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Lights in the Sky: Libro en PDF

Lights in the Sky: Identifying and Understanding Astronomical and Meteorological Phenomena

Muchas luces y otros objetos en el cielo no son reconocidos, o por lo menos son poco entendidos por los que los observan. Esas cosas van desde cosas comunes como el arco iris y meteoros, a los muy raros como el destello verde y las centellas. Y aún queda un residuo de objetos que permanecen sin identificar por el observador, clasificados generalmente como «ovnis», una descripción que hoy tiene connotaciones misteriosas, incluso de visitantes extraterrestres.

La primera parte de este libro es una guía de identificación, muy parecida al «identificador de plantas» encontrado en las secciones de jardinería o un buen libro de botánica. Que permite una rápida (y estructurada) identificación de los fenómenos aéreos conocidos, ya sea en la noche o durante el día. Por lo tanto se hace referencia a los objetos, en la segunda parte del libro.

La segunda parte ofrece una completa descripción, explicación física, y, en su caso notas relevantes sobre cómo observarlos y fotografías de los distintos fenómenos. Algunos necesitan ayuda óptica como telescopios o prismáticos, pero el objetivo principal del libro es la identificación y explicación en lugar de las imágenes.

El capítulo final se enfoca en los ovnis desde un punto de vista científico, en particular la forma en que la percepción, y a menudo, las preconcepciones humanas afectan los resultados. No obstante, termina con una breve sección relativa a los «ovnis extraterrestres», haciendo hincapié en la carga de la prueba y los aspectos que afectan a las teorías científicas de la vida en otros mundos y la improbabilidad de que estemos siendo visitados.

Author(s): Michael Maunder

Publisher: Springer; 1 edition

Date     : 2007

Pages    : 258

Format   : PDF

OCR      : Yes

Quality  :

Language : English

ISBN     : 1846285623

http://www.freebookspot.com/Comments.aspx?Element_ID=2394

Los niños salvajes (30)

OTROS «NIÑOS-ANIMALES»

Bernard Heuvelmans ha prestado especial atención a los relatos que hablan de niños criados por avestruces, leones, gacelas y osos. En Sri Lanka varios cazadores observaron a una adolescente entre una manada de búfalos.

Sudam Pradhana de la aldea de Bargania en Orissa, India, nunca fue a la escuela local y disfrutaba cuidar las vacas y trabajar en los campos. En abril de 1990, cuando tenía 13 años, se metió a la selva de Labingi en el distrito de Angul, a 30 kilómetros de su aldea, con su primo Abhay, más viejo que él, buscando un gran palo para hacer un arado. Abhay dijo a Sudam que descansara cerca de una choza mientras él iba en busca de agua. Cuando volvió, Sudam se había ido. Durante varios días, los padres y vecinos de Sudam lo buscaron sin éxito. Su padre Gautam Pradhan nunca divulgó su desaparición y, al igual que su mujer Shaibala, mantuvo la esperanza de que regresara tarde o temprano – y lo hizo.

El 4 de mayo de 2001, Gayachand Muduli y el Deb Muduli de la aldea vecina de Gadtaras, recogiendo leña en el bosque, encontraron una criatura salvaje con las uñas y el pelo largos. Estaba comiendo mangos debajo de un árbol. «Vestía pantalones rotos y llevaba una bolsa de plástico vacía. Había pulpa de mango por todas partes de su barbilla», dijo Gayachand. «No hizo ningún intento de escapar al vernos».

Lo llevaron de nuevo a Garatarasa donde lo identificaron como Sudam debido a las cicatrices en su cráneo y pies. «Él ahora se comporta como un animal y cubre su cuerpo con hojas», dijo el aldeano. Responde a las preguntas con la mirada fija en blanco y lucha por pronunciar una palabra o dos en Oriya. Tiene grandes marcas blancas en su piel, como si hubiera combatido con la fauna salvaje. «Mi hijo ha vuelto a casa después de 11 años debido a la bendición de dios», dijo su padre Gautam Pradhan.

Ganesh Pradhan, el jefe de la policía en Bantala, sugirió que Sudam pudo haber pasado los últimos 11 años en compañía de la tribu nómada de Mallar recolectores de miel que viven en lo profundo de la selva. «También es posible que fuera a través del bosque con los aldeanos del distrito de Cuttack o de Phulbani al otro lado», dijo. «Después de haber vagado durante mucho tiempo pudo haber encontrado su camino dentro del bosque».

En octubre de 2001, un niño de 16 meses de edad se perdió en Irán y fue encontrado en la guarida de osos tres días más tarde, sano y salvo. Se pensó que el bebé había sido amamantado por una madre osa.

En el 2006 encontraron un muchacho en Uzbekistán después de vivir ocho años como animal. Fue encontrado en la región montañosa de Uzbekistán ocho años después de que fue reportado como desaparecido en 1998, dijeron los fiscales locales.

«El muchacho actúa como un animal salvaje. Le teme a todo, no puede hablar y solamente gruñe», dijeron los fiscales, agregando que fue encontrado por trabajadores constructores de caminos.

Los expertos identificaron al muchacho después de estudiar las fotografías que databan de 1998. Sus padres reconocieron al muchacho, señalándolo entre de varios otros adolescentes en una fila.

Los fiscales dijeron que devolverían al muchacho a su familia después de un curso de la rehabilitación.

«Le están enseñando a hablar y a vivir entre la gente. Los expertos también están intentando descubrir dónde estuvo y cómo sobrevivió todos estos años», dijeron los fiscales.

No está claro en donde habría podido vivir el muchacho en el bosque denso del Asia Central en una región densamente poblada de Samarcanda.

Continuará…

Plato Volador de GFS Projects

Platillo volador real visto por el Departamento de Defensa

Tracy Staedter, Discovery News

Oct 12, 2007 «“ Pensando en «platillos voladores» y ovnis vienen a la mente las películas de la serie b de los 50s (ver «La Tierra contra los platillos volantes» o «El Día que paralizaron la Tierra»). Pero ahora los investigadores han construido un vehículo aéreo no tripulado que se ve y actúa como las cosas imaginadas.

El aparato en forma de disco puede despegar verticalmente desde cualquier superficie, aterrizar prácticamente en cualquier lugar, y si accidentalmente entra en contacto con un edificio o un acantilado, no explota en una bola de fuego, igual que esos locos helicópteros.

Estas características pueden hacerlos los únicos aparatos capacitados para volar en zonas urbanas de guerra, ayudando en la búsqueda y rescate en zonas de desastre, en el control de cultivos y de oleoductos, y para tomar fotografías aéreas (léase: vigilancia).

«Puedes aterrizarlo hasta en un pie de diámetro y decimos que es totalmente escalable hasta una embarcación de gran tamaño», dijo David Steel, director de GFS Projects en Peterborough, Inglaterra.

«GFS» significa Geoff’s Flying Saucer, por Geoff Hatton, el ingeniero e inventor, que concibió la idea originalmente.

Aunque los platillos volantes son los favoritos entre los extraterrestres, los ingenieros de Earthbound han tenido más dificultades en hacer despegar los vehículos.

Algunos diseños vuelan, pero no pueden moverse hacia arriba o abajo para navegar a lo largo de una colina o un edificio, por ejemplo. Otros diseños no son maniobrables o dirigibles.

El diseño de Hatton logra ambas cosas.

El vehículo se ve algo parecido a un cuenco boca abajo con una hélice en la parte superior. Cuando la hélice gira, el aire es empujado hacia abajo sobre la superficie exterior de la taza. La acción crea una menor presión de aire en la parte superior del aparato y una mayor presión de aire por debajo, haciendo que el vehículo se eleve.

El diseño hace que sea fácil incorporar una gran carga útil en el centro de gravedad, dijo Holger Babinsky, profesor asociado de aerodinámica en la Universidad de Cambridge en Cambridge, Inglaterra.

Continúe leyendo en:

http://dsc.discovery.com/news/2007/10/12/flyingsaucer_tec.html?category=technology&guid=20071012093000&dcitc=w19-502-ak-0000

Los niños salvajes (29)

LOS NIÑOS PERRO

Ivan Mishukov vivió con una manada de perros salvajes en Retova, al oeste de Moscú, después de escapar del hogar a la edad de cuatro años en 1996. La madre se había unido a un alcohólico que lo golpeaba.

Ivan pedía limosna en las calles y se hizo amigo de los perros a los que les daba los desechos de sus alimentos. Los perros protegían al muchacho de otros mendigos y lo mantenían caliente en invierno, en donde las temperaturas solían bajar hasta -30ºC. En 1998 la policía intentó atraparlo, pero los perros lo impidieron. Después de tres intentos, finalmente lo atraparon después de poner un narcótico en las sobras de comida que les dio un restaurante.

Pasó un corto periodo de tiempo en un orfanato de Reutov. Actualmente Ivan tiene 15 y va a la escuela.

En 1999 en Mirny, Ucrania, fue encontrado Edik, un niño de 4 años de edad que había permanecido 2 años confinado. Su madre era alcohólica. Edik tenía una hermana que fue recogida por los vecinos, pero el niño fue abandonado en un departamento donde tuvo que convivir con perros.

Los servicios de seguridad social se hicieron cargo. Cuando cumplió 6 años había alcanzado el nivel de un niño de 3. Como muchos otros niños salvajes, a Edik no le gustaba vestirse y comía en el suelo, como los perros.

Algo similar le ocurrió al niño chileno Axel Rivas.

El 16 de junio del 2001 fue rescatado del mar mientras intentaba escaparse de la policía. No era la primera vez que se escapaba. Su madre lo tuvo a la edad de 16 años. Sus padres lo maltrataban y terminaron por abandonarlo a la edad de cinco años. Fue internado en un centro de atención a menores en Chillancito, cerca de Concepción, en donde permaneció hasta los ocho años. Pero en el orfanato tampoco era bien tratado. En 1998 Alex escapó y vivió con una jauría de 15 perros callejeros en una cueva en las cercanías del puerto de Talcahuano, Chile.

La gente local lo conocía como «el niño perro» y gruñía a cualquier ser humano que intentaba acercarse. Lo describieron como extremadamente violento, subalimentado, hiperactivo e inarticulado. Se había roto los dientes delanteros y tenía una mejilla marcada con una cicatriz.

Se alimentaba de lo que encontraba en los botes de basura y de la leche de una perra que había dado a luz recientemente. Aquella tarde del 16 de junio la policía fue a atraparlo, y él intentó escapar tirándose al mar. Estaba asqueroso. Con los dientes podridos por su alimentación y por las drogas

Mientras lo llevaban al centro de menores, les dijo a sus captores «Déjenme ir, los perros son mi familia, por favor, déjenme volver con ellos».

Fue llevado al Servicio Nacional de Menores (SENAME), dirigido por Delia Delgatto Reyes. «Muestra signos de depresión, es agresivo y no habla mucho, aunque sabe hablar», dijo Delgatto.

Constantemente se escapaba del orfanato, sólo para ser atrapado de nueva cuenta. La última vez que se supo que se había escapado fue el 14 de noviembre del 2001. Al día de hoy desconozco su paradero

A principios de febrero del 2002 atraparon otro niño salvaje que vivía en la región de Brasov de Transylvania, Rumania. Se llamaba Traian Caldarar, tenía siete años, y había huido del violento novio de su madre.

Fue descubierto por el pastor Manolescu Ioan, una noche que se le descompuso su coche y no tuvo más remedio que caminar a casa a través de sus terrenos en la sombra de las montañas de Fagaras. A las 6 am vio un niño desnudo, salvaje que vivía en una caja de cartón cubierta con una hoja de plástico. Estaba comiendo los restos de un perro muerto. Manolescu reportó su hallazgo a la policía, que más adelante capturó al muchacho.

Se creyó que había vivido solo en el bosque por años, pero los doctores pensaron que debía haber tenido cierta protección; quizás se había unido a algunos de los muchos perros salvajes en la región. Tenía el tamaño de un niño normal de tres-cuatro años, pero sus dientes de leche delanteros faltantes apuntaban a una edad de siete. Tenía raquitismo, anemia, el vientre dilatado, estaba medio hambriento, y tenía congelados sus pies y piernas. Su cara y cabeza estaban marcadas con cicatrices.

Comió lo que le dieron, pero no reconoció la fruta. No estaba entrenado para ir al baño. El personal del hospital en Fargas lo llamó Mowgli, por el personaje del libro de la selva de Kipling.

El doctor Mircea Florea dijo: «Fue encontrado en una posición animal y sus movimientos eran como los de los animales. Los hechos demuestran que no creció en un medio ambiente social. Se agita mucho cuando no tiene comida. Siempre está buscando algo para comer todo el tiempo. Se duerme después de comer».

La enfermera principal de la sala de niños dijo: «Él sólo conoce dos palabras «“ «˜mamá»™ y «˜comida»™ – y es muy feliz en su dormitorio en el hospital mientras haya alimento allí. Tiene el pelo oscuro y ojos oscuros y una vez que se le lavó y cortó el pelo parecía realmente presentable, pero tiende a caminar como un chimpancé más bien que verticalmente e intenta dormir debajo de su cama y no en ella. Pero si tiene un poco de alimento en su mano él es más agradable».

Alrededor de una semana después de su captura, fue identificado como Traian Caldarar, perdido tres años atrás a la edad de cuatro. Después de ser reeducado en un orfanato en Brasov, en abril de ese año se le reunió con su madre Lina Caldarar, de 23 años, en la lejana aldea de Vistea de Jos, a menos de once kilómetros de donde lo encontraron en febrero. «Amaba a mi hijo, pero tenía un marido violento que me pegaba», dijo.

Traian Ciurar, de 24 años, el padre del muchacho, se casó con la señorita Caldarar bajo la ley gitana. Cuando ella huyó de nuevo con su familia para escapar de la crueldad de su marido, él evitó que ella se llevara a su hijo. Ella cree que el niño huyó por la misma razón. «Estaba loca pero no había nada que pudiera hacer», dijo ella. «Esperaba que quizás otra familia lo hubiera adoptado».

Traian parece estar en rehabilitación, pero todavía no está entrenado para estar en casa. «Alguien necesita vigilarlo porque es fácil que se lastime», dijo su madre. «Él todavía no puede identificar los peligros en la calle. Como un perrito inexperto, cruza la calle, sin importar si vienen coches.

Prateep Chumnoon fue alejado de su abuela en el 2003. La señora, de 60 años de edad, lo dejaba al cuidado de un perro mientras iba a trabajar. Los vecinos avisaron a las autoridades cuando el niño comenzó a ladrar.

La abuela, Prateep y el perro vivían en un cuarto en la provincia de Nakhon Si Thammarat, al Sur de Tailandia. El niño sólo tenía un año cuando fue ingresado en un orfanato.

El 6 de abril del 2004, cuando apenas tenía dos años, fue encontrado muerto dentro de un contenedor plástico de la lavandería. Se desconocen las causas de su muerte.

Un caso similar ocurrió en Baspalovskaya, un pueblo alejado y perdido de Siberia, en la región de Altai, donde viven tan pocos habitantes, que ninguno de los escasos vecinos notó que la casa más remota había sido abandonada. Ahí vivían Andrei Tolstyk con su madre y su padre inválido y alcohólico. También tenían un viejo perro guardián.

Andrei nació con problemas del habla y auditivos, y según las autoridades esa fue la razón por la que sus padres lo abandonaron a los tres meses de nacer. Primero se fue su madre y al poco tiempo el padre también abandonó la casa. Ignorado por todos, sólo quedó allí el bebé y el viejo perro guardián, que se las fue ingeniando para ayudar al cachorro humano a crecer y alimentarse. Andrei forjó, según se informa, un enlace cercano con el único ser vivo, el perro protector de la familia, que le ayudó de alguna manera a sobrevivir y a criarse.

Pasaron siete años para que las autoridades se dieran cuenta que el hijo de los Tolstyk no asistía a la escuela local. Se envía unos asistentes sociales los cuales descubren en abril del 2004 que la casa está vacía y sólo la habitaba el niño y el perro: «Corría a gatas y gruñía. Al principio pensaron que jugaba pero la casa está a millas de cualquier lugar y es poco más que una ruina, y él estaba realmente sucio y desnudo, así que se dieron cuenta que algo estaba mal. Cuando se acercaron les gruñó e intentó morderlos cuando iquisieron alejarlo del viejo perro».

Los investigadores dedujeron que Andrei tuvo una única posibilidad para subsistir: el perro guardián de la casa se las arregló para darle alimentos. Cuando lo encontraron se comportaba como un perro: caminaba en cuatro patas, olisqueaba los alimentos no sabía hablar, era hosco con la gente y comportamiento salvaje en general.

Fue llevado a un orfanato en una ciudad próxima. El personal del orfanato declaró a la agencia de noticias rusa RIA-Novosti que al comienzo tenía miedo de la gente, se comportaba con agresividad y erráticamente. Finalmente pudieron comunicarse mediante gestos y usando el lenguaje básico de signos. Dos semanas después de su llegada comenzó a caminar en dos piernas y a dominar el arte de comer con una cuchara, de hacer su propia cama y de jugar con una pelota.

Los demás niños, asustados, lo miraban recelosos y lo apodaron el «niño salvaje». Pero las autoridades lo animaron a relacionarse con otros niños. Andrei logró algo espectacular, aunque paulatino: trabó amistad con una pequeña niña del orfanato comunicándose a señas.

Actualmente los doctores, los pediatras y los psicólogos están intentando resolver si se le puede enseñar comportamiento humano normal. Si la respuesta es sí lo transferirán a otro hogar de niños; si es no, le enviarán a un colegio especializado de internos. Paralelamente lo someterán a investigaciones para determinar cómo se desarrollan aspectos del conocimiento humano, como el lenguaje.

La policía buscó a sus padres para enfrentarlos a cargos de negligencia. Hasta el momento no han aparecido.

En Kenia los bebés no deseados – debido a relaciones fallidas o pobreza extrema – son abandonados en medio de la selva. Así le ocurrió a Ángel un bebé que fue abandonado por su madre a las dos semanas de vida.

El 6 de mayo del 2005 dos niños que jugaban en una zona cercana a su casa, a las afueras de Nairobi, escucharon el llanto de un bebé. Fueron con su madre y luego salieron a buscar al bebé.

Mary Adhiambo dijo a The Daily Nation que dos de sus hijos le contaron que podían oír a un bebé llorando pero no podían encontrarlo. «Los seguí y buscamos alrededor de nuestra propiedad y en un terreno próximo».

«Vi mi perra, Mkombozi, que he tenido por cinco años, descansando y cuidando a sus perritos recién nacidos. Al lado estaba el bebé que descansaba en un paño negro rasgado, dentro de una bolsa de plástico. Tomé al bebé en mis brazos y lo llevé a la casa».

Entonces la dueña de la perra le dio un poco de leche y lo limpió antes de avisar a sus vecinos. Uno de ellos llevó al bebé a una comisaría de policía próxima y de ahí al Hospital Nacional Kenyatta.

Los doctores encontraron gusanos en su cordón umbilical, pero una portavoz del hospital dijo que el bebé respondía bien al tratamiento en vista de que le habían dejado afuera en el frío. Se conjeturó que habían dejado al bebé, en un bosque próximo, dos días antes de ser descubierto. De ahí lo trajo la perra cargando la bolsa de plástico por el camino principal de Ngong.

El personal del hospital le puso el nombre de Ángel y dijo a la prensa que los miembros del público habían comenzado a donar ropas y leche de bebé.

El caso recibió una enorme cobertura de los medios. Aunque algunos expresaron escepticismo sobre el informe. Pero parece que esto es mucho más que una leyenda. Tal vez el instinto materno hizo que la perra recogiera otro cachorro que estaba llorando en medio del campo Y es que a veces entre los animales un niño encuentra el cariño que ni en su casa puede encontrar.

El último caso documentado en Rusia es el de Ramzia Tukmatullina, «la niña perro de Rusia».

De nueva cuenta la historia se repite. La madre de Ramzia era alcohólica y la abandonó en la calle. Pronto una manada de perros se hizo cargo. Los vecinos, en lugar de tomar al niño, simplemente la llamaron Naida, un nombre común para los perros en Rusia.

La niña creció con los perros durante 6 años. Finalmente el 14 de julio del 2005, cuando Ramzia tenía 14 años, las autoridades se hicieron cargo.

Los primeros tres años de su vida, Ahmed Yassine los pasó con su tía materna Khadija, pero como esta mujer no se ocupaba de ella, la niña fue dejada a cargo de Zahra G., que resultó todavía peor. Los siguientes tres años la confinó en un cuarto con cuatro perros y treinta gatos.

Ahmed, una niña de Marruecos, sólo sabía decir «kelb» (perro), cuando la rescataron el 4 de junio del 2006. Estaba a punto de morir debido a la inanición.

Hay otros casos de niños criados por perros en las Filipinas (1982), Alemania (1988), Oklahoma (1989), Inglaterra (1992), Hungría (1994), Rumania (1994), e Italia (1994).

Continuará…