células de las algas contra la radiación solar. Cuando están expuestas a los UV, las C. nivalis también producen flavonoides que aparecen funcionar como antioxidantes, previniendo el daño a la clorofila del alga. Los flavonoides reducen el nivel de radicales libres celulares que dañan las moléculas de la clorofila. Esto se debe a que los flavonoides son compuestos con tres anillos fenólicos que consisten de un anillo doble unido por un solo enlace a un tercer anillo. En las hojas bloquean la luz ultravioleta lejana (que es altamente destructiva de los ácidos nucleicos y de las proteínas), mientras que selectivamente admiten la luz de longitudes de onda azules y rojas que son cruciales para la fotosíntesis. El estudio de estos flavonoides (como el famoso resveratrol) puede ser valioso en el tratamiento de ciertos cánceres de piel.
EL CICLO DE CHLAMYDOMONAS NIVALIS
Durante la temporada más fría del invierno C. nivalis permanece inactiva, enterrada bajo las capas de nieve. Al comienzo de la primavera y en algunas zonas incluso en verano, cuando la nieve se comienza derretir y los niveles de luz se empiezan a intensificar, C. nivalis lanza unas células verdes con flagelos que viajan a la superficie de la nieve. Al llegar arriba pierden sus flagelos y parte de ellos forman una pared gruesa de células en reposo (aplanosporas) que contienen el pigmento rojo protector y la reserva de alimentos. Otras pueden funcionar como gametos (células sexuales), fundiéndose en pares para formar zigotos.
Vista al microscopio C. nivalis parece un caramelo duro. Es criofílica (le gusta el frío) y prospera en aguas congeladas. Su tamaño va de 10 a 35 µm de diámetro, por lo que su viaje de sólo algunos centímetros a través de la aguanieve para llegar a la superficie es tan épico como el viaje del salmón. C. nivalis vive a grandes alturas (2,500 a 3,000 metros) en condiciones extremas de bajas temperaturas y altos índices de radiación. Sin embargo hay poco más de 300 especies de algas de la nieve; 60 de ellas son naturales de América. Bajo condiciones favorables, las C. nivalis forman densas floraciones de algas, que producen un color rosa en la nieve, dando lugar a la llamada «nieve de sandía». Se ha estimado que una cucharilla de nieve derretida puede contener más de un millón de células de C. nivalis.
Las algas se pueden extender hasta una profundidad de 25 centímetros. Las algas se acumulan a veces en depresiones en la nieve llamada tazas de sol. Ya que el pigmento rojo oscuro absorbe el calor, la nieve se derrite y acumula las células, aumentando las tazas de sol y acelerando el índice de fusión de los bancos de nieve y de los glaciares.
C. nivalis se alimenta de los minerales lixiviados de los cantos rodados y del suelo subyacente que viene con la nieve, y de detritus de diversos materiales (especialmente polen) que cae sobre la nieve de árboles y de arbustos de los bosques a alturas más bajas y que llegan trasportados por el viento. También aprovechan los restos de plantas, algas muertas, protozoarios, rotoríferos, nematodos, gusanos de la nieve y pequeños insectos que son descompuestos por las bacterias y los hongos.
Este organismo utiliza los contaminantes de la nieve como alimento y reduce la acidez del aguanieve. C. nivalis aprovecha el bióxido de carbono (el gas de invernadero) para utilizarlo en el proceso de fotosíntesis.
Al caminar sobre la nieve rosada se comprime la capa y aumenta la densidad de la población de C. nivalis, produciendo un color tan intenso como el de la pulpa de sandía.
La nieve incluso tiene un olor fresco de sandía y es por eso que a veces se llama «nieve de sandía». Hay informes sin confirmar que afirman que consumir «cantidades abundantes» de nieve rosada puede causar diarrea.
Los poderosos vientos de la montaña que traen los alimentos al banco de nieve pueden también servir para dispersar las células encapsuladas inactivas a las montañas distantes. De esa manera C. nivalis continúa con su ciclo de vida.
Armstrong W. P., Watermelon Snow: A Strange Phenomenon Caused by Algal Cells of The Chlorophyta, Wayne’s Word Noteworthy Plant, agosto 1998, http://waynesword.palomar.edu/plaug98.htm (24 abril 2006).
Duval Brian, Duval Edilma & Hoham W. Ronald, Snow Algae of the Sierra Nevada, Spain, and High Atlas Mountains of Morocco, International Microbiology, Vol. 2 1999, Págs. 39-42.
Duval Brian, Shetty K. & Thomas H. William, Phenolic Compounds and Antioxidant Properties in the Snow Alga Chlamydomonas nivalis After Exposure to UV Light, Journal of Aplied Phycology, Vol. 11, 2000, Págs. 559-566.
De niño siempre estuve intrigado por los X-Ray Spex®. Sí, aquellos anteojos de rayos X que anunciaban en diversas revistas de historietas.
Nunca intenté comprar esos anteojos pues pensaba que eran una estafa. ¿Sería como ver a contraluz, en la mañana, las muchachas que usaban faldas de telas ligeras? Pero de ser así ¿cómo es que pueden iluminar desde el lado contrario al observador? No. El truco debería ser otro.
Nunca lo supe.
Según la publicidad con ese aparato podrías ver a través de las paredes, de tu propia piel, y lo más interesante, ver a través de la ropa.
En realidad no era cierto lo que ofrecían sus creadores. Se trataba sólo de una ilusión.
Ahora podemos ver en la Wikipedia que cada lente consiste de una pluma intercalada entre dos piezas de cartón, con un orificio de un cuarto de pulgada en el centro. Este dispositivo hace que cuando vez un objeto a contraluz, tu mano, por ejemplo, vez una imagen más oscura de la pluma sobreimpuesta a la imagen real de tu mano, de tal forma que crea la ilusión de una radiografía.
Hijo de Don Pedro Paulet y Antonia Mostajo, Pedro Paulet Mostajo nació el 2 de julio de 1874 en la ciudad de Tiabaya, Arequipa, Perú.
Gustaba de recolectar los cohetes que se lanzaban los días de feria, para posteriormente construir pequeños mísiles con los que, en su imaginación, podía llegar a la Luna.
Estudió en la Facultades de Letras y la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Agustín, en donde en compañía de varios de sus condiscípulos fundó la Sociedad Patriótica y el Centro Artístico.
Gracias a una beca otorgada por el gobierno peruano logra concluir sus estudios de ingeniería en la Sorbona de París, en 1898 y tres años después los de química aplicada en la Universidad de París.
A pesar del duro trabajo y su inclinación por las ciencias, nunca descuidó su formación humanista. Ingresó a la Escuela de Artes Finas y Decorativas, al mismo tiempo que estudiaba química con Marcelin Berthelot.
Casi al concluir sus estudios su país lo nombra cónsul en Francia (1900). De 1902 a 1904 fungió como cónsul de Perú en Bélgica. A su regreso fundó la Escuela de Artes y Oficios, de la que fue director hasta 1910.
Desde 1897 comenzó a trabajar en un nuevo tipo de motor en el cual utilizaba propelente líquido, algo realmente avanzado para su tiempo. Los primeros prototipos utilizaban gasolina como combustible y peróxido de nitrógeno como oxidante. Ambos estaban almacenados en recipientes separados. Desafortunadamente durante sus experimentos sufrió un grave accidente que le llevaría a perder la audición. Esa desgracia no lo amilanó y comenzó a trabajar en el diseño del «avión torpedo»: una especie de cohete con forma de un cono casi esférico pero con alas delta, una forma que bien podría pasar como de platillo volador.
En teoría el «avión torpedo» se podría desplazar en el aire y en el espacio. Tal vez era el primer diseño de avión de despegue vertical, o de cohete de vuelo horizontal: una mezcla de cohete y trasbordador.
La forma casi esférica no era gratuita. Pedro Paulet sabía que la esfera presenta la mayor resistencia a las presiones externas e internas. Esta característica era necesaria para un supuesto viaje espacial. Paulet quería construir su «avión torpedo» con materiales resistentes a las condiciones que se pudieran encontrar en el espacio.
Este extraordinario vehículo era realmente un «jet a reacción». Contaba con una batería de 36 cohetes en cada ala. Los cohetes estaban alineados en tres columnas que contenían cada una 12 cohetes. El ala delta se podía orientar para vuelos verticales o vuelos horizontales simplemente cambiando la dirección de la punta con respecto al cuerpo del aparato.
Pedro Paulet Mostajo murió en 1945 en la ciudad de Buenos Aires.
Pedro Paulet es un orgullo para el Perú y para Latinoamérica. Se puede leer más sobre su vida y trabajo en la siguiente dirección: